El juego como herramienta propulsora del aprendizaje

Cuando hablamos de aprendizaje, hacemos referencia a la adquisición de nuevos comportamientos a partir de experiencias previas con el fin de conseguir una mejor adaptación al entorno físico y social en el que se desarrolla cada individuo.

En el ámbito de la docencia, el sistema tradicional que hoy se sigue utilizando en gran parte de las aulas es la denominada clase magistral. En este caso, la persona docente, situada en su mesa, junto a una pizarra, explica contenido teórico al alumnado que, desde sus asientos, toman notas de toda la información recibida. Teniendo en cuenta esto, resulta bastante significativo, a la vez que preocupante, que Andalucía cuente en la actualidad con un 21,8% de abandono temprano del sistema educativo, una cifra que se sitúa por encima de la media española. Los datos sobre la obtención del título de Educación Secundaria también resultan bastante alarmantes, pues en nuestra Comunidad Autónoma alcanza dicha etapa tan solo un 67,1% de la población con edades comprendidas entre 20 y 24 años.

Analizando la mente de la población infantil y adolescente podemos llegar a la conclusión, más que evidente, de que una clase en la que el alumnado se encuentra sentado copiando información en su cuaderno u ordenador no es, en absoluto, una situación motivadora.

Para que una actividad resulte atractiva e interesante se deben tener en cuenta las características e intereses individuales. Esto permitirá crear un amplio repertorio de propuestas educativas que llamarán la atención del conjunto de menores.

En los diferentes centros de acogimiento residencial nos enfrentamos cada verano al reto de conseguir diseñar e implantar un sistema de enseñanza capaz de motivar e implicar al grupo de menores atendido sin olvidarnos de que nos encontramos en periodo de vacaciones.

Es por ello que, desde ARB SAMU Motril (Granada), desde hace varios años, se otorga especial importancia a la elaboración de propuestas que permitan llevar a cabo el proceso de enseñanza a través del juego como herramienta motivadora y propulsora de aprendizajes.

En verano de 2021 se dividió al grupo de menores en diferentes niveles de aprendizajes en función de sus destrezas y habilidades lingüísticas (nivel inicial, medio y avanzado). En cada uno de estos niveles se planteaban diversas actividades como la oca lingüística, la clase invertida, la venta simulada de objetos aleatorios, descripciones de imágenes y reproducción de las mismas, etcétera. El principal objetivo de todas estas propuestas no era otro que el enriquecimiento lingüístico y la adquisición de vocabulario y aspectos gramaticales de manera lúdica.

Durante la época estival de 2022, la propuesta educativa se basaba en la gamificación a través de un portal web denominado Classcraft. En este caso, el proceso de aprendizaje se establecía mediante el trabajo en equipo y la consecución de puntos a través de la realización de diversas actividades tanto en la plataforma digital como en el día a día en el centro residencial. El uso de avatares, la propuesta de misiones y la posibilidad de aplicar diferentes poderes para favorecer al equipo fueron la mezcla perfecta para conseguir una completa implicación y un nivel de motivación muy elevado entre los menores. Además, todo ello mediante el uso de las TICs, a través de los dispositivos móviles.

En el verano de 2023, la propuesta educativa elaborada ha mantenido la misma línea: innovación y motivación como ejes principales. Se trata del aprendizaje basado en proyectos. Así pues, el conjunto de actividades lúdico-educativas programadas para llevarse a cabo tanto dentro como fuera del residencial durante todo el verano se complementan con un proyecto que se irá desarrollando por etapas. Tras trasladar al grupo de menores la propuesta, fueron ellos mismos quienes decidieron cual iba a ser el objetivo general de su proyecto en el que iban a trabajar de manera progresiva durante todo el verano. De esta manera, observamos, una vez más, que tener en cuenta los intereses de los menores resulta clave en el diseño de actividades educativas y garantiza su implicación y la adquisición de aprendizajes de una manera más positiva.

A lo largo de estos años hemos podido comprobar que el uso de este tipo de metodologías ha provocado un notable crecimiento en el nivel de participación observado entre los menores. Ha sido frecuente ver cómo se han implicado incluso más allá del horario fijado para ello, llegando a invertir parte de su tiempo libre.

