José Antonio Trujillo, director general de SAMU: “Trabajar en la acción social y el servicio a los demás es un regalo”

José Antonio Trujillo es Licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla y Máster en Organización de Empresas por el Instituto de Empresa (IE). Ejerció cargos de dirección en diversas multinacionales hasta su llegada a SAMU en diciembre de 2019, donde, en un primero momento, fue director del departamento de Desarrollo. En diciembre de 2021, fue nombrado adjunto a la dirección general de SAMU. Un año después ascendió a director general adjunto, puesto que ha ejercido hasta la fecha.

—Antes de empezar con la entrevista, me gustaría felicitarle por su nuevo nombramiento.
—Muchas gracias. Significa un reconocimiento enorme para mí. Es la primera vez en la historia de SAMU que una persona ajena a la familia fundadora accede a la dirección general.

—En los últimos años, SAMU ha experimentado importantes cambios en la dirección. De hecho, no hace mucho se produjo un relevo generacional. ¿A qué se deben estos cambios?
—A finales de 2021, Carlos González de Escalada, entonces director general de SAMU y ahora presidente de la organización, tomó la decisión de iniciar un proceso de profesionalización en SAMU de una forma pausada y con una serie de hitos y cambios. Aprovechábamos los viajes de trabajo juntos para hablar de cómo llevar a cabo este proceso, no lo hacíamos en la vorágine del día a día. Fue entonces cuando cambió mi figura, que había estado dos años vinculada a la dirección del departamento de Desarrollo y me nombró adjunto a la Dirección General. Al mismo tiempo, Carlos provocó una serie de cambios en las direcciones de las áreas más estratégicas. Yo también empecé a impulsar una serie de cambios tanto en lo relacionado con el personal como en las fórmulas de trabajo. En todo este proceso, siempre he ido de la mano de Carlos, aunque he de decir que he tenido la suficiente autonomía para impulsar los cambios necesarios en cada momento. Debo admitir que creí que en seis meses le iba a dar la vuelta a la organización y aún hoy no lo he conseguido.

—No es fácil cambiar las estructuras y los hábitos de trabajo de una empresa con más de 40 años.
—SAMU ha cumplido ya 43 años y siempre se han hecho las cosas desde la óptica del deber y basándose en la intuición, con pocos datos empíricos y estrategias empresariales. SAMU ha salido adelante porque han sido muy trabajadores, muy innovadores y valientes, pero en cualquier momento de esta trayectoria podía haber venido un vendaval y haberse llevado la organización por delante. Es en el momento en el que la empresa experimenta un gran crecimiento sin precedentes cuando trazamos el Plan 2030 con sus tres hitos troncales; la profesionalización, la internacionalización y la transformación digital. Son líneas de trabajo en las que ponemos mucho empeño. Pretendíamos y seguimos persiguiendo aportar seguridad y sostenibilidad a todo el proyecto.

—¿Es su nombramiento como director general el fin de esa etapa de profesionalización que inició e impulsó Carlos González de Escalada?
—Realmente es la consolidación de todo el proyecto de Carlos González de Escalada y su idea de que en 2025 él ya no sería el director general de SAMU. Es el fin de una etapa que se enlaza inmediatamente con la siguiente y continúa. El hecho de que su sucesor sea alguien externo a la familia no es casual, es un cambio intencionado. Él es un visionario. No da puntadas sin hilo. SAMU está viviendo la transformación de una empresa familiar a una empresa convencional que separa los intereses de la familia de los intereses del negocio y que mira al futuro con ambición.

—Y para usted, ¿qué significa este nombramiento?
—Para mí es un orgullo. He logrado algo que no todo el mundo consigue: aunar mi formación y capacidad de gestión con unos valores, vocación de servicio y acción social que han estado conmigo siempre. Tener un trabajo que aúna estas cuestiones, para mí es un regalo. Me levanto todos los días a las seis de la mañana entusiasmado, me encanta. Trabajar en algo que no te gusta es muy duro y desgraciadamente le ocurre a muchas personas. He tardado tiempo en lograr esto, pero cuando ha llegado el momento me he dado cuenta de que es lo que quiero.

—¿Qué recuerda de su primera etapa en el departamento de Desarrollo?
—Disfruté muchísimo. Llegué a un departamento que, al igual que el resto de la casa, funcionaba de manera un poco arcaica. Todo era en papel. Se guardaba la información en soportes inseguros, memorias locales, discos duros… Todo el proceso era manual. Yo venía de los expedientes de contratación pública, la licitación, de vender a la Administración pública desde los proyectos. Y desde el primer momento sentí que aporté mucho en SAMU. También tuve la suerte de encontrarme con un equipo entregado a los cambios. Y los resultados fueros espectaculares. En esa época lo ganábamos todo. He de decir que también ganábamos todo porque todo nos parecía una oportunidad, no veíamos los números tan bien como los vemos ahora. Pero disfrutábamos, trabajábamos mucho y el equipo estaba entusiasmado. Fue una etapa fantástica.

—Me llama la atención que no se haya mudado y que su despacho aún hoy continúe en el departamento de Desarrollo.
—Ahora cambiaremos, pero me gusta estar aquí porque sigo viendo al equipo con el que empecé. Y aunque era director general adjunto, he seguido participando de la transformación de este departamento para ajustarse a nuestra hoja de ruta. Por ejemplo, todo el equipo habla ya inglés, pues trabajamos en proyectos y expedientes tanto para España como para Estados Unidos y otros países de la Unión Europea. Otro avance ha sido la implantación del área de Cooperación Internacional y Ayuda Humanitaria, que, aunque está dentro de Desarrollo, funciona de manera autónoma pues ahora los proyectos no son estancos sino que implican siempre a más de un área. Los tiempos nos llevan a ser una organización transversal cada vez más.

—Ha mencionado antes el Plan 2030 de SAMU ¿En qué punto se encuentra esta hoja de ruta? ¿Está satisfecho con los resultados obtenidos hasta el momento?
—Debo decir categóricamente que sí. Vamos dentro de la hoja de ruta y estamos cumpliendo con los hitos establecidos. Aún queda mucho por hacer, pero también tenemos tiempo. En algunos ejes avanzamos más y más rápido y en otros un poco menos.

—¿En qué ámbitos se ha avanzado más?
—Sorprendentemente, hemos avanzado mucho en la internacionalización de SAMU. No estaba previsto tener ya una plantilla de más de 100 personas en Estados Unidos, por ejemplo. También intentamos con mucha fuerza estar presente en Perú y Ecuador. Tenemos muchos proyectos allí y hemos viajado mucho, pero la inestabilidad política en estos países ha frenado numerosas iniciativas. Nos hemos dado cuenta de que lo mejor es centrarnos en la Cooperación Internacional y la Ayuda Humanitaria en estos países. Ya no le presentamos proyectos a los gobiernos de locales sino a instituciones multilaterales, al Banco Mundial o al Banco Iberoamericano de Desarrollo, y gracias a ello empezamos a ver brotes verdes. El área de Cooperación Internacional también tiene proyectos en Marruecos, Burundi, Bolivia o Nigeria. Todo esto es internacionalización.

