Dos meses en la frontera de Ucrania

Hace ya dos meses que SAMU inició una misión humanitaria en la frontera con Ucrania para atender a los miles de damnificados por la invasión de Rusia a Ucrania. El 2 de marzo, un equipo de ocho personas lideradas por Borja González de Escalada, vicepresidente de Fundación SAMU, se convirtió en el primer contingente de la organización andaluza que viajaba al este de Europa tras el inicio de la guerra. Su destino inicial fue la frontera de Rumanía con Ucrania. Dos meses después, SAMU tiene presencia en tres países fronterizos distintos (Rumanía, Moldavia y Polonia) y, recientemente, ha enviado un tercer contingente. La misión de SAMU en Ucrania no tiene, de momento, fecha de finalización. De hecho, según confirman fuentes de la organización, ya hay preparado un cuarto equipo que viajará a la zona en las próximas semanas, y no se descarta constituir un quinto grupo.

El último contingente de voluntarios que ha viajado hasta la fecha a la frontera con Ucrania lo hizo el 11 de abril. Este equipo de relevo está formado por siete personas, entre las que se encuentran enfermeros, médicos y técnicos de emergencias sanitarias, y el destino inicial ha sido Tulcea (Rumanía). Con ellos, el despliegue de SAMU en la zona será de 10 voluntarios, que se dividen en campamentos situados en la frontera de Ucrania con Rumanía y también en la frontera con Moldavia.

La labor de SAMU sobre el terreno consiste en atender a las personas que llegan a los campamentos a través de las fronteras con el país ucraniano. Las patologías más atendidas por parte de los voluntarios, que prestan ayuda a refugiados de todas las edades, son problemas de hipertensión, episodios de infarto o hipotermias.
Juan González de Escalada, director del área de Emergencias de SAMU y jefe de este tercer contingente, ha sustituido sobre el terreno a su hermano Borja González de Escalada, vicepresidente de Fundación SAMU y, hasta ahora, jefe de esta misión humanitaria.

Juan González de Escalada explica que este tercer contingente ha desplegado sus actuaciones de nuevo en Tulcea, ciudad de Rumanía próxima a la frontera con Ucrania, y en Moldavia, que también linda con el país invadido por las tropas rusas. Del mismo modo, señala que SAMU cuenta con “una persona de referencia” en Polonia ante “la posibilidad” de instalar en este país un centro de acogida para mujeres y niños procedentes de Ucrania.

Los efectivos de SAMU están “perfectamente integrados en la estructura de respuesta” humanitaria desplegada en las fronteras de Ucrania, que de por sí cuentan con “equipos suficientemente nutridos con toda la logística sanitaria necesaria”, según apunta el director del área de Emergencias de SAMU.

González de Escalada también comenta que los refugiados que llegan hasta estos dispositivos gozan de “buena situación física”, con lo que las actuaciones de los efectivos de SAMU suelen tener en estos momentos un cariz más social que sanitario. No obstante, el equipo humano movilizado cuenta con “capacidad para soporte vital básico, intermedio y avanzado”, incluyendo además a “dos ginecólogos de dilatada experiencia” para hacer frente a las posibles contingencias sanitarias.

Un albergue para refugiados en Polonia

Desde que el viernes 5 de marzo el primer contingente de SAMU llegara a Issacea, su primer destino, estos profesionales no han dejado de atender a las personas provenientes de Ucrania que huyen de la invasión rusa. En ese punto, Issacea, los refugiados atraviesan el país por el río que hace de frontera natural entre ambos estados del este de Europa. “En la mayoría de los casos, atendemos problemas menores de salud. Muchos son infecciones respiratorias y algunas heridas superficiales. Si detectamos patologías mayores, derivamos al hospital más cercano de la zona”, explica Borja González de Escalada. “La presión humanitaria que veíamos hace unas semanas se ha ralentizado en Rumanía. Después del éxodo de tres millones de personas, el flujo de personas parece disminuir”. Sin embargo, para esta decena de valientes no hay descanso.

Al poco tiempo de llegar a Rumanía, cuatro de las ocho personas del equipo de SAMU se desplazaron a Ivancea (Moldavia). Allí recorrieron y visitaron albergues y refugios improvisados para acercar la clínica lo máximo posible. “Muy especialmente en un país tan pobre como Moldavia, cuya población se ha quintuplicado con la llegada de refugiados de Ucrania”, continúa Borja González de Escalada.

“Ahora mismo, el equipo de Moldavia se ha instalado en un albergue de 400 personas de Chisináu, su capital. Y nos vamos apañando con traductores on line y personales porque aquí nadie habla inglés”, subraya el vicepresidente de SAMU. Allí, la presencia de menores ucranianos es mayor, por lo que consultan constantemente a un pediatra de un equipo suizo ante cualquier posible complicación. “Ya nos estamos haciendo un nombre y la población confía en nosotros”.

El siguiente gran reto es Polonia. En este país la recepción de refugiados ucranianos en Polonia es “diez veces superior a la que soporta Rumanía”, según destaca Borja González de Escalada. Por esta razón, y observando que existen pocos albergues para acogerlos, SAMU está trabajando y haciendo las gestiones oportunas para habilitar un edificio que dé cobijo “a entre 100 y 150 personas durante, mínimo, un año”.

Según el vicepresidente de Fundación SAMU, tanto el cuerpo de Policía, como el de bomberos rumano es “amabilísimo”. El campamento base es algo muy provisional, “pero allí hay tiendas de campañas con calefacción a tope y urinarios químicos. Además, algunas personas llegan con pasaporte y otras no. Las autoridades rumanas están facilitando todos los trámites a los refugiados con gran celeridad”.

