Cáritas y Fundación SAMU acuerdan colaborar en la atención gratuita de familias sin recursos con problemas de salud mental

Cáritas Diocesana Sevilla y Fundación SAMU han firmado dos convenios de colaboración que permitirán apoyarse mutuamente en el desarrollo de sus proyectos. El primero de estos acuerdos establece una atención psicológica y psiquiátrica totalmente gratuita por parte de los profesionales de la clínica de salud mental SAMU Wellness Miguel de Mañara a familias sin recursos económicos y con problemas de salud mental acogidas y acompañadas por los voluntarios de Cáritas parroquial San Juan Pablo II, en Dos Hermanas (Sevilla). Estos derivarán a la clínica a aquellas personas que estén bajo su protección y en las que detecten algún problema de salud mental.

Por otro lado, en base a un segundo acuerdo, Cáritas ofrecerá apoyo de voluntariado al centro de Menores de Miguel de Mañara, también en Dos Hermanas. El convenio incluye trabajo voluntario con menores, apoyo extraescolar, actividades lúdicas y deportivas y la participación de los menores del centro residencial en el campamento de ocio y tiempo libre programado por la Parroquia San Juan Pablo II.

En la firma de ambos convenios estuvieron presentes el director general de Fundación SAMU, Carlos González de Escalada; el director de Cáritas Diocesana Sevilla, Mariano Pérez de Ayala; el presidente y la directora de Cáritas Parroquial San Juan Pablo II, Adrián Ríos y Eloísa Padilla, respectivamente.

Los documentos firmados, con una vigencia de dos años prorrogables, también establecen la elaboración conjunta de un calendario de actividades que incluya actos, conferencias, foros y cursos de formación, entre otras.

El Centro SAMU Wellness es un recurso terapéutico y hospitalario de la entidad Fundación SAMU gestionado a través de la compañía Servicios de Asistencia Médica de Urgencia, S.A., dedicado al tratamiento integral de la salud mental. Este proyecto aboga por la atención biopsicosocial e integral del paciente, proporcionando servicios sanitarios, procesos terapéuticos y programa individualizados y grupales en la atención a la salud mental de las personas. La Fundación SAMU cuenta con un equipo interdisciplinar de profesionales especializados en salud mental a través de un enfoque inclusivo e integral de la persona.

Plan de formación de SAMU: en continuo reciclaje

Durante 2017, Grupo SAMU llevó a cabo un completo plan de formación en que participaron más de 300 profesionales de la entidad y en el que se tuvo en cuenta la demanda formativa que los trabajadores habían transmitido a los directores de los diferentes centros de la entidad.

El plan de formación programado y solicitado por los compañeros de este equipo se ha cumplimentado en un 80%. Además, la formación obligatoria en prevención de riesgos laborales, autoprotección, planes de emergencias y manipulador de alimentos la realizó el 95% de los profesionales de la institución.

Como resultado del análisis continuo de este plan de formación interna, hemos detectado que las temáticas más demandadas por los trabajadores de Fundación SAMU han sido las relacionadas con la inteligencia emocional, autismo, medidas coercitivas y conductas positivas .

En el caso del personal de SAMU, existió un mayor interés por los cursos de primeros auxilios, contención física, soporte vital básico, reciclaje en SVA (Soporte Vital Avanzado), soporte vital al trauma, la técnica Ecofast, transporte pediátrico y asistencia sanitaria en entornos hostiles. En este último apartado, la organización está poniendo una mayor énfasis con el objetivo de que nuestros profesionales tengan los conocimientos y habilidades necesarios para intervenir en cualquier circunstancia. Las circunstancias así lo exigen.
El personal que participó en este plan formativo pertenece a la Residencia San Sebastián (Cantillana, Sevilla), la residencia Santa Ana (Sevilla), el Centro de Acogida de Menores Miguel de Mañara (Montequinto, Sevilla), el centro de acogida de Motril (Granada), la Residencia Santa Teresa (Toledo), el centro Alfar de Gijón (Asturias), el Centro de Estancia Diurna San Lucas (Sevilla), la Escuela de Emergencias SAMU, y sanitarios de SAMU Málaga, SAMU Huelva y SAMU Sevilla.