—En su discurso de despedida como director general, Carlos González de Escalada mencionó un posible proyecto en Suiza. ¿De qué se trata?
—Suiza es un país foco para nosotros al que hemos viajado varias veces para ver cómo funcionan allí los servicios sociales y los servicios de atención a la migración. Éste es un destino muy recurrente para los migrantes procedentes de Oriente Medio. En Suiza tienen un modelo de trabajo muy diferente al de España pero nos gusta mucho y queremos estar allí. Existe todo un proceso de acompañamiento que va desde aprender el idioma, formarse profesionalmente e ir cubriendo determinados hitos hasta conseguir ese estatus de refugiado y un permiso de trabajo. Como digo, queremos estar ahí y lo vamos a hacer a través de alianzas con entidades locales y con la experiencia de SAMU. En breve vamos a viajar de nuevo a Suiza para avanzar en este asunto.

—El crecimiento y la diversificación de la actividad de SAMU en la última década ha sido excepcional. Desde ambulancias y formación en el ámbito de las emergencias a acogida de menores, pasando por la atención a personas dependientes o migrantes, inserción laboral, salud mental, intervención socioeducativa, cooperación internacional, ayuda humanitaria, investigación… ¿Cómo es posible aunar todos estos ámbitos bajo un mismo logo y que todo funcione?
—SAMU no es una empresa al uso. Por lo general, una empresa se dedica a algo en concreto y diversifica en cuestiones cercanas. SAMU nació en una ambulancia y de ahí pasó a prestar determinados servicios médicos. Después se creó Fundación SAMU y llegaron los centros dirigidos a personas dependientes, con discapacidad o los centros de menores. Es entonces cuando empieza la diversificación, pero todo al final está enlazado. Quien ha impulsado este crecimiento ha sido Carlos González de Escalada durante su etapa de 14 años como director general. Como ya he dicho, ha sido un visionario, aunque es cierto que el crecimiento y la diversificación dejaron a veces atrás los sólidos cimientos para dar soporte a tantas cosas. Eso es lo que hemos logrado hacer ahora. SAMU no tiene una réplica exacta ni en España ni en ningún lugar, o al menos yo no la he encontrado. Esto es una gran orquesta que suena así de bien porque hay varios directores de orquesta que saben llevar a la perfección cada uno su parte. Es un hito haber logrado esta expansión y, también, darle solidez a todo después de haber construido el edificio. Considero que ha habido poco reconocimiento a la labor de Carlos González de Escalada durante los últimos 14 años y debe hablarse más de ello.

—Sus compañeros valoran de usted la templanza y la serenidad. ¿Se identifica con estos valores?
—Sí, pero no es cierto. Yo no me altero, o al menos no me suelo alterar. No levanto la voz, no sé dirigir así, tengo otro estilo. Sí tengo una enorme resiliencia porque mi padre me educó en la frustración y en la esperanza. Nada que ver con lo que usualmente se vive hoy con los hijos. Eso me ha hecho absolutamente resiliente. Yo lo llamo resistente. Me podré hundir tantas veces como sea pero siempre voy a salir a flote. Por otro lado, como se suele decir, la procesión va por dentro.

—¿Ha recargado las pilas este verano?
—No, este verano ha sido un disparate de trabajo salvo una semana que me fui a Asturias con mis hijos. He estado tres semanas yendo y viniendo de Canarias debido a la emergencia migratoria. Además de a Ceuta, Baleares…

—Tengo entendido que ha leído este verano El Quijote.
—Sí, era algo que tenía pendiente.

—No es precisamente una lectura ligera para desconectar en verano.
—Hay que leerlo con cierta mentalidad, sí. Tenemos muchos refranes y frases hechas que proceden de este libro. Es una aventura constante y tiene cosas muy divertidas y disparatadas. Además, podemos encontrar cierto paralelismo con SAMU en eso que nos enseña El Quijote de que hay una parte soñadora y otra con los pies en la tierra. Soy una persona muy con los pies en la tierra, que como a todos me gusta soñar y creer en los proyectos, pero sobre todo me gusta hacer y ver las cosas terminadas. Desde que llegué traigo conmigo mi vocación de servicio. Cada día pienso que vengo a aportar, a ayudar. Si no ayudo a la organización y a mis compañeros, no estaré haciendo bien mi trabajo.

“SAMU debe ser punta de lanza y liderar los avances que dan respuestas a las nuevas necesidades”

Tal como destaca José Antonio Trujillo, “estamos en otros tiempos, todo evoluciona”. Por esta razón, SAMU seguirá dando pasos hacia la profesionalización de la organización. “Intentar dar soluciones de ayer a los problemas de hoy siempre me ha parecido un error. SAMU debe ser punta de lanza y liderar los avances que dan respuestas a las nuevas necesidades”.

En este sentido, el nuevo director general propone como estrategia provocar “deliberadamente” un cambio en el enfoque del área de Dependencia e Inclusión. “Yo creo firmemente en la especialización y este área es muy genérica”. “La cuota de mercado en dependencia en SAMU es mínima y el mercado y las necesidades de atención son inmensas. También es cierto que las dificultades son grandes, aunque no debemos desdeñar la evidencia de los factores demográficos, la prolongación de la vida y las necesidades presentes y futuras”, señala Trujillo.

La inclusión, que hasta hace poco tiempo era un concepto social y doméstico vinculado a la diversidad o a la mujer, ahora ha cambiado y está muy vinculado a la migración. “Arduo trabajo el que queda por delante para el abordaje excelente de la inclusión social. Miles de migrantes seguirán llegando a nuestro territorio con miles de necesidades. ¿Por qué no está SAMU entre el selecto grupo de entidades acogedoras temporales de adultos? ¿Qué nos impide liderar de la mano de la Administración la formación para el empleo, la inserción social y laboral tan necesaria?”.

Trujillo hace también hincapié en la necesidad de tomar conciencia de lo mucho que tiene que virar Infancia y Familia. “Tanto en la Estrategia Estatal de Infancia y Adolescencia como en la Andaluza vemos la tendencia a buscar un cambio en el modelo de acogimiento residencial por debajo de los 13 años, fomentando el acogimiento familiar. Es el horizonte que vemos y que se irá implantando en las diferentes comunidades autónomas como un radical cambio de modelo en el sistema de protección de menores. Todo apunta a concienciar más sobre la necesidad de un mayor número de familias disponibles para acogimiento familiar en detrimento del actual sistema residencial de acogimiento, que seguirá siendo vital”.

Para Trujillo, SAMU debe ir por delante y fortalecer sus recursos residenciales especializándolos con equipos muy profesionalizados. “En mi opinión, el futuro pasa por centros especializados en situaciones de conflicto social y por los de intervención en problemas de conducta, centros terapéuticos o de medidas judiciales además de los de atención a la diversidad”.

