María José Tinoco Rodríguez (Badajoz, 1970) cuenta con una experiencia de más de 30 años en servicios sociales. Llegó a SAMU en 2012. En plena pandemia del coronavirus, fue nombrada directora del área de Dependencia e Inclusión Social y, desde la primavera de 2024, asume la nueva
dirección de Acción Social
—Cuenta con una larga trayectoria en el ámbito de los servicios sociales. ¿Por qué decidió centrar su carrera profesional en este campo?
—Llevo trabajando 31 años, siempre en el ámbito de los servicios sociales, y durante 22 de estos años me he dedicado a la gestión de centros sociosanitarios, sobre todo de residencias de personas mayores y, luego, de recursos especializados en la atención de personas con discapacidad intelectual y graves trastornos de conducta. Realmente, llegué a la dirección de centros casi por accidente, sin saber la ventana que se me abría a grandes retos.
—¿Cuándo comenzó a trabajar en SAMU?
—Llegué a SAMU en 2012. Cambié de trabajo porque deseaba acercarme a mi lugar de residencia después de 11 años conduciendo 90 kilómetros diariamente. Cuando comencé a trabajar en SAMU, asumí la gestión de una residencia de mayores en el centro de Sevilla. Fue una etapa magnífica en la que descubrí el potencial de SAMU. Aquí encontré una gran oportunidad para desarrollar todo lo que había aprendido hasta el momento en la dirección de los centros. Además, en SAMU tomaba un lugar preeminente el respeto a los derechos de las personas usuarias. No me podía imaginar la trayectoria que viviría en SAMU. En esta organización se aplican valores tan importantes como la mejora continua, el compromiso con las personas, la iniciativa o la calidez, así como el concepto de empoderamiento de los profesionales y del liderazgo como pilar de las buenas prácticas. Aquí siempre hay alguien que ve y valora tu esfuerzo y compromiso.
—Antes de asumir la nueva dirección de Acción Social, ha sido directora del área de Dependencia e Inclusión Social de SAMU. ¿Cómo ha vivido esta etapa?
—En marzo de 2020, en plena pandemia del Covid-19, Carlos González de Escalada, presidente-director general de SAMU, me propuso asumir la dirección del área de Discapacidad, que fue como se llamó inicialmente. Realmente, el área en sí no existía, estaba todo por hacer. Es más, estaba sola. Comencé a coordinar los centros que ya existían, a darles unidad metodológica, con criterios de calidad. Y, paralelamente, comencé a entrar en el mundo de las licitaciones y los proyectos, los presupuestos y la relación con las administraciones. Poco a poco, fui contando con profesionales que sumaban competencias. Siento un profundo agradecimiento hacia las personas que colaboraron en un principio conmigo mientras continuaban en sus centros de trabajo. Son personas que, a día de hoy, continúan colaborando conmigo. Por otro lado, fue todo un reto escribir el libro Dirección de centros sociosanitarios en 2021 y crear la matriz de Calidad SAMS, también en 2021, que establece unos estándares necesarios para que nuestros centros sean magníficos. La creación de los Grupos de Reflexión Ética en los centros del área fue un plus. Ésta es una herramienta magnífica para vigilar internamente el respeto a los derechos de las personas usuarias.
—Recientemente, SAMU ha creado la dirección de Acción Social. ¿Qué engloba exactamente esta nueva dirección?
—En la primavera de 2024 me propusieron asumir la dirección de Acción Social, que engloba las áreas de Infancia y Familia, Dependencia e Inclusión Social, y la de Atención Socioeducativa y de la Mujer. SAMU quiere contar con una persona que tenga voz en espacios de decisión en el ámbito de las operaciones de la acción social, que pueda darle unidad técnica a todos nuestros servicios y que sea el apoyo de las direcciones de área en el desarrollo de su actividad.
—¿Qué necesidades se intentan cubrir con esta nueva dirección?
