Familias colaboradoras: el calor de un hogar

El 24 de febrero de 2022, tropas rusas cruzaron la frontera con Ucrania en varios puntos e invadieron el país vecino tras meses de tensiones y acumulación de fuerzas militares. Esta invasión, que dura ya dos años y medio, continúa en varios puntos del país, al igual que los bombardeos sobre las ciudades ucranianas, prolongando la incertidumbre y el exilio de millones de desplazados.

Al inicio del conflicto le siguió una ola de solidaridad en diferentes países, entre ellos España, y se desarrollaron numerosas iniciativas de voluntarios centradas en ayudar a la población ucraniana desplazada.

En España, numerosas familias colaboraron a través de donaciones económicas o de materiales, como alimentos, mantas y ropa, y otras muchas abrieron las puertas de sus casas para cobijar bajo su techo a quien lo necesitara. Este fue el caso de la sevillana Nuria Carmona y su familia, que, en su empeño por ayudar, acogieron en su hogar a dos hermanas que entonces tenían 13 y 8 años.

La economista y psicóloga infantil Nuria Carmona y su familia, formada por su marido Luis Moreno, y sus dos hijos, tenían claro cuando comenzó la invasión rusa a Ucrania que ellos querían ayudar de manera activa, no sólo con donaciones, sino que querían dar un paso más. Por esta razón, se pusieron en contacto con varios organizaciones y asociaciones hasta que una de ellas les propuso participar en la reunificación familiar de dos hermanas menores de edad, una de las cuales estaba en ese momento viviendo en Málaga y la otra, en Cádiz.

“Las niñas llegaron a nuestra casa en junio de 2022 y estuvieron viviendo con nosotros hasta octubre de ese mismo año. Tanto mi marido como yo las acogimos como si fueran nuestras hijas y en casa se forjó un vínculo muy especial con ellas. Las escolarizamos en el colegio de nuestros hijos, las llevamos al dentista, les compramos ropa. Eran unas hijas más nuestras. De hecho, ellas nos llaman papá y mamá”, explica Nuria Carmona.

“Decidimos dar el paso porque mi propósito de vida es ayudar a los niños. Para mi era brutal pensar que un niño, por culpa de una guerra, se hubiera visto obligado a separarse de sus padres y marcharse a otro país. Donar ropa o dinero, a mí, se me quedaba corto, por eso decidimos acoger a un niño”.

Las dos niñas que Carmona acogió no sólo tuvieron que abandonar su casa y a sus padres, que se quedaron en Ucrania. También fueron separadas de sus otros dos hermanos, que fueron trasladados a la Comunidad Valenciana. Además, cada una de ellas fue a una provincia andaluza distinta.

Carmona es economista, pero después decidió estudiar Psicología y especializarse en los niños, pues percibió “que había mucha necesidad en la infancia tanto en la educación en las escuelas como a nivel de apoyo emocional y gestión de las emociones, algo que no nos enseñan en ningún sitio”. “Pasando yo mi propia crisis, me di cuenta de estas necesidades y de lo importante que es que desde pequeños recibamos esta ayuda”, continúa Carmona, que, además de ser mentora de liderazgo, creó hace 20 años el Centro de Psicología y Arteterapia Canuca, el cuál dirige y en el que atiende a personas que necesitan un apoyo psicológico para gestionar su mundo emocional.

Durante el verano de 2022, las dos niñas ucranianas se integraron tanto en la familia Moreno Carmona como en el barrio en el que viven, pero, con el tiempo, la sevillana empezó a percibir en las menores, especialmente en la mayor, una serie de comportamientos y “cosas raras”. “Conseguí que se abrieran y hablaran conmigo hasta que identifiqué una situación de desamparo muy grave en su familia de origen”, señala Carmona. “Con la única intención de ayudarlas, me puse en contacto con los servicios sociales de mi municipio y denuncié dicha situación. Las niñas entraron rápidamente en el Sistema de Protección de Menores de la Junta de Andalucía y de un día para otro tuvieron que abandonar nuestra casa y marchase a un centro de acogida. Fue un golpe muy duro. Nosotros sólo queríamos ayudarlas, sobre todo si algún día debían regresar a su país de origen. En ningún momento pensamos que nos las quitarían, que ya no vivirían con nosotros. Fue todo tan rápido, que no pude explicarles bien qué estaba pasando y cuál era la situación, por lo que ellas se sintieron abandonadas, y nosotros, desde entonces, no paramos de luchar para poder verlas de nuevo”.