 

SAMU ya ha atendido a más de 370 menores en Ceuta en lo que va de año

Fundación SAMU tiene la misión institucional de gestionar la emergencia que implica la llegada de menores migrantes no acompañados por un referente adulto a través de la frontera con Marruecos. La organización puso en marcha en febrero la Operación Ceuta 2024 con el objetivo de reactivar infraestructuras de acogida y reforzar el dispositivo de atención a menores existentes en la ciudad autónoma. Este verano, especialmente en agosto, la actividad se intensificó ante el incremento de la llegada de menores extranjeros no acompañados y se activó un dispositivo de emergencia.

“Ceuta es un enclave geográfico singularmente situado muy favorable al movimiento migratorio ininterrumpido entre África y Europa y especialmente favorable a la población marroquí por las circunstancias socioculturales que han determinado un mestizaje progresivo transfronterizo estable. Es obvio que las circunstancias demográficas son determinantes. Nada ni nadie puede parar los flujos migratorios globales cuando responden a desequilibrios de vida”, explica Carlos Álvarez Leiva, presidente de honor de SAMU y responsable del dispositivo de emergencia de Ceuta.

“La gestión de un centro de menores es apasionante y solo se concibe así si eres capaz de asumir la enorme trascendentalidad del resultado esperado. Se trata de transformar una palpitante materia prima en elementos cruciales de alta demanda para una sociedad envejecida y con niveles de dependencia progresiva, en todos los servicios, ayudamos a ayudarnos. Esta visión más que romántica, es natural, está fundamentada en la consolidada experiencia que tiene Fundación SAMU en su trayectoria de acompañamiento y atención a más de 3.000 menores”.

Durante el mes de septiembre, el dispositivo de emergencias de SAMU en Ceuta ha recibido la visita de la ministra de Juventud e Infancia de España, Sira Rego; y del nuevo director general de SAMU, José Antonio Trujillo.

Más atenciones que en 2023

En 2023, Fundación SAMU atendió a un total de 342 menores en la Unidad de Acogida Temporal de Emergencia La Esperanza, cuya capacidad inicial era de 60 plazas. “A principios de 2024, el escenario migratorio en Ceuta experimentó un cambio drástico. La afluencia de menores migrantes aumentó significativamente, provocando una sobreocupación en el centro La Esperanza, que duplicó su capacidad. El número de menores acogidos en el primer semestre del año 2024 ya supera el total de menores atendidos durante el año 2023”, explica Siham Khalifa, directora adjunta del área de Infancia y Familia de Fundación SAMU.

A fecha de 19 de septiembre de 2024, Fundación SAMU había acogido en Ceuta en lo que va de año a 371 menores, 30 más que en todo 2023 y aún quedan tres meses para que finalice el año.

“La sobreocupación en el centro La Esperanza llevó a Fundación SAMU a habilitar nuevas instalaciones para gestionar la emergencia migratoria que vive la ciudad autónoma de Ceuta. El primer paso fue la apertura del Centro de Inserción Sociolaboral (ISL) Triana, en marzo de 2024, con una capacidad para atender a 36 menores. Este centro tiene como objetivo principal la formación y capacitación de los jóvenes para prepararlos para una vida independiente, diseñando itinerarios personalizados de inserción sociolaboral”, continúa Siham Khalifa.

Ante el aumento continúo del número de menores que llegaban a Ceuta, el 10 de mayo de 2024 se habilitó el Centro Aljarafe, con capacidad para 60 jóvenes. Este centro ayudó a descongestionar La Esperanza, trasladando 60 menores desde el centro inicial.

Además, el 11 de julio de 2024, se habilitó el Centro Nueva Esperanza, en el Tarajal, diseñado para la primera acogida de menores sin acompañante adulto, con capacidad para 60 menores. La apertura de este centro permitió cerrar definitivamente la Unidad de Acogida Temporal La Esperanza.
“En agosto de 2024, una nueva entrada masiva de menores intensificó la crisis, llevando a Fundación SAMU a habilitar más espacios. Se realizaron ajustes significativos en los recursos, como la ampliación del Centro Triana para acoger a 159 menores, incorporando 15 nuevos módulos. El Centro Aljarafe también aumentó su capacidad para 110 menores. Asimismo, Nueva Esperanza amplió su capacidad inicial para albergar a 108 menores, gracias a la habilitación de nuevos espacios”, explica Siham Khalifa.

Tras estos cambios, en la actualidad, Fundación SAMU gestiona tres centros especializados en Ceuta para la atención de menores migrantes no acompañados: Centro Nueva Esperanza (Tarajal), con una capacidad de 108 plazas; Centro Aljarafe, con 110 plazas; y Centro de Inserción Sociolaboral (ISL) Triana, con una capacidad para 159 menores.

“Estos centros brindan una atención integral adaptada a las necesidades de los menores en distintas fases de su proceso migratorio, desde la recepción inicial hasta la preparación para la vida independiente”, comenta Siham Khalifa. “Uno de los pilares fundamentales en la atención a los menores migrantes es asegurar su acceso a la educación, tanto formal como informal. Fundación SAMU implementa programas educativos que incluyen clases de idioma y actividades de integración cultural y social, promoviendo la inclusión de los menores en la comunidad local”.

En este sentido, Carlos Álvarez Leiva añade: “En la Fundación SAMU, trabajamos para identificar y desarrollar los talentos individuales de cada menor, fomentando en ellos una cultura de compromiso y responsabilidad. A través de una estructura organizada por niveles, se les instruye en competencias específicas que les preparan para contribuir activamente al funcionamiento del centro, al mismo tiempo que adquieren habilidades útiles para su integración social”.

Todos los centros gestionados por Fundación SAMU operan en estrecha colaboración con instituciones y organizaciones gubernamentales y no gubernamentales. Esta coordinación garantiza una atención integral que abarca desde la protección básica hasta el desarrollo personal y la integración social de los menores.

La respuesta de Fundación SAMU ante la crisis migratoria de menores no acompañados ha sido clave para gestionar el creciente número de niños y adolescentes que llegan a Ceuta.

La ampliación de los centros y la implementación de programas de educación y formación han permitido ofrecer un entorno más seguro y preparado para afrontar las demandas de esta emergencia humanitaria.

“El trabajo coordinado entre diferentes actores y la constante adaptación de los recursos han sido esenciales para asegurar una atención eficaz y digna a los menores migrantes, contribuyendo a su desarrollo integral y futura integración social”, concluye la directora adjunta del área de Infancia y Familia de SAMU. El trabajo no cesa en Ceuta.

Recuerdos y vino: un taller inolvidable para mayores en el Centro de Día Ciudad de Alfaro

En el corazón de La Rioja, donde el vino es mucho más que una bebida, el Centro de Día para Personas Mayores Dependientes Ciudad de Alfaro de Fundación SAMU ha llevado a cabo una experiencia inolvidable para sus usuarios: un taller de vendimia que no solo recupera una tradición local, sino que también ofrece a los mayores una conexión profunda con su pasado. Este evento no solo celebra la importancia de la vendimia en la región, sino que también subraya los beneficios significativos que tales actividades tienen para la población mayor.

