Fotografías que hacen visible la realidad de los menores

Haithan, Fátima, Antonio… Son los nombres de algunos de los jóvenes usuarios del PACS (Programa de Adquisición de Competencias Sociolaborales) de SAMU de Jaén, y cuya obra fotográfica ha podido verse en el Museo de Jaén en noviembre. Todo un logro para estos chicos, que han compaginado esta vocación con la formación que les encamine hacia su futuro laboral. “Un poco nervioso sí estoy… Por la repercusión y lo que le vaya a parecer a la gente”, admite Antonio, poco antes de entrar a clase a las siete de la tarde.

“Vimos la necesidad de visibilizar la realidad de estos chicos a través del arte”

Las fotografías, tomadas durante las últimas semanas, reflejan su realidad cotidiana a través del arte: ¿Cómo viven? ¿Qué hacen? ¿Qué desean? ¿Cómo han llegado hasta aquí estos jóvenes que empiezan a dar sus primeros pasos en la vida adulta? Su talento artístico sirve para dar respuesta a algunas preguntas que con frecuencia se ocultan tras las etiquetas que les coloca la sociedad.

La exposición culmina un proyecto denominado Yo miro, tú me ves, premiado por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla en la II Edición de los Premios Arte y Compromiso, y que ha coordinado Ana Rodríguez, a su vez responsable del PACS de Jaén e integrante de un colectivo artístico local, La Muta. “Dado lo conflictiva que a veces es la convivencia entre extutelados y ciudadanía, por los prejuicios, vimos la necesidad de visibilizar la realidad de estos chicos a través del arte”, explica Rodríguez.

Durante cuatro sesiones, ocho integrantes de los dos pisos que Fundación SAMU pone a disposición de menores extutelados en Jaén participaron en un taller de fotografía terapéutica. “En una de las fotografías debíamos expresar un sentimiento, y, cuando estuviéramos preparados, nos hacían la foto. Cada uno elegía qué sentimiento mostrar y cómo hacerlo: gesticulando o dándole forma con el cuerpo”, recuerda Antonio.

Haithan hace un alto en la biblioteca para explicarnos por teléfono otra de las actividades del taller. “Hemos salido a la calle a buscar cosas que fotografiar. Por ejemplo, letras: cada uno tenía una palabra asignada, y tenía que buscar cada letra en la calle”. También aportaron fotos de su infancia que reflejan su itinerario vital, y en otra de las sesiones, grabaron un vídeo para la exposición.

El objetivo era explorar su talento para la fotografía y que ellos mismos pudieran reflejar sus gustos, sus aficiones, los procesos migratorios por los que han pasado y sus sueños para lo que está por llegar.

Más allá de una sesión de fotos como modelo de una óptica local, para Haithan es la primera experiencia con la fotografía. Llegó a España en 2018 procedente de Tetuán (Marruecos) y, tras un periplo que le hizo pasar por varios centros de protección de menores, llegó al piso para jóvenes extutelados que SAMU gestiona en Jaén al cumplir los 18 años, en mayo de 2020. “Aquí estoy genial”, dice Haithan, que este año ha sacrificado su pasión por el fútbol para terminar cuanto antes el Grado Medio de Instalaciones Frigoríficas. “Si lo saco quizá siga estudiando, porque quiero hacer el grado superior”, cuenta.

Por ahora, Haithan solo tiene permiso de residencia, pero espera que la modificación legal que acaba de anunciarse le facilite un permiso para poder buscar trabajo. Vive con cuatro compañeros en un piso de Fundación SAMU, con los que comparte la aspiración de labrarse un futuro y cosas más prosaicas, como el reparto de las tareas del hogar.

Por su parte, Antonio (recién cumplidos los 19) vive en el otro de los pisos de SAMU en la capital jiennense, con otros tres chicos extutelados. Admite que al principio llegó un poco “cohibido”, pero ahora todo va rodado. Estudia para ser técnico electromecánico y prevé terminar el grado el próximo junio. Si puede, trabajará. Ya hizo prácticas este verano, para lo que contó con la ayuda de los orientadores de SAMU. “Te orientan, te dan las herramientas, pero tú tomas la decisión”, comenta el chico. “Se trata de darnos un poco de autonomía”. Este es, precisamente, el gran objetivo de SAMU cuando trabaja con ellos.

“Empezar el camino con ellos”

Entre los beneficiarios, siempre jóvenes extutelados, hay extranjeros y españoles. Todos con una historia de vida que, por sus circunstancias familiares, los ha colocado ante su paso a la edad adulta casi sin apoyos. Y éste, para ellos, es un camino lleno de escollos: documentales, sociales, culturales. “Hay que empezar el camino con ellos”, resume Ana Rodríguez.

Con SAMU estarán normalmente de 10 a 12 meses, aunque puede haber prórrogas. El objetivo es que al terminar el programa puedan volar solos. “Con un chico que empiece con buen pie, siga la normativa y esté comprometido, la garantía de éxito es casi del 100%”, resalta Rodríguez.

SAMU contactará con empresas que se ajusten a su perfil, les ayudará con los trámites burocráticos ante las autoridades de Extranjería y velará por su inserción. “Las relaciones sociales son importantes: no funcionan si no se sientes acogidos, motivados o se cree en ellos”, apunta Rodríguez: “No es sólo el suministro de lo que necesitas para trabajar, sino que te sientas capaz de conseguirlo, y en un entorno seguro, saludable y que potencie la persona”.

De ahí la importancia de acciones como el taller de fotografía experimental. “Este proyecto hace hincapié en lo personal, en los resortes que cada uno tiene para integrarse en la sociedad. Se ven fortalecidos porque están dando lo mejor de ellos a la sociedad”, resume la técnico de SAMU. “Es muy importante hacer ver que nos podemos posicionar también con un punto de vista creativo y positivo”.

Haithan, Antonio, Fátima y los demás han visto sus fotos en el principal centro expositivo de Jaén. Y eso, bien lo sabe cualquier artista, no se consigue todos los días.