IPC SAMU Moriles: Un viaje al origen de los problemas de conducta de un menor

La casa de menores IPC SAMU Moriles es un recurso para jóvenes tutelados por la delegación provincial de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de Córdoba, dependiente de la Junta de Andalucía. Cuenta con ocho plazas para chicos de entre 13 y 18 años cuyos problemas de conducta no les permiten permanecer en otros recursos de acogida en régimen residencial básico. El objetivo de nuestro trabajo es que durante la estancia de estos menores en el IPC se rebajen o desaparezcan esos problemas de conducta, y que los jóvenes adquieran las habilidades básicas para la autonomía, retomen sus estudios y se preparen para incorporarse al mercado laboral. Para ello, contamos con un modelo de intervención multidisciplinar donde tienen mucho peso tanto la intervención psicológica como la pedagogía de la vida cotidiana.

Desde la apertura del centro en 2020, hemos atendido a un total de 18 menores. El equipo de IPC SAMU Moriles está formado en estos momentos por cinco educadores sociales, tres auxiliares técnicos educativos, una psicóloga, una trabajadora social, un mediador intercultural y la dirección.

Los comienzos

Durante el primer año de apertura, el equipo del IPC se centró en crear redes de colaboración con los recursos externos, tanto de la Administración Pública como privados, con el objetivo de dar a conocer el recurso, establecer protocolos de coordinación y mantener una comunicación fluida y cercana. Fue una época dedicada a romper con los estereotipos y creencias que pesan sobre los menores tutelados. Hemos conseguido instaurar protocolos con la Guardia Civil de Moriles; el Ayuntamiento de Moriles; la delegación provincial de Educación, los centros de enseñanza de Montilla, Aguilar, Lucena, Moriles; los juzgados de Aguilar de la Frontera; y centros de salud de Moriles y Lucena.

Otro objetivo a corto plazo fue crear un equipo cohesionado, conocedor del trabajo con problemas de conducta, capaz de poner en práctica los protocolos de intervención y de encontrar el equilibrio entre el afecto y los límites. Actualmente, contamos con un equipo motivado, con un alto nivel de especialización y una implicación máxima en el trabajo. Se respira un buen ambiente, algo muy necesario para gestionar el estrés de una tarea tan difícil como es la nuestra.

Uno de los primeros retos a los que nos enfrentamos fue el de ofrecer a los menores una intervención eficaz para gestionar sus problemas de conducta. Apostamos por interpretar dichos problemas como sintomatología de traumas tempranos y carencias en la crianza, cuya respuesta debía ir más allá que la intervención conductista clásica basada en recompensas y sanciones. En nuestro modelo de intervención, la atención psicológica es protagonista y, el vínculo entre los menores y el equipo, la clave para poder llevarlo a cabo.

La intervención psicológica

Los menores que llegan al IPC arrastran a su corta edad traumas y vivencias cargadas de violencia, desengaños y rupturas con las figuras de apego más relevantes para ellos, que generan incomprensión, inseguridad, necesidad de afecto, frustración y una falta de habilidades sociales que les impide funcionar de manera normalizada. También carecen de hábitos de autocuidado, además de presentar perfiles predelictivos, escaso interés por su formación y suspicacia con respecto al Sistema de Protección, que se traducen en explosiones de ira y violencia, escaso control de impulsos e intolerancia a los límites.

Por este motivo, estos menores reciben atención psicológica especializada de tres maneras. En primer lugar, atención individual en sesiones semanales programadas y a demanda cuando aparecen crisis, (para comprender y aceptar su propia historia, poner nombre a sus emociones, trazar un plan de vida). La segunda fórmula son talleres de terapia grupal donde aprenden a expresarse y resolver los conflictos que surgen en la convivencia de manera no violenta. Y, la tercera, talleres psicoeducativos donde se trabaja el autoconocimiento, la gestión emocional, la flexibilidad cognitiva y otros aspectos relacionados con el crecimiento personal, que incluyen técnicas psicológicas de la corriente Gestalt y de Tercera Generación. Toda la intervención psicológica se hace desde la perspectiva de la Teoría del Trauma, Teoría del Apego y Perspectiva Sistémica.

La intervención educativa

Establecer un vínculo afectivo positivo, un espacio seguro y unos modelos normalizados y saludables de comportamiento son las bases de la intervención que lleva a cabo el equipo educativo del IPC. Se trata de ofrecer un ambiente lo más parecido a un hogar en el que los educadores actúan como modelos y referentes con una autoridad democrática y dialogante.

A pesar de contar con protocolos de funcionamiento, estos se adaptan de manera individual a cada caso concreto, tratando de que las soluciones a los problemas de los menores sean pedagógicas y constructivas, alejadas de los modelos coercitivos o negligentes a los que están acostumbrados y con la intención de romper con la desconfianza que tienen al sistema.

En los talleres educativos, el equipo trabaja aspectos tan importantes como la prevención de adicciones, el ocio saludable, la educación afectivo sexual, las masculinidades desde la perspectiva de género y la comunicación no violenta, temas que además son transversales y se abordan indirectamente en el día a día del IPC.

Formación y empleo

Todos los menores son escolarizados. Los mayores de 16 años se matriculan en Formación Profesional Básica, que les permite, a la vez que se forman para un empleo, la consecución del título de Enseñanza Secundaria Obligatoria. Los menores de 16 años se matriculan en la ESO, de manera presencial aquellos que presentan mayor estabilidad emocional y conductual, y en modalidad IPEP (a distancia) aquellos que aún mantienen un alto grado de conflictividad. Esta modalidad solo puede llevarse a cabo con mayores de 16, sin embargo, mediante conversaciones con la delegación provincial de Educación de Córdoba, se ha podido matricular a un menor de 14 años en esta modalidad, lo que ha supuesto un hito que se llevó a unas jornadas organizadas por la Universidad de Córdoba, destinadas a docentes de la provincia.

