Dr. Carlos Álvarez Leiva, presidente de Fundación SAMU: “La muerte en soledad, eso es el Covid”

Hace casi 40 años, el doctor Carlos Álvarez Leiva (Berrocal, Huelva, 1946) tuvo una visión de futuro que convirtió en un proyecto de vida: SAMU. Álvarez Leiva introdujo en España la primera UVI móvil y, con ella, la medicina prehospitalaria y de emergencias, creando una escuela y una filosofía de trabajo que hoy pervive.

Coronel médico y veterano en mil catástrofes, Carlos Álvarez Leiva tiene esa mezcla de autoridad y cercanía, de seriedad y retranca, de sequedad y amabilidad. Uno de sus primeros destinos como militar fue el Sahara, donde vivió la Marcha Verde. También estuvo en la Nicaragua sandinista en los tiempos más que difíciles de la guerra de la Contra. Bosnia-Herzegovina, Mozambique, Irán, Filipinas, Haití…. La lista es larga.

Desde que el Covid-19 llegó a Europa, el doctor Álvarez Leiva (o ‘El Jefe’, como le llama su equipo) se ha implicado activamente a través de comunicados, artículos especializados, despliegues de dispositivos sanitarios, asesoramientos externos y atención directa a pacientes solitarios. La crisis del coronavirus la vive como un ejercicio de entrenamiento sostenido en gestión de crisis.

–En sus primeras reflexiones sobre el Covid-19 decía que se trataba de una crisis temporal. ¿Sigue pensando lo mismo?
—Mi visión de la pandemia ha variado mucho desde marzo y ha pasado del escepticismo a la consternación, y hoy al dolor por la muerte de mi fraternal amigo, mi discípulo, mi maestro, Gabi del Castillo.

—¿Cuál es su opinión sobre la gestión llevada a cabo?
—La gestión está siendo muy compleja y, en cualquier caso, parte de nuestra clase política muestra una notable incapacidad para estar a la altura del problema.

–En su opinión, ¿qué se está haciendo mal?
—Yo siempre digo que es mejor uno que mande mal a dos que manden bien, pero es que en esta crisis no sólo es que no mande uno, es que mandan 300. En mi opinión, es el Gobierno quien tiene la responsabilidad de gestión de la crisis y no puede transferirla a nadie. Ahora mismo esto es un galimatías. La población está confusa porque vivimos en un maremágnum de medias verdades e incertidumbres retroalimentadas.

–¿Cuáles son nuestras armas ante este enemigo?
—La única arma que tenemos es la reclusión pero hasta en eso no hay criterios claros. No son tiempos de consenso. Son tiempos de decisiones, no siempre bien comprendidas. En una situación crítica y caótica, el consenso es un lujo inadmisible. Aquí hay ordeno, mando y control. Estamos hablando de defender la vida de las personas. Buscar consenso en cada comunidad, en cada municipio, en cada provincia es un disparate.

—¿Es ésta la situación más crítica que ha vivido desde un punto de vista sanitario?
—Para mí, sí. He vivido crisis más agudas en el tiempo. Es decir, he vivido la guerra. He estado en Mozambique y en otros 40.000 sitios, pero son crisis muy agudas, que entran y salen, no se cronifican y eran tratables. Aquí no hay tratamiento. Ese es el gran drama del Covid, que no existe tratamiento, es absolutamente impredecible, no se sabe a quién y por qué afecta a unas personas sí y a otras no. La muerte en soledad, eso es el Covid.

–En primavera ya se hablaba de que iba a haber una segunda ola en octubre, ¿cómo es posible que estemos en la misma situación otra vez?
—Porque estamos ante un enemigo muy poderoso. Hemos sufrido un tsunami del que no nos hemos podido reponer aún. Sí es cierto que en esta segunda ola estamos más equipados pero sigue sin existir un tratamiento efectivo. Los pacientes que ingresan en UCI mantienen unos altísimos índices de mortalidad.