Fue así como la familia de Carmona pasó de ser una familia de acogida a colaboradora. “La Junta de Andalucía trasladó a las niñas a un centro de menores gestionado por Fundación SAMU, pero eso lo supimos después. Al no tener ningún vínculo familiar con ellas, no podíamos contactar con las niñas, no éramos nadie”, cuenta la mujer. “Estuvimos nueve meses luchando para poder, al menos, hablar con ellas por teléfono hasta que la Asociación Paz y Bien nos habló de la figura de las familias colaboradoras y que todo el mundo podía hacerlo”.

El espacio más idóneo para que se desarrolle la vida de las niñas, niños y adolescentes es en el seno de una familia, por ese motivo, desde los Servicios de Protección de Menores se da prioridad a las medidas que suponen la integración familiar de los menores, frente a la convivencia en un centro de protección.

Estas medidas de integración familiar pueden ir desde el retorno del menor a su núcleo familiar de origen, a proporcionarles algún recurso alternativo como puede ser el acogimiento con otros miembros de su familia o con una familia ajena, o incluso la guarda con fines de adopción.
No obstante, hay muchos menores que por diversos motivos viven en centros de protección, ya sea de forma temporal o más estable en el tiempo, que también pueden beneficiarse de la convivencia con una persona o familia participante en el programa de familias colaboradoras con los centros de protección.

Estas familias o personas colaboradoras se comprometen a compartir periodos de tiempo determinados (generalmente no lectivos como fines de semana, festivos, vacaciones) con una niña, niño o adolescente que reside en un centro de protección de menores. Dicha convivencia puede ser en el domicilio familiar o en el lugar donde transcurran las vacaciones de la familia.

En el caso de las dos niñas ucranianas de esta historia, ambas pasan los fines de semana y las vacaciones escolares con Nuria Carmona y su familia. “Ellas nos dicen que son muy felices aquí y que no quieren volver a su país, sólo desean saber que su madre y su abuela, que aún viven en Ucrania están bien y hablan con ellas por teléfono con frecuencia”.

“Fundación SAMU realiza una maravillosa labor de acogida y apoyo psicológico, de educación en valores, el establecimiento de rutinas y le enseñan mucha autonomía, algo muy importante teniendo en cuenta que a los 18 años deben abandonar el centro. Pero estos menores, muchos de los cuales han sido alejados de su ambiente familiar para protegerlos de situaciones de negligencia, abandono o violencia por parte de sus padres o cuidadores, necesitan establecer vínculos emocionales sanos, ampliar su red de apoyo social y un sitio en el que de verdad le puedan ofrecer un ambiente familiar, de hogar”, añade Carmona.

“Todo el mundo puede ser familia colaboradora. Hay muchos niños que lo necesitan porque aunque estén bien atendidos en un centro de acogida, hay que tener en cuenta que están con educadores, no en un ambiente familiar. Y es muy sencillo pasar un fin de semana con uno de estos niños, al igual que a veces llevas a tu casa a un amigo de tu hijo a pasar el día”.

Nuria Carmona también destaca los beneficios que tiene ser familia colaboradora para sus propios hijos: “A mi hijo, que va a cumplir 13 años, le ha cambiado mucho la mentalidad y se ha dado cuenta de la suerte que tiene. Es una forma de educar a nuestros hijos en valores. Para nosotros está siendo una gran experiencia”.

Según datos de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, actualmente, hay casi 6,5 millones de refugiados de Ucrania que han buscado protección en todo el mundo, mientras que alrededor de 3,7 millones de personas siguen desplazadas forzosamente dentro del país.

España es uno de los países receptores, y desde que el 9 de marzo de 2022 se activara el mecanismo de protección extraordinario que otorga de manera inmediata permiso de residencia y de trabajo a los desplazados por la invasión rusa, nuestro país ha concedido protección temporal a más de 200.000 ciudadanos ucranianos. Según datos del Ministerio del Interior, el 31,3% de estas personas tienen menos de 18 años.

Todas las miradas vuelven a Ceuta

Ceuta se enfrenta a una nueva emergencia humanitaria debido al aumento de la llegada de menores migrantes no acompañados procedentes de Marruecos. La ciudad autónoma comenzó a recibir a principios de agosto un goteo constante de entradas de menores migrantes, que se ha ido intensificado hasta el punto de que el 15 de agosto el Ejecutivo local lanzó una llamada de auxilio a Gobierno y comunidades autónomas para que se articulen mecanismos que permitan trasladar a estos adolescentes a otros puntos de la Península.