“No todo el pueblo ucraniano que llega a la frontera conoce su destino siguiente. Allí mismo, sobre la marcha, lo deciden, pero no suelen pernoctar en el punto fronterizo. Lo más habitual es solicitar ir a Bucarest y de ahí a otras ciudades de Europa”, explica Borja González de Escalada, que regresó a Sevilla el 15 de abril tras un mes y medio en la zona. A pesar del frío y el cansancio, los voluntarios de SAMU han podido comprobar que muchos ciudadanos de Ucrania creen que su desplazamiento es algo temporal. “Esperan volver a casa en unas cuantas semanas. Lo están deseando”.

En primera persona

Miguel Ángel López y Clara Ávila, enfermeros y estudiantes del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria de SAMU y la Fundación San Pablo Andalucía CEU, formaron parte del primer contingente que envió SAMU para asistir a los refugiados ucranianos. Ya de regreso, cuentan su experiencia: “En un mes hemos sido conscientes de la parte más cruel del ser humano, pero también de la más bondadosa, las ganas de ayudar y los voluntarios que se ofrecen constantemente”, declara López. “Nosotros no somos héroes ni nada de eso. Hemos hecho lo que sabemos hacer”.

Este primer equipo atendía a los ucranianos que llegaban a Isaccea en un ferry que cruzaba el río Danubio. Cada día supervisaban a entre 100 y 300 refugiados. Los enfermeros aclaran que la mayoría de estas personas llegaban con crisis de ansiedad o estrés, crisis hipertensivas o descompensaciones crónicas como consecuencia de no haber podido continuar con su medicación habitual. “El peor caso que tratamos fue el de una pareja de jóvenes. Ella había sido madre primeriza por cesárea hacía cuatro días. Estaban en shock. Desde el hospital cogieron el ferry. No sabían dónde iban a ir ni cómo actuar como padres, tenían un desconocimiento absoluto y padecían una fuerte crisis de ansiedad”, explican los enfermeros.

Recursos disponibles

Ambos coinciden en que les ha sorprendido la cantidad de recursos que tenían los refugiados al cruzar la frontera. “Llegaban y les daban una tarjeta SIM para el móvil, autobuses gratuitos hacia diferentes destinos, pasaportes rumanos, comida, alojamiento…”, señala Miguel Ángel López, al que le llamó la atención que eran muchas las familias que llegaban con sus mascotas, a las cuales se les proveía con un chip europeo.

“Una de las cosas que más me ha impactado ha sido ver cómo las madres gestionaban sus emociones delante de sus hijos para tratar de ocultarles el dolor. En la ambulancia atendíamos a mujeres que estaban llorando y, cuando se giraban, se ponían a jugar con sus hijos de manera alegre”, comenta Clara Ávila.

Miguel Ángel López reconoce que, al menos durante el primer mes de la misión, tiempo en el que ellos estuvieron trabajando en esta zona, era más necesaria la ayuda social que la sanitaria. “Es como si nosotros tenemos que salir de casa mañana mismo con lo puesto. Los refugiados que llegaban a Rumanía estaban bien de salud, lo que necesitaban era alojamiento, transporte o un trabajo”. El enfermero asegura que los primeros desplazados que llegaron los primeros días tras la invasión a Rumanía eran personas de clase media o alta.

“Para coger el ferry había que pagar unas tasas, por lo que quienes tenían dinero han ido saliendo antes. Ninguna de las personas que llegaban tenían entre sus pensamientos volver a su país, pero en Moldavia, que está cerca de una zona prorrusa ucraniana, la situación era diferente. Las personas que llegaban a este punto sí tenían la idea de retornar a sus casas cuando acabe la guerra”, apunta López.

La importancia de las donaciones

Para continuar con este dispositivo, SAMU mantiene una línea abierta de solicitud de voluntarios a través del correo electrónico voluntariado@samu.es. También está abierta a la realización de donaciones de medicación y/o material fungible y a las donaciones económicas.

Gracias a la donación de 12.000 euros realizada en marzo por el Ayuntamiento de La Rinconada, SAMU ha podido enviar nuevos contingentes y materiales sanitario a Rumanía y Moldavia.

Respecto a la ayuda económica, se ha habilitado una cuenta corriente (ES78 0075 3018 24 0665001543), a la vez que se pueden hacer donaciones directas a través del Bizum de Fundación SAMU.

Borja González de Escalada, vicepresidente de Fundación SAMU: “Los refugiados ucranianos llegan traumatizados y con miedo”

Borja González de Escalada (Sevilla, 1973) ha regresado recientemente del este de Europa donde ha liderado durante un mes y medio la misión humanitaria puesta en marcha por SAMU para atender a los miles de refugiados por la invasión de Rusia a Ucrania

 

—Como vicepresidente de Fundación SAMU, en los últimos años ha participado en la puesta en marcha de numerosos proyectos tanto en España como en Marruecos, ¿cómo lleva estar lejos de casa?
—La verdad es que me pesa un poco estar separado de los míos, pero es cierto que hay ciertas funciones que no son fácilmente delegables, y que requieren la autonomía de gestión de la que disfruto.

—No sólo ha liderado la apertura de nuevos recursos, también ha participado en varias misiones humanitarias. ¿Podría citarlas?
—La primera misión en la que participe fue en la del terremoto de Haití, desde el gabinete de crisis, sin ser desplegado en zona. Más tarde, sí participé en un despliegue de larga duración, en concreto, durante seis meses, en Filipinas, tras el paso del huracán Yolanda. Después, estuve en dos misiones de ayuda en la cordillera del Atlas de Marruecos y en otra misión en Calais (Francia), en un campo de refugiados. Por último, estuve en el terremoto de Nepal y, recientemente, en diferentes puntos fronterizos con Ucrania tras la invasión rusa a este país.

—De todas ellas, ¿cuál ha sido la que más le ha impresionado?
—Filipinas. La primera misión siempre es la que más impresiona. En mi caso, además, tuve la suerte de coincidir con don Carlos Álvarez, fundador de SAMU.