Los mayores de 16 años, asimismo, comienzan un itinerario de inserción laboral, a través del Programa Labora y Andalucía Orienta. Es inusual que los chicos residentes en IPC consigan la estabilidad suficiente para acceder a un empleo. En nuestro centro, ya son tres los menores que han logrado este objetivo tras participar en el Programa Labora (dos de ellos) y en las prácticas del módulo superior que han estudiado (uno de los menores).

A los menores extranjeros se les gestiona toda la documentación: pasaporte, NIE y nacionalidad.

Los retos

En esta nueva etapa, queremos centrarnos en afinar aún más la intervención con los menores y lograr un cambio profundo en su historia personal y expectativas de futuro. Estamos innovando continuamente y revisando los protocolos y las herramientas de la acción educativa. También seguimos estableciendo redes de colaboración con otras entidades que pueden complementar la labor educativa que hacemos, ofreciendo talleres fuera y dentro del IPC.

Otra línea de trabajo que nos proponemos es seguir sensibilizando a la población sobre la realidad de los menores tutelados, romper los estereotipos que giran en torno a los adolescentes con problemas de conducta y los inmigrantes. Queremos fomentar el voluntariado de nuestros menores en entidades locales y su participación en actividades de ocio y culturales del entorno, con el fin de que conozcan las redes comunitarias y a la vez se den a conocer y demuestren su valía.
Por último, queremos compartir la felicidad que sentimos cada vez que uno de nuestros menores logra alcanzar sus objetivos y sale de nuestro recurso, o cuando vemos mejoría en su forma de gestionar los conflictos. Es entonces cuando nos damos cuenta de que todo el esfuerzo diario merece la pena.

Khadija hornea su futuro en SAMU Esperanza

Desde el día de la llegada de Khadija al piso tutelado SAMU Esperanza, allá por diciembre de 2021, pudimos ver en ella un ejemplo de lucha y superación, pues, a pesar de todo el bagaje que llevaba consigo superando obstáculos y todo tipo de adversidades en su proceso migratorio, por fin había conseguido una estabilidad en el que hoy es su hogar.

Apenas lleva dos años en España y durante ese corto periodo de tiempo ha vivido en varias ciudades, pasando por numerosos obstáculos y superando todo tipo de dificultades en situación de calle. Una vez asentada en Madrid fue alojada en el centro de primera acogida de Hortaleza hasta que se le adjudicó plaza en nuestro piso. Desde su ingreso, su mayor objetivo ha sido poder formarse para tener un futuro mejor y llegar a integrarse en nuestro país.

La adaptación de Khadija siempre ha sido positiva, y la labor del equipo educativo no ha sido otra que acompañarle en esta andadura. Nos enfrentamos a un reto, pues apenas en ocho meses ella alcanzará la mayoría de edad.

La menor compagina varios recursos durante la semana. Todas las mañanas se despierta a las siete. Lo primero que vemos en ella es una sonrisa y unas ganas de afrontar el día con entusiasmo y motivación. A primera hora acude a su recurso de cocina, donde cursa un ciclo formativo en la Unidad de formación e inserción laboral (UFIL). Con gran esfuerzo y dedicación, al acabar su jornada allí y, dependiendo del día de la semana, participa en un programa de alfabetización en castellano de la organización Somos Acogida, donde se destaca su gran evolución y mejoría con el idioma. Con el fin de acelerar su proceso de inserción sociolaboral y de tener un contacto directo con el empleo previo a su mayoría de edad, Khadija acude de manera voluntaria al programa formativo trimestral de hostelería en la Fundación Tomillo. Allí ya ha participado con gran orgullo y esmero en un servicio real para los profesionales de los pisos, que pudimos acompañar a los menores con el mismo sentimiento.

SAMU Esperanza ha tenido la oportunidad de ser testigo de la gran evolución de Khadija. Durante el evento mencionado, tanto la menor como sus compañeros demostraron el trabajo aprendido durante estos meses de formación. Dicho servicio también le ha valido para enfrentarse a una situación real de cara a su futura inserción en el mercado laboral. No solo hemos observado los conocimientos, la profesionalidad e implicación de la joven, sino también la gran dedicación y motivación que tiene por superarse cada día.

Khadija es un ejemplo de trabajo diario y optimismo. Es un referente para el resto de los compañeros de SAMU Esperanza, desde donde apostamos por la inserción laboral de nuestros chicos para que crean en sus capacidades y para que sean conscientes de que, con esfuerzo y sacrificio, pueden conseguir aquello que se propongan sirviendo a la vez de ejemplo para que otros puedan seguir sus pasos hacia un futuro mejor.

Equipo Piso tutelado SAMU ESPERANZA (Madrid)

ISL SAMU Lucena: Youssef encontró su lugar

Desde los inicios del ISL Lucena, anteriormente UATE Lucena, han sido muchos los menores que han compartido su vida con nosotros. Los hemos visto crecer, madurar, soñar y decaer. Todos, con un objetivo común: alcanzar la inserción laboral y poder ayudar a sus familias que permanecen en el país de origen. La lucha para alcanzar este objetivo es una lucha compartida, en la que es muy importante que los chicos se esfuercen diariamente y sean constantes para alcanzar sus metas puesto que la mera ayuda de las educadoras y los educadores no es suficiente. Hoy nos gustaría exponer el caso concreto de Youssef como un ejemplo de constancia para conseguir ese ansiado deseo de lograr una inserción plena.

Youssef es un chico de 17 años que proviene de la ciudad marroquí de Kenitra. Llegó al recurso con tan solo 15. En sus primeros meses fue un chico al que le costaba adaptarse a la dinámica del recurso así como a las normas de funcionamiento. Acarreaba problemas de convivencia y faltas de respeto, y tenía una desmotivación total por el estudio.

Debido a su corta edad, fue matriculado en la Educación Secundaria Obligatoria en modalidad PMAR. A pesar de la poca motivación por el estudio y su bajo rendimiento, se continuó insistiendo en que Youssef continuase estudiando, ya que al poder permanecer tanto tiempo en el recurso debía generar resultados.
Pasados seis meses, en febrero de 2020, el centro cambió su ubicación, lo que provocó también un traslado de expediente. Youssef tuvo que volver a adaptarse a un nuevo instituto, nuevos compañeros y nuevo profesorado. El cambio fue positivo para el menor. Se adaptó correctamente y poco a poco su motivación hacia las clases fue aumentando.