—El propio crecimiento y desarrollo de la organización ha generado la necesidad de completar el organigrama con alguien que conozca la dinámica de los centros y el resto de las competencias que asumen las direcciones de área, y que, al mismo tiempo, ayude a impulsar otras materias trasversales como la implantación digital, el plan de igualdad y otros procedimientos de gestión. La dirección de Acción Social se crea para darle unidad a todas las áreas mencionadas. Asume las funciones de dirección de operaciones en el ámbito de la atención a las personas vulnerables y puede participar en decisiones estratégicas de la organización desde el conocimiento de la realidad de la intervención social. Más de 2.000 profesionales trabajan en las tres áreas que integran la dirección de Acción Social, por lo que es indudable la incidencia de SAMU en muchas personas vulnerables a través de sus programas.
—¿Qué ha significado para usted este ascenso?
—Este nombramiento lo interpreto como una muestra de confianza en mi trabajo y mi lealtad a la organización. Creo que es un reconocimiento, nunca demandado ni esperado por mi parte, y que agradezco. Pero también soy consciente de que no viene exento de esfuerzo, deshoras y responsabilidad, pues cualquier decisión que tome afecta a muchas personas. Cada cargo que he ostentado me ha requerido entrega, esfuerzo, dedicación y aprendizaje. Nunca me he acomodado. Con cada cambio he asumido un mayor nivel de responsabilidad, pero siempre sobre unos cimientos bien asentados que me han impulsado al siguiente nivel.
—¿Cuáles son los principales retos a los que se va a enfrentar como directora de Acción Social de SAMU?
—Los inicios no son fáciles, sobre todo los que afectan a la gestión de personas, de equipos. De momento, tengo que ponerme al día con el contenido del resto de las áreas. Paralelamente, estamos incrementando los esfuerzos en la implantación digital, la innovación, la apertura de nuevos centros y servicios, la revisión de protocolos y procedimientos, la gestión de la calidad… Hay muchos aspectos trasversales que hay que ordenar para poder conseguir resultados unificados.
—¿Qué significa SAMU para usted?
—Por SAMU no se pasa de puntillas. Sí o sí hay que implicarse. Esta organización te exige en la misma medida que te da autonomía para que te desarrolles profesionalmente. Han pasado 43 años desde que Carlos Álvarez Leiva, fundador de la entidad, se comprometiera con sus sueños, y ahora podemos hablar de SAMU Corporación. Estoy convencida de que no ha sido un camino fácil, ni tan siquiera ahora lo es, pero han sabido ver las oportunidades. Ha exigido una adaptación a los nuevos tiempos, nuevos retos, fortaleciendo a sus equipos, abriendo fronteras. En el horizonte de SAMU está su internacionalización, la digitalización, la innovación. Esto no se construye en un año. El camino ha comenzado y llegaremos al objetivo, como siempre. Esta empresa se caracteriza por asumir nuevos retos continuamente.
—¿Cuáles han sido los principales retos a los que usted ha tenido que hacer frente dentro de SAMU?
—Me costó un gran esfuerzo escribir el libro, de la misma manera que me ayudó a ordenar lo que sabía y lo que iba aprendiendo. También aprendí mucho con las primeras implantaciones de nuevos servicios, así como con el manejo de los pliegos de las licitaciones. Es importante adaptarse a los cambios de la organización, y casi nunca es fácil. He tenido que renunciar a cuestiones personales por el tiempo que me absorbía el trabajo, y también he tenido que aprender a gestionarlo. Aún ando en ello.
—¿De qué proyectos en los que ha participado de manera directa se siente más orgullosa?
—Lo tengo claro: la profesionalización del puesto de dirección en la residencia para personas con discapacidad intelectual San Sebastián de Cantillana (Sevilla), la construcción del área de Dependencia e Inclusión Social con la oportunidad de crecimiento profesional ofrecida a mi equipo, y la publicación del libro Dirección de centros sociosanitarios. El resto de los proyectos han salido gracias a la implicación de otras personas y otros departamentos.