—¿Y la más complicada?
—Nepal. En aquella misión no contábamos con el apoyo del Gobierno nepalí, nos consideraban hostiles en zona por motivos políticos. Aquella misión no fue fácil.

—Recientemente ha regresado de la misión que SAMU tiene activa en el este de Europa para atender a los refugiados ucranianos. ¿Cómo se está desarrollando esta misión?
—Acudimos tan pronto como surgió el conflicto a tenor de los millones de desplazados por la guerra. SAMU siempre ha estado presente en todas las crisis humanitarias que han acaecido en los últimos años, desde la erupción del volcán de la Palma a la crisis de los refugiados de Bielorrusia. Ésta no iba a ser menos.

—¿En qué puntos está trabajando SAMU exactamente?
—Por un lado, estamos en la frontera de Ucrania con Rumania, en la provincia de Tulcea, en el puesto fronterizo de Issacea. El segundo punto de atención es la capital de Moldavia, Chisináu. Allí hay un equipo atendiendo a los refugiados en un palacio de exposiciones y congresos que han transformado en albergue temporal, con una ambulancia UVI móvil. Además, en proyecto está la apertura de un refugio en Polonia, más concretamente en la ciudad de Cracovia, que es la localidad polaca que más refugiados ha recibido.

—¿Qué acciones está llevando a cabo SAMU en la zona?
—Proporcionamos asistencia médica básica a los desplazados y consulta de atención médica primaria y de urgencias a aquellas personas que cruzan en el ferry hasta Rumanía o están alojadas en albergues, para que tengan sus necesidades sanitarias cubiertas. En los puntos en los que trabajamos en Rumanía tenemos consulta tanto médica como de enfermería. En Moldavia, también hacemos traslados de pacientes que cruzan la frontera o de aquellos que necesitan traslado hospitalario.

—¿En qué condiciones llegan los refugiados ucranianos?
—Las personas que huyen de Ucrania no son pacientes, en principio, con traumatismos por el conflicto salvo excepciones. Sí llegan psicológicamente muy traumatizados, estresados y con miedo. Los problemas más comunes son la hipotermia y los problemas respiratorios, especialmente en niños.

—El 11 de abril, SAMU envió un tercer contingente a la zona ¿Por qué se ha decidido prolongar la misión?
—El conflicto aún no ha terminado, las necesidades, aunque menos acuciantes, siguen estando presentes. Y los donantes han confiado en SAMU para desarrollar una actividad más duradera. El peligro de que el conflicto escale a mayor nivel sobre las zonas más próximas a la frontera está presente. De ahí que sigamos en los mismos puestos. Las necesidades a nivel asistencial no han cambiado, una consulta de asistencia primaria. Donde hemos detectado una mayor necesidad de apoyo en el área de alojamiento y tratamiento psicológico es en Polonia, de ahí nuestro interés en abrir en este país un centro de apoyo a mujeres que hayan sido víctimas de abuso.

—¿Cuál es el perfil de los refugiados?
—El 95% son mujeres y niños. Los hombres que cruzan son personas mayores o extranjeros, el resto se tienen que quedar obligatoriamente en el país salvo que sean cabeza de familia monoparental.

—¿Cuáles son las principales dificultades que os habéis encontrando en la zona?
—El clima adverso fue una de las dificultades a las que tuvimos que hacer frente al principio. La necesidad de traductores de varios idiomas fue la segunda. Además, las relaciones con las autoridades locales no siempre son fluidas pero son muy importantes. El resto de las dificultades son solventadas con facilidad por el equipo, como el equipamiento, la logística y el abastecimiento.

—¿Qué destacaría de los sanitarios que forman parte de los contingentes de SAMU?
—Los profesionales que llegan son personas muy motivadas y entrenadas, con un alto grado de resiliencia ante las dificultades y muchos de ellos con experiencia previa, con espíritu de ayuda, de cooperación y de iniciativa. Llegan y permanecen con la moral muy alta, es fácil trabajar con ellos.

—En el último contingente que SAMU ha enviado al este de Europa ha viajado su hermano Juan González de Escalada, que lo ha sustituido como jefe de la misión. ¿Le ha dado algún consejo?
—El principal problema que tenemos los no sanitarios es entender nuestro papel en las misiones. Puedes no sentirte tan útil pero nuestra labor es distinta, más diplomática, ofrecer seguridad al equipo, mantener los miles de contactos institucionales y políticos. Tomar decisiones y procurar la máxima operatividad y confort del equipo.

—¿Qué ha sido lo que más le ha llamado la atención de esta misión?
—El despliegue de un gobierno como el de Rumanía, que tiene grandes instalaciones en todos los puestos fronterizos, así como la solidaridad europea con los refugiados, especialmente en Polonia, donde los ciudadanos han puesto a disposición de las familias ucranianas miles de viviendas.

—¿Tiene pensado regresar?
—Mi idea es regresar a Polonia en el momento en el que el proyecto del albergue en el que estamos trabajando salga adelante.

Plan 2030 de SAMU: una multinacional de la salud y la acción social

SAMU ha cerrado un ciclo de vida, un ciclo de 40 años que arrancó en un piso en el barrio sevillano de Los Remedios y con una ambulancia Volkswagen que el doctor Carlos Álvarez Leiva adquirió en Alemania a principios de los años 80. Hoy, SAMU cuenta con una plantilla que supera los 2.500 trabajadores, más de 90 recursos del ámbito sanitario y social y una presencia consolidada no sólo en España, sino también en Marruecos y Estados Unidos. La organización mira ahora hacia el futuro e inicia un nuevo ciclo, una nueva etapa que ha arrancado con un relevo generacional en el equipo de dirección y el desarrollo de un plan estratégico, una hoja de ruta que mira hacia el 2030. “En SAMU tenemos un lema. Nos enfrentaremos a todos los temporales que haga falta. Las olas serán muy altas, pero el rumbo tiene que estar claro. Este Plan 2030 es el rumbo a seguir”, señala Carlos González de Escalada, presidente y director general de SAMU.