La vendimia en La Rioja es una tradición que ha acompañado a la comunidad desde tiempos inmemoriales. Esta labor, esencial para la producción del vino, tiene un impacto cultural y económico considerable en la región. El proceso de cosecha de la uva, que antes se realizaba manualmente, ha evolucionado con los avances tecnológicos, como las modernas cosechadoras mecánicas que ahora facilitan esta ardua tarea. Sin embargo, para muchos residentes de Alfaro, la vendimia sigue siendo un símbolo de identidad y un momento de conexión comunitaria.

Durante el mes de septiembre, época en la que se realiza la recogida de la uva, el Centro de Día para Mayores Ciudad de Alfaro se sumergió en el mundo de la vendimia a través de un taller de reminiscencia. Esta actividad es una ventana al pasado, donde los mayores pueden revivir y compartir sus experiencias personales relacionadas con la vendimia.

Profesionales del Centro de Día destacan que, a pesar de la modernización del proceso, los mayores mantienen un profundo cariño por las épocas en que la recolección se realizaba manualmente. Para ellos, la vendimia era una oportunidad para socializar con vecinos, familiares y amigos, un aspecto que sigue siendo vital para la cohesión comunitaria.

Este taller en el Centro de Día se convierte en un espacio de encuentro y aprendizaje, donde los participantes rememoran cómo se realizaba la recolección con herramientas tradicionales como el “gabinete” o el “corquete”, y cómo se almacenaban las uvas en cestos llamados “cunachos”.
Los relatos sobre el cuidado meticuloso con el que se trataba la uva para evitar que se estrujase demasiado y la preparación del vino en las bodegas locales son narrados con gran detalle por los mayores del centro. Estos cuentan cómo se transportaba el vino a las bodegas, donde se pisaba con “garbo” y cómo se realizaba el proceso de fermentación y conservación en cubas de madera.

“Los racimos de uva eran cortados con un gabinete o corquete, herramientas que ayudaban en la recolección del preciado fruto. Se cortaban y depositaban en cestos o cunachos, pero eso sí sin estrujarlos mucho, ya que sino caía el caldo a la tierra y no valía. Era y es un producto muy valioso y delicado que se trataba con mucho mimo y esmero. Cuando se llenaba el cunacho, se cargaba al hombro y se vaciaba en un comportillo, una especie de cubo grande de madera, siempre cerca del carro o galera”, explica los mayores del centro.

“Posteriormente, el vino se transporta a las bodegas, en las cuales era pisada con garbo, como decimos aquí. Cuando iban pasando los días, el caldo adquiría color e iba fermentando. Entonces se sacaba la raspa a la prensa y se juntaba todo en el tino. Tras un tiempo, se comprobaba con una vela que no había tufo. Finalmente, se trasegaba a las cubas para seguir su proceso. Luego, las bodegas del municipio entregaban unos vales a cada familia para luego coger el vino cuando estuviese preparado. La mayoría de las casas alfareñas disponían de bodega particular, para almacenar los garrafones en un lugar fresquito, ayudando así a su conservación. Y cuando necesitaban beber para comer, se bajaba a rellenar el porrón”.

Este tipo de actividad no solo revive la memoria colectiva, sino que también proporciona beneficios significativos para los mayores. La participación en talleres que evocan experiencias pasadas puede mejorar la salud mental y emocional de estas personas, ayudándoles a mantener una actitud positiva y un sentido de propósito. Además, las actividades grupales como éstas fomentan la interacción social y fortalecen los lazos entre los participantes, contribuyendo a su bienestar general.

La vendimia también tiene un papel importante en la economía de La Rioja. El vino es uno de los productos más emblemáticos de la región, y su producción genera empleo y fomenta el turismo. El Centro de Día para Mayores Ciudad de Alfaro reconoce esta conexión al involucrar a los usuarios en una actividad tan representativa de la identidad local, al tiempo que apoya la cultura vitivinícola de la región.

La experiencia de este año fue especialmente significativa. A pesar de las inclemencias meteorológicas que preocuparon a los mayores, el taller pudo llevarse a cabo con éxito. Gracias a la generosa colaboración de una familia alfareña (Charo, Bayo y Alfonso), los usuarios del centro tuvieron la oportunidad de participar en la recolección de la uva de la variedad tempranillo, realizando la actividad tal como se hacía hace décadas. La uva recogida fue llevada al centro para extraer el mosto, que luego fue degustado en un taller de cocina, proporcionando una experiencia sensorial completa.

La emoción y el entusiasmo de los mayores durante el taller fueron palpables. Sus relatos y recuerdos sobre la vendimia y la producción de vino reflejan un profundo apego a sus tradiciones y una celebración de su legado cultural.

“El éxito del taller no hubiera sido posible sin la colaboración desinteresada de Charo, Bayo y Alfonso”, apuntan los profesionales del centro, que expresan su gratitud especial a esta familia, cuyo amor y dedicación hicieron posible que el taller se convirtiera en una experiencia memorable para todos los involucrados.

El taller de vendimia del Centro de Día para Personas Mayores Dependientes Ciudad de Alfaro fue mucho más que una simple actividad recreativa. Fue una celebración de la cultura vitivinícola de La Rioja, un medio para preservar y transmitir tradiciones y, sobre todo, una oportunidad para mejorar la calidad de vida de las personas mayores a través de la nostalgia y la socialización. Este tipo de iniciativas no solo honran el pasado, sino que también fortalecen el presente, ofreciendo a los mayores una manera de reconectar con sus raíces y disfrutar de la riqueza cultural de su tierra.

Fundación SAMU y el Real Aeroclub de Sevilla organizan la I Jornada de Aeronáutica Adaptada dirigida a personas con discapacidad

El Aeródromo La Juliana de Sevilla será escenario el 8 de octubre de el la I Jornada Aeronáutica Adaptada, un evento organizado por SAMU con el objetivo de brindar una experiencia adaptada y enriquecedora en el ámbito de la aviación para personas con discapacidad, incluyendo aquellas con algún tipo de dificultad tanto física, psíquica o sensorial. A través de esta iniciativa, se busca promover la igualdad de oportunidades para todos, independientemente de sus capacidades, y el acceso a actividades aeronáuticas adaptadas. Estas personas tendrán la oportunidad de experimentar las emociones y sensaciones que suscita volar, rompiendo barreras y desafiando estereotipos.

“La idea es contribuir a la responsabilidad social de eliminar el asistencialismo en la atención a las personas con discapacidad, superar la adaptación de los entornos para que sean accesibles en el desarrollo de las actividades de la vida diaria, y aspirar a la accesibilidad para todos en el ámbito de las actividades de ocio. Si las actividades aeronáuticas son más restringidas para la mayoría de la población, lo es en mayor medida para las personas con discapacidad. Este es el reto. Podemos hacer partícipes a diferentes órganos civiles y militares, como una operación extraordinaria”, explican desde el área de Dependencia e Inclusión Social de SAMU, organizador del evento.

En la jornada participarán usuarios de las residencias Santa Ana y San Sebastián, así como del centro de estancia diurna San Lucas, todos ellos ubicados en la provincia de Sevilla y gestionados por Fundación SAMU; y alumnos con discapacidad física, psíquica y sensorial de diferentes Colegios de Educación Infantil y Primaria de Sevilla. Además, un grupo de 10 menores extranjeros no acompañados, usuarios de los servicios de Fundación SAMU, realizarán funciones de voluntarios como recurso de apoyo a las personas con discapacidad. Estos tendrán un espacio para experimentar un bautizo de vuelo como refuerzo a su labor altruista.

