Rumbo a Chile contra el virus respiratorio sincicial

Una misión de sanitarios de Fundación SAMU partió el viernes 23 de junio desde Sevilla con destino a Chile para sumarse al dispositivo internacional que hace frente a la crisis provocada por un brote de virus respiratorio sincicial (VRS). Hasta final de junio, el virus había causado la muerte de siete bebés lactantes en el país. El brote ha puesto a las autoridades sanitarias en vilo.

Fundación SAMU ha activado esta misión de cooperación como respuesta a la solicitud de apoyo internacional formulada por el Ministerio de Salud de Chile (MINSAL) y de la PAHO (Organización Panamericana de la Salud) a entidades colaboradoras de todo el mundo.

Cuatro voluntarios forman parte de este primer contingente: dos enfermeras especializadas en pediatría, Julia Ceballos y Alba Molina; un intensivista pediátrico boliviano, Nils Casson; además del director de área de Emergencias de SAMU, Juan González de Escalada, que está al frente de la misión.

Tras las conversaciones mantenidas con la PAHO, los especialistas de SAMU irán destinados al refuerzo de la UCI pediátrica del hospital de Coyhaique, ciudad de la región de Aysén. Es una zona muy poco poblada del sur de Chile, con enormes glaciares, fiordos y montañas nevadas, en la que se ha identificado la necesidad de reforzar las urgencias pediátricas. El proyecto tiene una duración inicial estimada de dos semanas.

Recepción de candidaturas

“Estamos abiertos a la posibilidad de enviar más equipos, aunque la singularidad de esta misión es que necesitamos personal especializado en cuidados intensivos pediátricos, que es el que puede desempeñar un papel decisivo ahora en el país. Tenemos abiertos nuestros procesos de selección”, ha explicado Juan González de Escalada.

En su reporte del miércoles 21 de junio, el MINSAL informó de que, hasta la fecha, un total de siete menores de un año habían fallecido en el país a causa del virus respiratorio sincicial.

“El virus sincicial causa una enfermedad grave, genera una destrucción del tejido de los pulmones y una insuficiencia respiratoria en los niños, especialmente en los menores de un año”, ha explicado el jefe del departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud, Christian García. “Durante la pandemia, se ha generado una gran población susceptible y esto explica, en parte, la gran cantidad de circulación y de casos detectados por nuestro sistema sanitario”, ha añadido.

Las autoridades chilenas han catalogado el brote como “el más grande de los últimos años” y han anunciado el regreso del uso obligatorio de mascarillas para profesores y niños mayores de cinco años en espacios escolares hasta el término de la alerta sanitaria, fijado para el 31 de agosto.

En el citado reporte del 21 de junio, había un 92% de ocupación de camas críticas en los hospitales tanto en el sistema público como en el privado, que suman 1.386 plazas como dotación excepcional.

Bajas temperaturas

Además, se habían registrado 235 traslados pediátricos desde el inicio de la campaña de invierno. Para los próximos días, los pronósticos no son alentadores: la bajada de las temperaturas y la coincidencia del virus sincicial con otras patologías como la gripe amenazan con congestionar aún más la red hospitalaria.

Las dos últimas misiones internacional desplegadas por SAMU se desarrollaron en 2022 en las fronteras de Ucrania, con motivo de la crisis humanitaria provocada por la invasión rusa, y a principios de este año, en Turquía, tras el terremoto que devastó el sureste del país.

En las dos últimas décadas, SAMU ha desplegado misiones humanitarias en países como Irán, Marruecos, Indonesia, Sri Lanka, Haití, Perú, Sudán, Costa de Marfil, Sierra Leona, Nepal, Filipinas, Francia, El Salvador, Costa Rica, Honduras y República Dominicana.