“El objetivo de nuestro Plan 2030 es convertir a SAMU en una multinacional de la salud, los servicios sociales y las emergencias, siendo fiel a su herencia fundacional: compromiso y calidad, superior capacidad de organización y fortaleza logística. Este ambicioso plan se asienta sobre pilares realistas y un concienzudo análisis de nuestro entorno, teniendo presentes variables sociales, económicas, demográficas e institucionales, basándonos en la solidez y con el objetivo de adaptarse a las circunstancias de un entorno complejo, cambiante y difícilmente predecible”, explica José Antonio Trujillo, adjunto a la dirección de SAMU. “La marca SAMU, el equipo profesional multidisciplinar y su carácter innovador, así como la diversificación de servicios, llevarán a nuestra organización, junto a la excelencia demostrada, al salto cuantitativo que nos proponemos dentro y fuera de nuestras fronteras”.

Internacionalización

Tal como destaca González de Escalada, este Plan 2030 se basa en tres grandes pilares: “Potenciar los proyectos fuera de España; entrar en una dinámica de constante modernización tecnológica, humana y de procesos; y apostar por la formación tanto en nuestros valores como el talento que existe dentro de la propia organización. Estas son las tres matrices de trabajo”.

Con respecto al primer eje, la internacionalización, SAMU mira hacia otros países, principalmente, europeos y americanos. Desde 2017, la compañía trabaja en Marruecos y, poco después, comenzó su andadura en Estados Unidos, una aventura que ha ganado impulso durante 2021 con la acogida de menores inmigrantes. Además, el pasado año comenzó a trabajar en Iberoamérica.

“La marca SAMU es muy potente fuera de nuestras fronteras. No solo la marca, sino también el modo de trabajar y enfocar la acción social, sanitaria y en el ámbito de las emergencias”, explica Trujillo. “Esta vocación de internacionalización no surge solo porque se haya producido un cambio en la dirección de SAMU. En cierto modo, es un paso lógico, un paso natural que debe dar la organización dado su crecimiento”.

En esta internacionalización también hay que mencionar las misiones humanitarias. En los últimos tiempos, SAMU ha estado presente en Rumanía, Moldavia, Polonia, Costa Rica y Honduras. “SAMU lleva 30 años realizando misiones humanitarias, pero ahora, por primera vez, lo hace bajo el paraguas de las Naciones Unidas y con financiación”, apunta José Antonio Trujillo. Por otro lado, SAMU pronto contará con dos nuevas sucursales en Perú y Ecuador, y, actualmente, tiene en marcha varios proyectos formativos en El Salvador.

Dentro de nuestras fronteras, también continúa la diversificación de proyectos. Recientemente, se ha abierto un nuevo recurso de atención integral 24 horas dirigido a menores extranjeros en Mallorca, el primero que SAMU pone en marcha en las Islas Baleares. Y trabaja para la apertura de un centro dirigido a personas sin hogar en Ibiza, que, según adelanta Trujillo, estará funcionando dentro de un mes, aproximadamente.

Modernización

Con respecto al segundo pilar del Plan 2030, la modernización (financiera, transformación digital, procesos), Trujillo es claro: “Una organización que en el año 2022 no esté enfocada a sistemas, herramientas y métodos apoyados en la tecnología, no tiene todas las claves del éxito garantizadas. Por eso, nuestra apuesta en el Plan 2030 es ir poniéndonos a la vanguardia de la tecnología, tanto internamente como de cara a nuestros procesos y servicios fuera. Tenemos que dar la imagen de una empresa moderna y líder en el sector”.

Excelencia, tecnología, sostenibilidad, transparencia, investigación e innovación acompañarán el trabajo de SAMU en los próximos años. En este sentido, el departamento de Desarrollo de SAMU juega un papel importante. “El equipo de Desarrollo es una auténtica máquina de hacer proyectos y que explora constantemente tanto las oportunidades de nuestro ámbito como aquellas que supongan innovación o resulten transformadoras”, apunta Trujillo.

Actualmente, SAMU trabaja en proyectos europeos a través de partenariados y socios tecnológicos de primer nivel que le están dando apoyo en temas relacionados con las comunicaciones y herramientas tecnológicas.

Uno de los proyectos estrella de SAMU en este campo es la implantación de SAMS (SAMU Advanced Management System), un sistema de gestión integral desarrollado por la propia entidad que permite un registro sistematizado y exhaustivo de todas sus unidades de trabajo, además de una gestión preventiva y la posibilidad de generar conocimiento a través de procesos de investigación a partir de los datos registrados.

Otro de los proyectos en marcha es VRIME (Instrumento de Valoración del Riesgo en Menores y Jóvenes Migrantes Residentes en Andalucía), en colaboración con la Universidad Loyola, cuyo objetivo es el diseño de una herramienta de recogida de datos (Toolkit VRIME) que permita conocer los perfiles de riesgo de menores extranjeros no acompañados que se encuentran en entidades de acogida como Fundación SAMU y EMET-Arcoiris, así como identificar factores de protección o resiliencia en estos menores.

A estos dos proyectos se suman la firma próximamente de la Cátedra SAMU de Investigación Social con la Universidad Pablo de Olavide y SAMU Dis−Fit, la primera batería de valoración de condición física de personas con discapacidad intelectual en España, una iniciativa llevada a cabo gracias a la colaboración entre Fundación SAMU y el departamento de Motricidad Humana y Rendimiento Deportivo de la Universidad de Sevilla. Esta herramienta pretende orientar a profesionales de atención a la discapacidad sobre los parámetros físicos de personas con diversidad cognitiva, a través de tablas que por primera vez son el resultado de la actividad física de estas personas, y no una adaptación de tablas físicas de personas normalizadas.

