ISL SAMU Dúrcal: Los beneficios de trabajar con la actividad artística

Durante los años escolares se nos intenta formar en lo útil, en lo práctico, en lo que se puede medir… Pero, ¿dónde quedan el placer por descubrir, y el placer por conocer y sentir? ¿Acaso eso carece de utilidad? La autora Marián López plantea cómo el arte puede utilizarse para construir nuevas formas de relacionarse, nuevas formas de entendimiento, poniendo en valor el proceso y no solo el objetivo final. La pregunta que debemos hacernos para buscar una justificación en el uso del arte como herramienta transformadora es: ¿Qué beneficios podemos obtener al trabajar la actividad artística con los jóvenes?

A nivel individual podemos trabajar diferentes aspectos. Por un lado, generar cambios a nivel individual, relacional y social. Ser honestos con nosotros mismos y con nuestra realidad permitirá identificar aquellos aspectos de la vida que pretendemos modificar.

Por otro lado, podemos trabajar el autoconocimiento y la autoestima, haciendo un recorrido por nuestra historia y los sentimientos que nuestras vivencias nos han producido. Identificando las capacidades, habilidades, defectos y aquello que nos caracteriza podemos crear una imagen simbólica de lo que somos y el lugar que ocupamos en la sociedad. Esa imagen simbólica nos servirá como diagnóstico para, a posteriori, producir cambios en nosotros mismos y enfrentar los conflictos de nuestra situación de la manera más resolutiva posible.

La actividad artística también nos puede ayudar a gestionar las emociones: la violencia, la desmotivación, la depresión, frustración, tristeza, pérdida de identidad… Identificar y entender el origen de las emociones nos permitirá trabajar en base a aquellas que nos generan sentimientos positivos y de realización personal, y controlar aquellas que nos producen malestar.

En cuanto a las relaciones interpersonales, en contextos de riesgo se generan actitudes competitivas y de desconfianza. Mediante las dinámicas artísticas participativas y de cooperación esperamos poder trabajar esas habilidades que sirvan para crear vínculos de apoyo, de corresponsabilidad y de confianza. Para ello será necesario hacer hincapié en una comunicación basada en el respeto, la aceptación y el entendimiento de ideas diferentes a las nuestras desarrollando aptitudes como la empatía, la asertividad o la escucha activa.

Por último, cuando trabajamos colectivamente creamos una identidad grupal que nos representa en sociedad. Esto permite al colectivo encontrar un hueco dentro de una realidad social de la que no se siente partícipe. Los jóvenes pueden presentarse como personas capaces. Al mismo tiempo, este trabajo visibiliza la situación de exclusión con el objetivo de que la comunidad tome consciencia y ejerza presión a las instituciones para la implantación de políticas inclusivas y de justicia social.

MARINA TORAL FAJARDO. Auxiliar Técnico Educativo. ISL SAMU Dúrcal

Recep Campo de Gibraltar: El balonmano como herramienta de integración

En el centro de acogida inmediata Recep Campo de Gibraltar, a través del deporte, reforzamos positivamente a los chicos y favorecemos las relaciones interpersonales y la comunicación entre ellos. La asistencia a encuentros deportivos consigue romper con su rutina diaria.

El año pasado, el Club Balonmano Ciudad de Algeciras invitó, en varias ocasiones, a nuestros chicos de Recep a asistir a algunos partidos de la liga. Los menores pudieron presenciar varios partidos del equipo masculino y femenino, que juegan en la Primera División Nacional, que corresponde a la categoría Bronce del Balonmano Español.

Fruto de la buena relación entre la directiva de este Club y alguno los compañeros del recurso, que militan en ese Club como jugadores y entrenadores desde hace mucho tiempo, este año los menores de Recep han podido disfrutar de todas las jornadas de la liga, asistiendo gratuitamente a los partidos tanto de la categoría masculina como femenina.

Estamos muy agradecidos, porque de manera altruista y sin ningún tipo de compromiso por parte de la directiva de este Club, nuestros menores han tenido la posibilidad de ver equipos de primera categoría, procedentes de distintas regiones de Andalucía, Madrid, Extremadura, Castilla La Mancha …

Los chicos no solo han disfrutado viendo los partidos, sino que han tenido la oportunidad de animar y ver a sus educadores fuera del centro y en su tiempo libre. Además, con esta actividad conseguimos inculcar valores relacionados con el deporte y los hábitos de vida saludable.

Tenemos que destacar que, gracias a nuestra relación con este Club y su buena voluntad, también nos permitieron asistir a un partido de fútbol entre el Algeciras y el Albacete en el Estadio Nuevo Mirador.

Desde Fundación SAMU, queremos dar nuestro más sincero agradecimiento a este Club y a todas las personas que lo componen por su esfuerzo e implicación con los menores, ya que sabemos que subsiste gracias a la colaboración de algunas entidades y al trabajo de todos ellos.

Equipo Recep Campo de Gibraltar

Concepción Pérez: “En SAMU dan oportunidades. Estés donde estés, eres visible”

Concepción Pérez Carrera (Sevilla, 1976), directora del área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer, es un claro ejemplo del talento SAMU y de proyección meteórica. Llegó subrogada como coordinadora del servicio educativo de la Junta de Andalucía y, cinco años después, dirige tres proyectos que abarcan en torno al 40% de la plantilla de SAMU.

—Como curiosidad le diré que está usted involucrada en tantos proyectos de SAMU que no hay edición de Revista SAMU en la que no aparezca alguno de sus negociados.
—Es cierto, en la revista siempre sale algo mío. Soy directora del área de Intervención Socieducativa y de la Mujer de SAMU, una de las áreas más grande de la organización, además de directora de la Escuela de Oficios (EOF) desde enero de 2021. Entre mis proyectos está también el liderazgo de iniciativas que aporten nuevos servicios en SAMU desde la diversificación de servicios auxiliares de alto valor añadido en nuestra organización. A mi cargo hay, entre estos tres proyectos, unos 1.100 trabajadores, en torno al 40% de la plantilla de SAMU. Llevo toda la vida gestionando grandes equipos, me resulta fácil y muy motivador. Nunca me aburro.

—Vayamos al principio de la historia. ¿Cuándo y cómo comenzó a trabajar en SAMU?
—En marzo hice cinco años en SAMU. Llegué de la mano del servicio de necesidades educativas especiales de la Junta de Andalucía del que yo era coordinadora y que SAMU ganó por licitación pública. Llegué subrogada, como todo el equipo. Llevaba alrededor de 14 años coordinando este servicio en la provincia de Sevilla y estaba acostumbrada a pasar de empresa en empresa. Pero SAMU fue diferente. Parecía que llevaba años trabajando aquí, me sentía como en casa. Todo fluía.

—¿Cómo dio el salto a otros proyectos de la casa?
—Por mi espíritu inquieto, siempre me he involucrado en todo, en lo mío y en lo que no es lo mío. Sentía que mi servicio se me quedaba corto. Después de tantos años, lo controlaba muy bien. Recuerdo que a Valme López siempre le decía: ‘Si sale algo más, cuenta conmigo. Quiero involucrarme más, quiero formar parte de SAMU en todo’. Todos aquellos que fueron primero mis jefes, como Valme López, Alejandro Lerín o Enrique Yrazusta, vieron en mí ese compromiso y apostaron por mí. Por este motivo, además de seguir coordinando mi servicio, me propusieron crear el departamento de selección de personal de SAMU. De hecho, yo misma seleccioné a Lola Lazo, que hoy lidera este departamento.