Barrio Concienciado: cara a cara con los jóvenes migrantes

Fundación SAMU, en colaboración con el área de Juventud, Ciencia, Universidad y Cooperación al Desarrollo del Ayuntamiento de Sevilla, ha puesto en marcha el programa Barrio Concienciado: Juventud Migrante en El Cerezo, en el distrito sevillano de la Macarena. Este proyecto tiene como objetivo principal concienciar a la ciudadanía sevillana en general, y, en particular, a los vecinos de la barriada de El Cerezo, sobre la realidad de los jóvenes migrantes que, además, son extutelados. Esta iniciativa lleva en funcionamiento desde enero de este mismo año.

“Queremos romper con las falsas ideas, los estereotipos y los mensajes de odio que en tiempos de crisis se acentúan en la población de acogida. Para ello, se han puesto en marcha una serie de actividades vinculadas con los objetivos ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) dándole cuerpo al proyecto. Se trata de una iniciativa que se centra en las distancias cortas, huyendo de las amplias campañas publicitarias, porque lo que realmente persigue es crear redes de contacto directo y real entre las personas y agentes de la comunidad”, explica Laura Rebolo, coordinadora del proyecto, que cuenta con el respaldo del área de Infancia y Familia de SAMU.

Una de las actividades desarrolladas reunió en junio en el Centro Social Virgen de los Reyes de Sevilla a una veintena de empresarios de la capital andaluza para impulsar la inserción de estos jóvenes extutelados y migrantes. Esto permitió establecer redes de conexión desde una mirada solidaria y fortalecedora de la comunidad de acogida de la ciudad.

Ese mismo día, representantes de la Asociación de Jóvenes Extutelados El-Ittihad, que nació de la mano de este mismo proyecto de El Cerezo, leyeron un manifiesto dando su agradecimiento a la comunidad de acogida, explicando su situación y exponiendo sus preocupaciones y peticiones.

“Al cumplir 18 años, estamos obligados a emanciparnos completamente y sin apoyos. Esto es una tarea muy difícil para cualquier joven, ya sea migrante o no. Por esta razón, reivindicamos la necesidad de que continúen existiendo programas que nos acompañen después de nuestra mayoría de edad para completar nuestro proceso de documentación y así lograr nuestra inclusión laboral y en la sociedad y una inserción laboral”, manifestaba uno de los jóvenes de la Asociación El-Ittihad.

“Se necesitan más programas de inserción social y laboral, con más tiempo y con convenios de prácticas y contratos bonificados con empresas españolas en las que podamos aportar todo nuestro potencial y mejorar la economía. Queremos trabajar para ser autónomos y aportar con nuestros impuestos a un país que nos está ofreciendo una mejor calidad de vida, para nosotros y para nuestras familias. Nuestro viaje migratorio busca la estabilidad y la felicidad dentro de la comunidad de acogida. No solo queremos agradecer la acogida, sino insistir en que nosotros hemos venido a aportar y a formar parte de ella con integridad cívica”, continuaba el joven extutelado.

Desde Fundación SAMU apuntan que El-Ittihhad quiere ser la plataforma que contribuya a que muchos jóvenes extutelados se inserten en la comunidad de acogida española con garantías de éxito, además de con responsabilidad y agradecimiento.

Otras de las actividades desarrolladas dentro del proyecto de El Cerezo son charlas y talleres en institutos de sensibilización ante la realidad de los jóvenes migrantes; el contacto con asociaciones vecinales para programar acciones conjuntas y la creación de redes de empresas para favorecer la inserción de los jóvenes ex-tutelados. A partir de septiembre, también está prevista a la celebración de una exposición fotográfica de historias y la proyección de un vídeo-documental sobre diez jóvenes extutelados.

Uno de los muchachos que participan y se benefician del programa de Barrio Concienciado de El Cerezo es Mohamed Hatim, de 22 años y natural de Tánger (Marruecos). Este joven llegó a España hace cuatro años y, actualmente, reside en el recurso JEM Lamarque de SAMU, en Sevilla capital, dirigido a extutelados que han cumplido la mayoría de edad.