De cara al siguiente curso, el consejo orientador valoró que el menor podría matricularse e iniciar una Formación Profesional de Agrojardinería y Composiciones Florales con el fin de que obtuviese un título específico. Youssef cada vez estaba más motivado. Sus profesores destacaban su implicación en el curso y eso se trasladó a la mejora de sus calificaciones, obteniendo sobresalientes.

Youssef ha logrado crear una potente red de apoyo más allá del recurso, creando vínculos positivos con sus compañeros y compañeras de clase, así como con sus familias. Ahora suele tener permisos en el fin de semana para disfrutar junto a ellos. Dada la implicación del menor por su futuro, se le propuso la posibilidad de compaginar sus estudios con unas prácticas formativas no laborales en una empresa lucentina de chapa y pintura. Pasados los tres meses de prácticas, Youssef no consiguió un contrato laboral, lo que para él supuso una decepción, ya que esperaba poder conseguirlo.

A pesar de esto, Youssef continuó con sus estudios y, poco tiempo después, se le propuso para realizar otras prácticas aprovechando el verano. El menor aceptó y se incorporó a Cima Cableados (ahora llamada Arancalo). Tras el tiempo de prácticas, el empresario decidió contratar temporalmente a Youssef. Para que pudiese compaginar el curso escolar con el trabajo, el centro educativo colaboró y flexibilizó los horarios. Del mismo modo, la empresa también se ha mostrado flexible y ha adaptado a los horarios del joven, ya que Youssef permanece fijo en un turno de tarde mientras el resto de sus compañeros realizan turnos rotativos. Recientemente, debido a la constancia e implicación que ha mostrado desde su llegada a la empresa, Youssef ha firmado un contrato indefinido lo que ha supuesto todo un éxito para él.

Youssef vive con una rutina muy marcada. Se levanta, recoge su habitación, desayuna y acude a sus clases en el instituto. Actualmente se encuentra realizando la parte práctica de la formación en horario de 8:00 a 14:00 horas. Sale de clase, regresa al recurso, almuerza y a las 15:00 horas comienza su jornada laboral, hasta las 22:00 horas, cuando vuelve al centro, cena, revisa las tareas pendientes y duerme. Así ha superado todas las materias de la formación con calificaciones extraordinarias, y tan sólo le queda pendiente la finalización de la parte práctica para poder obtener la titulación.

Otro éxito importante para Youssef reside en el ámbito administrativo, ya que ha conseguido renovar su tarjeta de residencia por tres años. Además, se ha comenzado a tramitar la nacionalidad española del menor. Él tiene un claro proyecto de vida, tras su mayoría de edad pretende permanecer en la misma localidad, ya que es donde se ubica su lugar de trabajo y donde ha logrado establecer sus amistades, y en general, su vida.

ISL SAMU Lucena

 

ISL SAMU Dúrcal: Los beneficios de trabajar con la actividad artística

Durante los años escolares se nos intenta formar en lo útil, en lo práctico, en lo que se puede medir… Pero, ¿dónde quedan el placer por descubrir, y el placer por conocer y sentir? ¿Acaso eso carece de utilidad? La autora Marián López plantea cómo el arte puede utilizarse para construir nuevas formas de relacionarse, nuevas formas de entendimiento, poniendo en valor el proceso y no solo el objetivo final. La pregunta que debemos hacernos para buscar una justificación en el uso del arte como herramienta transformadora es: ¿Qué beneficios podemos obtener al trabajar la actividad artística con los jóvenes?

A nivel individual podemos trabajar diferentes aspectos. Por un lado, generar cambios a nivel individual, relacional y social. Ser honestos con nosotros mismos y con nuestra realidad permitirá identificar aquellos aspectos de la vida que pretendemos modificar.

Por otro lado, podemos trabajar el autoconocimiento y la autoestima, haciendo un recorrido por nuestra historia y los sentimientos que nuestras vivencias nos han producido. Identificando las capacidades, habilidades, defectos y aquello que nos caracteriza podemos crear una imagen simbólica de lo que somos y el lugar que ocupamos en la sociedad. Esa imagen simbólica nos servirá como diagnóstico para, a posteriori, producir cambios en nosotros mismos y enfrentar los conflictos de nuestra situación de la manera más resolutiva posible.

La actividad artística también nos puede ayudar a gestionar las emociones: la violencia, la desmotivación, la depresión, frustración, tristeza, pérdida de identidad… Identificar y entender el origen de las emociones nos permitirá trabajar en base a aquellas que nos generan sentimientos positivos y de realización personal, y controlar aquellas que nos producen malestar.

En cuanto a las relaciones interpersonales, en contextos de riesgo se generan actitudes competitivas y de desconfianza. Mediante las dinámicas artísticas participativas y de cooperación esperamos poder trabajar esas habilidades que sirvan para crear vínculos de apoyo, de corresponsabilidad y de confianza. Para ello será necesario hacer hincapié en una comunicación basada en el respeto, la aceptación y el entendimiento de ideas diferentes a las nuestras desarrollando aptitudes como la empatía, la asertividad o la escucha activa.

Por último, cuando trabajamos colectivamente creamos una identidad grupal que nos representa en sociedad. Esto permite al colectivo encontrar un hueco dentro de una realidad social de la que no se siente partícipe. Los jóvenes pueden presentarse como personas capaces. Al mismo tiempo, este trabajo visibiliza la situación de exclusión con el objetivo de que la comunidad tome consciencia y ejerza presión a las instituciones para la implantación de políticas inclusivas y de justicia social.

MARINA TORAL FAJARDO. Auxiliar Técnico Educativo. ISL SAMU Dúrcal

Recep Campo de Gibraltar: El balonmano como herramienta de integración

En el centro de acogida inmediata Recep Campo de Gibraltar, a través del deporte, reforzamos positivamente a los chicos y favorecemos las relaciones interpersonales y la comunicación entre ellos. La asistencia a encuentros deportivos consigue romper con su rutina diaria.