Las encuestas realizadas al finalizar los cursos formativos revelaron un grado de satisfacción de los profesionales del 96%, lo que nos anima a seguir avanzando en esta dirección.

A través de este editorial de nuestra revista SAMU de marzo, queremos informaros de que institución prepara un nuevo plan de formación para este 2018 con el compromiso adquirido por los directores de centro de detectar y comunicar las necesidades formativas de nuestros equipos, por lo que os animamos a ser proactivos en este sentido. Además, la entidad se ha comprometido a negociar con los comités de empresa la planificación de la formación con tiempo para poder ejecutar el plan en el periodo establecido.

El equipo directivo de SAMU

“Hay monitores de educación especial en Jaén con hasta siete niños a su cargo”

Licenciada en Pedagogía y Psicología, Mª del Carmen Martínez López (1972, Jaén), trabaja desde hace casi un año y medio en SAMU como coordinadora de los monitores de educación especial de 44 colegios de Jaén, aunque lleva en el servicio APAE (Agencia Pública Andaluza de Educación), financiado por la Junta, desde 2005 .

—¿Cuál es su función en SAMU?
—Dentro del servicio APAE (antiguo ISE) de la Junta de Andalucía, coordino a los monitores de educación especial de los colegios asignados a través de un concurso público a SAMU. Son 47 trabajadores de 44 colegios de la provincia de Jaén. Yo soy su enlace con SAMU. Recurren a mí si necesitan algo de la empresa, como materiales, o si tienen dudas sobre sus funciones, obligaciones o cómo actuar con un niño. Me reúno con ellos al menos una vez al mes, veo la evolución de los menores a su cargo y también visito a los directores de los centros.

—¿Cuál es el perfil de los menores?
—Hay de todo. Niños con discapacidad intelectual, autismo, síndrome de Down, alguna discapacidad física… Algunos van en sillas de ruedas y tienen problemas motores. Los monitores son sus pies y sus manos. Los llevan de un lado a otro, les dan de comer, hacen juntos la tarea… A los que no controlan esfínteres ,les cambian los pañales. En definitiva, les ayudan absolutamente en todo.

—¿Cuántos monitores hay por centro?
—Depende del número de menores, la delegación concede un monitor por colegio o dos. SAMU tiene 44 centros y 47 trabajadores en Jaén, por lo que hay tres centros con dos monitores porque tienen muchísimos niños. Los monitores no paran, sobre todo los de Jaén capital y los de los pueblos grandes. Están bastante desbordados. Hay monitores que tienen un niño sólo a su cargo y hay otros que tienen seis o siete niños. Normalmente, la delegación de Educación asigna un segundo monitor a un centro a partir de ocho niños.

—¿Siete niños con necesidades especiales no son muchos para un único profesional?
—Muchos no, muchísimos. Imagínate que te juntas con seis niños en silla de ruedas, todos con pañales y que no saben comer solos. Algo tan simple como comerse un yogur. Se lo tienen que dar a todos y controlar que se lo coman bien y que no se atraganten. O, por ejemplo, un niño con autismo, que de repente tiene una crisis y le da por tirar cosas. Te llevas todo el día esquivando objetos o intentando que no se escape de clase.

—¿Qué solución propone?
—Se debería dotar al servicio de un presupuesto adecuado porque al final tenemos trabajadores descontentos y limitados a sacar el trabajo adelante y punto. Personalmente, creo que hay que estudiar los casos de los niños de manera individualizada. No es lo mismo un niño con parálisis cerebral que no se mueve y necesita atención constante las 24 horas del día a, por ejemplo, un niño ciego, cuya atención sí puedes compaginarla con dos o tres niños más. Deberían cubrirse los centros en función del perfil de los menores, no del número de niños que haya.