“También hay que destacar la constitución del Instituto SAMU de Investigación Científica (ISIC), del que dependerá la nueva Academia SAMU, que forma parte de la tercera pata del Plan 2030 y que versa sobre la gestión del talento. Este instituto está recién constituido y tenemos la esperanza de que sea un agente andaluz de conocimiento. Todas las grandes corporaciones tienen sus propios órganos de investigación científica y nosotros no podíamos ser una excepción”, señala Carlos González de Escalada.

Gestión del talento

Como ya se ha mencionado, la tercera y última pata del Plan 2030 es la gestión del talento. “En una organización como SAMU con 2.500 personas hay mucho talento, algunos visibles y conocidos y otros ocultos. En este sentido, desde el ámbito de Recursos Humanos, trabajamos para descubrir y fomentar que ese talento esté al servicio de la organización y que, además, no sea un talento estático, sino que es nuestra responsabilidad ir desarrollando y preparando a estas personas que son las que van a tirar del carro en 2030”, afirma José Antonio Trujillo. “Formar a estas personas desde el propio SAMU es una estrategia clave, es invertir en las personas que dirigirán esta casa dentro de 10 ó 15 años. Para ello, nos hemos dotado de un presupuesto muy ambicioso y de unos programas formativos muy potentes. La Academia SAMU es una de las iniciativas más exitosas y de mayor reconocimiento en toda la organización este año”.

“Actualmente ofrecemos un título de posgrado de Experto en Desarrollo directivo y también impartimos infinidad de cursos de formación en liderazgo, tecnología, formación financiera, nuevas tecnologías…”, añade Carlos González de Escalada. “Cuando estudias el recorrido de las grandes organizaciones, el mayor peligro que tienes es que se diluya tu esencia y esto nos preocupa mucho, sobre todo a la familia fundadora. No nos gustaría que la esencia fundacional, muy volcada en la prestación de servicios, en la logística, en la excelencia, en mimar todo lo que hacemos, se vaya perdiendo conforme vayamos creciendo. Y la única manera que tenemos de trasmitir esos valores es con programas específicos dirigidos al equipo directivo, formado por unas 120 personas”.

En este punto entra en juego Talento SAMU, una campaña para buscar el talento oculto que existe dentro de la organización, entre los trabajadores, con el objetivo de desarrollarlo y promocionarlo. Este proyecto tiene como objetivo que los propios empleados de SAMU puedan postularse en nuevos proyectos y optar a los puestos que se desarrollen dentro de la organización.

Alineados con los objetivos de la Agenda 2030

SAMU se proyecta como una organización líder a nivel nacional en la combinación de servicios de salud, de cobertura social y de acción ante emergencias. La combinación de las distintas áreas convierte a esta organización en un modelo inédito en España con enormes y demostradas posibilidades de replicar en el resto del mundo.

Alineados con los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la proyección de SAMU en los próximos años estará marcada por el triple objetivo de ser una entidad sostenible económicamente, de carácter altamente social y enfocada a la globalidad. Todos ellos se sustentarán en el notable incremento de la responsabilidad social de la empresa, la promoción del crecimiento económico sostenido e inclusivo y por el empleo pleno y productivo.

Residencia Santa Ana: los primeros en la carrera hacia el futuro

El 20 de abril, Carlos González de Escalada, presidente y director general de SAMU, entregó el galardón de reconocimiento a la gran labor de digitalización que ha llevado a cabo el equipo de profesionales de la Residencia Santa Ana (Sevilla), tras la implantación del Sistema de Gestión Integral de SAMU (SAMS).

En el acto, celebrado en el propio centro, también estuvieron presentes José Antonio Trujillo, adjunto a Dirección, María José Tinoco, directora del Área de Dependencia e Inclusión Social de SAMU, Almudena Chávez, directora de Innovación de SAMU, Desirée Calasanz, directora de la residencia galardonada Santa Ana, y el equipo de profesionales del centro.

Carlos González de Escalada destacó a la Residencia Santa Ana por ser “uno de los centros pioneros de SAMU” y el primero entre los más de 90 recursos de la entidad en alcanzar la digitalización completa de sus procesos de gestión a través de SAMS. En un discurso marcado por el agradecimiento de SAMU a los profesionales de la residencia, González de Escalada resaltó las cualidades que hacen de ella un referente para toda la organización: “Sois un centro grande en todos los sentidos: sois grandes profesionales, fundadores de la parte social de SAMU y, además, habéis demostrado una gran profesionalidad en la transformación y la digitalización del centro”.

El reconocimiento al esfuerzo realizado por los profesionales de Santa Ana fue unánime por parte de los presentes, que coincidieron en destacar la gran labor que está llevando a Desirée Calasanz junto a su equipo desde septiembre, mes en el que comenzaron a implantar el nuevo sistema de gestión digital: “vuestra implicación ha sido fundamental para que SAMS vea la luz en este centro”, aseguraba María José Tinoco.

La directora de Innovación de SAMU, Almudena Chávez, resaltó la importancia del trabajo en equipo para poder mejorar y adaptar las características de SAMS a las necesidades de los departamentos y áreas que conforman SAMU porque “SAMS es un sistema vivo, que tiene que cambiar en función de las necesidades del momento y al que le queda mucho todavía por adaptar y cambiar”.

Desirée Calasanz ha mantenido un contacto permanente con la directora de Innovación y el equipo informático de SAMU para trabajar en la tarea de adaptar toda la gestión del centro a SAMS. “Para mí es un honor recibir este galardón en nombre del equipo de Santa Ana. Lo recibo con muchas ganas y con el mismo entusiasmo que han puesto todos los profesionales desde que comenzamos a implantar SAMS en septiembre”. Desirée Calasanz reconocía que “ha sido un proceso complejo” pero que en la actualidad “todo el equipo trabaja a pleno rendimiento aportando todas las ideas posibles a este soporte para que se ajuste a nuestras necesidades”.