—¿Cómo debemos actuar?
—Ahora mismo todo el mundo está dispuesto a hacer lo que le digan. Puede haber inconformistas, son los menos y forman parte de la vida misma. Ahora la sociedad está entregada. Dígame solo lo que tengo que hacer, pero que me lo diga una sola voz, una sola persona. Un mensaje único y universal.

–¿Seguiremos en la misma situación hasta que haya una vacuna?
—La vacuna tiene que llegar. ¿Cuándo? No lo sé. Es verdad que se está haciendo un esfuerzo titánico y global. Las marcas juegan con el porcentaje de inmunidad y con las facilidades para su transporte y distribución. El 2022 será definitivo en esta materia.

–¿Cree que habrá una tercera ola?
—Sí, esto es un lomo de dromedario. Van a existir varias olas hasta que haya una vacuna eficaz, pero cada ola nos debe coger mejor preparados. Los profesionales siguen trabajando intensamente en la búsqueda de soluciones terapéuticas y tarde o temprano ese esfuerzo va a dar su fruto.

–¿Qué nos está enseñando esta pandemia?
—Que lo imposible ocurre y sólo el que se prepara para ello sobrevive.

–¿Defiende la llamada medicina de guerra?
—Totalmente. La medicina de guerra es un conjunto de procedimientos asistenciales que tiene como objetivo salvar el mayor número de víctimas con el mínimo de recursos existente, empleándolos con criterios de selección. He echado de menos un mando centralizado y verdaderamente único que, desde su máxima autoridad, hubiera establecido esta selección con rigor y valentía, y no haberle dejado esa responsabilidad a los sanitarios que, cuando se han visto obligados a hacerlo, han sido denostados.

–Ese tipo de pensamiento ha sido muy criticado.
—Hablamos de guerra porque estamos ante un enemigo que nos sorprende, que causa un gran número de muertos, del que no podemos defendernos y solo aseguramos la supervivencia si nos escondemos y recluimos, esperando que sea él mismo el que se desgaste. Un sistema sanitario colapsado, angustia colectiva y un daño económico, social y familiar, estos son factores típicos de una guerra.

–¿Podríamos hacer más?
—Para mí, el gran ausente ha sido la Sanidad Militar. Su ausencia en el escenario de la pandemia me ha parecido sorprendente, máxime cuando personalmente he vivido por y para ella. Esta pregunta nos la hacemos muchos ciudadanos que hemos visto cómo una medicina de guerra sólo la han llevado a cabo los médicos civiles.

–¿Podría haber participado el ejército más activamente en esta crisis?
—La operación Balmis ha sido ejemplar. El ejército ha participado en lo que le han pedido pero hoy, en España, el ejército escuece un poco. Tú sacas una unidad militar a la calle y provocas incomprensión social, porque vivimos en un momento en el que la sociedad está tremendamente polarizada, y eso tiene un precio. En Francia, Bélgica o en EEUU sacan a los militares a la calle ante un problema grave como éste, y no pasa nada. En España, en según qué escenarios, recurrir al ejército está muy mal visto y es políticamente incorrecto. Además, el Gobierno no se atreve.

–¿Recomienda un nuevo confinamiento?
—Sin ninguna duda. El confinamiento te permite ganar tiempo. Mejorar la inmunidad comunitaria, evaluar los resultados, orientar los esfuerzos. Sobrevivir, en definitiva.

–Nadie está a salvo del virus, ni siquiera unas monjas de clausura como las del convento de Santa Paula de Sevilla a las que SAMU asistió.
—Es cuestión de suerte. Monjas de clausura y todas contaminadas. ¿Por dónde ha entrado el virus? Cualquiera sabe. El panadero, el jardinero….