“Vine a mejorar mi vida y la de mi familia”

“Vine a España para mejorar mi vida, pero, sobre todo, la de mi madre y la de mis abuelos, con los que me crié. Mi padre murió cuando yo era un bebé y soy hijo único. Mi madre trabajaba en lo que podía en la ciudad y yo vivía con mis abuelos, No iba a la escuela, pero aprendí a leer y a escribir en la mezquita. Allí sí que iba todos los días, incluso, a veces, me encargaba de la lectura. Pero veía a mis abuelos tan mayores y echaba tanto de menos a mi madre que quise buscar una solución para ellos viajando a España”.

Tras cruzar el Estrecho, Mohamed Hatim pasó por varios recursos de menores de Guillena, Pino Grande y Valencina, todos en la provincia de Sevilla. “De esta etapa recuerdo con especial cariño a los educadores, sobre todo a aquellos que no sólo iban a trabajar, sino que nos entregaban su corazón. Estos educadores fueron los que me apoyaron en mis estudios”.

Actualmente, este joven, que trabaja en la pastelería francesa La creme de la creme como ayudante de pastelero, reside en un centro JEM para mayores de edad de Fundación SAMU. “He pasado por muchas cosas desde que estoy aquí. Cuando algo no me ha salido bien, siempre he tenido el apoyo de los educadores para seguir. Con SAMU he madurado y he entendido el mundo, lo difícil que es la vida, pero con apoyo estoy logrando mis objetivos poco a poco”.

Mohamed Hatim reconoce que gracias al proyecto de El Cerezo y la asociación creada, los jóvenes como él encuentran un espacio para compartir experiencias vitales. “Gracias a este proyecto me he reencontrado con chicos que hacía mucho tiempo que no veía”, señala el marroquí. “Es importante que los chicos que lleguen nuevos encuentren un sitio en el que poder encontrar respuestas a todas sus preguntas. Queremos estar al lado de aquellos que nos necesiten, igual que Fundación SAMU ha hecho con nosotros”.

“Además de ayudarnos entre nosotros, queremos que la asociación sea un espacio de convivencia para que los vecinos conozcan nuestra cultura de verdad. Esto hace mucha falta”, explica Khalid Errossafi, otro de los jóvenes de 20 años miembros de la asociación y compañero de Mohamed Hatim. “Tenemos que ser constantes y seguir. Necesitamos la participación de todos”.

Khalid recuerda cómo fueron sus primeros meses tras llegar a España, hace ahora cinco años. “Yo emigré a España en busca de trabajo. Pensaba que cuando llegara iba a arreglar mis papeles de manera muy rápida, iba a encontrar trabajo e iba a salir todo perfecto. Pero las cosas no son así. Las cosas en realidad no son como nos la cuentan en Marruecos. Mi familia vive en Oued Zam, al sur del país, y allí esperan que yo les envíe ayuda porque su situación allí no es buena, aunque tienen paciencia y saben que conseguiré todo lo que me propongo muy pronto”, relata el joven, que actualmente realiza unas prácticas formativas.

“Recuerdo que al principio estaba muy perdido, no entendía nada, pero el hecho de estar con otros chicos en una situación similar a la mía me tranquilizaba”, continúa Khalid Errossafi. “Yo no había escuchado hablar de los centros de menores en mi vida. Lo mejor de estos centros ha sido la formación que he recibido. He podido realizar muchos cursos de todo tipo. Y el apoyo de los educadores también ha sido muy importante”.

Tawfik Achmarouan es otro joven natural de Marruecos que se beneficia del proyecto desarrollado en El Cerezo por SAMU y el Ayuntamiento de Sevilla.
“Gracias a esta iniciativa, los jóvenes como yo tenemos un lugar donde reunirnos y compartir. Hablamos de las cosas que necesitaremos cuando nos marchemos de los recursos de SAMU y de cómo nos gustaría que nos ayudaran”, explica el joven, que actualmente realiza prácticas en un restaurante del centro de Sevilla tras estudiar un curso de cocina.