El frente de Marruecos es Ceuta. Con casi 20 kilómetros cuadrados de extensión y 83.000 habitantes, la frontera sur de Europa ha registrado un incremento de un 175% de entradas por vía terrestre (que incluyen los que llegan a nado) con respecto al año pasado, y suman ya más de 1.600 personas en lo que va de año, según datos del Ministerio del Interior. En las primeras dos semanas de agosto llegaron 251 migrantes, un 15% del total de 2024 hasta la fecha.

Fundación SAMU puso en marcha en febrero la Operación Ceuta 2024 con el objetivo de reactivar infraestructuras de acogida y reforzar el dispositivo de atención a menores existentes en la ciudad autónoma. Este verano, especialmente en agosto, la actividad se ha intensificado ante el incremento de la llegada de menores extranjeros no acompañados.

“Ceuta, con su singular enclave geográfico entre África y Europa, se encuentra en el epicentro de un flujo migratorio constante que refleja las tensiones y esperanzas de quienes buscan una vida mejor al otro lado del Mediterráneo. La proximidad a Marruecos y las circunstancias socioculturales de la región han fomentado un mestizaje progresivo y un tránsito transfronterizo estable, que, sin embargo, enfrenta desafíos complejos debido a las presiones demográficas y socioeconómicas”, comenta Carlos Álvarez Leiva, fundador de SAMU.

“Es evidente que las dinámicas demográficas juegan un papel crucial en la migración. Ningún poder puede detener los flujos migratorios cuando estos responden a desigualdades profundas y desequilibrios vitales. En Ceuta, llevamos años gestionando la llegada de menores no acompañados, que llegan en oleadas marcadas por las coyunturas de una frontera problemática y una proximidad geográfica”.

Actualmente, Fundación SAMU tiene activos en Ceuta tres centros dirigidos a menores: dos de acogida inmediata y un centro de inserción sociolaboral. Se trata del centro Nueva Esperanza, el centro Aljarafe y el ISL Triana. En total, los tres recursos suman 156 plazas.

Estos centros garantizan una acogida digna y una atención integral en condiciones de seguridad. Se garantiza, de esta manera, una atención específica de los menores según el tiempo de permanencia en el país de acogida y el diseño de un itinerario de inclusión social que permita una transición a la vida independiente en condiciones de igualdad.

Todos los centros trabajan en coordinación y colaboración con otras instituciones y organizaciones, tanto gubernamentales como no gubernamentales, para asegurar una atención integral y efectiva.

Álvarez Leiva advierte que este verano la ciudad autónoma se ha enfrentado a una “avalancha de intensidad media, con la llegada de hasta 100 menores por semana”, lo que ha sobrepasado la capacidad de acogida local que sostiene la estructura de la ciudad y un reducido grupo de instituciones, entre ellas Fundación SAMU.

“Gestionar un centro de menores es una tarea apasionante, y solo puede concebirse de esta manera si se entiende la trascendentalidad del resultado esperado. Se trata de transformar una materia prima en elementos cruciales que son altamente demandados en una sociedad envejecida y con crecientes niveles de dependencia en todos los servicios. Estamos ayudando a construir el futuro de nuestra sociedad a través de estos menores”, continúa el fundador de SAMU. “Esta visión no es romántica, es una realidad pragmática. Mi objetivo es transmitir esta realidad a mi entorno, donde hemos atendido a más de 3.000 menores. Hemos pasado de un modelo que veía al menor como destructor a uno que lo considera menor trascendental, aquel que la sociedad, tanto en España como en Europa, necesita de manera urgente para garantizar nuestra sostenibilidad. Es una oportunidad mutua”.

Álvarez Leiva hace hincapié en el valioso papel de los menores más veteranos de los centros a la hora de acoger, orientar y acompañar a los jóvenes recién llegados. “Cuando decimos que los menores forman parte de la organización, lo hacemos en términos sencillos. En SAMU, la estructura se expresa a través de líderes que ejecutan funciones específicas. Estos líderes, o jefes deben ser visibles y activos para ser efectivos. Identificamos talentos y los reforzamos, formando equipos básicos como los jefes de habitación, quienes controlan el orden, la limpieza y evitan actividades de riesgo. Luego están los jefes de día, que supervisan a los jefes de habitación. Estos roles son sencillos, rotativos y se identifican con un chaleco de color. También formamos equipos para funciones de mantenimiento, jardinería y carpintería, alineando y desarrollando las competencias individuales. Todo ello reforzado por nuestros profesionales previamente comprometidos en una tarea de todos: ejemplo, disciplina y trabajo. En SAMU, la organización, la disciplina y el trabajo son parte de nuestro ADN”.