El año pasado, el Club Balonmano Ciudad de Algeciras invitó, en varias ocasiones, a nuestros chicos de Recep a asistir a algunos partidos de la liga. Los menores pudieron presenciar varios partidos del equipo masculino y femenino, que juegan en la Primera División Nacional, que corresponde a la categoría Bronce del Balonmano Español.

Fruto de la buena relación entre la directiva de este Club y alguno los compañeros del recurso, que militan en ese Club como jugadores y entrenadores desde hace mucho tiempo, este año los menores de Recep han podido disfrutar de todas las jornadas de la liga, asistiendo gratuitamente a los partidos tanto de la categoría masculina como femenina.

Estamos muy agradecidos, porque de manera altruista y sin ningún tipo de compromiso por parte de la directiva de este Club, nuestros menores han tenido la posibilidad de ver equipos de primera categoría, procedentes de distintas regiones de Andalucía, Madrid, Extremadura, Castilla La Mancha …

Los chicos no solo han disfrutado viendo los partidos, sino que han tenido la oportunidad de animar y ver a sus educadores fuera del centro y en su tiempo libre. Además, con esta actividad conseguimos inculcar valores relacionados con el deporte y los hábitos de vida saludable.

Tenemos que destacar que, gracias a nuestra relación con este Club y su buena voluntad, también nos permitieron asistir a un partido de fútbol entre el Algeciras y el Albacete en el Estadio Nuevo Mirador.

Desde Fundación SAMU, queremos dar nuestro más sincero agradecimiento a este Club y a todas las personas que lo componen por su esfuerzo e implicación con los menores, ya que sabemos que subsiste gracias a la colaboración de algunas entidades y al trabajo de todos ellos.

Equipo Recep Campo de Gibraltar

Concepción Pérez: “En SAMU dan oportunidades. Estés donde estés, eres visible”

Concepción Pérez Carrera (Sevilla, 1976), directora del área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer, es un claro ejemplo del talento SAMU y de proyección meteórica. Llegó subrogada como coordinadora del servicio educativo de la Junta de Andalucía y, cinco años después, dirige tres proyectos que abarcan en torno al 40% de la plantilla de SAMU.

—Como curiosidad le diré que está usted involucrada en tantos proyectos de SAMU que no hay edición de Revista SAMU en la que no aparezca alguno de sus negociados.
—Es cierto, en la revista siempre sale algo mío. Soy directora del área de Intervención Socieducativa y de la Mujer de SAMU, una de las áreas más grande de la organización, además de directora de la Escuela de Oficios (EOF) desde enero de 2021. Entre mis proyectos está también el liderazgo de iniciativas que aporten nuevos servicios en SAMU desde la diversificación de servicios auxiliares de alto valor añadido en nuestra organización. A mi cargo hay, entre estos tres proyectos, unos 1.100 trabajadores, en torno al 40% de la plantilla de SAMU. Llevo toda la vida gestionando grandes equipos, me resulta fácil y muy motivador. Nunca me aburro.

—Vayamos al principio de la historia. ¿Cuándo y cómo comenzó a trabajar en SAMU?
—En marzo hice cinco años en SAMU. Llegué de la mano del servicio de necesidades educativas especiales de la Junta de Andalucía del que yo era coordinadora y que SAMU ganó por licitación pública. Llegué subrogada, como todo el equipo. Llevaba alrededor de 14 años coordinando este servicio en la provincia de Sevilla y estaba acostumbrada a pasar de empresa en empresa. Pero SAMU fue diferente. Parecía que llevaba años trabajando aquí, me sentía como en casa. Todo fluía.

—¿Cómo dio el salto a otros proyectos de la casa?
—Por mi espíritu inquieto, siempre me he involucrado en todo, en lo mío y en lo que no es lo mío. Sentía que mi servicio se me quedaba corto. Después de tantos años, lo controlaba muy bien. Recuerdo que a Valme López siempre le decía: ‘Si sale algo más, cuenta conmigo. Quiero involucrarme más, quiero formar parte de SAMU en todo’. Todos aquellos que fueron primero mis jefes, como Valme López, Alejandro Lerín o Enrique Yrazusta, vieron en mí ese compromiso y apostaron por mí. Por este motivo, además de seguir coordinando mi servicio, me propusieron crear el departamento de selección de personal de SAMU. De hecho, yo misma seleccioné a Lola Lazo, que hoy lidera este departamento.

—¿Cómo afectó la pandemia a su trabajo en SAMU?
—Durante la pandemia se cerraron los centros educativos, por lo que mi área de servicios educativos apenas tenía actividad. Yo tenía claro que no me iba a quedar en casa, así que me pusieron al frente del taller de confección de mascarillas y, luego, con la selección de voluntarios para los dispositivos Covid de SAMU.

—Su ascenso en SAMU ha sido meteórico.
—Empecé como coordinadora del servicio educativo de Sevilla y Alejandro Lerín, mi jefe entonces, me ascendió a supervisora de toda Andalucía. Después, Enrique Yrazusta me nombró jefa del área de Servicios Educativos y, cuando ésta se transformó en el área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer, directora de la misma. Además, de forma paralela, hace más de un año asumí la dirección de la Escuela de Oficios con el reto de darle un impulso.

—Algunos de sus compañeros la consideran la mejor representante del programa Talento SAMU.
—Mis compañeros son maravillosos y es un honor que hayan pensado en mi para ser la ‘embajadora’ de este magnifico proyecto. Desde aquí, quiero animar a todos los compañeros a que se inscriban, ya que en SAMU dan oportunidades, eres visible. Estés donde estés, te ven, y eso ha sido clave para mi ascenso, independientemente de mi compromiso con la entidad. En ocasiones, por muy involucrado que tú estés, no hay feedback. Éste no es el caso.

—¿Cree que ha tocado techo en SAMU?
—Estoy muy feliz de ser la directora del área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer, pero tocar techo, no, nunca. Me queda mucho por aprender y por trabajar.