Para el equipo de ARB SAMU Motril es un gran logro conseguir que los menores sean capaces de aprovechar y agradecer este tipo de propuestas educativas, lo que indica que son un acierto. Todo ello nos anima a seguir aprendiendo y enseñando.

JOSÉ CARLOS MARTÍNEZ SERRANO.
Educador ARB SAMU Motril

 

SAMU organiza la I Jornada ‘Niños y niñas migrantes: un aporte a la sociedad’ en Algeciras

Fundación SAMU organizó el 4 de octubre la I Jornada Niños y niñas migrantes: un aporte a la sociedad en la Cámara de Comercio del Campo de Gibraltar, en Algeciras. Dar visibilidad a los niños migrantes, resaltar el aporte que realizan a la sociedad y exponer el trabajo realizado por los centros de menores para conseguir su plena inclusión social, laboral y escolar fueron dos de los objetivos principales de esta jornada que contó con la presencia de Carlos González de Escalada, presidente y director general de SAMU; Alfonso Candón Adán, delegado territorial en Cádiz de la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad; y Paula Conesa Barón, teniente de alcalde y delegada de Igualdad, Bienestar Social y Contratación del Ayuntamiento de Algeciras.

“La migración es cíclica así como los rasgos que definen al inmigrante. Donde antes se daba una acogida a menores vulnerables proveniente en su mayoría de familias desestructuradas, menores en situación de calle y/o con alto grado de consumo, sobre todo si hablamos del menor marroquí, hoy en día los rasgos que definen al o la menor inmigrante han cambiado”, manifestó durante su intervención Palma Díaz, directora de CPM El Bosque y coordinadora de Andalucía Occidental del área de Infancia y Familia de SAMU.

“Ya no hablamos de menas como aquellos menores que hay que recuperar en todos los sentidos, y cuya misma palabra provoca rechazo. El perfil de estos niños y niñas ya no es tan vulnerable. Hablamos de familias estructuradas; a veces, monoparentales; en su mayoría, de bajos recursos económicos pero trabajadoras, que realizan verdaderas inversiones económicas para que sus hijos e hijas logren llegar a nuestras costas en busca de un futuro próspero para ellos y por consiguiente para su familia”, continuaba Díaz. “La protección del menor está tan bien lograda hoy en día que una buena gestión de los recursos hará de estos chicos y chicas ciudadanos integrados completamente, y dicha inversión institucional, social y económica, repercutirá en positivo y con creces en la sociedad en la que convivimos. Es este el motivo por el que se toma la iniciativa de realizar estas jornadas”.

Durante toda la mañana se desarrollaron las mesas redondas en las que participaron distintos protagonistas y se trataron diferentes asuntos con el foco puesto en la integración y en las experiencias de vida de los ponentes.

Así, Antonio José Molina Facio, jefe del servicio de Centros de Protección de la Dirección General de Infancia, Adolescencia y Juventud, y Juan Manuel Aveledo, director del área de Infancia y Familia de Fundación SAMU, hablaron sobre El trabajo del SPM con los y las menores inmigrantes; y la ponencia de Siham Khalifa El Abdi, subdirectora del área de Infancia y Familia de Fundación SAMU, y Lorena Romero, directora del CPM El Castillejo, se titulaba De la juventud a la prosperidad: El retorno económico de los programas de mayoría de edad. Además, la abogada María Páez y Mónica Rojas, directora del CPM Arcos de Fundación SAMU, conversaron sobre los mitos y las realidades. Y Francisco Gómez Aguilera, profesor del IES Federico García Lorca; José Antonio Rodríguez, adjunto a la dirección del CPM Cortijo Jimena; Maribel Oliva Moreno, presidenta de la Asociación de Vecinos Don Pelayo; el empresario David Mota Ruiz; la voluntaria de CaixaBank Josefa Solano Medina; y Lorena Romero, directora del CPM El Castillejo; debatieron sobre integración en los diferentes contextos.

Por último, el joven extutelado Fouad Essaouri y Karen Gil Aragón, adjunta a la dirección del CPM RECEP Campo de Gibraltar de Fundación SAMU, relataron a los presentes su historia de vida.