—SAMU ha participado en varios dispositivos sanitarios frente al Covid, como el del Hotel Alcora, en San Juan de Aznalfarache (Sevilla), o la Residencia del Tiempo Libre de la Línea de la Concepción (Cádiz). ¿Cómo ha vivido esta experiencia?
—Lo primero es agradecer a la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía que confiara en nosotros. En SAMU tenemos un personal de medicina, enfermería y de auxiliares que es modélico. Gente ilusionada, que trabaja con alegría, con rigor, con disciplina. En estos momentos es muy bueno tener una buena tecnología, pero es más importante humanizar lo que hagas. Por ejemplo, cuando estuvimos en el Hotel Alcora puse en marcha una unidad que se dedicó exclusivamente a la gestión de la angustia, y fue fantástico. Gestionamos la ansiedad que sufrían no solo los pacientes y familiares, también los profesionales. La gestión del estrés en este momento creo que es fundamental.

–La formación que se imparte en Escuela SAMU se basa en situaciones de crisis. Es como si SAMU siempre se hubiese estado preparando para algo así.
— SAMU ha creído siempre que podría producirse una crisis biológica y nos hemos formado para ello. Hemos sido los únicos capaces de preverlo, de entrenar personal y de tener equipamiento. Pero no creo que sea momento para la autocomplacencia, sería una falta de respeto. Es el momento de ser humildes y estar disponibles.

—SAMU también participó este verano en una misión internacional contra el coronavirus: El Salvador 2020.
—Aquel fue un trabajo excepcional en un momento muy difícil. Para mí, El Salvador tuvo el secreto del éxito de SAMU, que es hacer ver a todos nuestros profesionales que la carrera la gana el que es capaz de apretar en la curva. En la línea recta todos podemos apretar el acelerador, pero pisar más en la curva es de valiente, intrépido y ganador. Siempre le he inculcado a mis hijos y a mis profesionales que en los momentos complicados es cuando hay que estar y salir a por todas.

–¿Ha sido El Salvador la misión internacional más importante de SAMU?
—SAMU ha hecho muchas misiones en momentos muy complicados, pero sí puedo decir que ésta ha sido la más bonita y dulce, y la más reconocida desde el punto de vista de los medios. El Salvador ha significado la consolidación de un equipo nuevo y de una nueva generación de líderes de SAMU. Yo no he ido y me ha producido una gran alegría ver que la transición generacional está funcionando.

–¿Qué le motivó a crear SAMU hace casi 40 años?
—En aquella época había muchísima gente que se moría en accidentes de tráfico y no había asistencia en las carreteras. También muchas personas se morían en sus casas o de camino a los hospitales mientras les trasladaban en aquellos taxis o coches con los pañuelos blancos por la ventana. Yo estuve en París formándome en medicina de emergencias. Vi que en España no había nada de eso y me pareció un proyecto interesante implantar ese tipo de medicina en mi país. Empeñé mi familia, mis ahorros y todo mi tiempo, y fui capaz de compaginar mi vida militar con este proyecto personal.

—¿Qué supuso para SAMU el nacimiento del 061 en Andalucía, un servicio de emergencias público?
—Aunque hoy es nuestro principal cliente y somos todos muy amigos, a principios de los 90 la creación del 061 fue un gran palo para nosotros. SAMU estaba el primero en la lista para ser lo que hoy es el 061. De este servicio se iba a encargar una entidad privada y, con el decreto prácticamente firmado, alguien cambió de opinión y pensó que un servicio tan estratégico no podía llevarlo una empresa privada, y así surgió el 061, que se nutre de todas nuestras capacidades y profesionales. De hecho, muchos trabajadores del 061 se han formado con nosotros a través del Máster de Enfermería en Emergencias y Catástrofes. Ése es mi legado. Hoy somos servicios hermanos y la relación es inmejorable.

–SAMU ha experimentado un crecimiento enorme en los últimos años, con presencia en tres países y una plantilla de más de 1.800 trabajadores.
—Es cierto, pero sería injusto si no dijese que ese crecimiento exponencial es fruto de la segunda generación, de mis hijos y de los profesionales que me han acompañado incondicionalmente. No seré yo el portador de la vanagloria de esta explosión. Yo no me hubiera atrevido a hacer en este momento tantas cosas. Repito, este crecimiento es fruto del esfuerzo de la segunda generación. ¿Cuál ha sido mi papel? Orientar, escuchar, potenciar, reforzar sus decisiones, apoyarlas y poner en ellas mis mejores capacidades.