La I Jornada Aeronáutica Adaptada, que se desarrollará por la mañana, cuenta con dos grupos de actividades, de tierra y de aire, que se desarrollarán en una estructura rotatoria temporal y espacial adecuada como para garantizar la participación de todos los asistentes al evento. En uno de los talleres, los participantes tendrán la oportunidad de visitar el interior de una aeronave y tomarse una foto a los mandos. En el taller titulado SkyDive: experiencias paracaidistas, los participantes tendrán la experiencia de conocer todo los recursos necesarios y preparativos previos de un paracaidista. Visitarán sus hangares y podrán disfrutar in situ del despegue de su aeronave y del aterrizaje de los paracaidistas en diferentes modalidades.

También habrá un simulador de vuelo, un taller en el que se brindarán detalles sobre el exterior de un avión, sus partes y funciones y un bautismo de vuelo que dará a los participantes la oportunidad de experimentar la emoción de volar y conectarse con el mundo de la aviación.

José Luis de Augusto Gil, presidente del Real Aeroclub de Sevilla y pionero en la aviación adaptada, compartirá en una charla inspiradora sus experiencias, hablará de cómo se ha enfrentado a los obstáculos, sobre su adaptación a una nueva vida tras un accidente aéreo y cómo logró alcanzar sus sueños a pesar de las limitaciones físicas.

Entre los colaboradores y patrocinadores de este evento destacan el Real Aeroclub Sevilla, el Aeródromo La Juliana, Fundación La Caixa, Escuela SAMU, Policía Nacional, Guardia Civil, Ejército del Aire, Ejército de Tierra, la Unidad Militar de Emergencias (UME), Protección Civil (Bollullos de la Mitación), el Ayuntamiento de Villamanrique de la Condesa (Sevilla), la Junta de Andalucía, Skydive Spain y Skylife.

SAMU busca mentes brillantes que puedan cambiar vidas

SAMU ha lanzado un desafío único a sus trabajadores, el primer concurso interno para la elaboración de proyectos técnicos innovadores y su implementación internacional, concretamente en Estados Unidos. El objetivo de esta competición interna ha sido promover la creación de proyectos innovadores de corte social, suponiendo ésta una gran oportunidad para la intervención con colectivos vulnerables en territorio estadounidense y para el desarrollo individual y profesional del personal de las diferentes áreas de SAMU.

“El I Concurso de Grant Writing partió de una iniciativa de la directiva y gerencia de SAMU, con la intención de promover el talento interno y acercar la elaboración de proyectos a toda la red de trabajadores de la empresa, desde el personal más vinculado a la labor administrativa como a la más asistencial. La idea nació de querer escuchar a todos los que componían y componen SAMU, dándoles el apoyo desde la más alta dirección, para que aquellos proyectos que tuvieran en la cabeza pudieran hacerse realidad en uno de los puntos clave principales de la empresa actualmente, Estados Unidos”, explica Santiago Llop, director del departamento de Desarrollo de SAMU.

“Buscamos mentes brillantes para presentar ideas que puedan cambiar las vidas de colectivos vulnerables en territorio internacional. Queremos fortalecer el apoyo a los más necesitados, rompiendo barreras en territorio internacional”, continúan desde la organización.

Finalmente, el 31 de mayo finalizó el plazo para la presentación de ideas. En total se presentaron seis propuestas, de las cuales tres fueron las ganadoras.

El primer premio fue para Rolando Delgado, miembro de la plantilla de SAMU First Response. Su idea, SAMU Kids (Emergency Welcome Respire), es una iniciativa que replica el proyecto que ya se lleva a cabo en el Respite Center de Washington D.C. y Maryland, un centro de bienvenida a población migrante, especialmente dirigido a menores y familias que cruzan la frontera de Estados Unidos por Arizona. Este programa integral aborda las necesidades urgentes de estos menores, ofreciendo evaluaciones médicas, apoyo psicológico y alojamiento temporal. Además, facilita el acceso a educación, asistencia legal y actividades de integración social. El objetivo es garantizar la seguridad inmediata y el bienestar a largo plazo de más de 1.000 menores anualmente, promoviendo su integración exitosa en la sociedad estadounidense.

Este primer premio cuenta con una remuneración económica de 1.500 euros para el autor del proyecto y su participación en el equipo e implementación en la zona del proyecto.

El segundo premio fue para Jara Díaz, del área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer de SAMU, y su Programa Nido (Nest Program), que ya se desarrolla en Andalucía con el apoyo de la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad.

Este proyecto tiene como objetivo apoyar a mujeres migrantes solicitantes de asilo que están embarazadas o tienen hijos pequeños (0-6 años) y han sido expuestas a situaciones de violencia de género. El programa ofrece alojamiento temporal y atención integral durante un máximo de 12 meses, enfocándose en el empoderamiento de las mujeres y la inserción socio-laboral, así como en el desarrollo integral de sus hijos. A través de una serie de servicios que incluyen apoyo psicológico, asesoramiento legal, formación laboral y cuidado infantil, el programa busca proporcionar un entorno seguro y de apoyo para que estas mujeres puedan reconstruir sus vidas con dignidad y seguridad.

Por último, el tercer proyecto premiado en el concurso ha sido el denominado Co-Housing Program, presentado por Paola Toro, alumna en prácticas del departamento de Desarrollo de SAMU. Este programa de co-vivienda intercultural para migrantes en Nueva York busca proporcionar una solución de vivienda asequible y segura para migrantes en el distrito de Queens. Este programa no solo ofrece alojamiento, sino que también promueve la integración social y cultural mediante la convivencia con residentes locales. Incluye servicios educativos, apoyo legal y psicológico, y actividades culturales para facilitar la adaptación y el bienestar de los migrantes. Además, se enfoca en la sostenibilidad a largo plazo a través de modelos de autofinanciamiento y alianzas estratégicas con organizaciones locales y gubernamentales.

“Son varios los proyectos presentados al concurso que, en cuestión de meses, han servido de base para programas clave que están en proceso de implementarse, concretamente en Puerto Rico. Si bien, hay otras iniciativas que, aunque permanecen en la recámara, por el momento, se tendrán en cuenta para futuras licitaciones, subvenciones o proyectos nacionales o internacionales, ya sea por su metodología novedosa o la ampliación de potenciales servicios, como es la creación de espacios de Co-housing o Co-living para familias migrantes”, explica Santiago Llop.

Uno de los proyectos presentados al concurso y que se ha puesto en marcha en septiembre en Puerto Rico ha sido Smile (Support, Mobility, Inclusion, Learning and Enjoy). Este programa utiliza una furgoneta para visitar centros de acogida y ofrecer a los niños actividades de intervención especializada y apoyo emocional. Incluye talleres de psicología grupal, cohesión, habilidades sociales, detección de necesidades individuales y cuestionarios psicológicos. Además, proporciona apoyo en los primeros pasos con el idioma, y actividades de juegos, dinámicas y arteterapia como música, pintura, juegos tradicionales y deportes.