Un trabajo digno para personas con trastornos mentales graves

Es de vital importancia que todas las personas se desarrollen a través de diferentes procesos y vayan alcanzado objetivos a lo largo de sus vidas. La familia, las relaciones sociales, la educación, la salud, la formación y la experiencia marcan nuestras vidas. Pero es el acceso al empleo el que se convierte en la punta del iceberg del proceso de desarrollo personal y profesional de cada individuo. Y no solo para cubrir las necesidades básicas sino también como elemento esencial para garantizar la igualdad de oportunidades y la participación plena en la vida económica, cultural y social, vinculando a las personas con la sociedad en la que viven.

El acceso a un trabajo seguro, productivo y remunerado de manera justa es un factor fundamental para la autoestima y el desarrollo de las personas y las familias. Les afirma su sentimiento de pertenencia a una comunidad y les permite hacer una contribución productiva facilitando la inclusión en una sociedad que cada vez está más competitiva.

En un contexto social actual en el que se viene superando una crisis global, las personas cuentan con cantidad de dificultades para acceder a un puesto de trabajo digno. Si trasladamos este hecho al ámbito de las personas con discapacidad, se convierte en un reto todavía mayor.

Tal y como cita Abelardo Rodríguez, coordinador técnico de Red de Atención Social a personas con enfermedad mental de la Consejería de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad de Madrid, 7 de cada 10 personas con discapacidad, a causa de diagnóstico de salud mental, no tiene empleo ni lo busca. La tasa de actividad de este tipo de discapacidad es de las más bajas: un 29,1%, frente al 40,7% de activos con discapacidad física, 31,1% con discapacidad intelectual y 50% con discapacidad sensorial. Las personas con enfermedad mental se enfrentan a estereotipos que dificultan su inserción social y laboral.

Siendo la política de empleo un elemento esencial para garantizar la igualdad de oportunidades, el desarrollo personal y la participación plena en la sociedad, su deber debe ser buscar la integración de las personas con discapacidad en el sistema ordinario de trabajo o, si no es posible, mediante la fórmula especial de trabajo protegido.

La normativa contempla diferentes medidas que fomentan el empleo de las personas trabajadoras con discapacidad (establecimiento de un sistema de intermediación laboral, empleo con apoyo o enclaves laborales.) o el establecimiento de medidas de acción positiva en las políticas activas de empleo (reserva de puestos, subvenciones por la contratación, bonificaciones en las cuotas de la Seguridad Social, desgravaciones fiscales…).

Desde el Centro de Día de Rehabilitación Psicosocial de Puerto del Rosario, en Fuerteventura, gestionado por SAMU, se lleva a cabo un Programa de Inserción Laboral mediante un plan individualizado de rehabilitación para personas con trastornos mentales graves. Su objetivo es la obtención de un puesto de trabajo digno y estable para estas personas, con el que puedan obtener una calidad de vida digna y una oportunidad profesional y que, además, les reporte satisfacción y la mayor autonomía posible.

Dentro de este programa se impulsa la formación y se potencia la cualificación profesional a través de un plan integral, personalizado y flexible, con diferentes estrategias facilitadoras, no solo para la preparación y el acceso a un puesto de trabajo, sino para el mantenimiento del mismo. Todo ello, con el apoyo y seguimiento que realiza el equipo multidisciplinar del recurso, y con la colaboración y coordinación entre diferentes entidades públicas, centros especiales de empleo y centros de formación, entre otros.

Con la formación, asesoramiento y apoyo de los profesionales de este recurso, el programa tiene como objetivo mejorar las posibilidades de integración laboral de las personas con trastornos mentales graves estudiando cada caso concreto para ofrecerles servicios y herramientas adaptadas. Además, se les acompaña a lo largo de todo el proceso de inserción cuidando su bienestar, reforzando su autoestima y favoreciendo su desarrollo personal.

 

JUDITH GUTIÉRREZ SANTANA.

Técnico en Integración Social en el Centro de Día de Rehabilitación Psicosocial de Puerto del Rosario (Fuerteventura)