Tawfik Achmarouan reconoce que una de las principales dificultades que halló cuando llegó a España hace dos años fue el idioma. “No sabía nada de español y no entendía lo que me estaban diciendo, si me hablaban bien o no”.

El joven de 19 años confiesa que echa de menos a su familia, especialmente no poder ayudar a sus padres cuando tienen algún problema. “Son varios años sin verlos y sabiendo las dificultades que tienen. Es difícil estar lejos”.

Gracias a esta iniciativa de SAMU y el Ayuntamiento de Sevilla y a la asociación El- Ittihhad, los jóvenes como Tawfik Achmarouan, Mohamed Hatim y Khalid Errossafi se sienten apoyados, respaldados y comprendidos, sienten que no están solos y, a pesar de su precaria situación personal y de lo lejos que están sus familiares, juntos construyen un hogar.

María Teresa Ortega: “El Programa Horizontes ya ha beneficiado a unos 100 usuarios”

María Teresa Ortega (Manzanares, Ciudad Real, 1986) entró a formar parte del equipo de SAMU en julio de 2018 como orientadora en el COISL Motril y actualmente es la responsable de la justificación económica IRPF Programas Horizontes de Fundación SAMU

—¿Cuál ha sido su trayectoria en SAMU?
—Comencé a trabajar en SAMU en julio de 2018 para cubrir una baja maternal como orientadora del COISL Motril, especializado en la atención a menores inmigrantes. En septiembre de ese mismo año, me trasladaron al Residencial Básico de Motril, donde trabajé como psicóloga, ya que tengo la licenciatura de Psicología y la diplomatura de Magisterio de Educación Especial. En este recurso también realicé funciones de subdirectora desde septiembre de 2019 hasta enero de 2020. Luego, desde febrero de 2020 hasta abril de 2021 fui directora del Residencial Básico de Motril. Y desde febrero de 2022 hasta la actualidad, soy responsable de la justificación económica IRPF Programas Horizontes.

—¿Cuáles son sus principales funciones actualmente? 
—Mis funciones son llevar al día la facturación correspondiente de las partidas económicas que forman parte del IRPF Programas Horizontes; revisar las cajas de cada uno de los recursos para ver que están correctas y solventar los errores que se han podido cometer; revisar la plataforma SAMS para que la facturación esté al día; realizar el reparto de las cantidades correspondientes a cada partida y a cada recurso para que los presupuestos estén ajustados a la cantidad dada, así como las desviaciones pertinentes para la realización de un gasto más realista; el registro de cada una de las facturas de cada uno de los recursos divididas por partidas; realizar una previsión de gastos y del dinero pendiente para poder justificar la totalidad de la cantidad asignada; y la comunicación y coordinación con la gestoría correspondiente de emitir el informe de auditoría final que justifica la subvención.

—¿Cuándo puso en marcha SAMU los programas de mayoría dirigido a jóvenes migrantes?
—Los programas de mayoría IRPF Programas Horizontes se pusieron en marcha en enero de 2021. Éste es el tercer año que se está llevando a cabo. A parte de los IRPF, SAMU gestiona otros programas de mayoría para jóvenes migrantes que son los JEM y los PACS, pero dichos programas no se desarrollan a través de subvenciones, sino que son contratos de gestión.

—¿Cómo funcionan los programas IRPF?
—Los programas IRPF son subvenciones destinadas a entidades privadas para la realización de actuaciones de interés general para atender fines sociales con cargo a la asignación tributaria del 0,7% impuesto sobre la renta de las personas físicas en el ámbito de las competencias de la Consejería de Igualdad, Políticas sociales y Conciliación. En concreto, dentro de la subvención, nuestro programa de mayoría se enmarca dentro de la línea 1: subvenciones destinadas a entidades privadas para la realización de programas de interés general para atender fines sociales con cargo a la asignación tributaria del 0,7% del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas.