—¿Cómo afectó la pandemia a su trabajo en SAMU?
—Durante la pandemia se cerraron los centros educativos, por lo que mi área de servicios educativos apenas tenía actividad. Yo tenía claro que no me iba a quedar en casa, así que me pusieron al frente del taller de confección de mascarillas y, luego, con la selección de voluntarios para los dispositivos Covid de SAMU.

—Su ascenso en SAMU ha sido meteórico.
—Empecé como coordinadora del servicio educativo de Sevilla y Alejandro Lerín, mi jefe entonces, me ascendió a supervisora de toda Andalucía. Después, Enrique Yrazusta me nombró jefa del área de Servicios Educativos y, cuando ésta se transformó en el área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer, directora de la misma. Además, de forma paralela, hace más de un año asumí la dirección de la Escuela de Oficios con el reto de darle un impulso.

—Algunos de sus compañeros la consideran la mejor representante del programa Talento SAMU.
—Mis compañeros son maravillosos y es un honor que hayan pensado en mi para ser la ‘embajadora’ de este magnifico proyecto. Desde aquí, quiero animar a todos los compañeros a que se inscriban, ya que en SAMU dan oportunidades, eres visible. Estés donde estés, te ven, y eso ha sido clave para mi ascenso, independientemente de mi compromiso con la entidad. En ocasiones, por muy involucrado que tú estés, no hay feedback. Éste no es el caso.

—¿Cree que ha tocado techo en SAMU?
—Estoy muy feliz de ser la directora del área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer, pero tocar techo, no, nunca. Me queda mucho por aprender y por trabajar.

—¿Cuáles son sus retos profesionales?
—Ahora mismo, para mí lo más importante es impulsar el área de la Mujer y poder prestar servicios en violencia de género, acogimiento residencial… Me siento muy identificada con este proyecto porque creo que las mujeres tenemos aún mucho que decir y que hacer. Siento que estoy en el sitio adecuado para aportar mi granito de arena y llevar a cabo esa transformación que necesita SAMU en este ámbito. Mi reto es seguir creciendo, consolidar el área que dirijo y que sea una de las más grandes y potentes de SAMU.

—¿Qué dificultades ha encontrado durante su progreso profesional?
—Todo crecimiento conlleva un esfuerza y un sobreesfuerzo y, a veces, es difícil conciliar la vida laboral y personal, pero yo eso no lo considero una dificultad. SAMU es adictivo. No puedo estar ni un solo día desconectada. Sé que es necesario desconectar, pero confieso que yo no lo aplico y soy feliz. Siempre me he sentido escuchada y apoyada.

—¿En algún momento ha sentido que no la trataban, profesionalmente, igual que a sus compañeros masculinos?
—Aquí no hay ninguna distinción entre hombres y mujeres. La igualdad en SAMU es una realidad. De hecho, casi el 55% de los cargos directivos de la entidad están ocupados en estos momentos por féminas. Tengo que decir que nunca en mi vida laboral he sentido ese techo de cristal para mi progreso profesional, aunque, desde que formo parte del equipo de SAMU, me he sentido más respaldada que en otras empresas.

—También es directora de la Escuela de Oficios de SAMU, ¿qué nuevos retos asume esta escuela?
—La Escuela de Oficios está en estos momentos en pleno proceso de transformación. Esta escuela nació para dar respuesta a las necesidades formativas específicas de los menores acogidos en los centros de Fundación SAMU mientras lograban regular su situación en España, con un enfoque total a su empleabilidad. Sin embargo, cada vez, gracias al esfuerzo y trabajo de los profesionales de estos recursos, estos menores se escolarizan antes y acceden a una formación reglada y profesional, por lo que la Escuela de Oficios pierde un poco su esencia. En estos momentos, centramos nuestro trabajo en los recursos de menores de urgencia y temporales que abre Fundación SAMU, como los habilitados en Ceuta y Canarias. Digamos que la Escuela de Oficios ahora se traslada ahora allí donde más se necesita su labor para impartir cursos de muy distinta naturaleza: mantenimiento de edificios, jardinería, sostenibilidad y medio ambiente, o pinche y cocina, como ejemplos. Nos estamos adaptando a las necesidades de estos menores allí donde estén.

—Antes ha mencionado que también dirige Nuevos Medios Logísticos. ¿En qué consiste esta iniciativa exactamente?
—SAMU trata de dar respuestas a necesidades que la entidad precisa y respecto a las que se siente preparada para autogestionarlas. Son iniciativas de apoyo a los recursos de Fundación SAMU de alto valor añadido desde fuera de la organización y que somos capaces de asumir con mayores índices de calidad y servicio que lo que ofrece el propio mercado. Se trata de proyectos con enorme recorrido dentro y fuera de SAMU que queremos ofrecer en ámbitos de salud y en servicios sociales más allá de nuestra actividad troncal desde una organización con 40 años de experiencia en estos sectores.

—¿Cómo logra liderar y gestionar tantos proyectos diferentes?
—Por mi equipo, sin duda. Sin mi equipazo sería imposible sacar adelante tanta iniciativas. Tengo gente muy buena a mi alrededor.

Un impulso a la convivencia escolar en Vallecas (Madrid)

La presencia de SAMU en Madrid adquiere cada vez más peso gracias a los diferentes proyectos sociales puestos en marcha en la capital española. El último de ellos viene de la mano del área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer, que desde noviembre trabaja en un programa de convivencia escolar en el distrito madrileño de Vallecas. El objetivo de esta nueva iniciativa es la creación de un espacio de reflexión para la convivencia que impulse el desarrollo de competencias escolares y personales de los alumnos de Primaria y Secundaria del distrito, con el fin de fomentar la corresponsabilidad de la convivencia en su centro escolar y ofrecerles herramientas para la resolución de conflictos y que les permitan mejorar su relación con sus iguales, con el personal del centro educativo y con su entorno.

Desde su puesta en marcha hace ya seis meses, el equipo de profesionales, compuesto por dos educadores y dos psicólogos, ha realizado talleres de resolución de conflictos, prevención del acoso, cyberbullyng, habilidades sociales y habilidades comunicativas, inteligencia emocional, autoestima y autoconcepto a más de 70 escolares (53 chicos y 19 chicas). Además, se han desarrollado píldoras informativas dirigidas a las familias para ayudarles en la gestión de conflictos.

Según explica Concepción Pérez, directora del área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer, este espacio de reflexión se ha creado con carácter formativo y preventivo y cuenta con tres fases. La primera de ellas es la de intervención. “Se crea un espacio fuera del instituto para dar respuesta a los alumnos sancionados con la medida de suspensión del derecho de asistencia al centro escolar. Aquí se trabajan tanto las competencias escolares como las personales para su adecuada reincorporación a la comunidad educativa”, explica Pérez.

La segunda fase es la de seguimiento de la intervención llevada a cabo tanto a nivel grupal como de forma individual. Mientras que la tercera fase está dedicada a la formación de las familias. “Se crean espacios para proporcionar a las familias apoyo, dotándolas de las herramientas necesarias para mejorar la educación de sus hijos. Con ello se pretenden mejorar las habilidades sociales y la gestión de los conflictos del alumnado para favorecer la convivencia en los centros escolares”, continúa Concepción Pérez. De manera paralela, también se realizan intervenciones con las familias y el centro, a nivel de mediación, tras el conflicto. “Todo desde un enfoque integrado de género en el programa”.