—¿Cuáles son sus retos profesionales?
—Ahora mismo, para mí lo más importante es impulsar el área de la Mujer y poder prestar servicios en violencia de género, acogimiento residencial… Me siento muy identificada con este proyecto porque creo que las mujeres tenemos aún mucho que decir y que hacer. Siento que estoy en el sitio adecuado para aportar mi granito de arena y llevar a cabo esa transformación que necesita SAMU en este ámbito. Mi reto es seguir creciendo, consolidar el área que dirijo y que sea una de las más grandes y potentes de SAMU.

—¿Qué dificultades ha encontrado durante su progreso profesional?
—Todo crecimiento conlleva un esfuerza y un sobreesfuerzo y, a veces, es difícil conciliar la vida laboral y personal, pero yo eso no lo considero una dificultad. SAMU es adictivo. No puedo estar ni un solo día desconectada. Sé que es necesario desconectar, pero confieso que yo no lo aplico y soy feliz. Siempre me he sentido escuchada y apoyada.

—¿En algún momento ha sentido que no la trataban, profesionalmente, igual que a sus compañeros masculinos?
—Aquí no hay ninguna distinción entre hombres y mujeres. La igualdad en SAMU es una realidad. De hecho, casi el 55% de los cargos directivos de la entidad están ocupados en estos momentos por féminas. Tengo que decir que nunca en mi vida laboral he sentido ese techo de cristal para mi progreso profesional, aunque, desde que formo parte del equipo de SAMU, me he sentido más respaldada que en otras empresas.

—También es directora de la Escuela de Oficios de SAMU, ¿qué nuevos retos asume esta escuela?
—La Escuela de Oficios está en estos momentos en pleno proceso de transformación. Esta escuela nació para dar respuesta a las necesidades formativas específicas de los menores acogidos en los centros de Fundación SAMU mientras lograban regular su situación en España, con un enfoque total a su empleabilidad. Sin embargo, cada vez, gracias al esfuerzo y trabajo de los profesionales de estos recursos, estos menores se escolarizan antes y acceden a una formación reglada y profesional, por lo que la Escuela de Oficios pierde un poco su esencia. En estos momentos, centramos nuestro trabajo en los recursos de menores de urgencia y temporales que abre Fundación SAMU, como los habilitados en Ceuta y Canarias. Digamos que la Escuela de Oficios ahora se traslada ahora allí donde más se necesita su labor para impartir cursos de muy distinta naturaleza: mantenimiento de edificios, jardinería, sostenibilidad y medio ambiente, o pinche y cocina, como ejemplos. Nos estamos adaptando a las necesidades de estos menores allí donde estén.

—Antes ha mencionado que también dirige Nuevos Medios Logísticos. ¿En qué consiste esta iniciativa exactamente?
—SAMU trata de dar respuestas a necesidades que la entidad precisa y respecto a las que se siente preparada para autogestionarlas. Son iniciativas de apoyo a los recursos de Fundación SAMU de alto valor añadido desde fuera de la organización y que somos capaces de asumir con mayores índices de calidad y servicio que lo que ofrece el propio mercado. Se trata de proyectos con enorme recorrido dentro y fuera de SAMU que queremos ofrecer en ámbitos de salud y en servicios sociales más allá de nuestra actividad troncal desde una organización con 40 años de experiencia en estos sectores.

—¿Cómo logra liderar y gestionar tantos proyectos diferentes?
—Por mi equipo, sin duda. Sin mi equipazo sería imposible sacar adelante tanta iniciativas. Tengo gente muy buena a mi alrededor.

Un impulso a la convivencia escolar en Vallecas (Madrid)

La presencia de SAMU en Madrid adquiere cada vez más peso gracias a los diferentes proyectos sociales puestos en marcha en la capital española. El último de ellos viene de la mano del área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer, que desde noviembre trabaja en un programa de convivencia escolar en el distrito madrileño de Vallecas. El objetivo de esta nueva iniciativa es la creación de un espacio de reflexión para la convivencia que impulse el desarrollo de competencias escolares y personales de los alumnos de Primaria y Secundaria del distrito, con el fin de fomentar la corresponsabilidad de la convivencia en su centro escolar y ofrecerles herramientas para la resolución de conflictos y que les permitan mejorar su relación con sus iguales, con el personal del centro educativo y con su entorno.

Desde su puesta en marcha hace ya seis meses, el equipo de profesionales, compuesto por dos educadores y dos psicólogos, ha realizado talleres de resolución de conflictos, prevención del acoso, cyberbullyng, habilidades sociales y habilidades comunicativas, inteligencia emocional, autoestima y autoconcepto a más de 70 escolares (53 chicos y 19 chicas). Además, se han desarrollado píldoras informativas dirigidas a las familias para ayudarles en la gestión de conflictos.

Según explica Concepción Pérez, directora del área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer, este espacio de reflexión se ha creado con carácter formativo y preventivo y cuenta con tres fases. La primera de ellas es la de intervención. “Se crea un espacio fuera del instituto para dar respuesta a los alumnos sancionados con la medida de suspensión del derecho de asistencia al centro escolar. Aquí se trabajan tanto las competencias escolares como las personales para su adecuada reincorporación a la comunidad educativa”, explica Pérez.

La segunda fase es la de seguimiento de la intervención llevada a cabo tanto a nivel grupal como de forma individual. Mientras que la tercera fase está dedicada a la formación de las familias. “Se crean espacios para proporcionar a las familias apoyo, dotándolas de las herramientas necesarias para mejorar la educación de sus hijos. Con ello se pretenden mejorar las habilidades sociales y la gestión de los conflictos del alumnado para favorecer la convivencia en los centros escolares”, continúa Concepción Pérez. De manera paralela, también se realizan intervenciones con las familias y el centro, a nivel de mediación, tras el conflicto. “Todo desde un enfoque integrado de género en el programa”.