Para la acogida de los menores recién llegados, Fundación SAMU cuenta con “hermanos mayores”, los antiguos acogidos que, tras haber pasado por sus propias dificultades, están especialmente capacitados para absorber la ansiedad de los nuevos y guiarlos en su adaptación a la nueva vida. Según Álvarez Leiva, “todo esto hace que el proceso sea más humano y cercano, pues no debemos olvidar que detrás de cada menor hay un trauma familiar, un desarraigo y una incertidumbre vital que a veces se traduce en conductas desadaptadas”.

Carlos Álvarez Leiva: “A las personas migrantes se les debe garantizar seguridad, abrigo, alimentación y salud”

Carlos Álvarez Leiva, presidente de honor y fundador de SAMU, reflexiona sobre la importancia de que la sociedad tenga claro qué es una crisis y cómo debe gestionarse para entender lo que sucede en Ceuta.

“Lo que vivimos en Ceuta no es un suceso, es una crisis. Son dos conceptos diferentes ¿Y qué es una crisis? Una crisis es un concepto dinámico, cambiante, en el que hay tensiones, órdenes, contraórdenes, ausencias, malos modos, comunicados y artículos de prensa interesados, oportunistas que ganan dinero, desenfados y enfados de la Administración con las entidades que ejecutan, pérdida de confianza de unos con otros. Todo eso es una crisis. Una crisis no es un momento político que va pasando. Es un magma, y quien no sepa navegar en una alta mar enardecida no es un gestor de crisis”, puntualiza.

El fundador de SAMU considera que es clave tener claro este concepto para entender el contexto de Ceuta. “Si no tenemos claro qué es una crisis, podemos perdernos de la realidad. ¿Y cuál es la realidad? Pues que decenas de personas llegan cada día a Ceuta jugándose la vida y con una mochila llena de incertidumbres y de miedo y sin saber qué les va a pasar. Estas personas tienen que ser atendidas, pero no pueden ser acogidas en hoteles de cuatro estrellas, pues estamos en medio de una crisis. Por supuesto que deben ser atendidas con dignidad pero no podemos pedir ningún milagro. Y esto no sólo pasa en España, sino también en Estados Unidos, Italia, Inglaterra y en cualquier parte del mundo”.

Para Carlos Álvarez Leiva, a las personas que llegan de manera irregular a las costas españolas se les debe garantizar “seguridad, abrigo, alimentación y salubridad”, y “a partir de ahí, haremos un gran esfuerzo para reforzar logísticamente su atención”.

A pesar de todas las dificultades y el gran esfuerzo que este trabajo conlleva, Álvarez Leiva tiene las ideas claras: “Ceuta es y será un reto apasionante en el que podamos influir para hacer un mundo mejor”.

Maouda cuida ahora de los demás en DISL SAMU Huelva

En todos los rincones del recurso DISL SAMU Huelva el ambiente es de celebración y el motivo es Maouda. Desde que llegó a España en julio de 2023, Maouda, un menor extranjero no acompañado, se ha enfrentado a desafíos que pondrían a prueba a cualquier persona. Sin embargo, su historia es un testimonio vivo de la fortaleza humana, del trabajo, la constancia y del poder del apoyo y el acompañamiento comunitario.

Desde el primer día, Maouda demostró ser un luchador. Provenía de un entorno difícil y se enfrentaba cada día a la soledad de estar en un país extranjero. A pesar de ello, nunca perdió la esperanza ni la determinación. Sus primeros días en el DISL SAMU Huelva fueron una mezcla de emociones: la incertidumbre de un futuro desconocido y la esperanza de encontrar un lugar seguro donde poder construir una nueva vida. Gracias al equipo de profesionales del centro, así como a sus compañeros, Maouda encontró un hogar y un sistema de apoyo que le ayudó a adaptarse, integrarse y prosperar.

Maouda llegó al centro onubense de Fundación SAMU a mediados de septiembre de 2023 y, apenas un mes después, fue matriculado en el CDP Virgen de Belén con un objetivo claro: aprender. Ni el equipo de profesionales de SAMU que lo acompañamos cada día, ni sus profesores, ni tan siquiera él mismo, podíamos imaginarnos lo que estaríamos celebrando tan solo nueve meses después. El 20 de junio, nos llenó de orgullo saber que nuestro Maouda no solo había alcanzado su meta, sino que la había superado con creces al graduarse, recibiendo el respeto y la admiración de todos los que le rodean.

Cada mañana, Maouda se levantaba temprano y se preparaba para enfrentarse a un día lleno de retos académicos. A pesar de las barreras idiomáticas y las diferencias culturales, su espíritu indomable nunca se tambaleó. Pasaba horas estudiando y asistiendo a clases, siempre con una sonrisa y una actitud positiva. Sus compañeros y el equipo docente no tardaron en notar su dedicación y esfuerzo. En poco tiempo, Maouda se convirtió en una fuente de inspiración para todos, demostrando que, con determinación y apoyo, cualquier obstáculo puede superarse.