Los otros dos proyectos que se presentaron fueron Bridge Project y Boosting Early Minds. El primero de ellos tiene como objetivo facilitar la integración social y laboral de las familias migrantes en el condado de Montgomery, Maryland. El proyecto aborda la crisis migratoria proporcionando asistencia integral que incluye orientación legal, cultural y lingüística, así como apoyo en el cuidado infantil para que los padres puedan asistir a capacitaciones y buscar empleo. Además, se enfoca en la inclusión social a través de actividades comunitarias y un programa de mentores. En resumen, el proyecto busca cerrar la brecha entre la llegada de los migrantes y su integración plena en la comunidad, mejorando sus oportunidades laborales y condiciones de vida.

El otro proyecto presentado, Boosting Early Minds, de SAMU First Response, tiene como objetivo mejorar el desarrollo cognitivo de niños menores de 6 años en Maryland, utilizando la metodología Vroom de la Fundación Bezos. Este programa se centra en proporcionar estimulación temprana y aprendizaje del inglés a niños inmigrantes y sus padres, facilitando su integración social y educativa. El proyecto incluye sesiones individuales y comunitarias, evaluaciones del desarrollo infantil y formación para padres, con el fin de preparar a los niños para la educación formal y mejorar las habilidades lingüísticas de las familias.

“En este concurso, se han ofertado premios de gran interés, como han sido 1.500 euros para el ganador, un viaje para dos para el segundo y una cena para dos para el tercero. No obstante, creemos que el valor ha radicado en el compartir del know how y en la plataforma que ha supuesto para el apoyo de grandes ideas”, destaca Llop.

A pesar de la acogida discreta de esta primera edición, sus organizadores creen que, por todo lo que le han transmitido los participantes, que “ha sido una iniciativa que ha aportado significado al trabajo que se realiza en la casa”. Por todo ello, SAMU no descarta celebrar una segunda edición en 2025.

 

Carlos González de Escalada: “Si todos apoyamos al nuevo director general, será imparable; SAMU será imparable”

Tras un periodo “irrepetible” de 14 años como director general, Carlos González de Escalada, ahora presidente de SAMU, ha cedido el testigo a José Antonio Trujillo. En 2021, cuando llevaba diez años en el cargo, González de Escalada comenzó un proceso de profesionalización de una organización en crecimiento que culmina ahora. Fue en ese momento cuando González de Escalada tomó una decisión a su juicio “necesaria”: el 1 de enero de 2025 ya no sería director general de SAMU. Y lo ha cumplido.

“Siempre he tenido muy claro que mi deber como director general era el bien de SAMU, al margen de los intereses individuales e, incluso, los intereses familiares. Eso a veces se ha entendido y a veces no, pero siempre mantuve un criterio firme y predecible. Hoy los hechos hablan por sí mismos y SAMU es una organización de éxito.

Durante su discurso de despedida, González de Escalada hizo un breve balance de su trayectoria en SAMU: “Don Carlos Álvarez Leiva, mi señor padre y un visionario brillante, fundó SAMU en 1981 con una uvi-móvil e infinitas ganas de trabajar. Cuando me incorporé, como su director de Desarrollo, corría el mes de junio del año 2003. SAMU era una organización local, que facturó ese año 2,2 millones de euros, De ellos, el 95 por ciento correspondía a nuestro contrato con el 061. Hace 21 años, éramos una organización local de cliente único. Teníamos dos centros de trabajo, uno Sevilla y otro en Málaga y una nave en Dos Hermanas”.

En 2010, un año antes de mi ascenso a director general, SAMU facturó 8,4 millones. Entonces ya éramos unas 80 personas en seis centros de trabajo en Andalucía. Teníamos una lavandería, una residencia de mayores participada al 50 por ciento y abrimos Santa Ana. Crecíamos rápido. Hoy, cuando dejo mi puesto ejecutivo, la marca SAMU factura cerca de 100 millones de euros, tiene más de 120 centros de trabajo y presencia en seis países”, continuó González de Escalada.

“Tras casi catorce años, dejo un SAMU con mil frentes abiertos pero pujante y saneado. Os pido para José Antonio Trujillo vuestra lealtad, vuestra generosidad y vuestro apoyo. La suerte le llegará porque trabaja mucho”, destacó González de Escalada. “Nuestro nuevo director general es un trabajador incansable, alguien que dice la verdad mirando a los ojos. Si todos lo apoyamos, será imparable; SAMU será imparable”.

José Antonio Trujillo, nuevo director general de SAMU tras 14 años de liderazgo de Carlos González de Escalada

SAMU, organización líder en emergencias sanitarias y acción social, ha anunciado el nombramiento de José Antonio Trujillo como su nuevo director general. Trujillo, quien hasta ahora ocupaba el cargo de director general adjunto, toma el relevo de Carlos González de Escalada tras 14 años al frente de la organización. En este periodo, SAMU ha consolidado su crecimiento superar los 3.000 trabajadores en 120 centros de trabajo distribuidos en seis países, con 100 millones de euros de facturación anual y 50.000 usuarios beneficiarios de su acción cada año.

José Antonio Trujillo es Licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla y cuenta con un Máster en Organización de Empresas por el Instituto de Empresa. Ha ejercido cargos de dirección en diversas multinacionales hasta su llegada a SAMU en 2019, donde, en un primer momento, ejerció como director del departamento de Desarrollo. En 2022, fue nombrado director general adjunto de SAMU, puesto que ha ejercido hasta la fecha.

El acto de traspaso se ha celebrado en la sede de SAMU en la Isla de la Cartuja de Sevilla en un acto que ha contado con la presencia de destacados directivos de la organización, como la Dra. Juana Macías, presidenta del Instituto SAMU de Investigación Científica (ISIC), y los vicepresidentes Borja y Juan González de Escalada. El presidente fundador de SAMU, el Dr. Carlos Álvarez Leiva, no ha podido asistir por estar coordinando el dispositivo de atención de emergencia a menores migrantes en Ceuta.

Años de desafíos y éxitos

Carlos González de Escalada, quien asumirá ahora la presidencia de SAMU, ha aprovechado su relevo para hacer balance de su gestión. “Han sido años de éxito, aunque no exentos de desafíos, en los que hemos trabajado para consolidar a SAMU como una gran fuerza al servicio del bien común”, ha defendido. Además, ha destacado el perfil de José Antonio Trujillo elogiando su “capacidad de trabajo” y su “liderazgo pausado y estratégico”. “Es una persona excepcional que se ha ganado el respeto y aprecio de todos los que trabajamos con él”, ha subrayado González de Escalada, que da de esta forma por concluido el proceso de profesionalización de la entidad, pues Trujillo es el primer máximo responsable de la historia de SAMU que no pertenece al núcleo de la familia fundadora del proyecto.