—Seguro que aún tiene mucho que decir.
—El otro día, a propósito de esta entrevista, le dije a mi hijo que yo estaba ya preparado para morir. He asegurado una doctrina y he transmitido una forma de trabajar que están funcionando. Hace un tiempo era imposible hacer algo en SAMU sin que pasara antes por mi mano, cada punto y cada coma. Ahora ya no. Todo funciona. Ahora estoy aquí en este despacho como un jarrón chino. Mi labor en la vida está hecha. Todo va a funcionar en mi ausencia y eso es muy grande, es muy tranquilizador. Creo que esta debería de ser la última entrevista de mi vida porque es el momento más feliz de mi vida. Después de esto, ya no tengo más que decir ni que hacer.

Primer foro nacional sobre rugby inclusivo

Fundación SAMU, en colaboración con el Club de Rugby San Jerónimo, la Universidad Pablo de Olavide, la Fundación San Pablo Andalucía CEU, Special Olympics España y Esyde Formación Utrera, celebra del 1 al 3 de diciembre las I Jornadas Nacionales de Rugby Inclusivo y Adaptado.

Estas jornadas tienen como objetivo promover una mayor comprensión acerca del rugby inclusivo y el rugby adaptado a nivel nacional, y dar a conocer los beneficios que aporta este deporte como herramienta de integración e inclusión de las personas con algún tipo de discapacidad en la vida social, al igual que de otros colectivos en situación de vulnerabilidad. Este evento también pretende desarrollar vías de intercambio de conocimiento y participación entre profesionales dedicados a la inclusión social y deportiva, fomentando el desarrollo y difusión de prácticas profesionales rigurosas.

“Esperamos que estas jornadas sean un punto de encuentro para todos los profesionales y personas interesadas en la actividad física inclusiva y adaptada como medio de mejora de la calidad de vida e inclusión de todas las personas”, explican desde la organización.
Entre los principales temas que se tratarán durante estos tres días destacan el proyecto RugbyES SAMU; el rugby como herramienta de inclusión social; situación, análisis y variantes del rugby inclusivo en España; rugby y género; rugby en silla de ruedas y el rugby paralímpico.

Debido a la pandemia del Covid-19, las sesiones se desarrollarán mediante una plataforma de videoconferencia que posibilitará a los ponentes realizar sus presentaciones, compartiendo vídeo y audio, así como a los asistentes participar activamente desde sus casas o lugares de trabajo a través del ordenador o un dispositivo móvil. Estas sesiones serán grabadas y estarán a disposición de los interesados durante 30 días.

El programa cuenta con cerca de 20 ponentes e invitados y hay más de 300 inscritos. Antonia Rubio González, directora general de Infancia de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía será la encargada de inaugurar las jornadas el martes 1 de diciembre junto al director general de SAMU, Carlos González de Escalada.

Entre los ponentes e invitados a las jornadas destacan Javier Gálvez González, decano de la Facultad Ciencias del Deporte de la Universidad Pablo de Olavide; Thierry ‘Titi’ Feteu, jugador internacional con la Selección Española de Rugby; Miguel Ángel Luis Pérez; entrenador del Club de Rugby San Jerónimo Sub 18; José Manuel Román Cobacho, director del Centro Residencial para Jóvenes Migrantes SAMU Polanco de Sevilla; Miguel Carlos Palanca Rodríguez, presidente de Unión Rugby Almería; Marc Subirón Polo, jugador del Barcelona Universitari Club; y Francisco Javier Ginés Llebre, presidente del Club de Rugby San Jerónimo, entre otros.