Entre los objetivos de este servicio de convivencia escolar destacan ofrecer un lugar para la reflexión el encuentro y el cambio; evitar que el periodo de expulsión suponga una pérdida de formación, de ritmo académico o de interés por los estudios (responsabilizando al alumnado en que la expulsión también conlleva la continuación de los estudios); y dar una respuesta a aquellas familias que en los periodos de expulsión no pueden conciliar su vida laboral y familiar. Además, se busca generar un espacio donde las familias y educadores puedan encontrar posibles respuestas ante los conflictos con los alumnos, promoviendo así la colaboración de las familias en el proceso educativo de sus hijos; mejorar las competencias personales y escolares del alumnado expulsado; facilitar la reincorporación al grupo de clase de referencia y a la comunidad escolar; trabajar con las familias para dotarles de herramientas para la convivencia; elaborar un plan de actuación con las familias encaminado a la reducción y/o desaparición del absentismo; implicar a las familias en los estudios del alumnado y en la importancia de mantener un buen clima en casa y en la escuela; establecer un vínculo de comunicación positiva entre las familias y el centro; conocer los principales factores que afectan el clima escolar en la escuela; y fomentar la participación del profesorado y el uso de sus ideas, entre otros objetivos.

Cuando cuidar es una oportunidad para enseñar

Según la Organización Mundial de la Salud, más de mil millones de personas en el mundo, equivalente al 15% de la población, tienen algún tipo de discapacidad. ¿Tienen estas personas el mismo acceso a la salud y los cuidados que el resto de la población?

Hablar de discapacidad es referirse a un concepto heterogéneo, pero que converge en el hecho de encontrar en el día a día barreras, ya sean arquitectónicas, comunicativas…, que dificultan el acceso a unos cuidados plenos.

El objetivo de este artículo es mostrar una visión, aunque general, centrada en aquellos cuidados necesarios en las personas con discapacidad, en concreto en aquellos centros o servicios donde se presta su atención; recursos y cualidades que podrían ser útiles en las competencias de las enfermeras.

En el Código Deontológico de la Enfermería Española, en su artículo 4, detalla que “La enfermera/o reconoce que la libertad y la igualdad en dignidad y derecho son valores compartidos por todos los seres humanos, que se hallan garantizados por la Constitución Española y la Declaración Universal de Derechos Humanos. Por ello, la enfermera está obligada a tratar con el mismo respeto a todos, sin distinción de raza, sexo, edad, religión, nacionalidad, opinión política, condición social o estado de salud”.

La Enfermería actúa en diversos ámbitos, no solo en el asistencial. La investigación, docencia y la gestión deben abrir nuevas vías para el desarrollo de roles que actúen con las personas con discapacidad y así lograr una mayor excelencia y humanización de los cuidados. El trato distinto entre personas da lugar a desigualdades en salud, así como a fomentar el rechazo entre la población hacia las personas con discapacidad. Las enfermeras deben luchar por humanizar el cuidado hacia todos los colectivos.

Enfermería en los centros de discapacidad intelectual

En aquellos centros o servicios, ya sean públicos o privados, sanitarios, sociales y/o educativos, a los que acceden las personas con discapacidad que necesitan algún tipo de cuidado debe existir la figura de una enfermera cualificada, dentro de un equipo multidisciplinar que sitúe a la persona como eje de sus actuaciones. Dichas actuaciones deben ir encaminadas a lograr la mayor autonomía posible de las personas y no solo su dependencia de cuidados. Cuidar no debe entenderse como un acto de suplir, sino como una oportunidad para enseñar.

La responsabilidad de la preparación y administración de la medicación, seguimiento individualizado de patologías agudas y crónicas, actuación ante urgencias y emergencias, actuación ante crisis de agitación y promoción de la salud y hábitos saludables son algunas de las competencias que pueden tener las enfermeras en centros sanitarios y sociosanitarios en el cuidado de cualquier persona.

Sin embargo, resulta interesante destacar aquellos objetivos dirigidos a conseguir la mayor autonomía de las personas con discapacidad en particular y crear perfiles de ‘activos para la salud’ dentro de los profesionales de Enfermería, definiéndose estos activos como “cualquier factor o recurso que potencie la capacidad de los individuos, de las comunidades y de las poblaciones para mantener la salud y el bienestar”, según Morgan A. Davis M.& Ziglio, E.

Es el personal de Enfermería, los profesionales sanitarios, los que deben promover la creación de estos roles y hacerlos extensible solo a otros compañeros, sino a otras profesiones y a los propios usuarios de los recursos existentes.

Decálogo: Cuidados para la autonomía

Es necesario plantear una serie de habilidades, objetivos y/o recursos de las enfermeras que puedan facilitar el autocuidado de las personas con discapacidad:

  1. Respeto en la interacción con las personas con discapacidad y lucha por la dignidad en los cuidados, humanizando todas las actuaciones.
  2. Desarrollar intervenciones dentro de equipos multidisciplinares y así conseguir objetivos comunes con la suma del trabajo individualizado de las distintas profesiones.
  3. Formación al resto de profesionales. Creación de activos en salud dentro de las competencias de cada profesional para potenciar las habilidades y aprendizajes de las personas con discapacidad.
  4. Empoderamiento de las personas con discapacidad para así lograr la independencia individual máxima.
  5. Supervisión de las actuaciones llevadas a cabo, brindando el apoyo necesario para la corrección o adquisición de habilidades necesarias para el autocuidado.
  6. Actuación en la agitación o alteración de la salud. Brindando aquellas actuaciones necesarias para resolver el desequilibrio de la salud, ya sea actuando frente a accidentes, alteraciones de conducta o urgencias médicas.
  7. Vigilancia del estado de salud. Prevención y promoción de hábitos saludables.
  8. Coordinación con las familias o tutores y referentes en materia de salud (Atención Primaria, especialistas…) para lograr la asistencia y seguimiento necesario en aquellas patologías o necesidades tanto agudas como crónicas.
  9. Búsqueda de nuevos recursos y dotación de medios. Facilitar el acceso a los recursos materiales necesarios para la realización de aquellas habilidades básicas e instrumentales de la vida diaria.
  10. Manejo individualizado y holístico. No centrándonos en la discapacidad, sino en las necesidades sociosanitarias de las personas atendidas.

Conclusión

Invertir en educación, empleo y liderazgo y apostar por un perfil de enfermeras que destaquen por la inclusión en sus cuidados fomentará la equidad de cuidados y el empoderamiento en salud de las personas con discapacidad.

Las enfermeras, desde los centros sociosanitarios y sanitarios que ofrecen sus cuidados a las personas con discapacidad, deben mostrar dichas habilidades para favorecer la autonomía del colectivo, sabiendo que tienen un papel decisivo en sus vidas. Las personas con discapacidad deben ser los protagonistas de sus vidas y de su salud.

JOSÉ ANTONIO JIMÉNEZ. Enfermero de la UED San Lucas

Dos meses en la frontera de Ucrania

Hace ya dos meses que SAMU inició una misión humanitaria en la frontera con Ucrania para atender a los miles de damnificados por la invasión de Rusia a Ucrania. El 2 de marzo, un equipo de ocho personas lideradas por Borja González de Escalada, vicepresidente de Fundación SAMU, se convirtió en el primer contingente de la organización andaluza que viajaba al este de Europa tras el inicio de la guerra. Su destino inicial fue la frontera de Rumanía con Ucrania. Dos meses después, SAMU tiene presencia en tres países fronterizos distintos (Rumanía, Moldavia y Polonia) y, recientemente, ha enviado un tercer contingente. La misión de SAMU en Ucrania no tiene, de momento, fecha de finalización. De hecho, según confirman fuentes de la organización, ya hay preparado un cuarto equipo que viajará a la zona en las próximas semanas, y no se descarta constituir un quinto grupo.