El proceso de integración no fue sencillo. Los primeros meses fueron especialmente duros, pero Maouda trabajaba incansablemente para mejorar su español y adaptarse al nuevo sistema educativo. Sus profesores y profesoras, impresionados por su ética de trabajo, sus ganas de avanzar y su deseo de aprender, le brindaron el apoyo necesario para que no se sintiera solo en su propósito. A medida que pasaban los meses, Maouda comenzó a destacar en sus estudios, mostrando un progreso notable en todas las materias.

El equipo de profesionales de Fundación SAMU también jugó un papel crucial en el éxito del menor. Su compromiso y dedicación fueron fundamentales para crear un entorno en el que él pudiera prosperar. Cada miembro del equipo se aseguró de que Maouda tuviera acceso a todos los recursos necesarios para su desarrollo personal y académico. Por ello, todo el equipo se siente profundamente orgulloso de haber sido parte de su viaje. Todo el equipo ha sido testigo de su transformación, pasando de ser un joven tímido y reservado a un estudiante ejemplar, seguro de sí mismo y lleno de potencial.

También, el apoyo emocional brindado por los profesionales es vital para Maouda. En momentos de duda o dificultad, siempre encuentra un oído atento y un consejo sabio que le ayudan a mantener su enfoque y motivación. Este respaldo constante le permite construir una base sólida de confianza en sí mismo y en sus capacidades, algo que se ha reflejado en su rendimiento académico y en su actitud positiva hacia los desafíos diarios.
Los compañeros de Maouda también tienen mucho que decir sobre su carácter y determinación. Han visto de cerca su lucha y han sido testigos de su resiliencia. A lo largo del año escolar, Maouda se ganó su respeto y admiración, no solo por sus logros académicos, sino también por su amabilidad y disposición para ayudar a los demás. En muchas ocasiones, compartió su propia experiencia y motivó a otros a no rendirse, mostrando que, con trabajo y perseverancia, los sueños se pueden alcanzar.

El camino de Maouda no termina aquí. Su graduación fue solo el comienzo de un nuevo capítulo lleno de posibilidades. Con su diploma en la mano, Maouda tiene grandes planes para el futuro. Sueña con continuar sus estudios y, algún día, ayudar a otras personas en situaciones vulnerables. Su deseo es devolver a la comunidad lo que ha recibido, convirtiéndose en un faro de esperanza y una fuente de inspiración para todos los que le rodean.
Este curso académico Maouda estará más cerca de conseguir ese anhelado sueño, pues continuará su formación en el grado medio de Formación Profesional de Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería en uno de los institutos de educación secundaria más reconocidos de la capital onubense.

Hoy, Maouda se despierta y a lo lejos puede vislumbrar su uniforme blanco perfectamente planchado y colgado en su armario. El menor ya realiza prácticas formativas en la Unidad de Estancia Diurna para Mayores Juventud y Experiencia de Huelva, que pertenece a la Asociación Todoresidencias Edad Avanzada. Aquí desempeña tareas orientadas al acompañamiento y dedicación a personas mayores que se encuentran en situación de dependencia y/o soledad.

Y, una vez más, en esta nueva etapa, Maouda muestra su afán por seguir creciendo personal y profesionalmente. Desde el primer día, ha demostrado su trabajo constante y dedicación, ganándose el aprecio y la admiración de todos, tanto en el entorno institucional como comunitario. Maouda no solo se encarga de las tareas asignadas con precisión y cuidado, sino que también va más allá de lo esperado. Su empatía y paciencia han permitido que los residentes sientan compañía y consuelo en momentos difíciles. Los profesionales del centro destacan su capacidad para conectar con los mayores, siempre atento a sus necesidades y dispuesto a ofrecer una mano amiga. Su actitud proactiva y su deseo de aprender son evidentes, y busca constantemente mejorar y adquirir nuevas habilidades. Por ello, solo buenas palabras y muestras de afecto nos llegan sobre él.

Su capacidad para adaptarse, su ética de trabajo y su inquebrantable dedicación lo convierten en un ejemplo para todos. Sin duda, Maouda continuará dejando una huella positiva en la vida de muchos, demostrando que, con esfuerzo y corazón, se pueden superar todas las adversidades que se presentan en la vida.

En nombre de todo el equipo del DISL SAMU Huelva, queremos expresar nuestro más profundo respeto y admiración por Maouda. Su historia es un recordatorio poderoso de lo que se puede lograr con esfuerzo, dedicación y apoyo. Estamos seguros de que su futuro está lleno de éxitos y nos llena de emoción ver todo lo que va a lograr.