Por último, José Antonio Trujillo, adjunto a Dirección, destacó la importancia de tener un sistema como SAMS, creado por y para SAMU: “el avance de la aplicación de SAMS en todo SAMU va a suponer un antes y un después. Supone entrar en la vanguardia transformando el sector de los servicios sociosanitarios en un ámbito digital, mirando al futuro, lo que nos da la posibilidad de seguir avanzando”. Además, afirmó que “tener un sistema así, no da cabida únicamente a una gestión mucho más moderna, ágil y segura, sino que poco a poco se van a ir incorporando funcionalidades que irán más allá de la gestión de los centros y los pacientes. Estarán enfocadas a la mejora de las funciones de trabajo de todo el equipo de SAMU”.

El acto finalizó con las palabras de agradecimiento de Desirée Calasanz a SAMU por el reconocimiento “seguiremos trabajando con constancia, dedicación y, sobre todo, con mucho cariño”.

Desirée Calasanz: “Lo más importante es la unión de los diferentes equipos implicados en este proyecto”

Desde que nos comunicaron en junio de 2021 que íbamos a cambiar de sistema de gestión, estuvimos muy atareados recopilando los datos de todas las personas usuarias. Había una gran cantidad de documentos que requerían un proceso laborioso de descarga, clasificación y archivo: información del diario de equipo, evolutivos de enfermería, áreas de psicología, evoluciones médicas, registros de tareas auxiliares relacionadas con las actividades básicas de la vida diaria, movimientos de cajas, etcétera.

En la Residencia Santa Ana comenzamos a usar SAMS desde principios de septiembre, por lo que podemos asegurar que, hoy en día, la implantación es plena y el uso del anterior sistema, el Soft4care, es nulo desde esta fecha.

SAMS es una aplicación accesible para cualquier trabajador. Sin embargo, hemos tenido que realizar un gran esfuerzo para adaptarnos a este nuevo sistema de gestión, ya que el modo de realizar los registros era diferente y no podíamos hacer tareas masivas. Aun así, se han ido incorporando las aportaciones que trasladábamos al soporte del programa y ha mejorado mucho desde el inicio.

SAMS nos ha permitido proporcionar a cada categoría profesional la posibilidad de hacer registros e informes propios de seguimiento de su área, una función que no realizábamos antes. De este modo, hemos generado un registro sistematizado de todas las gestiones y áreas del centro, pudiendo volcar esa información a nivel estadístico, lo que nos permite mejorar la toma de decisiones.

Al ser un sistema interno, SAMS nos permite mantener un contacto más directo y estrecho con sus creadores. Esto es posible gracias al servicio de soporte, que facilita el envío de mensajes para trasladar nuestras necesidades y propuestas, obteniendo respuestas a las mismas a través de nuestro correo. Gracias a SAMS se está haciendo un uso adecuado de las incidencias. En el diario de equipo transmitimos la información para una buena coordinación, y en incidencias, especificamos caídas, agresiones, urgencias o cualquier otro tipo de sucesos.

Si bien es cierto que ya hemos realizado un gran esfuerzo para adaptarnos al cambio, creemos que aún queda camino por recorrer. Lo más importante de todo es la unión y el trabajo de los diferentes equipos de profesionales de SAMU implicados en el desarrollo, la implantación y la gestión de SAMS en todas y cada una de sus áreas.

Rida Nadir: “Todos los chicos sentimos miedo al salir de un recurso”

Rida Nadir, natural de Tánger, ingresó hace un año y medio en el COISL SAMU Motril. A pesar de todos los miedos que le ha generado su proceso migratorio, poco a poco está consiguiendo su plena integración sociolaboral. En esta entrevista, narra su paso por el recurso y cómo está avanzando en su proyecto de vida.

 

—¿Cómo calificarías tu paso por COISL SAMU Motril?
—Lo calificaría como positivo. Gracias al año y medio que he pasado allí puedo decir que me he podido formar como persona y puedo llevar una vida autónoma plena. He aprendido en todos los ámbitos: personal, doméstico, laboral… Recuerdo mi llegada al COISL como algo difícil, ya que me costo muchas semanas encontrar mi sitio. Con el paso del tiempo me di cuenta que estaba en el lugar perfecto y que debía aprovechar mi oportunidad. Desde entonces solo quería mejorar y mejorar, aprovechar mis cursos formativos, poder sacarme la ESO o poder conseguir un contrato en el tiempo que me quedaba por delante hasta mi mayoría de edad. Así fue como, tras varias practicas formativas y pasar malos momentos, pude conseguir un contrato en una empresa de limpieza de coches.

—¿Pasaste miedo en tus primeros días de emancipación? ¿Echabas de menos el COISL?
—Sinceramente pase unos días de incertidumbre y nervios. No sabía a lo que me enfrentaba. Creo que todos los chicos sentimos miedo al salir de un recurso. Cuando sales del COISL SAMU Motril, pasas de estar respaldado por personas que te educan y te guían a estar solo. Cuando salí comencé a valorar de verdad todo lo que me habían enseñado los educadores del centro. Los primeros días, como es normal, estaba “nerviosillo”, como se dice aquí en Motril, con mariposillas en el estómago, y me costaba conciliar el sueño. No sabía lo que que iba a encontrar o cómo iban a trascurrir mis días sin ningún tipo de ayuda. Es cierto que todo era nuevo, pero, gracias a todo lo aprendido durante años, me veía lo suficientemente preparado como para llevar una vida autónoma y plena.

—¿Qué has estudiado durante tu etapa en el COISL?
—A mi llegada al COISL, estaba cursando tercero de la ESO en un instituto de la localidad de Motril. Es cierto que este curso me costó mucho, por lo que tuve que repetir. Así pude afianzar mi conocimiento. Terminé con el título de Secundaria antes de salir del recurso. Estoy muy contento. Ya que sé que hoy en día la ESO es súper importante para poder trabajar. Gracias a la constancia, el esfuerzo y la ayuda recibida por parte del equipo del COISL, pude cumplir el objetivo de tener ese título.