El último contingente de voluntarios que ha viajado hasta la fecha a la frontera con Ucrania lo hizo el 11 de abril. Este equipo de relevo está formado por siete personas, entre las que se encuentran enfermeros, médicos y técnicos de emergencias sanitarias, y el destino inicial ha sido Tulcea (Rumanía). Con ellos, el despliegue de SAMU en la zona será de 10 voluntarios, que se dividen en campamentos situados en la frontera de Ucrania con Rumanía y también en la frontera con Moldavia.

La labor de SAMU sobre el terreno consiste en atender a las personas que llegan a los campamentos a través de las fronteras con el país ucraniano. Las patologías más atendidas por parte de los voluntarios, que prestan ayuda a refugiados de todas las edades, son problemas de hipertensión, episodios de infarto o hipotermias.
Juan González de Escalada, director del área de Emergencias de SAMU y jefe de este tercer contingente, ha sustituido sobre el terreno a su hermano Borja González de Escalada, vicepresidente de Fundación SAMU y, hasta ahora, jefe de esta misión humanitaria.

Juan González de Escalada explica que este tercer contingente ha desplegado sus actuaciones de nuevo en Tulcea, ciudad de Rumanía próxima a la frontera con Ucrania, y en Moldavia, que también linda con el país invadido por las tropas rusas. Del mismo modo, señala que SAMU cuenta con “una persona de referencia” en Polonia ante “la posibilidad” de instalar en este país un centro de acogida para mujeres y niños procedentes de Ucrania.

Los efectivos de SAMU están “perfectamente integrados en la estructura de respuesta” humanitaria desplegada en las fronteras de Ucrania, que de por sí cuentan con “equipos suficientemente nutridos con toda la logística sanitaria necesaria”, según apunta el director del área de Emergencias de SAMU.

González de Escalada también comenta que los refugiados que llegan hasta estos dispositivos gozan de “buena situación física”, con lo que las actuaciones de los efectivos de SAMU suelen tener en estos momentos un cariz más social que sanitario. No obstante, el equipo humano movilizado cuenta con “capacidad para soporte vital básico, intermedio y avanzado”, incluyendo además a “dos ginecólogos de dilatada experiencia” para hacer frente a las posibles contingencias sanitarias.

Un albergue para refugiados en Polonia

Desde que el viernes 5 de marzo el primer contingente de SAMU llegara a Issacea, su primer destino, estos profesionales no han dejado de atender a las personas provenientes de Ucrania que huyen de la invasión rusa. En ese punto, Issacea, los refugiados atraviesan el país por el río que hace de frontera natural entre ambos estados del este de Europa. “En la mayoría de los casos, atendemos problemas menores de salud. Muchos son infecciones respiratorias y algunas heridas superficiales. Si detectamos patologías mayores, derivamos al hospital más cercano de la zona”, explica Borja González de Escalada. “La presión humanitaria que veíamos hace unas semanas se ha ralentizado en Rumanía. Después del éxodo de tres millones de personas, el flujo de personas parece disminuir”. Sin embargo, para esta decena de valientes no hay descanso.

Al poco tiempo de llegar a Rumanía, cuatro de las ocho personas del equipo de SAMU se desplazaron a Ivancea (Moldavia). Allí recorrieron y visitaron albergues y refugios improvisados para acercar la clínica lo máximo posible. “Muy especialmente en un país tan pobre como Moldavia, cuya población se ha quintuplicado con la llegada de refugiados de Ucrania”, continúa Borja González de Escalada.

“Ahora mismo, el equipo de Moldavia se ha instalado en un albergue de 400 personas de Chisináu, su capital. Y nos vamos apañando con traductores on line y personales porque aquí nadie habla inglés”, subraya el vicepresidente de SAMU. Allí, la presencia de menores ucranianos es mayor, por lo que consultan constantemente a un pediatra de un equipo suizo ante cualquier posible complicación. “Ya nos estamos haciendo un nombre y la población confía en nosotros”.

El siguiente gran reto es Polonia. En este país la recepción de refugiados ucranianos en Polonia es “diez veces superior a la que soporta Rumanía”, según destaca Borja González de Escalada. Por esta razón, y observando que existen pocos albergues para acogerlos, SAMU está trabajando y haciendo las gestiones oportunas para habilitar un edificio que dé cobijo “a entre 100 y 150 personas durante, mínimo, un año”.

Según el vicepresidente de Fundación SAMU, tanto el cuerpo de Policía, como el de bomberos rumano es “amabilísimo”. El campamento base es algo muy provisional, “pero allí hay tiendas de campañas con calefacción a tope y urinarios químicos. Además, algunas personas llegan con pasaporte y otras no. Las autoridades rumanas están facilitando todos los trámites a los refugiados con gran celeridad”.

“No todo el pueblo ucraniano que llega a la frontera conoce su destino siguiente. Allí mismo, sobre la marcha, lo deciden, pero no suelen pernoctar en el punto fronterizo. Lo más habitual es solicitar ir a Bucarest y de ahí a otras ciudades de Europa”, explica Borja González de Escalada, que regresó a Sevilla el 15 de abril tras un mes y medio en la zona. A pesar del frío y el cansancio, los voluntarios de SAMU han podido comprobar que muchos ciudadanos de Ucrania creen que su desplazamiento es algo temporal. “Esperan volver a casa en unas cuantas semanas. Lo están deseando”.

En primera persona

Miguel Ángel López y Clara Ávila, enfermeros y estudiantes del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria de SAMU y la Fundación San Pablo Andalucía CEU, formaron parte del primer contingente que envió SAMU para asistir a los refugiados ucranianos. Ya de regreso, cuentan su experiencia: “En un mes hemos sido conscientes de la parte más cruel del ser humano, pero también de la más bondadosa, las ganas de ayudar y los voluntarios que se ofrecen constantemente”, declara López. “Nosotros no somos héroes ni nada de eso. Hemos hecho lo que sabemos hacer”.

Este primer equipo atendía a los ucranianos que llegaban a Isaccea en un ferry que cruzaba el río Danubio. Cada día supervisaban a entre 100 y 300 refugiados. Los enfermeros aclaran que la mayoría de estas personas llegaban con crisis de ansiedad o estrés, crisis hipertensivas o descompensaciones crónicas como consecuencia de no haber podido continuar con su medicación habitual. “El peor caso que tratamos fue el de una pareja de jóvenes. Ella había sido madre primeriza por cesárea hacía cuatro días. Estaban en shock. Desde el hospital cogieron el ferry. No sabían dónde iban a ir ni cómo actuar como padres, tenían un desconocimiento absoluto y padecían una fuerte crisis de ansiedad”, explican los enfermeros.

Recursos disponibles

Ambos coinciden en que les ha sorprendido la cantidad de recursos que tenían los refugiados al cruzar la frontera. “Llegaban y les daban una tarjeta SIM para el móvil, autobuses gratuitos hacia diferentes destinos, pasaportes rumanos, comida, alojamiento…”, señala Miguel Ángel López, al que le llamó la atención que eran muchas las familias que llegaban con sus mascotas, a las cuales se les proveía con un chip europeo.