Maouda, eres un verdadero ejemplo de valentía y determinación. Gracias por enseñarnos que, con el corazón, el trabajo, la constancia y la valentía, no hay sueño demasiado grande ni desafío insuperable. Felicidades por tu graduación, por tu nueva etapa y por todos los éxitos que están por venir.

 

MARTA MORA MORO
/ Educadora DISL Huelva

Skate: autoexpresión, resiliencia y relaciones significativas en ISL SAMU Dúrcal

En un mundo donde el deporte trasciende fronteras y culturas, el skateboarding emerge como una herramienta poderosa para la inclusión y el empoderamiento de los jóvenes. En este contexto, el programa Skate for Children ha dejado una huella significativa en los jóvenes del centro ISL SAMU Dúrcal (Granada) y les ha ofrecido una experiencia transformadora.

El skateboarding no es solo una actividad física, es una forma de vida que fomenta la creatividad, la resiliencia y el trabajo en equipo. Para los menores del ISL SAMU Dúrcal, este programa no solo les ha brindado la oportunidad de aprender a montar en un skate, sino que también les ha dado un espacio seguro para expresarse libremente y construir relaciones significativas con compañeros.

Durante los cinco meses que ha durado este proyecto, estos jóvenes han encontrado en el skateboarding una vía para superar barreras tanto físicas como mentales. A través de caídas y victorias en el parque de skate, han aprendido lecciones valiosas sobre perseverancia y autoconfianza. Cada truco dominado no solo representaba un logro en el skate, sino también un paso adelante en su camino hacia la integración y el bienestar emocional.
El programa Skate for Children se ha centrado en el desarrollo de habilidades técnicas y en enfatizar valores fundamentales como el respeto mutuo, la cooperación y la aceptación de la diversidad. En un mundo donde las diferencias a menudo dividen, el skateboarding ha actuado como un puente que ha unido, independientemente de su origen o historia.

Además del impacto individual, este programa también ha tenido un efecto positivo en la comunidad. Las sesiones de skate han supuesto momentos de diversión y aprendizaje, además de oportunidades para fomentar la comprensión y la solidaridad entre los residentes locales y nuestros menores. A través del skateboarding, se han derribado prejuicios y se han construido lazos de amistad que han trascendido más allá de las diferencias culturales y lingüísticas.

En resumen, Skate for Children ha demostrado el poder transformador del deporte como vehículo de inclusión social. Ha permitido a nuestros menores descubrir su propio potencial y encontrar un sentido de pertenencia en una comunidad que los acogió con los brazos abiertos. En un mundo dividido, el skateboarding se ha convertido en un símbolo de unidad, superando fronteras y construyendo un futuro más inclusivo para todos.

 

ALBERTO ESQUITINO GARRIDO
/ Educador de ISL Dúrcal

 

La Residencia San Sebastián disfruta del mar

Fundación SAMU ha puesto en marcha este verano una nueva edición del proyecto Disfrutamar, que promueve la mejora de la calidad de vida de las personas a través del deporte y la náutica. En esta ocasión, los primeros en disfrutar de la actividad fueron los usuarios con diversidad funcional de la Residencia San Sebastián (Cantillana, Sevilla).

El programa Disfrutamar fue inaugurado por Fundación SAMU el 23 de septiembre de 2017, gracias al apoyo de la Obra Social La Caixa. Esta iniciativa tiene como objetivo principal acercar el mar y las actividades náuticas a los residentes y usuarios de los diferentes servicios de la Fundación, principalmente personas con discapacidad intelectual, graves trastornos de conducta, daño cerebral sobrevenido, y menores migrantes o nacionales que se encuentran dentro del sistema de protección de la Junta de Andalucía.

Tras dos años de parón como consecuencia de la pandemia del coronavirus. Fundación SAMU recuperó esta actividad en 2022. Esta iniciativa innovadora se ha desarrollado nuevamente durante los veranos de 2023 y 2024, recuperando así el ritmo previo a la pandemia.

Lo que comenzó como una prueba dirigida a personas con discapacidad intelectual es hoy un proyecto consolidado. Gracias a este programa, los usuarios y residentes de prácticamente todos los recursos de SAMU ubicados en Andalucía de las áreas de Dependencia e Inclusión Social e Infancia y Familia han participado en alguna de las salidas marítimas efectuadas a través de Disfrutamar. El programa aprovecha las ventajas de la náutica para propiciar el desarrollo de vínculos personales e interpersonales y de habilidades de comunicación entre instructor, monitor de referencia y los mismos usuarios, siempre en un ambiente de dispersión y relajación.