Entre los objetivos de este servicio de convivencia escolar destacan ofrecer un lugar para la reflexión el encuentro y el cambio; evitar que el periodo de expulsión suponga una pérdida de formación, de ritmo académico o de interés por los estudios (responsabilizando al alumnado en que la expulsión también conlleva la continuación de los estudios); y dar una respuesta a aquellas familias que en los periodos de expulsión no pueden conciliar su vida laboral y familiar. Además, se busca generar un espacio donde las familias y educadores puedan encontrar posibles respuestas ante los conflictos con los alumnos, promoviendo así la colaboración de las familias en el proceso educativo de sus hijos; mejorar las competencias personales y escolares del alumnado expulsado; facilitar la reincorporación al grupo de clase de referencia y a la comunidad escolar; trabajar con las familias para dotarles de herramientas para la convivencia; elaborar un plan de actuación con las familias encaminado a la reducción y/o desaparición del absentismo; implicar a las familias en los estudios del alumnado y en la importancia de mantener un buen clima en casa y en la escuela; establecer un vínculo de comunicación positiva entre las familias y el centro; conocer los principales factores que afectan el clima escolar en la escuela; y fomentar la participación del profesorado y el uso de sus ideas, entre otros objetivos.

Cuando cuidar es una oportunidad para enseñar

Según la Organización Mundial de la Salud, más de mil millones de personas en el mundo, equivalente al 15% de la población, tienen algún tipo de discapacidad. ¿Tienen estas personas el mismo acceso a la salud y los cuidados que el resto de la población?

Hablar de discapacidad es referirse a un concepto heterogéneo, pero que converge en el hecho de encontrar en el día a día barreras, ya sean arquitectónicas, comunicativas…, que dificultan el acceso a unos cuidados plenos.

El objetivo de este artículo es mostrar una visión, aunque general, centrada en aquellos cuidados necesarios en las personas con discapacidad, en concreto en aquellos centros o servicios donde se presta su atención; recursos y cualidades que podrían ser útiles en las competencias de las enfermeras.

En el Código Deontológico de la Enfermería Española, en su artículo 4, detalla que “La enfermera/o reconoce que la libertad y la igualdad en dignidad y derecho son valores compartidos por todos los seres humanos, que se hallan garantizados por la Constitución Española y la Declaración Universal de Derechos Humanos. Por ello, la enfermera está obligada a tratar con el mismo respeto a todos, sin distinción de raza, sexo, edad, religión, nacionalidad, opinión política, condición social o estado de salud”.

La Enfermería actúa en diversos ámbitos, no solo en el asistencial. La investigación, docencia y la gestión deben abrir nuevas vías para el desarrollo de roles que actúen con las personas con discapacidad y así lograr una mayor excelencia y humanización de los cuidados. El trato distinto entre personas da lugar a desigualdades en salud, así como a fomentar el rechazo entre la población hacia las personas con discapacidad. Las enfermeras deben luchar por humanizar el cuidado hacia todos los colectivos.

Enfermería en los centros de discapacidad intelectual

En aquellos centros o servicios, ya sean públicos o privados, sanitarios, sociales y/o educativos, a los que acceden las personas con discapacidad que necesitan algún tipo de cuidado debe existir la figura de una enfermera cualificada, dentro de un equipo multidisciplinar que sitúe a la persona como eje de sus actuaciones. Dichas actuaciones deben ir encaminadas a lograr la mayor autonomía posible de las personas y no solo su dependencia de cuidados. Cuidar no debe entenderse como un acto de suplir, sino como una oportunidad para enseñar.

La responsabilidad de la preparación y administración de la medicación, seguimiento individualizado de patologías agudas y crónicas, actuación ante urgencias y emergencias, actuación ante crisis de agitación y promoción de la salud y hábitos saludables son algunas de las competencias que pueden tener las enfermeras en centros sanitarios y sociosanitarios en el cuidado de cualquier persona.

Sin embargo, resulta interesante destacar aquellos objetivos dirigidos a conseguir la mayor autonomía de las personas con discapacidad en particular y crear perfiles de ‘activos para la salud’ dentro de los profesionales de Enfermería, definiéndose estos activos como “cualquier factor o recurso que potencie la capacidad de los individuos, de las comunidades y de las poblaciones para mantener la salud y el bienestar”, según Morgan A. Davis M.& Ziglio, E.

Es el personal de Enfermería, los profesionales sanitarios, los que deben promover la creación de estos roles y hacerlos extensible solo a otros compañeros, sino a otras profesiones y a los propios usuarios de los recursos existentes.

Decálogo: Cuidados para la autonomía

Es necesario plantear una serie de habilidades, objetivos y/o recursos de las enfermeras que puedan facilitar el autocuidado de las personas con discapacidad:

  1. Respeto en la interacción con las personas con discapacidad y lucha por la dignidad en los cuidados, humanizando todas las actuaciones.
  2. Desarrollar intervenciones dentro de equipos multidisciplinares y así conseguir objetivos comunes con la suma del trabajo individualizado de las distintas profesiones.
  3. Formación al resto de profesionales. Creación de activos en salud dentro de las competencias de cada profesional para potenciar las habilidades y aprendizajes de las personas con discapacidad.
  4. Empoderamiento de las personas con discapacidad para así lograr la independencia individual máxima.
  5. Supervisión de las actuaciones llevadas a cabo, brindando el apoyo necesario para la corrección o adquisición de habilidades necesarias para el autocuidado.
  6. Actuación en la agitación o alteración de la salud. Brindando aquellas actuaciones necesarias para resolver el desequilibrio de la salud, ya sea actuando frente a accidentes, alteraciones de conducta o urgencias médicas.
  7. Vigilancia del estado de salud. Prevención y promoción de hábitos saludables.
  8. Coordinación con las familias o tutores y referentes en materia de salud (Atención Primaria, especialistas…) para lograr la asistencia y seguimiento necesario en aquellas patologías o necesidades tanto agudas como crónicas.
  9. Búsqueda de nuevos recursos y dotación de medios. Facilitar el acceso a los recursos materiales necesarios para la realización de aquellas habilidades básicas e instrumentales de la vida diaria.
  10. Manejo individualizado y holístico. No centrándonos en la discapacidad, sino en las necesidades sociosanitarias de las personas atendidas.