—¿Qué formación laboral has tenido durante tu etapa en el COISL?
—Gracias al área de orientación laboral, he podido realizar diferentes cursos como el de conducción de carretillas o el de manipulador de alimentos… También he estado intentando sacarme el carnet de conducir, acudiendo a la autoescuela y realizando test con la ayuda de educadores. Además, he realizado prácticas en empresas de varios sectores en la localidad. Mis primeras prácticas fueron de mozo de almacén y, partir de ahí, realice varias más: camarero, monitor deportivo y, finalmente, como peón lavacoches, en la empresa Clean Car´s, donde actualmente estoy contratado.

—¿Cómo es tu vida en Motril?
—Mi día a día es bastante rutinario y ajetreado. Por la mañana, tras levantarme, acudo a mi puesto de trabajo hasta las siete de la tarde y después voy a realizar deporte. Hago crossfit desde que llegue a Motril. Gracias a los contactos que he establecido en el box [gimnasio donde se práctica crossfit] he conseguido, en cierta manera, mi trabajo actual y una red de contactos. Entreno cada día junto a mis compañeros de trabajo y mi jefe. Durante los fines de semana no tengo una rutina concreta, me gusta alternar y aprovechar el tiempo al máximo. Tengo claro que he venido a España a por una mejor vida y eso también implica poder disfrutar de actividades de ocio diferentes.

—Has contado que te apasiona el crossfit, ¿tienes algún hobby más? ¿Qué haces en tu tiempo libre?
—Es cierto que durante la semana dedico mi tiempo al trabajo y a entrenar crossfit, pero durante el fin de semana, gracias al grupo de amigos que he formado en la localidad, me gusta hacer diferentes actividades de ocio y planes como snowboard, ir de compras, salir a tomar algo, realizar alguna ruta de senderismo… No me gusta quedarme en casa. Me gusta disfrutar de mi tiempo libre y aprender cosas nuevas.

—¿Qué planes tienes de futuro?
—Me gusta vivir el día a día y no pensar en el futuro, ya que no sabes lo que te deparará. Pero sí es cierto que me gustaría formarme en algo relacionado con el deporte, ya sea un ciclo superior o medio, que me permita poder ser monitor en un gimnasio o monitor de crossfit.

—¿Tienes pensado volver a Marruecos?
—Obviamente sí, es mi tierra, donde están mis raíces, por así decirlo, y donde está toda mi familia. Pero me gustaría ir de visita, unos pocos días, porque mi vida hoy está aquí, en Motril. Cuando el trabajo me lo permita, me gustaría poder visitar a mi gente, pasar unos días con ellos y contarles qué tal me va por aquí.

ISL El Castillejo: El significado de dos portátiles donados por Fundación La Caixa

El mayor propósito que siempre hemos tenido en ISL El Castillejo (El Bosque, Cádiz) ha sido trabajar a fondo y con especial intensidad en la integración social y laboral, la normalización y autonomía de los menores, la cultura del esfuerzo, el aprendizaje de oficios mediante prácticas formativas, la continuidad de la formación, así como la incorporación de los jóvenes al mercado de trabajo.

Dada la era digital en la que nos encontramos, los menores necesitaban material informático para poder acceder a un mejor aprendizaje, una mejor formación y una correcta integración en la escuela y en el mundo laboral. Por ello, Fundación La Caixa ha subvencionado la adquisición de dos ordenadores portátiles para el centro.

Estas herramientas son necesarias para facilitar su trabajo a nuestros menores y así conseguir los objetivos planteados en su proyecto de vida.Al mismo tiempo, ese material informático sirve como herramienta que beneficia a los menores en la búsqueda de empleo, la elaboración de currículums vitae, la realización de cursos online, la utilización de material de apoyo para el seguimiento de clases de español en el recurso, y un seguimiento adecuado de las clases que se han ido impartiendo online debido a la pandemia.

En ISL El Castillejo nos encontramos muy satisfechos y agradecidos por la subvención concedida por Fundación La Caixa para la compra de estos equipos, en apoyo a la integración comunitaria, social y laboral de nuestros menores extranjeros no acompañados.

Gracias a La Caixa de la localidad de El Bosque, podemos afirmar que los menores que residen en el recurso estarán mejor preparados ante su próxima mayoría de edad y mejor capacitados para tener una vida más independiente, mayor variedad e igualdad de oportunidades en lo que se refiere al mundo sociolaboral.

No queremos terminar este artículo sin dar un especial agradecimiento a la directora de la entidad bancaria de la localidad El Bosque, por su interés en nuestro trabajo y el excelente trato al equipo del centro ISL EL Castillejo.

ISL Cortijo: Samir Baidan, un referente de constancia y resiliencia

Dice un proverbio árabe: “La paciencia es un árbol de raíz amarga, pero de frutos muy dulces”. Dicha frase le viene como anillo al dedo a la historia de Samir Baidan. El joven llegó a España a finales de 2019 aquejado de una coxartrosis, una artrosis de cadera. Según su relato, un médico en Marruecos le aconsejó trasladarse a España ya que, por motivos económicos y técnicos, en su país era imposible su operación.

A esta cuestión se unía la necesidad imperiosa de lograr un futuro mejor. Durante su estancia en ISL Cortijo (Jimena de la Frontera, Cádiz) de Fundación SAMU, y a través de la Escuela de Oficios SAMU, Samir superó el curso de mantenimiento de jardines y zonas verdes, con una duración de 200 horas lectivas y metodología práctica realizada en Cortijo Román de Jimena.