El impacto social del programa Sevilla Integra

En los últimos nueve meses, el programa Sevilla Integra se ha consolidado como un proyecto emblemático de SAMU. Ha destacado por su impacto en la comunidad sevillana, en concreto en los distritos de Casco Antiguo, Triana y Los Remedios. Este programa, dedicado a la inclusión social y laboral de personas en situación de vulnerabilidad, ha demostrado ser una herramienta para mejorar la calidad de vida de sus beneficiarios y promover una sociedad más justa.

Sevilla Integra ha desarrollado iniciativas que abarcan desde la formación y capacitación laboral hasta el apoyo psicosocial y la mediación intercultural. Uno de los logros más notables del proyecto ha sido la implementación de talleres formativos en diversas áreas como la administración, el comercio y la ayuda a domicilio. Estas formaciones no solo han proporcionado habilidades técnicas a los participantes, sino que también han reforzado su autoestima y confianza, elementos clave para la integración de estas personas en el mercado laboral.

Sevilla Integra ha atendido a cerca de 500 personas durante estos nueve meses. El 60% de los participantes encuentran empleo o continúan su formación en programas más avanzados. Este éxito se debe en gran medida a la colaboración con empresas locales y nacionales que han ofertado prácticas profesionales y oportunidades laborales a los beneficiarios del programa.

Fundación SAMU, comprometida con la innovación social, ha implementado un sistema de evaluación para medir el impacto del programa y adaptarlo a las necesidades emergentes de la población. Este enfoque dinámico ha permitido a Sevilla Integra mejorar su metodología y ampliar su alcance para que cada vez más personas puedan beneficiarse de sus recursos y servicios.

La consejera andaluza Loles López visita el DISL SAMU Huelva

El centro de acogida de menores DISL SAMU Huelva recibió el 12 de julio la visita de la consejera de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía, Loles López Gabarro. España está viviendo en la actualidad una nueva crisis migratoria y, con esta visita, se pretendía mostrar a la sociedad una realidad optimista y positiva del trabajo que se realiza en los centros de protección de menores.

Las autoridades realizaron un recorrido por las instalaciones del recurso junto con el equipo de profesionales del DISL SAMU Huelva, y tras esto, se reunieron con algunos de los menores acogidos y que se encontraban en el centro en el momento de la visita. Además de Loles López, también acudieron al centro Ramón Rodríguez, responsable del Observatorio de Infancia y Familia; Francisco Mora, director general de Infancia, Adolescencia y Juventud de la Junta de Andalucía; y José Manuel Borrero, delegado de Inclusión Social de la Junta de Andalucía en Huelva, entre otras personas.

“Nuestros chicos son muy alegres y agradecidos, por lo que no dudaron en abrir las puertas de lo que ellos ahora llaman hogar para recibir una visita tan importante. Se mostraron tranquilos y confiados en todo momento e, incluso, hubo tiempo para sacar las raquetas de pin pon y echar un partido con el director general de Infancia, Adolescencia y Juventud, Francisco Mora, entre risas”, cuenta Cristina Mora, directora de DISL SAMU Huelva. “En cuanto a las autoridades, la impresión que se llevaron, según nos han referido y nos han hecho saber, fue muy grata. Las instalaciones del recurso son maravillosas y se trabaja para hacer de estas instalaciones una familia, casa y hogar, con todo lo que esto supone. También pusieron en valor el trabajo de todos los profesionales que conforman el DISL SAMU Huelva”.

Actualmente, en este centro conviven 11 menores de diferente edades y nacionalidades que comparten un mismo objetivo: futuro. El perfil de los menores acogidos en el DISL SAMU Huelva actualmente es bastante variado. El rango de edad varía desde los 15 a los 18 años, momento en el que son derivados a recursos externos tras su mayoría de edad, en los cuales se sigue trabajando con ellos su inserción sociolaboral y su situación documental.

En cuanto a la procedencia, en la mayoría de los casos son menores cuyo país de origen se enmarca en el África Subsahariana, sobre todo Gambia y Senegal. Otra parte de los menores acogidos provienen de Marruecos y Argelia. Aunque esta es la situación actual, no siempre ha sido así. A lo largo de estos años, en este recurso la procedencia que siempre ha destacado en número de menores acogidos ha sido la marroquí.

“La situación familiar y recursos en el país de origen también varía bastante de unos menores a otros. Nos encontramos desde menores que buscan con ayuda de sus familias un futuro más próspero hasta menores en situación de orfandad. Esto se relaciona directamente con la necesidad imperante de trabajar con ellos en base a la salud mental”, señala Cristina Mora.