Conclusión

Invertir en educación, empleo y liderazgo y apostar por un perfil de enfermeras que destaquen por la inclusión en sus cuidados fomentará la equidad de cuidados y el empoderamiento en salud de las personas con discapacidad.

Las enfermeras, desde los centros sociosanitarios y sanitarios que ofrecen sus cuidados a las personas con discapacidad, deben mostrar dichas habilidades para favorecer la autonomía del colectivo, sabiendo que tienen un papel decisivo en sus vidas. Las personas con discapacidad deben ser los protagonistas de sus vidas y de su salud.

JOSÉ ANTONIO JIMÉNEZ. Enfermero de la UED San Lucas

Residencia Santa Ana: los primeros en la carrera hacia el futuro

El 20 de abril, Carlos González de Escalada, presidente y director general de SAMU, entregó el galardón de reconocimiento a la gran labor de digitalización que ha llevado a cabo el equipo de profesionales de la Residencia Santa Ana (Sevilla), tras la implantación del Sistema de Gestión Integral de SAMU (SAMS).

En el acto, celebrado en el propio centro, también estuvieron presentes José Antonio Trujillo, adjunto a Dirección, María José Tinoco, directora del Área de Dependencia e Inclusión Social de SAMU, Almudena Chávez, directora de Innovación de SAMU, Desirée Calasanz, directora de la residencia galardonada Santa Ana, y el equipo de profesionales del centro.

Carlos González de Escalada destacó a la Residencia Santa Ana por ser “uno de los centros pioneros de SAMU” y el primero entre los más de 90 recursos de la entidad en alcanzar la digitalización completa de sus procesos de gestión a través de SAMS. En un discurso marcado por el agradecimiento de SAMU a los profesionales de la residencia, González de Escalada resaltó las cualidades que hacen de ella un referente para toda la organización: “Sois un centro grande en todos los sentidos: sois grandes profesionales, fundadores de la parte social de SAMU y, además, habéis demostrado una gran profesionalidad en la transformación y la digitalización del centro”.

El reconocimiento al esfuerzo realizado por los profesionales de Santa Ana fue unánime por parte de los presentes, que coincidieron en destacar la gran labor que está llevando a Desirée Calasanz junto a su equipo desde septiembre, mes en el que comenzaron a implantar el nuevo sistema de gestión digital: “vuestra implicación ha sido fundamental para que SAMS vea la luz en este centro”, aseguraba María José Tinoco.

La directora de Innovación de SAMU, Almudena Chávez, resaltó la importancia del trabajo en equipo para poder mejorar y adaptar las características de SAMS a las necesidades de los departamentos y áreas que conforman SAMU porque “SAMS es un sistema vivo, que tiene que cambiar en función de las necesidades del momento y al que le queda mucho todavía por adaptar y cambiar”.

Desirée Calasanz ha mantenido un contacto permanente con la directora de Innovación y el equipo informático de SAMU para trabajar en la tarea de adaptar toda la gestión del centro a SAMS. “Para mí es un honor recibir este galardón en nombre del equipo de Santa Ana. Lo recibo con muchas ganas y con el mismo entusiasmo que han puesto todos los profesionales desde que comenzamos a implantar SAMS en septiembre”. Desirée Calasanz reconocía que “ha sido un proceso complejo” pero que en la actualidad “todo el equipo trabaja a pleno rendimiento aportando todas las ideas posibles a este soporte para que se ajuste a nuestras necesidades”.

Por último, José Antonio Trujillo, adjunto a Dirección, destacó la importancia de tener un sistema como SAMS, creado por y para SAMU: “el avance de la aplicación de SAMS en todo SAMU va a suponer un antes y un después. Supone entrar en la vanguardia transformando el sector de los servicios sociosanitarios en un ámbito digital, mirando al futuro, lo que nos da la posibilidad de seguir avanzando”. Además, afirmó que “tener un sistema así, no da cabida únicamente a una gestión mucho más moderna, ágil y segura, sino que poco a poco se van a ir incorporando funcionalidades que irán más allá de la gestión de los centros y los pacientes. Estarán enfocadas a la mejora de las funciones de trabajo de todo el equipo de SAMU”.

El acto finalizó con las palabras de agradecimiento de Desirée Calasanz a SAMU por el reconocimiento “seguiremos trabajando con constancia, dedicación y, sobre todo, con mucho cariño”.

Desirée Calasanz: “Lo más importante es la unión de los diferentes equipos implicados en este proyecto”

Desde que nos comunicaron en junio de 2021 que íbamos a cambiar de sistema de gestión, estuvimos muy atareados recopilando los datos de todas las personas usuarias. Había una gran cantidad de documentos que requerían un proceso laborioso de descarga, clasificación y archivo: información del diario de equipo, evolutivos de enfermería, áreas de psicología, evoluciones médicas, registros de tareas auxiliares relacionadas con las actividades básicas de la vida diaria, movimientos de cajas, etcétera.

En la Residencia Santa Ana comenzamos a usar SAMS desde principios de septiembre, por lo que podemos asegurar que, hoy en día, la implantación es plena y el uso del anterior sistema, el Soft4care, es nulo desde esta fecha.

SAMS es una aplicación accesible para cualquier trabajador. Sin embargo, hemos tenido que realizar un gran esfuerzo para adaptarnos a este nuevo sistema de gestión, ya que el modo de realizar los registros era diferente y no podíamos hacer tareas masivas. Aun así, se han ido incorporando las aportaciones que trasladábamos al soporte del programa y ha mejorado mucho desde el inicio.

SAMS nos ha permitido proporcionar a cada categoría profesional la posibilidad de hacer registros e informes propios de seguimiento de su área, una función que no realizábamos antes. De este modo, hemos generado un registro sistematizado de todas las gestiones y áreas del centro, pudiendo volcar esa información a nivel estadístico, lo que nos permite mejorar la toma de decisiones.

