Un equipo de sanitarios de Fundación SAMU ha permanecido entre el 10 y el 24 de octubre en la isla de El Hierro para sumarse al dispositivo del Gobierno de Canarias para la atención a personas migrantes en mitad de la mayor crisis en la región desde 2006. El archipiélago está superando todas las estadísticas históricas con 13.000 personas recibidas en apenas un mes, y las capacidades de atención de las que dispone la comunidad autónoma se han visto, por momentos, desbordadas.
El contingente de Fundación SAMU ha estado formado por cinco especialistas: dos enfermeras, dos técnicos de emergencias sanitarias (TES) y un mando operativo, Carlos del Pino, también TES. Todos estos voluntarios se han sumado a los efectivos de los que dispone la fundación en el territorio canario. El dispositivo viajó desde Sevilla equipado con materiales de primera intervención sanitaria para acoger y atender de forma inmediata a las personas que llegan en cayucos.
Los sanitarios han desarrollado su actividad, principalmente, en el puerto de La Restinga, aunque también han realizado algunos desplazamientos a La Estaca, desde donde parten los inmigrantes con destino a otras islas, principalmente Tenerife, y al recurso de atención de San Andrés.
Los cayucos han llegado a diario, en un goteo incesante. Hay jornadas en las que llegaron a puerto hasta cinco. En otras, se han llegado a ver embarcaciones con hasta 320 personas a bordo.
El equipo de SAMU ha realizado más de 200 intervenciones en sus dos semanas de trabajo, en las que los voluntarios se han organizado en turnos. Según relata Del Pino, las asistencias principales han sido por heridas, cortes en pies y manos, quemaduras, hipotermias, mareos, cefaleas e hipoglucemias. También lo que se conoce como síndrome de pie de patera, una gran hinchazón del pie provocada por la posición en la embarcación y las condiciones de la travesía. No se han registrado crisis graves.
Para el despliegue de esta misión, la dirección de SAMU ha trabajado en coordinación con la Consejería de Derechos Sociales, Igualdad, Diversidad y Juventud, con la dirección general de Protección a la Infancia y la Familia del Gobierno de Canarias y con la Gerencia de Servicios Sanitarios de El Hierro.
Sobre el terreno, los sanitarios de SAMU se han coordinado con los efectivos de Cruz Roja y con el Servicio de Urgencias Canario (SUC). Carlos del Pino ha subrayado la buena sintonía y el inmejorable entorno colaborativo que se ha generado durante todo el mes con estas entidades.
SAMU y el Gobierno de Canarias colaboran de forma estrecha desde hace tiempo en diversos frentes asistenciales. Esta relación se hizo más fuerte tras la crisis migratoria de Canarias de 2020. En noviembre de ese año, SAMU desplegó en la zona un dispositivo de emergencias e inició una campaña de atención y asistencia a menores migrantes no acompañados con la puesta en servicio de una Unidad de Acogida Temporal de Emergencia (UATE) en la localidad de Puerto Rico (Gran Canaria), con capacidad para 150 menores.
En estos momentos, SAMU gestiona un total de 11 recursos en la comunidad autónoma de Canarias dirigidos a menores entre recursos UATE, hogares y centros de día.
A lo largo de octubre llegaron a las costas canarias una media de 550 personas al día (en algunos casos hasta 1.000 en apenas 24 horas) hacinadas en embarcaciones precarias.
Tales cifras suponen que en octubre se hayan superado todas las estadísticas históricas de inmigración en el archipiélago, incluidas las de la crisis de los cayucos de 2006, según los datos facilitados por el Gobierno insular. Aquel año 31.678 ciudadanos procedentes de África arribaron en territorio español por esta ruta atlántica, el dato más elevado desde que existen registros.
A diferencia de las crisis previas, en esta ocasión la mayoría de llegadas se registra en El Hierro, que está sufriendo el fuerte repunte. De los 21.500 inmigrantes que han entrado en la comunidad en 2023, más de 6.200 lo han hecho por esta isla (lo que supone más de la mitad de su censo de 11.154 habitantes) y, de ellos, un total de 2.650 en 12 días.
El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, sitúa el origen de la crisis en “el conflicto político que hay en Senegal, de donde está saliendo toda la gente joven”, en la sequía y en la hambruna derivada, entre otros factores, de la guerra en Ucrania, “que ha hecho que no esté llegando tanto grano a África”. “Todos estos indicadores, unidos a que en estas fechas el mar está calmado, han provocado lo que sabíamos que iba a ocurrir, máxime cuando se están reforzando los controles de la Unión Europea en la parte alta del Mediterráneo”, explicó Clavijo a El Mundo.
Para poder dar respuesta a este problema, ha pedido un mando único en el Ejecutivo central, ya que hasta seis ministerios tienen competencias en materia de inmigración. También ha requerido que España solicite a Bruselas que se despliegue el Frontex (Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costa) y un reparto equitativo de las cargas generadas por este fenómeno para aliviar la presión de las regiones que lindan con otros continentes.
Canarias tutela en estos momentos a 3.300 menores extranjeros no acompañados, una cifra que nunca se había alcanzado hasta ahora. Se estima que este dato subirá bastante cuando se actualicen las cifras con los que han llegado en los últimos días.
El archipiélago había sufrido hasta ahora tres grandes crisis migratorias en las últimas tres décadas: a partir de 1995, cuando empezaron a llegar pateras desde Marruecos, principalmente a Fuerteventura y Lanzarote; la citada de 2006, tras la que se rebajaron las entradas por mar al año siguiente en un 60% mediante el aumento de los controles de fronteras y acuerdos de repatriación con los países de origen; y la de finales de verano de 2020, en la que las restricciones por el Covid y la falta de una red de acogida derivaron en una situación que tuvo en el hacinamiento en el puerto de Arguineguín su máximo exponente.