—¿Cuántos programas tiene SAMU actualmente en marcha gracias a esta subvención?
—SAMU cuenta con cinco recursos dentro de la subvención IRPF Programas Horizontes. Los recursos están localizados en Granada, Lucena, Málaga, Sevilla y Algeciras. Los recursos de Granada y Málaga cuentan con 4 plazas; Lucena y Algeciras con 6 plazas; y Sevilla cuenta con 5 plazas destinadas solo a chicas. El resto de los recursos están destinados a chicos. En total son 25 plazas.

—¿Esta subvención tiene un periodo de caducidad?
—Sí, se inician en enero y finalizan en diciembre. Cada año hay que presentar el proyecto cuando sale la licitación para poder llevar a cabo cada ejercicio de manera anual. Una vez finalizado cada ejercicio, disponemos de tres meses para poder justificar dicha subvención y la realizamos mediante un informe de auditoría.

—¿En qué consisten exactamente el programa?
—El Programa de Autonomía Horizontes nace con el principal objetivo de prestar un servicio de orientación, asesoramiento, inserción social y laboral a jóvenes de entre 18 y 25 años que han pertenecido al Sistema de Protección de Menores de Andalucía, en modalidad de Alta Intensidad. El Programa de Alta Intensidad consiste en un piso de autonomía que incluye alojamiento, manutención y una cobertura de las necesidades básicas, así como la atención a las necesidades específicas, siendo estas las que motivan la inclusión de los y las participantes en el Programa. Se presta una atención integral que se traduce en la cobertura de todas las necesidades de las personas jóvenes que, al cumplimiento de su mayoría de edad, tienen dificultades notorias para la vida autónoma en condiciones de igualdad y seguridad.

—¿Cuáles son los objetivos?
—Su misión es promover la inclusión social y laboral del colectivo de jóvenes que han estado bajo una medida de protección de menores de la Junta de Andalucía (acogida inmediata, guarda o tutela), posibilitando su proceso de emancipación y autonomía mediante el desarrollo de sus competencias personales, laborales y sociales, así como su capacitación para la empleabilidad. Todo ello, mediante la realización de acciones que promueven su inclusión social y laboral, previniendo así situaciones de exclusión social, marginación y, como consecuencia, la aparición de conductas delictivas, poniendo en valor, siempre, los factores de protección social. Los factores de exclusión social a los que se enfrentan los jóvenes procedentes del Sistema de Protección de Menores se podrían enmarcar en cinco dimensiones que establecen los indicadores de exclusión social que influyen en la inserción laboral de toda persona, (Olmos Rueda, 2011); las dimensiones institucional, educativa, económica, de salud y de vivienda. El propósito del programa se orienta hacia la mejora formativa, social y profesional de un colectivo considerado en situación de vulnerabilidad, jóvenes con una historia de fracaso académico que presentan dificultades con relación a sus procesos de integración educativa, laboral y social.

—¿Cuántos jóvenes han pasado por este programa desde que se puso en marcha?
—Haciendo un recuento desde 2021 y teniendo en cuenta que hay usuarios que han permanecido más de un año en los recursos y el año pasado teníamos un recurso más en Motril, aproximadamente han pasado por dicho programa unos 100 usuarios. Se tiene en cuenta tanto las altas, las bajas por emancipación y las expulsiones. Actualmente, están sido atendidos por este programa 27 chicos y chicas.

—¿Cuántas personas trabajan en este proyecto?
—En estos programas trabajan siete personas. Están contratadas como técnicos de inserción laboral (TIL).

—¿Cuál es el futuro de los programas de mayoría?
—Se pretende presentar de nuevo el proyecto para poder darle continuidad al programa y mejorar, en la medida en que se pueda, para que cada año se cumplan los objetivos propuestos y se obtengan buenos resultados. Normalmente el pliego sale en agosto.

—¿Qué le ha supuesto personal y profesionalmente participar en el desarrollo de este programa?
—He podido desarrollar una serie de capacidades que no había puesto en marcha anteriormente y he sido capaz de coordinar y dar directrices a un equipo para que se lleve a cabo de forma correcta un proyecto con su correspondiente justificación.