“Una de las cosas que más me ha impactado ha sido ver cómo las madres gestionaban sus emociones delante de sus hijos para tratar de ocultarles el dolor. En la ambulancia atendíamos a mujeres que estaban llorando y, cuando se giraban, se ponían a jugar con sus hijos de manera alegre”, comenta Clara Ávila.

Miguel Ángel López reconoce que, al menos durante el primer mes de la misión, tiempo en el que ellos estuvieron trabajando en esta zona, era más necesaria la ayuda social que la sanitaria. “Es como si nosotros tenemos que salir de casa mañana mismo con lo puesto. Los refugiados que llegaban a Rumanía estaban bien de salud, lo que necesitaban era alojamiento, transporte o un trabajo”. El enfermero asegura que los primeros desplazados que llegaron los primeros días tras la invasión a Rumanía eran personas de clase media o alta.

“Para coger el ferry había que pagar unas tasas, por lo que quienes tenían dinero han ido saliendo antes. Ninguna de las personas que llegaban tenían entre sus pensamientos volver a su país, pero en Moldavia, que está cerca de una zona prorrusa ucraniana, la situación era diferente. Las personas que llegaban a este punto sí tenían la idea de retornar a sus casas cuando acabe la guerra”, apunta López.

La importancia de las donaciones

Para continuar con este dispositivo, SAMU mantiene una línea abierta de solicitud de voluntarios a través del correo electrónico voluntariado@samu.es. También está abierta a la realización de donaciones de medicación y/o material fungible y a las donaciones económicas.

Gracias a la donación de 12.000 euros realizada en marzo por el Ayuntamiento de La Rinconada, SAMU ha podido enviar nuevos contingentes y materiales sanitario a Rumanía y Moldavia.

Respecto a la ayuda económica, se ha habilitado una cuenta corriente (ES78 0075 3018 24 0665001543), a la vez que se pueden hacer donaciones directas a través del Bizum de Fundación SAMU.

Borja González de Escalada, vicepresidente de Fundación SAMU: “Los refugiados ucranianos llegan traumatizados y con miedo”

Borja González de Escalada (Sevilla, 1973) ha regresado recientemente del este de Europa donde ha liderado durante un mes y medio la misión humanitaria puesta en marcha por SAMU para atender a los miles de refugiados por la invasión de Rusia a Ucrania

 

—Como vicepresidente de Fundación SAMU, en los últimos años ha participado en la puesta en marcha de numerosos proyectos tanto en España como en Marruecos, ¿cómo lleva estar lejos de casa?
—La verdad es que me pesa un poco estar separado de los míos, pero es cierto que hay ciertas funciones que no son fácilmente delegables, y que requieren la autonomía de gestión de la que disfruto.

—No sólo ha liderado la apertura de nuevos recursos, también ha participado en varias misiones humanitarias. ¿Podría citarlas?
—La primera misión en la que participe fue en la del terremoto de Haití, desde el gabinete de crisis, sin ser desplegado en zona. Más tarde, sí participé en un despliegue de larga duración, en concreto, durante seis meses, en Filipinas, tras el paso del huracán Yolanda. Después, estuve en dos misiones de ayuda en la cordillera del Atlas de Marruecos y en otra misión en Calais (Francia), en un campo de refugiados. Por último, estuve en el terremoto de Nepal y, recientemente, en diferentes puntos fronterizos con Ucrania tras la invasión rusa a este país.

—De todas ellas, ¿cuál ha sido la que más le ha impresionado?
—Filipinas. La primera misión siempre es la que más impresiona. En mi caso, además, tuve la suerte de coincidir con don Carlos Álvarez, fundador de SAMU.

—¿Y la más complicada?
—Nepal. En aquella misión no contábamos con el apoyo del Gobierno nepalí, nos consideraban hostiles en zona por motivos políticos. Aquella misión no fue fácil.

—Recientemente ha regresado de la misión que SAMU tiene activa en el este de Europa para atender a los refugiados ucranianos. ¿Cómo se está desarrollando esta misión?
—Acudimos tan pronto como surgió el conflicto a tenor de los millones de desplazados por la guerra. SAMU siempre ha estado presente en todas las crisis humanitarias que han acaecido en los últimos años, desde la erupción del volcán de la Palma a la crisis de los refugiados de Bielorrusia. Ésta no iba a ser menos.

—¿En qué puntos está trabajando SAMU exactamente?
—Por un lado, estamos en la frontera de Ucrania con Rumania, en la provincia de Tulcea, en el puesto fronterizo de Issacea. El segundo punto de atención es la capital de Moldavia, Chisináu. Allí hay un equipo atendiendo a los refugiados en un palacio de exposiciones y congresos que han transformado en albergue temporal, con una ambulancia UVI móvil. Además, en proyecto está la apertura de un refugio en Polonia, más concretamente en la ciudad de Cracovia, que es la localidad polaca que más refugiados ha recibido.

—¿Qué acciones está llevando a cabo SAMU en la zona?
—Proporcionamos asistencia médica básica a los desplazados y consulta de atención médica primaria y de urgencias a aquellas personas que cruzan en el ferry hasta Rumanía o están alojadas en albergues, para que tengan sus necesidades sanitarias cubiertas. En los puntos en los que trabajamos en Rumanía tenemos consulta tanto médica como de enfermería. En Moldavia, también hacemos traslados de pacientes que cruzan la frontera o de aquellos que necesitan traslado hospitalario.

—¿En qué condiciones llegan los refugiados ucranianos?
—Las personas que huyen de Ucrania no son pacientes, en principio, con traumatismos por el conflicto salvo excepciones. Sí llegan psicológicamente muy traumatizados, estresados y con miedo. Los problemas más comunes son la hipotermia y los problemas respiratorios, especialmente en niños.

—El 11 de abril, SAMU envió un tercer contingente a la zona ¿Por qué se ha decidido prolongar la misión?
—El conflicto aún no ha terminado, las necesidades, aunque menos acuciantes, siguen estando presentes. Y los donantes han confiado en SAMU para desarrollar una actividad más duradera. El peligro de que el conflicto escale a mayor nivel sobre las zonas más próximas a la frontera está presente. De ahí que sigamos en los mismos puestos. Las necesidades a nivel asistencial no han cambiado, una consulta de asistencia primaria. Donde hemos detectado una mayor necesidad de apoyo en el área de alojamiento y tratamiento psicológico es en Polonia, de ahí nuestro interés en abrir en este país un centro de apoyo a mujeres que hayan sido víctimas de abuso.

—¿Cuál es el perfil de los refugiados?
—El 95% son mujeres y niños. Los hombres que cruzan son personas mayores o extranjeros, el resto se tienen que quedar obligatoriamente en el país salvo que sean cabeza de familia monoparental.

—¿Cuáles son las principales dificultades que os habéis encontrando en la zona?
—El clima adverso fue una de las dificultades a las que tuvimos que hacer frente al principio. La necesidad de traductores de varios idiomas fue la segunda. Además, las relaciones con las autoridades locales no siempre son fluidas pero son muy importantes. El resto de las dificultades son solventadas con facilidad por el equipo, como el equipamiento, la logística y el abastecimiento.

—¿Qué destacaría de los sanitarios que forman parte de los contingentes de SAMU?
—Los profesionales que llegan son personas muy motivadas y entrenadas, con un alto grado de resiliencia ante las dificultades y muchos de ellos con experiencia previa, con espíritu de ayuda, de cooperación y de iniciativa. Llegan y permanecen con la moral muy alta, es fácil trabajar con ellos.