José Antonio Trujillo ha agradecido a su predecesor “la confianza y cercanía en los buenos y malos momentos”, y ha reconocido el trabajo de expansión y crecimiento que ha caracterizado los 14 años de González de Escalada al frente de SAMU. Trujillo se ha comprometido a continuar la labor de integración de los valores fundacionales de SAMU con las nuevas exigencias del mundo actual, con el objetivo de “construir el SAMU del futuro”.

Con esta transición, la compañía reafirma su compromiso con la atención sanitaria, la formación y la acción social, pilares que han guiado su trayectoria desde su fundación en 1981. Ahora, asume el reto de adaptarse a los desafíos globales que marca su plan 2030. En ese plazo, SAMU aspira a posicionarse como una multinacional de las emergencias y la acción social sobre las bases de la internacionalización, la transformación digital y la gestión del talento.

Sobre SAMU

SAMU es una entidad especializada en la atención sanitaria y acción social. Fue creada en 1981 como empresa de emergencias sanitarias equipada con la primera UVI móvil que hubo en España. Desde entonces, ha desarrollado un proceso de crecimiento y diversificación de su actividad que le ha llevado a ser un referente en sectores tan dispares como el traslado de pacientes críticos, los dispositivos médico-sanitarios en grandes eventos, la formación de profesionales en emergencias sanitarias, y la atención y protección de colectivos vulnerables como personas dependientes, personas sin hogar, menores, mujeres o personas con patologías de salud mental.

En las dos últimas décadas, SAMU también ha desarrollado misiones humanitarias en países como Marruecos, Indonesia, Sri Lanka, Haití, Perú, Sudán, Costa de Marfil, Sierra Leona, Nepal, Filipinas, Francia, El Salvador, Costa Rica, Honduras, República Dominicana, Ucrania y Turquía.

En 2023, la organización consolidó su área de Cooperación Internacional y Ayuda Humanitaria, que desarrolla proyectos en Burundi, Bolivia, Nicaragua o Marruecos.

La organización también se ha establecido en Estados Unidos a través de SAMU First Response, comprometida con la asistencia y el apoyo a personas solicitantes de asilo y migrantes que llegan al país.

No son menas, son niños

Mena: Menores Extranjeros No Acompañados. En su origen sólo fue un acrónimo para referirse a los niños y niñas que llegaban solos a las costas españolas, sin embargo, nunca un término hizo tanto daño a un menor. En los últimos años, muchos sectores de la sociedad han acuñado este acrónimo para referirse a estos niños de manera despectiva. Hablar de menas es una forma de categorizar, ocultando el aspecto más humano de esta condición, una forma de esconder un hecho fundamental: hablamos de niños, niñas y adolescentes que no pudiendo contar con la protección de un adulto o familiar son condenados a la invisibilidad y a la exclusión social.

Según señala Siham Khalifa, directora adjunta del área de Infancia y Familia de Fundación SAMU, “los niños migrantes a los que se intenta criminalizar, muchas veces detrás del término ‘mena’, son menores con historias muy duras y expuestos al desamparo. No dejan de ser niños, niñas y adolescentes que han conseguido llegar vivos y han estado expuestos a riesgos, a exclusión y a una situación que termina con ellos en una red de acogida del sistema de protección de menores como cualquier otro niño nacional y a los que se les debería dar el mismo trato de niño, independientemente del origen. Esa es la base de la protección a la infancia”.

Palma Díaz, directora del área de Infancia y Familia de Fundación SAMU, también ha reflexionado sobre el mal uso del término mena en el podcast ‘No vengo a hablar de racismo’, un proyecto de la asociación Márgenes y Vínculos.

“Me consta que las diferentes administraciones y organizaciones están buscando un nuevo término para referirse a estos menores, pero da igual el acrónimo que se utilice, ya sea mena u otro, al final acabará deshumanizando al colectivo y criminalizándolo”.

Palma Díaz hace también hincapié en la imagen de delincuentes que ciertos sectores venden a la sociedad de estos menores. “Hay discursos políticos que se basan en la idea de que estos menores son delincuentes y un aporte negativo a la sociedad. Esto no es así. No vamos a engañar a nadie. ¿Hay niños y niñas migrantes que pasan por el sistema de protección y que en su mayoría de edad pasan por un centro de internamiento? Claro que los hay. Al igual que hay niños y niñas nacionales que pasan por un centro de internamiento. Estos centros están llenos, y eso es porque hay niños y niñas que delinquen, pero el porcentaje de extranjeros es ínfimo”.

Díaz recuerda que la política migratoria de estos menores ha cambiado radicalmente. “El perfil de menores migrantes se ha diversificado significativamente, observándose un aumento en el flujo migratorio de menores no acompañados provenientes de la región subsahariana. Son muy visibles las características que distinguen a los menores inmigrantes según su lugar de origen. Estas diferencias incluyen las razones por las que migran, como conflictos, persecución o simplemente la búsqueda de mejores oportunidades. Además, las experiencias que viven en su viaje y el contexto familiar y comunitario del que provienen también influyen en sus necesidades de protección, apoyo psicológico y educativo”.

Un ejemplo de esto lo encontramos en los menores de origen marroquí. “Hace más de quince años recibíamos a menores provenientes de familias desestructuradas, que habían pasado grandes periodos viviendo en la calle, delincuentes en su propio país, con un alto consumo de tóxicos, como pegamento, y menores que habían pasado por situaciones de abusos. Estos menores llegaban a las costas españolas escondidos en los bajos de un camión o de polizón en un barco. Hoy, el perfil de los menores que llegan es totalmente distinto, estos chicos vienen de sus casas, con un viaje de alto coste económico y financiado por sus progenitores o familiares cercanos, y se percibe en su manera de comportarse, en su nivel de estudio y en la preocupación de las familias por el bienestar de estos niños”.

Según Díaz, estos niños saben que para encontrar trabajo en España tienen que formarse y vienen con la idea de ayudar a su familia. “Luego ese objetivo cambia porque la realidad es que vivir en Europa es caro y, una vez aquí, se dan cuenta de que para ayudar a su familia tienen que trabajar mucho más de lo que pensaban”.

Al margen de su origen migratorio, la labor de SAMU sigue siendo la misma: proteger, sanar en muchos casos, y preparar a estos y estas jóvenes para la vida en toda su complejidad.

Fundación SAMU cuenta con 16 centros para atender a menores en las islas Canarias

Canarias es destino habitual de migrantes procedentes del África subsahariana y Marruecos. Miles de migrantes llegan todos los meses a las costas canarias en embarcaciones precarias jugándose la vida. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), del 1 de enero al 15 de julio de 2024, más de 19.700 migrantes han llegado de manera irregular a Canarias utilizando esta ruta. Es un 160% más en comparación con el mismo período en 2023, cuando se registraron 7.590 migrantes. El 70% de las personas que llegan de manera irregular a España lo hacen a través de la vía canaria.

Esta situación migratoria ha experimentado cambios significativos en los últimos meses. Si bien el flujo de llegadas ha sido más constante, lo cierto es que sigue habiendo una gran necesidad de recursos y apoyo para los niños y niñas que llegan a Canarias. “Lo importante es que desde Fundación SAMU estamos preparados y seguimos mejorando nuestras capacidades para ofrecer una respuesta integral, humanitaria y eficaz”, apunta Siham Khalifa, directora adjunta del área de Infancia y Familia de Fundación SAMU.