Al ser un sistema interno, SAMS nos permite mantener un contacto más directo y estrecho con sus creadores. Esto es posible gracias al servicio de soporte, que facilita el envío de mensajes para trasladar nuestras necesidades y propuestas, obteniendo respuestas a las mismas a través de nuestro correo. Gracias a SAMS se está haciendo un uso adecuado de las incidencias. En el diario de equipo transmitimos la información para una buena coordinación, y en incidencias, especificamos caídas, agresiones, urgencias o cualquier otro tipo de sucesos.

Si bien es cierto que ya hemos realizado un gran esfuerzo para adaptarnos al cambio, creemos que aún queda camino por recorrer. Lo más importante de todo es la unión y el trabajo de los diferentes equipos de profesionales de SAMU implicados en el desarrollo, la implantación y la gestión de SAMS en todas y cada una de sus áreas.

Rida Nadir: “Todos los chicos sentimos miedo al salir de un recurso”

Rida Nadir, natural de Tánger, ingresó hace un año y medio en el COISL SAMU Motril. A pesar de todos los miedos que le ha generado su proceso migratorio, poco a poco está consiguiendo su plena integración sociolaboral. En esta entrevista, narra su paso por el recurso y cómo está avanzando en su proyecto de vida.

 

—¿Cómo calificarías tu paso por COISL SAMU Motril?
—Lo calificaría como positivo. Gracias al año y medio que he pasado allí puedo decir que me he podido formar como persona y puedo llevar una vida autónoma plena. He aprendido en todos los ámbitos: personal, doméstico, laboral… Recuerdo mi llegada al COISL como algo difícil, ya que me costo muchas semanas encontrar mi sitio. Con el paso del tiempo me di cuenta que estaba en el lugar perfecto y que debía aprovechar mi oportunidad. Desde entonces solo quería mejorar y mejorar, aprovechar mis cursos formativos, poder sacarme la ESO o poder conseguir un contrato en el tiempo que me quedaba por delante hasta mi mayoría de edad. Así fue como, tras varias practicas formativas y pasar malos momentos, pude conseguir un contrato en una empresa de limpieza de coches.

—¿Pasaste miedo en tus primeros días de emancipación? ¿Echabas de menos el COISL?
—Sinceramente pase unos días de incertidumbre y nervios. No sabía a lo que me enfrentaba. Creo que todos los chicos sentimos miedo al salir de un recurso. Cuando sales del COISL SAMU Motril, pasas de estar respaldado por personas que te educan y te guían a estar solo. Cuando salí comencé a valorar de verdad todo lo que me habían enseñado los educadores del centro. Los primeros días, como es normal, estaba “nerviosillo”, como se dice aquí en Motril, con mariposillas en el estómago, y me costaba conciliar el sueño. No sabía lo que que iba a encontrar o cómo iban a trascurrir mis días sin ningún tipo de ayuda. Es cierto que todo era nuevo, pero, gracias a todo lo aprendido durante años, me veía lo suficientemente preparado como para llevar una vida autónoma y plena.

—¿Qué has estudiado durante tu etapa en el COISL?
—A mi llegada al COISL, estaba cursando tercero de la ESO en un instituto de la localidad de Motril. Es cierto que este curso me costó mucho, por lo que tuve que repetir. Así pude afianzar mi conocimiento. Terminé con el título de Secundaria antes de salir del recurso. Estoy muy contento. Ya que sé que hoy en día la ESO es súper importante para poder trabajar. Gracias a la constancia, el esfuerzo y la ayuda recibida por parte del equipo del COISL, pude cumplir el objetivo de tener ese título.

—¿Qué formación laboral has tenido durante tu etapa en el COISL?
—Gracias al área de orientación laboral, he podido realizar diferentes cursos como el de conducción de carretillas o el de manipulador de alimentos… También he estado intentando sacarme el carnet de conducir, acudiendo a la autoescuela y realizando test con la ayuda de educadores. Además, he realizado prácticas en empresas de varios sectores en la localidad. Mis primeras prácticas fueron de mozo de almacén y, partir de ahí, realice varias más: camarero, monitor deportivo y, finalmente, como peón lavacoches, en la empresa Clean Car´s, donde actualmente estoy contratado.

—¿Cómo es tu vida en Motril?
—Mi día a día es bastante rutinario y ajetreado. Por la mañana, tras levantarme, acudo a mi puesto de trabajo hasta las siete de la tarde y después voy a realizar deporte. Hago crossfit desde que llegue a Motril. Gracias a los contactos que he establecido en el box [gimnasio donde se práctica crossfit] he conseguido, en cierta manera, mi trabajo actual y una red de contactos. Entreno cada día junto a mis compañeros de trabajo y mi jefe. Durante los fines de semana no tengo una rutina concreta, me gusta alternar y aprovechar el tiempo al máximo. Tengo claro que he venido a España a por una mejor vida y eso también implica poder disfrutar de actividades de ocio diferentes.

—Has contado que te apasiona el crossfit, ¿tienes algún hobby más? ¿Qué haces en tu tiempo libre?
—Es cierto que durante la semana dedico mi tiempo al trabajo y a entrenar crossfit, pero durante el fin de semana, gracias al grupo de amigos que he formado en la localidad, me gusta hacer diferentes actividades de ocio y planes como snowboard, ir de compras, salir a tomar algo, realizar alguna ruta de senderismo… No me gusta quedarme en casa. Me gusta disfrutar de mi tiempo libre y aprender cosas nuevas.

—¿Qué planes tienes de futuro?
—Me gusta vivir el día a día y no pensar en el futuro, ya que no sabes lo que te deparará. Pero sí es cierto que me gustaría formarme en algo relacionado con el deporte, ya sea un ciclo superior o medio, que me permita poder ser monitor en un gimnasio o monitor de crossfit.

—¿Tienes pensado volver a Marruecos?
—Obviamente sí, es mi tierra, donde están mis raíces, por así decirlo, y donde está toda mi familia. Pero me gustaría ir de visita, unos pocos días, porque mi vida hoy está aquí, en Motril. Cuando el trabajo me lo permita, me gustaría poder visitar a mi gente, pasar unos días con ellos y contarles qué tal me va por aquí.