—En el último contingente que SAMU ha enviado al este de Europa ha viajado su hermano Juan González de Escalada, que lo ha sustituido como jefe de la misión. ¿Le ha dado algún consejo?
—El principal problema que tenemos los no sanitarios es entender nuestro papel en las misiones. Puedes no sentirte tan útil pero nuestra labor es distinta, más diplomática, ofrecer seguridad al equipo, mantener los miles de contactos institucionales y políticos. Tomar decisiones y procurar la máxima operatividad y confort del equipo.

—¿Qué ha sido lo que más le ha llamado la atención de esta misión?
—El despliegue de un gobierno como el de Rumanía, que tiene grandes instalaciones en todos los puestos fronterizos, así como la solidaridad europea con los refugiados, especialmente en Polonia, donde los ciudadanos han puesto a disposición de las familias ucranianas miles de viviendas.

—¿Tiene pensado regresar?
—Mi idea es regresar a Polonia en el momento en el que el proyecto del albergue en el que estamos trabajando salga adelante.

Plan 2030 de SAMU: una multinacional de la salud y la acción social

SAMU ha cerrado un ciclo de vida, un ciclo de 40 años que arrancó en un piso en el barrio sevillano de Los Remedios y con una ambulancia Volkswagen que el doctor Carlos Álvarez Leiva adquirió en Alemania a principios de los años 80. Hoy, SAMU cuenta con una plantilla que supera los 2.500 trabajadores, más de 90 recursos del ámbito sanitario y social y una presencia consolidada no sólo en España, sino también en Marruecos y Estados Unidos. La organización mira ahora hacia el futuro e inicia un nuevo ciclo, una nueva etapa que ha arrancado con un relevo generacional en el equipo de dirección y el desarrollo de un plan estratégico, una hoja de ruta que mira hacia el 2030. “En SAMU tenemos un lema. Nos enfrentaremos a todos los temporales que haga falta. Las olas serán muy altas, pero el rumbo tiene que estar claro. Este Plan 2030 es el rumbo a seguir”, señala Carlos González de Escalada, presidente y director general de SAMU.

“El objetivo de nuestro Plan 2030 es convertir a SAMU en una multinacional de la salud, los servicios sociales y las emergencias, siendo fiel a su herencia fundacional: compromiso y calidad, superior capacidad de organización y fortaleza logística. Este ambicioso plan se asienta sobre pilares realistas y un concienzudo análisis de nuestro entorno, teniendo presentes variables sociales, económicas, demográficas e institucionales, basándonos en la solidez y con el objetivo de adaptarse a las circunstancias de un entorno complejo, cambiante y difícilmente predecible”, explica José Antonio Trujillo, adjunto a la dirección de SAMU. “La marca SAMU, el equipo profesional multidisciplinar y su carácter innovador, así como la diversificación de servicios, llevarán a nuestra organización, junto a la excelencia demostrada, al salto cuantitativo que nos proponemos dentro y fuera de nuestras fronteras”.

Internacionalización

Tal como destaca González de Escalada, este Plan 2030 se basa en tres grandes pilares: “Potenciar los proyectos fuera de España; entrar en una dinámica de constante modernización tecnológica, humana y de procesos; y apostar por la formación tanto en nuestros valores como el talento que existe dentro de la propia organización. Estas son las tres matrices de trabajo”.

Con respecto al primer eje, la internacionalización, SAMU mira hacia otros países, principalmente, europeos y americanos. Desde 2017, la compañía trabaja en Marruecos y, poco después, comenzó su andadura en Estados Unidos, una aventura que ha ganado impulso durante 2021 con la acogida de menores inmigrantes. Además, el pasado año comenzó a trabajar en Iberoamérica.

“La marca SAMU es muy potente fuera de nuestras fronteras. No solo la marca, sino también el modo de trabajar y enfocar la acción social, sanitaria y en el ámbito de las emergencias”, explica Trujillo. “Esta vocación de internacionalización no surge solo porque se haya producido un cambio en la dirección de SAMU. En cierto modo, es un paso lógico, un paso natural que debe dar la organización dado su crecimiento”.

En esta internacionalización también hay que mencionar las misiones humanitarias. En los últimos tiempos, SAMU ha estado presente en Rumanía, Moldavia, Polonia, Costa Rica y Honduras. “SAMU lleva 30 años realizando misiones humanitarias, pero ahora, por primera vez, lo hace bajo el paraguas de las Naciones Unidas y con financiación”, apunta José Antonio Trujillo. Por otro lado, SAMU pronto contará con dos nuevas sucursales en Perú y Ecuador, y, actualmente, tiene en marcha varios proyectos formativos en El Salvador.

Dentro de nuestras fronteras, también continúa la diversificación de proyectos. Recientemente, se ha abierto un nuevo recurso de atención integral 24 horas dirigido a menores extranjeros en Mallorca, el primero que SAMU pone en marcha en las Islas Baleares. Y trabaja para la apertura de un centro dirigido a personas sin hogar en Ibiza, que, según adelanta Trujillo, estará funcionando dentro de un mes, aproximadamente.

Modernización

Con respecto al segundo pilar del Plan 2030, la modernización (financiera, transformación digital, procesos), Trujillo es claro: “Una organización que en el año 2022 no esté enfocada a sistemas, herramientas y métodos apoyados en la tecnología, no tiene todas las claves del éxito garantizadas. Por eso, nuestra apuesta en el Plan 2030 es ir poniéndonos a la vanguardia de la tecnología, tanto internamente como de cara a nuestros procesos y servicios fuera. Tenemos que dar la imagen de una empresa moderna y líder en el sector”.

Excelencia, tecnología, sostenibilidad, transparencia, investigación e innovación acompañarán el trabajo de SAMU en los próximos años. En este sentido, el departamento de Desarrollo de SAMU juega un papel importante. “El equipo de Desarrollo es una auténtica máquina de hacer proyectos y que explora constantemente tanto las oportunidades de nuestro ámbito como aquellas que supongan innovación o resulten transformadoras”, apunta Trujillo.

Actualmente, SAMU trabaja en proyectos europeos a través de partenariados y socios tecnológicos de primer nivel que le están dando apoyo en temas relacionados con las comunicaciones y herramientas tecnológicas.

Uno de los proyectos estrella de SAMU en este campo es la implantación de SAMS (SAMU Advanced Management System), un sistema de gestión integral desarrollado por la propia entidad que permite un registro sistematizado y exhaustivo de todas sus unidades de trabajo, además de una gestión preventiva y la posibilidad de generar conocimiento a través de procesos de investigación a partir de los datos registrados.

Otro de los proyectos en marcha es VRIME (Instrumento de Valoración del Riesgo en Menores y Jóvenes Migrantes Residentes en Andalucía), en colaboración con la Universidad Loyola, cuyo objetivo es el diseño de una herramienta de recogida de datos (Toolkit VRIME) que permita conocer los perfiles de riesgo de menores extranjeros no acompañados que se encuentran en entidades de acogida como Fundación SAMU y EMET-Arcoiris, así como identificar factores de protección o resiliencia en estos menores.