“Actualmente, nos encontramos en un momento crucial, ya que la crisis migratoria ha evolucionado, y nosotros hemos adaptado nuestros recursos para poder ofrecer la mejor atención posible. En este sentido, hemos ampliado nuestros servicios y recursos, respondiendo a la creciente necesidad de apoyo a los niños, niñas y adolescentes migrantes no acompañados que llegan a las islas”.

Fundación SAMU gestiona actualmente 16 recursos dirigidos a menores en Canarias con un total de 412 plazas: nueve en Gran Canaria, uno en Fuerteventura y seis en Lanzarote. Estos centros están operativos las 24 horas del día y cuentan con equipos de profesionales capacitados, incluyendo educadores sociales, psicólogos, trabajadores sociales y personal auxiliar. Estos centros permiten acoger a menores en condiciones óptimas, brindándoles no solo un techo, sino también un acompañamiento integral que abarca el apoyo psicológico, la educación y el acceso a actividades de ocio y tiempo libre. “Todos trabajamos con el mismo objetivo: garantizar el bienestar y la inclusión de los menores en nuestra sociedad”, continúa Siham Khalifa.

” La capacidad de Fundación SAMU para responder rápidamente es una de nuestras fortalezas. Hemos demostrado, una y otra vez, que podemos implementar nuevos recursos, adaptándonos a las necesidades de las Islas Canarias. Esto es posible gracias a un equipo de profesionales cualificado y comprometido, que entiende la urgencia de estas situaciones y actúa con agilidad, siempre con un enfoque en la calidad del servicio. La reciente apertura con cinco recursos de atención inmediata en las islas de Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria, es un claro ejemplo de nuestra capacidad para movilizarnos rápidamente y ofrecer soluciones inmediatas a los desafíos que enfrentamos”.

En lo que va de año, Fundación SAMU ha acogido a más de 400 niños, niñas y adolescentes, de los cuales 295 son menores extranjeros no acompañados. “Teniendo en cuenta que en el año 2023 la cifra de menores atendidos ascendió a 503, con total seguridad esta cifra será doblada para el ejercicio 2024. Lo más importante de las cifras es que detrás de cada una de ellas hay una historia de vida que recibe una atención personalizada, adaptada a las necesidades particulares de cada niño y niña”, destaca Siham Khalifa.

“La labor de Fundación SAMU en las Islas Canarias es un compromiso constante con la infancia. Nos esforzamos por ofrecerles un futuro digno, a través de una atención integral que va más allá de la simple acogida. Nos marcamos como objetivo su desarrollo personal, su educación y su integración en la comunidad. Cada día, trabajamos para que estos niños y jóvenes puedan superar las dificultades y construir un proyecto de vida. Estamos profundamente comprometidos con esta causa y seguiremos trabajando para mejorar nuestros recursos y ampliar nuestra red, siempre con la misma dedicación y profesionalidad que nos caracteriza”, destaca la directora adjunta del área de Infancia y Familia de Fundación SAMU.

Pregoneros en Artenara

Un ejemplo del trabajo y el esfuerzo que se realiza para la integración de estos menores en la comunidad lo encontramos en Artenara, donde 19 niños y niñas extranjeros de 3 a 11 años que residen en el centro que Fundación SAMU gestiona en este municipio pronunciaron el pregón por las fiestas de La Cuevita 2024 el pasado 14 de agosto.

Los menores llevan pocos meses en Artenara, pero la acogida ha sido tal que, por decisión del alcalde, Jesús Díaz, se han convertido en los pregoneros de las fiestas patronales. El primer edil reconoce que, aunque ya tenía pensado otro pregonero para este año, su idea cambió al ver la gran acogida que le brindaron sus vecinos y vecinas a este grupo de chicos. “La aceptación ha sido muy buena, participan en la vida del pueblo, en las actividades, van a la piscina, a bailar”, asegura Díaz, quien ha manifestado en diversas ocasiones la alegría que le ocasiona tenerlos en su pueblo. Su mayor ilusión es que la gente de Artenara siga acogiéndolos y demostrándoles el cariño y la solidaridad que les caracteriza.

Para la preparación y puesta en escena del pregón, estos menores, que llegaron a Artenara hace tres meses, contaron con la ayuda del verseador más popular de Canarias, Yeray Rodríguez. “Cuando me propusieron esta idea no lo dudé. Sabía que sería complejo, pero eso también lo hace apasionante. Con humildad toca arrimar el hombro para gritar alto y fuerte que no tenemos otro mundo que este y que debemos salvarnos todos juntos”.

“Las niñas que llegan solas a España huyen de matrimonios forzosos, abusos, persecución o buscan una vida mejor”

Un aspecto que preocupa a las autoridades es el elevado número de niñas que viajan solas en patera. Casi 200 niñas han llegado solas a las Islas Canarias en lo que va de 2024 y se eleva a 280 el número de menores tuteladas que viven en los 13 centros que se han habilitado en el archipiélago canario para niñas procedentes en su mayoría de Senegal. Desde el pasado 10 de enero, Fundación SAMU ha acogido a más de 50 niñas cuya edad oscila entre los seis años y la preadolescencia.

“Los proyectos migratorios pueden ser familiares o individuales, pero con niñas tan pequeñas es muy difícil hablar de uno individual. Estos proyectos migratorios suelen ser familiares en los que van un menor vulnerable acompañado de un referente adulto. Es decir, las niñas pequeñas que nos llegan aparecen solas en un cayuco, pero eso no significa que hayan salido sola de su país de origen. Lo más probable es que embarcaran con algún familiar que perdió la vida en el tránsito migratorio”, explica Siham Khalifa, directora adjunta del área de Infancia y Familia de Fundación SAMU.

Otras muchas chicas que llegan a España en cayuco vienen huyendo de matrimonios forzosos, relaciones abusivas, persecución o simplemente buscan una vida mejor.

“Una vez que llegan al recurso de SAMU, hay que prevenir cualquier tipo de abuso y proteger la salud física y mental, la educación, el desarrollo y la integración social de estas niñas. Es importante la protección y la seguridad porque son niñas que vienen de un tránsito migratorio muy traumático. Lo primero que necesitan es sentirse seguras y protegidas”, señala Siham Khalifa, que es optimista sobre el futuro de las niñas migrantes y cree que, con el trabajo que se realiza en SAMU, las niñas serán capaces de recuperarse del trauma de perder a un familiar en este viaje tan complicado. “Este es un trabajo diario y constante. Muchas veces no da tiempo de hacer todo lo que nos gustaría porque cuando las chicas cumplen la mayoría de edad cesa la tutela administrativa y deben abandonar el centro, pero si hacemos un buen trabajo conseguiremos reparar el daño emocional”.

El Gobierno de España prevé que la crisis migratoria que vive actualmente el archipiélago canario se agrave y estima que en todo 2024 podrían llegar a las costas canarias de manera irregular un total de 90.000 personas.