ISL SAMU Arcos: Cada contrato, un sueño cumplido

El joven Sidiye llegó al recurso ISL SAMU Arcos en junio con una sonrisa sincera y una mirada de agradecimiento. Nos llamó la atención lo respetuoso y amable que se mostró desde el primer instante. Cuando realizamos su itinerario de inserción sociolaboral nos dijo que le gustaría aprender el oficio de carpintería, ya que en su anterior recurso comenzó unas prácticas que tuvieron que ser suspendidas tras decretarse el estado de alarma en España a causa de la crisis del coronavirus. Después de tener esta primera entrevista con el menor, tuvimos claro que ese era su perfil profesional: mostraba muchas ganas y conocimientos sobre este oficio, era su sueño, él quería ser carpintero.

Antes de comenzar las prácticas, el equipo educativo trabajó junto al menor la mejora de sus competencias comunicativas y habilidades sociales para que pudiera expresarse correctamente y con tranquilidad. Así podría afrontar con éxito una entrevista que tenía concertada para realizar prácticas formativas en una empresa y también podría relacionarse con sus futuros compañeros de trabajo.

Este esfuerzo dio su fruto. El joven fue seleccionado en la entrevista frente a otro candidato para realizar las prácticas formativas no laborales. Sidiye veía cada día más cerca la posibilidad de cumplir su sueño de aprender el oficio de carpintero.

Tanto el empresario como el menor tenían la certeza de que uno quería enseñar y otro, aprender. Pero lo que no sabían es que el proceso de enseñanza y aprendizaje iría más allá de lo profesional, generándose un ambiente familiar en la empresa gracias al vínculo establecido entre ellos y los demás compañeros que forman parte de la plantilla de la empresa.

Sidiye se aplicó duramente y el empresario quiso premiar su esfuerzo y dedicación ofreciéndole su primera oportunidad laboral, haciendo así realidad el sueño del joven.

Pero todo camino tiene sus dificultades, y la condición para contratarlo era que aprendiese bien a defenderse con los números. Para ello, Sidiye puso todas sus energías en aprender Matemáticas y todas las tardes realizaba ejercicios de Matemáticas sin que nadie se lo indicase, invirtiendo su tiempo libre en su aprendizaje.

Este ejemplo de superación nos ha enseñado que todo esfuerzo tiene su recompensa. Cada inconveniente encontrado en el camino ha sido un reto que superar para Sidiye y lo ha hecho siempre mostrando una sonrisa, mucha ilusión y motivación y un buen comportamiento tanto hacia sus compañeros como hacia el equipo educativo.

El 21 de octubre fue una fecha marcada a fuego en su vida. Fue el día en el que Sidiye cumplió su sueño: firmó su primer contrato de trabajo, algo que no dudó en compartir inmediatamente con su familia, que, a pesar de la distancia, lo apoya en todo y está muy entusiasmada con esta gran oportunidad para él.

El recurso ISL SAMU Arcos tiene como objetivo la inserción sociolaboral de los menores que acogemos en el centro y dotarles de competencias para alcanzar su autonomía, independencia y emancipación, objetivo que Sidiye ha conseguido.

Desde el centro ISL SAMU Arcos se le ha buscado un piso para vivir tras cumplir la mayoría de edad y la oportunidad de tener un contrato de trabajo que dignifique su vida. Todo el equipo está muy contento y satisfecho del logro obtenido.

Ningún reto es fácil de lograr pero, si perseveramos, podemos lograrlo todo. Podemos hacer realidad todos nuestros sueños al igual que lo ha hecho Sidiye.

Pero esto no queda aquí. El equipo SAMU Arcos sigue cumpliendo objetivos y los menores acogidos en el recurso, sus sueños.

Así, el 15 de octubre, dos menores del centro ISL SAMU Arcos, H. D. y Y. M., comenzaron sus prácticas formativas en la empresa Coches Cádiz, SL. Estos dos chicos han tenido una trayectoria en nuestro recurso, desde que ingresaron en septiembre de 2019, excepcional.