Tras la realización de dicho curso, algunos de sus compañeros tuvieron mejor suerte que el joven Samir obteniendo un trabajo acorde a la formación recibida. Él, sin embargo, no obtuvo recompensa al esfuerzo realizado. Tras esta primera desilusión, y como resultado del Programa Camino a la Autonomía y Emancipación de nuestra entidad, el joven realizó sus primeras prácticas formativas como auxiliar de mecánica en una conocida empresa multinacional. Tras la finalización de estas prácticas, tras tres meses de predisposición, voluntariedad y buena actitud, no consiguió de nuevo la tan ansiada contratación.

El menor, lejos de maldecir su suerte, ya en ISL Ruiz Tagle (Algeciras) de Fundación SAMU, mantuvo una buena actitud y no desistió en seguir empleando todas sus ganas para alcanzar sus objetivos. Realizó diversos cursos que complementaron su formación, manteniendo siempre una actitud ejemplar en el recurso y no cerrando puertas a cualquier ocasión que pudiera presentarse.

Así, volvió a realizar unas nuevas prácticas en una lavandería industrial siguiendo los pasos de otro compañero de su recurso que las había realizado en la misma empresa y había logrado un contrato de trabajo. Samir y la suerte, sin embargo, volvían a no encontrarse: la pandemia y otras circunstancias volvieron a convertirse en una barrera a pesar de haber vuelto a mostrar una gran actitud en su cometido.

Con su mayoría de edad a un mes vista y, tras sufrir una operación de apendicitis, la paciencia y el esfuerzo por fin tuvieron sus frutos dulces. Nos informaron de que había una plaza vacante de mantenimiento en un famoso gimnasio de Algeciras y… ¡contratado! Samir consiguió por fin su primer contrato de trabajo en España y así logró lo que más deseaba desde su llegada el país. Para el equipo de ISL Cortijo y para todos sus compañeros se ha convertido en un ejemplo y un referente de constancia, resiliencia y sacrificio.

Recep Campo de Gibraltar: Mohamed Ouma, una guía a seguir hacia la inclusión

Mohamed Ouma ingresó en nuestro centro de recepción Recep Campo de Gibraltar hace dos años. A su espalda, un recorrido y un pasado muy duro marcados por las dificultades económicas y el fallecimiento de su padre tras un accidente de tráfico cuando él era solo un niño. Este suceso provocó que recayera sobre Ouma la responsabilidad de sustentar a su familia, formada por su madre y su hermana pequeña. Además, tras una mala intervención quirúrgica en su país, el joven sufrió la pérdida de visión del ojo derecho.

Pese al dolor de dejar a su familia, se embarcó junto a otras personas en una patera para, como ellos bien nos dicen a su llegada, “buscar un buen futuro”.
Durante su estancia en el recurso fue un chico que se hizo notar. Prudente, tímido y siempre disponible para aprender y ayudar, era muy participativo y tenía un gran interés por aprender español. En tan solo cuatro meses consiguió dominar el idioma. Se convirtió en un referente en nuestro centro para el resto de los menores.

Al cumplir la mayoría de edad, fue trasladado a un recurso ubicado en Jerez gestionado por la entidad CEAR. Allí consiguió superar el primer curso de ESPA y el nivel A2 de español. Desde CEAR, le dieron la posibilidad de solicitar un traslado a la zona del Campo de Gibraltar, puesto que él refería reiteradamente que “su familia SAMU” se encontraba aquí.

Estando ya en nuestra ciudad, Mohamed, se ofreció como voluntario en nuestro centro de recepción con el objetivo de apoyar a quienes les ayudaron. Continuó con sus estudios finalizando ESPA con la segunda mejor calificación. Al mismo tiempo, consiguió una plaza en la Escuela de Capacitación y Emprendimiento Hostelero, y realizó un curso de pintura con la Coordinadora Alternativas. Por su actitud fue elegido para participar en la clausura de dicho curso.

A finales de verano comenzó a trabajar con SAMU como mediador intercultural. Ha sido, sin duda, una de sus mayores alegrías desde que cruzó el Estrecho. Como mediador, tiene grandes cualidades como el respeto y la empatía con los menores, además de gran habilidad para resolver conflictos.

Mohamed sigue superándose a diario. Posee una alta sensibilidad y empatía que lo convierten en un gran profesional y, sobre todo, en una persona excepcional.

CPM Miguel de Mañara: Prácticas empresariales como trampolín al mercado laboral

En el centro CPM de Miguel de Mañara se persigue que los menores residentes se sientan parte activa de nuestra sociedad y nuestra cultura, y qué mejor manera de conseguirlo que siendo partícipes de su continuidad formativa con prácticas en empresas locales que apuestan por la integración.

Nuestro centro acoge tanto a menores adolescentes inmigrantes como a menores nacionales en situación de desamparo y/o en riesgo de exclusión social. Muchos de ellos, cuando ingresan aquí, a pesar de que llegan con unos niveles educativos muy bajos, tienen como meta principal conseguir una estabilidad laboral que en sus países de origen no podrían alcanzar.

Desde el CPM Miguel de Mañara apostamos por una línea de actuación educativa basada en la convivencia y mejora de las competencias formativas de nuestros menores.

Todos quieren labrarse un futuro en nuestro país y son conscientes de que eso debe comenzar obteniendo una titulación académica y unos estudios básicos. A pesar de las dificultades tales como el idioma y su bajo nivel académico de partida, muchos de ellos lo están consiguiendo.

Es el caso de tres de nuestros chicos, Amine Aboulanouar, Mohamed Er-Rouby e Ibrahim Bah, quienes han comenzado las prácticas formativas que darán fin a sus estudios de FP de grado medio de mecánica y cocina. Dos de ellos realizarán sus prácticas en talleres (Box Car Service Tomares y Valderrama Automoción Chapa y Pintura) y otro en Ikea (sección de gastronomía). Creemos que estas prácticas son una oportunidad para seguir creciendo personal y académicamente y serán de gran ayuda a la hora de optar a un empleo.