Una salida del ‘barzaj’
En árabe, la palabra barzaj significa algo así como limbo, el estado intermedio entre dos cosas. En el Corán, es el intervalo entre la muerte y el día del juicio final. En ese limbo de una noche que parece eterna, frente a un horizonte incierto, se encuentran muchos menores que llegan nuestros centros.
Poco a poco, después de estos casi ocho meses que lleva abierto el centro ISL Alcalá, detrás de mucho trabajo y mucha ilusión del equipo que lo forma, se ha empezado a vislumbrar la esperanza, una esperanza en forma de recursos. Dos de nuestros menores han empezado a trabajar en empresas que han decidido darles una oportunidad para que puedan formarse y ejercer una profesión en España.
Outman, un chico que en breve alcanzará la mayoría de edad, ha empezado a trabajar como ayudante de cocina en el restaurante sevillano de Ojalá Tapas, situado en la Alameda de Hércules. Sólo lleva unas semanas y para él ha supuesto un revulsivo muy importante para su vida. Se levanta cada mañana con la ilusión de ir al restaurante para realizar sus prácticas y aprender y demostrar que viene a ganarse un sitio en el gremio con esfuerzo y trabajo. “He logrado mi sueño, y es una labor que me gusta mucho”, señala.
Como Outman, M. Attiaoni alcanzará en pocas semanas su mayoría de edad. Desde hace unos días forma parte del equipo de una pequeña empresa de comestibles en el aljarafe sevillano, ayudando en una pequeña carnicería que se encuentra en su interior. Es una oportunidad que quiere aprovechar con todas sus fuerzas y que intenta absorber al máximo para poder ejercer en algún momento de su vida esta profesión. “Estoy muy contento con este trabajo y con la oportunidad que me han dado, voy a dejarme la piel para conseguir que confíen en mí”, relata.
Sólo deseamos que estas buenas noticias no paren en esta casa, ya que será síntoma de que todos los jóvenes que llegan aquí tienen la oportunidad de poder empezar a vivir una formación y una experiencia profesional y vital.
El resto de sus compañeros sueñan en poder convertirse algún día en electricistas, fontaneros, soldadores, panaderos… Esperemos que a todos ellos les llegue la misma oportunidad que a estos dos jóvenes. El trabajo es el revulsivo para salir del limbo en el que muchos aún siguen estando.