Son chicos excelentes, proactivos, colaborativos y que han ido creciendo como personas durante su estancia en el centro. Han llegado a ser responsables, trabajadores, maduros, mostrando un comportamiento ejemplar y convirtiéndose en un modelo a seguir para los demás compañeros. Siempre han colaborado con el equipo en el funcionamiento del centro y las actividades cotidianas del mismo y han sido un referente para el resto de compañeros.

Desde la dirección de la empresa Coches Cádiz han reconocido y valorado todas estas cualidades y, en tan sólo una semana de prácticas, la compañía comunicó a la dirección del centro ISL SAMU Arcos que deseaba contratar a los dos menores para que formaran parte de la plantilla.

Los chicos están que rebosan de alegría y el equipo también, ya que ambos se lo merecen con creces y van a poder cumplir su sueño al igual que Sidiye.

Ahora sólo falta superar las dificultades burocráticas que existen. El equipo las afronta con ganas porque sabe que, aunque nos encontremos con vicisitudes en el camino, no vamos a desfallecer en nuestra labor de orientación e inserción en el mercado laboral de nuestros chicos y seguiremos buscándoles nuevas oportunidades para tener un futuro mejor en nuestro país.

Esto es un logro de los chicos, del equipo y un foco de esperanza para los menores que llegan al recurso y ven los sueños cumplidos de otros menores en su misma situación.

Yolanda Mateos Llamas. Dirección ISL SAMUArcos

Hasta siempre, amigo Kike

El 9 de noviembre, en plena segunda ola del coronavirus, el Alojamiento tutelado El Aljar de Gijón (Asturias), gestionado por Fundación SAMU, sufrió una gran pérdida que ha dejado consternado a trabajadores y residentes: el fallecimiento de Enrique Busto Álvarez, uno de los usuarios más carismáticos del recurso, a consecuencia de complicaciones derivadas del Covid-19. Kike, nombre con el que le conocían todos sus compañeros, tenía 67 años.

Kike era el hombre de la eterna sonrisa. El alcalde del Natahoyo, su barrio. Resultaba casi imposible pasear con él por las calles de su barrio sin que alguien se parase a saludarlo, le invitase a un café o a un cacharrín o le hiciese algún comentario sobre su Sporting del alma.

Era entrañable, disfrutaba en la calle y de la calle. No sabía leer ni escribir, pero eso nunca supuso un impedimento para él y su desarrollo ya que se orientaba perfectamente, mantenía conversaciones con cualquier persona y tenía una memoria envidiable que le permitía recordar y tener una anécdota de todas las personas que se habían cruzado en su vida en algún momento y, por supuesto, de todos aquellos que le vieron crecer y que desde niño le acogieron.

Todos sus amigos, vecinos y conocidos del barrio se preocuparon por él desde que se decretó el estado de alarma y por lo efectos que el confinamiento obligatorio estaba teniendo en él. Kike se recuperó de esta situación poco a poco durante el verano gracias a sus amigos y vecinos que hoy sienten un enorme vacío ante la ausencia de su vecino más entrañable.

Todas las personas que hemos tenido la suerte de que Kike pasase por nuestras vidas, de cuidarlo, de disfrutar de él cada momento y de convivir con él; sus monitoras del Marítimo; sus compañeros de piso, que tendrán que vivir con la ausencia de “cacharrín”; y parte de la familia de SAMU que tuvo la suerte de conocerle estos últimos años estamos completamente desolados.

Lo llevamos y lo llevaremos siempre en nuestro corazón, recordaremos su eterna sonrisa, sus cánticos y siempre que alguien nos pregunte cómo estamos recordaremos con una sonrisa su famoso “¿y tú?”.

Kike, saluda a Quini de nuestra parte. Cuídate mucho y no dudes por un segundo que todos aquí nos quedamos un poco vacíos sin tu presencia.

Hasta siempre Kinkín.