El objetivo principal y el gran reto de los profesionales de los centros de menores gestionados por Fundación SAMU es dotar a los chicos y chicas de habilidades y recursos personales, así como emocionales, para su autonomía e inserción sociolaboral en nuestro contexto social y geográfico. “En concreto, el recurso DISL SAMU Huelva, por sus dimensiones en todos los niveles, nos permite ofrecer a los menores un acompañamiento personalizado, no sólo adentrándonos y conociendo su pasado, sino también trabajando y ayudándoles a construir su futuro. Sus logros también nos suman a nivel profesional y personal por supuesto, y nos reafirman en la importancia de nuestra misión”, continúa Cristina Mora.

“Diría que trabajamos continuamente con el objetivo de proporcionar un entorno seguro y acogedor a los menores, donde se puedan desarrollar tanto de manera personal, emocional y educativa para facilitar y conseguir la integración de estos en la sociedad. Además, se fomenta la participación activa de los menores en su propio desarrollo. Razones de ser tenemos tantas como logros y objetivos conseguidos, y por supuesto todo lo que aún nos queda por conseguir. Nuestra misión siempre está vinculada al aprendizaje. Que los menores sean capaces de obtener el título de Educación Secundaria Obligatoria después de muchos meses de esfuerzo y constancia por todas las partes es una de nuestras razones de ser. Que los menores sean capaces de aprender y hablar con fluidez el idioma de país de acogida en pocos meses es otra de nuestras razones de ser. Que los menores se inserten en el mundo laboral es otra de nuestras razones de ser”.

El equipo que conforma el DISL SAMU Huelva consta de ocho profesionales que trabajan de forma interdisciplinar: educadores, trabajadores sociales, psicólogos y mediadores e intérpretes. Además, el equipo cuenta con la delegada provincial del área de Infancia y Familia de Fundación, SAMU, guía y faro en todo este proceso.

“Si tuviese que destacar algo de este gran equipo sería su entrega. Todos están comprometidos y comprometidas por el bienestar de los menores a todos los niveles y que trabajan de manera colaborativa para ello. Nuestro enfoque, centrado en los menores, adapta las herramientas profesionales a las necesidades individuales en todos los planos de la persona: emocional, social, cognitivo… En este tipo de profesiones con tanta carga emocional, el compañerismo y el poder compartir es muy importante”, señala la directora del DISL SAMU Huelva.

También me gusta resaltar siempre que, además de los profesionales directos, nuestro trabajo no tendría sentido sin este contexto y enclave de la ciudad de Huelva, ciudad en la que su gente también les brinda a los menores respeto, acogida, empatía y oportunidades. No puedo olvidarme llegados a este punto de las entidades externas con las que nos coordinamos y trabajamos y a las cuales son derivados los menores, ampliando así sus redes de apoyo”. continúa Cristina Mora.

Más de 740 menores atendidos hasta julio

Desde enero hasta julio de 2024, Fundación SAMU ha atendido en Andalucía a 746 menores de edad, la mayoría de ellos en la provincia de Cádiz (437).

SAMU cuenta en la actualidad con 21 recursos en Andalucía especializados en la atención a menores, la gran mayoría de ellos jóvenes que llegan a España de manera irregular.

Por provincias, Cádiz es la que más recursos tiene abiertos (8), por los que han pasado 437 menores desde que comenzó el año. Le sigue la provincia de Sevilla con 7 recursos y 153 menores. En Granada, SAMU tiene activos tres dispositivos (uno en Dúrcal y dos en Motril), por los que han pasado en estos siete meses 67 jóvenes. En Córdoba hay dos centros, que se ubican en Lucena y Moriles, de los cuales se han beneficiado 45 menores en este tiempo; un centro en Huelva (26 menores) y un centro en Almería (18 jóvenes).

El primer contacto que SAMU tuvo con menores migrantes no acompañados fue en 2007. Aquel año, la organización respondió de manera inmediata a la llamada de emergencia de la Junta de Andalucía ante la llegada masiva de migrantes a las costas de la región, muchos de ellos menores de edad. Diecisiete años después, Fundación SAMU es uno de los principales operadores globales en la atención a menores en acogimiento residencial y acogidas de emergencia. Los objetivos del área de Infancia y Familia han ido creciendo para dar respuesta a cada una de las necesidades de los menores migrantes y los extutelados con nuevos programas de mayoría de edad y siempre con la mirada puesta en una misma línea de actuación: lograr la plena inclusión, autonomía y emancipación de estos jóvenes en la sociedad.