—¿Lleva mucho tiempo el convenio laboral congelado?
—Llevamos con el mismo convenio desde 2015. El precio que la Junta paga a las empresas por hora por cada monitor es muy ajustado. Por eso es de agradecer que SAMU haya aceptado sentarse con los sindicatos. SAMU es la primera empresa que se ha preocupado en darle a todos los monitores la categoría profesional que les corresponde por convenio y en reconocerles y pagarles la antigüedad a los trabajadores. Yo llevo en este servicio desde 2005 y cada empresa ha hecho lo que ha querido. No sé qué beneficio le saca SAMU a este servicio con los precios tan ajustados, pero sí sé que se ha molestado en arreglarles la situación a los trabajadores. La gente está contenta.

—¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
—Es muy satisfactorio ver cómo un niño de tres añitos llega al colegio en un carrito y al año siguiente se mantiene de pie, y al otro va solo, aunque con limitaciones, al patio. O un niño autista que llega y no dice media palabra y poco a poco empieza a utilizar un sistema de comunicación por pictogramas y, cuando quiere beber agua, coge el pictograma de agua. Cualquier pequeño avance es un logro tremendo. Para mí, eso es lo bonito de este trabajo, ver cómo los niños, dentro de sus posibilidades, van siendo más autónomos. Pero si tienes un niño con una enfermedad degenerativa es diferente, porque no avanza, al contrario, va para atrás, y eso es duro.

—¿Cómo les afecta esto?
—Uno aprende a aceptarlo. A una monitora se le murió una niña de cinco años con una enfermedad degenerativa y no pudo soportarlo, dejó su puesto. Es muy duro. Al principio impresionaba mucho más pero te acostumbras, es inevitable. Piensas: mientras estén aquí, vamos a hacer que estén lo más a gusto posible.

Curso de mindfulness en Sevilla con la garantía de SAMU Wellness

Clínica SAMU Wellness, especializada en salud mental, ofrecerá a partir del 31 de enero un curso de reducción del estrés a través del mindfulness, un entrenamiento orientado a mejorar la atención, disminuir el malestar o el estrés y manejar mejor situaciones complejas, desarrollando capacidades para manejar las emociones difíciles y resiliencia, es decir, la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas como la muerte de un ser querido o un accidente.

Este curso, que impartirá Juan Manuel Conde, instructor acreditado del Programa MBSR de la Universidad de Massachusetts, comenzará el 31 de enero con una sesión informativa y se prolongará hasta el mes de abril. La actividad se desarrollará en las instalaciones de Samu Wellness en Montequinto, Sevilla, en pequeños grupos durante ocho sesiones de dos horas y media cada una (excepto la última que durará ocho horas) en las que se alternarán momentos de práctica con diálogos sobre las mejores estrategias para afrontar las situaciones.

Entre los beneficios del mindfulness destaca la mejora de la salud física y psicológica y la resiliencia, ayudando a generar hábitos productivos y sostenibles. Este tipo de entrenamiento también ayuda a desarrollar capacidades y fortalezas personales, como por ejemplo la gestión emocional, la comunicación, la escucha, la toma de decisiones o la capacidad para manejar la incertidumbre. Posibilita una mayor presencia y permite una mejor conexión con las personas, ya que ayuda a estar atento y sin juzgar, redunda en una mayor posibilidad de empatizar y generar confianza.

A través de este curso, se facilita el aprendizaje práctico de mindfulness usando distintas metodologías, como ejercicios individuales y prácticos de atención y relajación, meditación caminando y sentado y movimientos suaves parecidos al yoga; dinámicas grupales con explicaciones y diálogos sobre los procesos de funcionamiento de la mente y el cuerpo; y herramientas de coaching para potenciar la integración del grupo.

La primera edición de este curso, que tiene un coste de 320 euros, comenzará el 31 de enero, pero está previsto que se celebren otras dos ediciones a partir del 11 de abril y 3 de octubre de 2018.