Equipo del Alojamiento tutelado El Alfar

El progreso de los niños de Valencina

Como todos sabemos, 2020 no ha sido un año afable. La pandemia mundial, el estado de alarma con su consecuente confinamiento y fases de desescalada, el cierre de negocios y el aumento del paro han hecho mella en nuestra sociedad. Pero nada de esto ha podido aplacar las ganas de superación de los chicos del JEM Valencina SAMU, quienes llegaron siendo menas (término utilizado en política, a mí personalmente me gusta llamarlos niños) y que han ido abriéndose paso en nuestro país.

Todos ellos emprenden un viaje de meses, años o unas pocas horas con el objetivo de cruzar el Estrecho de Gibraltar y llegar a las costas españolas, porque ellos ven en nuestro país una tierra de esperanza. Todos tienen su propia historia pero un objetivo común: alcanzar una vida mejor. La pregunta que cabría hacerse es, ¿y quién no?

Tras un largo aprendizaje del idioma, adaptarse a nuestras costumbres, integrarse y formarse en cursos y diversas formaciones académicas (lo que es un arduo trabajo por su parte) y tras meses en busca de convenios y prácticas laborales por parte del equipo de SAMU, podemos decir que el trabajo ha comenzado a dar sus frutos. Dos de los chicos que comenzaron en el JEM Valencina han conseguido un contrato de trabajo por un año: O. B. como camarero y M. A. como carnicero. Esto les ha permitido ahorrar, independizarse y alquilar su propia vivienda, un sueño que todos tienen y que supone un paso más en su proyecto migratorio.

Las dificultades del idioma, la adaptación a una nueva cultura y las trabas sociales que nos encontramos todavía a día de hoy son superadas por nuestros jóvenes migrantes, quienes con muchos sueños y con predisposición consiguen superar día a día sus retos, y eso es de valientes y luchadores.

Lo bueno no es sólo que estos jóvenes hayan conseguido cumplir su sueño, lo mejor es que ya tenemos otros cinco compromisos de contratos laborales, otras puertas abiertas a la esperanza de tener una vida mejor en un país extranjero, lo que alienta a otros compañeros a seguir luchando y esforzándose en esta carrera que ningún niño o joven debiera iniciar: buscar una vida mejor lejos de su familia porque en su país no puede.

Todo esto no hubiera sido posible sin todo el equipo de profesionales de SAMU que ha acompañado y orientado a los chicos en cada uno de los recursos. Cabría nombrar también a todos los empresarios que depositan su confianza y creen en que las oportunidades hay que darlas, pues ésta es la única forma en la que puede llevarse a cabo una inserción laboral real.

María González Pérez-Vico. Jefa de Unidad de JEM Valencina

ISL SAMU Dúrcal: Un espacio de convivencia

Uno de los retos más importantes al que nos enfrentamos cada día desde ISL SAMU Dúrcal es, sin duda, el respeto hacia la diversidad sociocultural. En la actualidad, nuestro centro es un punto de encuentro entre culturas, ya que en él acogemos a menores de diversas nacionalidades (marroquíes y subsaharianos en su mayoría), los cuales conviven a diario, produciéndose interacciones e intercambios culturales.

Para que la convivencia sea armoniosa, desde nuestro centro trabajamos a diario la transmisión de valores fundamentales como son la tolerancia, la igualdad o el compañerismo, promoviendo así la cohesión social y rechazando cualquier tipo de discriminación o exclusión que pueda vulnerar los derechos humanos.

Tras mucho esfuerzo, podemos presumir de haber creado un clima de convivencia inclusivo, donde existe una normalización de la diversidad y donde la heterogeneidad es concebida como una oportunidad de enriquecimiento y crecimiento personal.

En las últimas semanas, hemos tenido el privilegio de recibir en el centro a un grupo de menores, los cuales cargan a sus espaldas con una mochila llena de miedos e incertidumbre ante un futuro incierto. Hasta el momento, el proceso de adaptación de los nuevos ingresos está siendo muy positivo y, en parte, esto es posible gracias a la calurosa acogida que están recibiendo tanto por parte del equipo educativo como por parte del resto de menores, los cuales están mostrando una mentalidad abierta y flexible basada en la cordialidad y el decoro.