A estos dos proyectos se suman la firma próximamente de la Cátedra SAMU de Investigación Social con la Universidad Pablo de Olavide y SAMU Dis−Fit, la primera batería de valoración de condición física de personas con discapacidad intelectual en España, una iniciativa llevada a cabo gracias a la colaboración entre Fundación SAMU y el departamento de Motricidad Humana y Rendimiento Deportivo de la Universidad de Sevilla. Esta herramienta pretende orientar a profesionales de atención a la discapacidad sobre los parámetros físicos de personas con diversidad cognitiva, a través de tablas que por primera vez son el resultado de la actividad física de estas personas, y no una adaptación de tablas físicas de personas normalizadas.

“También hay que destacar la constitución del Instituto SAMU de Investigación Científica (ISIC), del que dependerá la nueva Academia SAMU, que forma parte de la tercera pata del Plan 2030 y que versa sobre la gestión del talento. Este instituto está recién constituido y tenemos la esperanza de que sea un agente andaluz de conocimiento. Todas las grandes corporaciones tienen sus propios órganos de investigación científica y nosotros no podíamos ser una excepción”, señala Carlos González de Escalada.

Gestión del talento

Como ya se ha mencionado, la tercera y última pata del Plan 2030 es la gestión del talento. “En una organización como SAMU con 2.500 personas hay mucho talento, algunos visibles y conocidos y otros ocultos. En este sentido, desde el ámbito de Recursos Humanos, trabajamos para descubrir y fomentar que ese talento esté al servicio de la organización y que, además, no sea un talento estático, sino que es nuestra responsabilidad ir desarrollando y preparando a estas personas que son las que van a tirar del carro en 2030”, afirma José Antonio Trujillo. “Formar a estas personas desde el propio SAMU es una estrategia clave, es invertir en las personas que dirigirán esta casa dentro de 10 ó 15 años. Para ello, nos hemos dotado de un presupuesto muy ambicioso y de unos programas formativos muy potentes. La Academia SAMU es una de las iniciativas más exitosas y de mayor reconocimiento en toda la organización este año”.

“Actualmente ofrecemos un título de posgrado de Experto en Desarrollo directivo y también impartimos infinidad de cursos de formación en liderazgo, tecnología, formación financiera, nuevas tecnologías…”, añade Carlos González de Escalada. “Cuando estudias el recorrido de las grandes organizaciones, el mayor peligro que tienes es que se diluya tu esencia y esto nos preocupa mucho, sobre todo a la familia fundadora. No nos gustaría que la esencia fundacional, muy volcada en la prestación de servicios, en la logística, en la excelencia, en mimar todo lo que hacemos, se vaya perdiendo conforme vayamos creciendo. Y la única manera que tenemos de trasmitir esos valores es con programas específicos dirigidos al equipo directivo, formado por unas 120 personas”.

En este punto entra en juego Talento SAMU, una campaña para buscar el talento oculto que existe dentro de la organización, entre los trabajadores, con el objetivo de desarrollarlo y promocionarlo. Este proyecto tiene como objetivo que los propios empleados de SAMU puedan postularse en nuevos proyectos y optar a los puestos que se desarrollen dentro de la organización.

Alineados con los objetivos de la Agenda 2030

SAMU se proyecta como una organización líder a nivel nacional en la combinación de servicios de salud, de cobertura social y de acción ante emergencias. La combinación de las distintas áreas convierte a esta organización en un modelo inédito en España con enormes y demostradas posibilidades de replicar en el resto del mundo.

Alineados con los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la proyección de SAMU en los próximos años estará marcada por el triple objetivo de ser una entidad sostenible económicamente, de carácter altamente social y enfocada a la globalidad. Todos ellos se sustentarán en el notable incremento de la responsabilidad social de la empresa, la promoción del crecimiento económico sostenido e inclusivo y por el empleo pleno y productivo.

Residencia Santa Ana: los primeros en la carrera hacia el futuro

El 20 de abril, Carlos González de Escalada, presidente y director general de SAMU, entregó el galardón de reconocimiento a la gran labor de digitalización que ha llevado a cabo el equipo de profesionales de la Residencia Santa Ana (Sevilla), tras la implantación del Sistema de Gestión Integral de SAMU (SAMS).

En el acto, celebrado en el propio centro, también estuvieron presentes José Antonio Trujillo, adjunto a Dirección, María José Tinoco, directora del Área de Dependencia e Inclusión Social de SAMU, Almudena Chávez, directora de Innovación de SAMU, Desirée Calasanz, directora de la residencia galardonada Santa Ana, y el equipo de profesionales del centro.

Carlos González de Escalada destacó a la Residencia Santa Ana por ser “uno de los centros pioneros de SAMU” y el primero entre los más de 90 recursos de la entidad en alcanzar la digitalización completa de sus procesos de gestión a través de SAMS. En un discurso marcado por el agradecimiento de SAMU a los profesionales de la residencia, González de Escalada resaltó las cualidades que hacen de ella un referente para toda la organización: “Sois un centro grande en todos los sentidos: sois grandes profesionales, fundadores de la parte social de SAMU y, además, habéis demostrado una gran profesionalidad en la transformación y la digitalización del centro”.

El reconocimiento al esfuerzo realizado por los profesionales de Santa Ana fue unánime por parte de los presentes, que coincidieron en destacar la gran labor que está llevando a Desirée Calasanz junto a su equipo desde septiembre, mes en el que comenzaron a implantar el nuevo sistema de gestión digital: “vuestra implicación ha sido fundamental para que SAMS vea la luz en este centro”, aseguraba María José Tinoco.

La directora de Innovación de SAMU, Almudena Chávez, resaltó la importancia del trabajo en equipo para poder mejorar y adaptar las características de SAMS a las necesidades de los departamentos y áreas que conforman SAMU porque “SAMS es un sistema vivo, que tiene que cambiar en función de las necesidades del momento y al que le queda mucho todavía por adaptar y cambiar”.

Desirée Calasanz ha mantenido un contacto permanente con la directora de Innovación y el equipo informático de SAMU para trabajar en la tarea de adaptar toda la gestión del centro a SAMS. “Para mí es un honor recibir este galardón en nombre del equipo de Santa Ana. Lo recibo con muchas ganas y con el mismo entusiasmo que han puesto todos los profesionales desde que comenzamos a implantar SAMS en septiembre”. Desirée Calasanz reconocía que “ha sido un proceso complejo” pero que en la actualidad “todo el equipo trabaja a pleno rendimiento aportando todas las ideas posibles a este soporte para que se ajuste a nuestras necesidades”.

Por último, José Antonio Trujillo, adjunto a Dirección, destacó la importancia de tener un sistema como SAMS, creado por y para SAMU: “el avance de la aplicación de SAMS en todo SAMU va a suponer un antes y un después. Supone entrar en la vanguardia transformando el sector de los servicios sociosanitarios en un ámbito digital, mirando al futuro, lo que nos da la posibilidad de seguir avanzando”. Además, afirmó que “tener un sistema así, no da cabida únicamente a una gestión mucho más moderna, ágil y segura, sino que poco a poco se van a ir incorporando funcionalidades que irán más allá de la gestión de los centros y los pacientes. Estarán enfocadas a la mejora de las funciones de trabajo de todo el equipo de SAMU”.

El acto finalizó con las palabras de agradecimiento de Desirée Calasanz a SAMU por el reconocimiento “seguiremos trabajando con constancia, dedicación y, sobre todo, con mucho cariño”.