Rafael Rueda, fisioterapeuta: “Navegar es algo único para nuestros pacientes”

Rafael Rueda Amador (San José de la Rinconada, Sevilla, 1987) trabaja como fisioterapeuta en la residencia San Sebastián desde 2011 y desde hace tres años es jefe de servicios generales de este centro en Cantillana. Recientemente se ha sacado el título de Patrón de Embarcaciones de Recreo (PER) que le permitirá participar como monitor en el programa Disfrutamar de la Fundación SAMU.

—¿Cómo es trabajar con personas con discapacidad intelectual y trastorno de conducta?
—Es un trabajo muy difícil porque te llevan al límite de tu paciencia. Ellos demandan mucha atención y están acostumbrados a no tener límites en cualquiera de sus acciones. Sin embargo, cuando se logra una reorientación, es un trabajo muy gratificante, ya que vives junto a ellos su proceso de cambio y evolución.

—¿Cuál es su formación?
—Lo primero que estudié fue el ciclo de Grado Superior de Técnico en Animación y Actividades Físico-deportivas y en 2011 me diplomé en Fisioterapia. Luego me especialicé en Fisioterapia invasiva y en salud mental, en concreto en la terapia de la conciencia corporal basal.

—¿En qué consiste esa terapia?
—La fisioterapia en salud mental engloba varias técnicas que consiguen disminuir los síntomas psiquiátricos de los pacientes. En concreto, la terapia de la conciencia corporal basal se basa en la realización de movimientos simples con el objetivo de aumentar la conciencia de las personas con discapacidad intelectual y trastorno de conducta sobre su cuerpo y la consciencia de un patrón motor libre de tensiones y con la máxima funcionalidad posible.

—¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo en la residencia San Sebastián?
—La coordinación que hay. Cuando llegamos al punto en el que todo el equipo de trabajo tiene un fin común y todos, cada miembro del equipo, sabe qué hacer en todo momento, por ejemplo cuando coordinamos un ingreso de un residente, las reuniones previas con todas la categorías de trabajo y medidas de seguridad para que, cuando llegue el día del ingreso, todo vaya sobre ruedas.

—En noviembre aprobó el título de Patrón de Embarcaciones de Recreo (PER) para participar como monitor en la iniciativa Disfrutamar, de la Fundación SAMU y la Obra Social La Caixa. ¿Por qué decidió presentarse?
—Eso fue muy curioso. La Fundación SAMU nos ofreció a varios trabajadores participar en el proyecto Disfrutamar, cuyo objetivo es acercar los deportes náuticos a los colectivos más vulnerables. La verdad es que no me lo pensé mucho. Me gustó la idea y quería participar como voluntario. Nos citaron en Sevilla sin saber muy bien para qué y, cuando nos dimos cuenta, estábamos en una clase con el libro encima de la mesa y viendo las distintas partes del barco.

—¿Tenía algunas nociones previas de navegación o era la primera vez que se enfrentaba al mar?
—No tenía ninguna noción previa en cuanto a navegación. Mi única experiencia era alguna salida al río en piragua.

—¿Cómo cree que puede beneficiar la iniciativa Disfrutamar a las personas con discapacidad intelectual?
—Es una actividad muy innovadora y provoca en nuestros usuarios nuevas sensaciones y experiencias. Muchos de ellos no han pisado la playa ni la nieve, van a duras penas, por lo que montarse en un barco es una experiencia única para nuestros chicos.

—¿Qué experiencias se lleva de los dos meses de formación?
—Lo que más me ha gustado es la navegación a vela porque trasmite paz, libertad, tranquilidad. Y lo que más me ha sorprendido es la navegación nocturna. El efecto de la luz de las estrellas y la luna iluminando el mar con el marco de las luces de la costa al fondo es una experiencia única.

—¿Cómo reaccionaron los primeros participantes de Disfrutamar en la travesía?
—Tenían una ilusión enorme. Fue algo desconocido para ellos. Sus caras de entusiasmo y diversión es lo que nos motiva para seguir desarrollando este proyecto.

—¿Para cuándo la segunda salida?
—Ahora mismo estamos trabajando en la confección del calendario de actividades para 2018. Posiblemente, la próxima salida sea en febrero por el río Guadalquivir.