Desde ISL SAMU Dúrcal seguiremos trabajando desde un enfoque inclusivo que permita seguir fortaleciendo los lazos de unión entre personas, aumentando así esta pequeña gran familia a la que todos pertenecemos.

María Jesús Padial. Auxiliar técnico educativo en ISL SAMU Dúrcal

SAMU despliega un dispositivo de emergencias para atender la crisis migratoria en Canarias

Fundación SAMU, entidad líder en España en la gestión de centros de menores no acompañados, ha desplegado un dispositivo de emergencia para atender la crisis migratoria de Canarias, donde han llegado en lo que va de año más de 18.000 personas en patera. La organización ha iniciado su actividad de atención y asistencia a menores no acompañados en las Islas Canarias con la puesta en servicio de una Unidad de Acogida Temporal de Emergencia (UATE) en la localidad de Puerto Rico (Gran Canaria), con capacidad para 150 menores.

La puesta en servicio de este recurso se ha materializado en 48 horas, ya que el encargo por parte de la Dirección General de Protección a la Infancia y la Familia del Gobierno de Canarias se produjo el 9 de noviembre y la llegada de los primeros menores fue sólo dos días más tarde, el 11 de noviembre. La primera recepción fue de 43 menores, y pocas horas después hubo dos nuevas recepciones de 50 menores cada una, cubriendo así casi la totalidad de la capacidad del recurso.

Los primeros menores trasladados llegaron el 11 de noviembre al centro directamente desde el puerto de Arguineguín. Las primeras labores llevadas a cabo por SAMU tras la llegada al recurso de los menores fueron de asistencia sociosanitaria, higiene, dotación de ropa y alimentación, respetando distancias de seguridad y con uso de mascarillas. Durante el día siguiente a su llegada, los menores fueron sometidos a pruebas de detección de Covid-19.

“Estamos muy orgullosos de los compañeros destinados en Canarias para esta misión. Están dando un ejemplo de lealtad a nuestros valores y de atención a nuestros menores. Son un ejemplo a seguir”, manifiesta Nicolás Torres, director del área de Infancia y Familia de Fundación SAMU. “Estamos haciendo magia. El panorama es muy complicado”.

La situación en las islas es extrema y el Gobierno de España ha tenido que recurrir a instalaciones militares, levantando carpas en terrenos de Defensa y habilitando cuarteles en desuso para alojar a estas personas hasta que se resuelva su situación legal. La llegada a diario de nuevas pateras o cayucos no cesa.

Ante esta situación, SAMU trabaja en la ampliación de su recurso con el objetivo de poder acoger a más menores. Así, desde Sevilla se han enviado tres contenedores a Canarias con somieres, colchones, mantas, cajas de ropa, sábanas, almohadas, módulos sanitarios y otros materiales. En total, más de 16.000 kilos de material, entre los que se encuentran las estructuras de unos iglús ya utilizados en Escuela SAMU para la docencia y que ahora servirán para dar alojamiento a estos menores inmigrantes.

Con este equipo multidisciplinar de 55 profesionales, compuesto por un psicólogo, educadores, auxiliares técnicos educativos, mediadores interculturales, enfermeras y técnicos de emergencia sanitarias, Fundación SAMU responde a la crisis migratoria que tiene lugar en Canarias. La entidad agradece a la Consejería de Derechos Sociales, Igualdad, Diversidad y Juventud del Gobierno de Canarias su confianza en la Fundación para desarrollar esta labor.

Actualmente, Fundación SAMU es la entidad que más centros de protección de menores extranjeros no acompañados gestiona en España. Durante 2019, la Fundación atendió a más de 4.000 menores no acompañados.

Actualmente, la entidad gestiona 36 centros en toda España, con una plantilla movilizada superior a los 500 profesionales. En todos los casos, el servicio de Fundación SAMU tiene un carácter integral, que persigue no sólo la atención asistencial de los menores extranjeros sino también su desarrollo social, psicológico y laboral.