Desirée Calasanz: “Lo más importante es la unión de los diferentes equipos implicados en este proyecto”

Desde que nos comunicaron en junio de 2021 que íbamos a cambiar de sistema de gestión, estuvimos muy atareados recopilando los datos de todas las personas usuarias. Había una gran cantidad de documentos que requerían un proceso laborioso de descarga, clasificación y archivo: información del diario de equipo, evolutivos de enfermería, áreas de psicología, evoluciones médicas, registros de tareas auxiliares relacionadas con las actividades básicas de la vida diaria, movimientos de cajas, etcétera.

En la Residencia Santa Ana comenzamos a usar SAMS desde principios de septiembre, por lo que podemos asegurar que, hoy en día, la implantación es plena y el uso del anterior sistema, el Soft4care, es nulo desde esta fecha.

SAMS es una aplicación accesible para cualquier trabajador. Sin embargo, hemos tenido que realizar un gran esfuerzo para adaptarnos a este nuevo sistema de gestión, ya que el modo de realizar los registros era diferente y no podíamos hacer tareas masivas. Aun así, se han ido incorporando las aportaciones que trasladábamos al soporte del programa y ha mejorado mucho desde el inicio.

SAMS nos ha permitido proporcionar a cada categoría profesional la posibilidad de hacer registros e informes propios de seguimiento de su área, una función que no realizábamos antes. De este modo, hemos generado un registro sistematizado de todas las gestiones y áreas del centro, pudiendo volcar esa información a nivel estadístico, lo que nos permite mejorar la toma de decisiones.

Al ser un sistema interno, SAMS nos permite mantener un contacto más directo y estrecho con sus creadores. Esto es posible gracias al servicio de soporte, que facilita el envío de mensajes para trasladar nuestras necesidades y propuestas, obteniendo respuestas a las mismas a través de nuestro correo. Gracias a SAMS se está haciendo un uso adecuado de las incidencias. En el diario de equipo transmitimos la información para una buena coordinación, y en incidencias, especificamos caídas, agresiones, urgencias o cualquier otro tipo de sucesos.

Si bien es cierto que ya hemos realizado un gran esfuerzo para adaptarnos al cambio, creemos que aún queda camino por recorrer. Lo más importante de todo es la unión y el trabajo de los diferentes equipos de profesionales de SAMU implicados en el desarrollo, la implantación y la gestión de SAMS en todas y cada una de sus áreas.

Rida Nadir: “Todos los chicos sentimos miedo al salir de un recurso”

Rida Nadir, natural de Tánger, ingresó hace un año y medio en el COISL SAMU Motril. A pesar de todos los miedos que le ha generado su proceso migratorio, poco a poco está consiguiendo su plena integración sociolaboral. En esta entrevista, narra su paso por el recurso y cómo está avanzando en su proyecto de vida.

 

—¿Cómo calificarías tu paso por COISL SAMU Motril?
—Lo calificaría como positivo. Gracias al año y medio que he pasado allí puedo decir que me he podido formar como persona y puedo llevar una vida autónoma plena. He aprendido en todos los ámbitos: personal, doméstico, laboral… Recuerdo mi llegada al COISL como algo difícil, ya que me costo muchas semanas encontrar mi sitio. Con el paso del tiempo me di cuenta que estaba en el lugar perfecto y que debía aprovechar mi oportunidad. Desde entonces solo quería mejorar y mejorar, aprovechar mis cursos formativos, poder sacarme la ESO o poder conseguir un contrato en el tiempo que me quedaba por delante hasta mi mayoría de edad. Así fue como, tras varias practicas formativas y pasar malos momentos, pude conseguir un contrato en una empresa de limpieza de coches.

—¿Pasaste miedo en tus primeros días de emancipación? ¿Echabas de menos el COISL?
—Sinceramente pase unos días de incertidumbre y nervios. No sabía a lo que me enfrentaba. Creo que todos los chicos sentimos miedo al salir de un recurso. Cuando sales del COISL SAMU Motril, pasas de estar respaldado por personas que te educan y te guían a estar solo. Cuando salí comencé a valorar de verdad todo lo que me habían enseñado los educadores del centro. Los primeros días, como es normal, estaba “nerviosillo”, como se dice aquí en Motril, con mariposillas en el estómago, y me costaba conciliar el sueño. No sabía lo que que iba a encontrar o cómo iban a trascurrir mis días sin ningún tipo de ayuda. Es cierto que todo era nuevo, pero, gracias a todo lo aprendido durante años, me veía lo suficientemente preparado como para llevar una vida autónoma y plena.

—¿Qué has estudiado durante tu etapa en el COISL?
—A mi llegada al COISL, estaba cursando tercero de la ESO en un instituto de la localidad de Motril. Es cierto que este curso me costó mucho, por lo que tuve que repetir. Así pude afianzar mi conocimiento. Terminé con el título de Secundaria antes de salir del recurso. Estoy muy contento. Ya que sé que hoy en día la ESO es súper importante para poder trabajar. Gracias a la constancia, el esfuerzo y la ayuda recibida por parte del equipo del COISL, pude cumplir el objetivo de tener ese título.

—¿Qué formación laboral has tenido durante tu etapa en el COISL?
—Gracias al área de orientación laboral, he podido realizar diferentes cursos como el de conducción de carretillas o el de manipulador de alimentos… También he estado intentando sacarme el carnet de conducir, acudiendo a la autoescuela y realizando test con la ayuda de educadores. Además, he realizado prácticas en empresas de varios sectores en la localidad. Mis primeras prácticas fueron de mozo de almacén y, partir de ahí, realice varias más: camarero, monitor deportivo y, finalmente, como peón lavacoches, en la empresa Clean Car´s, donde actualmente estoy contratado.

—¿Cómo es tu vida en Motril?
—Mi día a día es bastante rutinario y ajetreado. Por la mañana, tras levantarme, acudo a mi puesto de trabajo hasta las siete de la tarde y después voy a realizar deporte. Hago crossfit desde que llegue a Motril. Gracias a los contactos que he establecido en el box [gimnasio donde se práctica crossfit] he conseguido, en cierta manera, mi trabajo actual y una red de contactos. Entreno cada día junto a mis compañeros de trabajo y mi jefe. Durante los fines de semana no tengo una rutina concreta, me gusta alternar y aprovechar el tiempo al máximo. Tengo claro que he venido a España a por una mejor vida y eso también implica poder disfrutar de actividades de ocio diferentes.

—Has contado que te apasiona el crossfit, ¿tienes algún hobby más? ¿Qué haces en tu tiempo libre?
—Es cierto que durante la semana dedico mi tiempo al trabajo y a entrenar crossfit, pero durante el fin de semana, gracias al grupo de amigos que he formado en la localidad, me gusta hacer diferentes actividades de ocio y planes como snowboard, ir de compras, salir a tomar algo, realizar alguna ruta de senderismo… No me gusta quedarme en casa. Me gusta disfrutar de mi tiempo libre y aprender cosas nuevas.

—¿Qué planes tienes de futuro?
—Me gusta vivir el día a día y no pensar en el futuro, ya que no sabes lo que te deparará. Pero sí es cierto que me gustaría formarme en algo relacionado con el deporte, ya sea un ciclo superior o medio, que me permita poder ser monitor en un gimnasio o monitor de crossfit.

—¿Tienes pensado volver a Marruecos?
—Obviamente sí, es mi tierra, donde están mis raíces, por así decirlo, y donde está toda mi familia. Pero me gustaría ir de visita, unos pocos días, porque mi vida hoy está aquí, en Motril. Cuando el trabajo me lo permita, me gustaría poder visitar a mi gente, pasar unos días con ellos y contarles qué tal me va por aquí.