Doumbouya Fode Ansoumane: “Nunca olvidé el camino recorrido para estar aquí”

Dicen que quién siembra recoge sus frutos. En los centros de menores de Fundación SAMU trabajamos para convertirnos en el agua que hará posible que los chicos que con esfuerzo siembran se vean recompensados con un futuro sólido y provechoso. Esa agua sabe a convivencia, formación, educación.

En ISL Alcalá de Guadaira, en Sevilla, se encuentra un experto en sembrar, Doumbouya Fode Ansoumane. Fode, como cariñosamente le llamamos en el centro, se ha ganado poco a poco todos los privilegios y premios que con esfuerzo y persistencia ha alcanzado. Un contrato laboral, el conocimiento de un idioma fluido que no para de abrirle puertas o la confianza y el apego de un amplio círculo social.

Preguntado por la clave para lograr todos estos éxitos, Fode nos responde: “Yo nunca olvidé de dónde vine, nunca olvidé el camino que tuve que recorrer solo para estar aquí’’. Y es que la persistencia no es su única virtud destacada, también lo es la resiliencia. Ha tenido que superar los numerosos reveses que la vida le ha ido deparando. Por ejemplo, con el reciente fallecimiento de su padre: “Estoy en un momento de mi vida en el que me juego tanto que no puedo pararme a llorar por mi padre, solo puedo cumplir con lo que le prometí: cuidar de mi madre y hacer que se sienta orgulloso de mí’’.

Fode aún no ha llegado a su meta. Su mentalidad es tremendamente ambiciosa y se ha marcado un nuevo objetivo a largo plazo, un sueño: formar parte del equipo educativo de SAMU. Para ello tiene claro cuál es el camino a seguir: “Intento coger lo mejor de cada uno de mis educadores. Ellos son un referente para mí aunque también espero poder acceder a una formación que me capacite para esta labor”.
Mientras llega ese momento, Fode sigue trabajando sin descanso y siendo un ejemplo de superación para, el día que llegue la oportunidad, agarrarla con la fuerza que le ha dado cada piedra que ha quitado de su camino, haciendo su sueño posible.

Autor: J. M. CHACÓN. ISL Alcalá de Guadaíra

Programa Horizontes Sevilla de SAMU: Un camino junto a ellas

Desde el Programa de Autonomía Horizontes Sevilla se trabaja día a día para conseguir la plena inserción sociolaboral de las jóvenes beneficiarias de este recurso y así lograr la integración de estas jóvenes extuteladas procedentes del Sistema de Protección de Menores. La mayoría de estas jóvenes presentan diferentes dificultades que les impiden conseguir una satisfactoria emancipación por no tener apoyo familiar, económico y/o social.

En el Programa Horizontes Sevilla, dirigido exclusivamente a jóvenes mujeres, nos encontramos con distintos impedimentos que obligan a que el trabajo sea más constante. A esto se suma que numerosos sectores profesionales se han visto afectado por la crisis sanitaria que está viviendo desde el pasado año España, y el mundo en general. Esto complica la tarea de encontrar empleo, ya que muchas empresas están cerradas o requieren menos personal y la mayoría de estos jóvenes carecen de formación profesional, lo que dificulta aún más su propósito.

En este recurso se trabaja con jóvenes extranjeras que desean regularizar su documentación. Esto implica un importante trabajo con Extranjería que requiere un compromiso por parte de los empresarios. Sin embargo, con los cambios constantes de medidas a causa de la pandemia, es muy complicado encontrar un puente para que las jóvenes logren su inserción laboral. A los empresarios les cuesta comprometerse con los requisitos (duración y horas de contrato) que requieren desde Extranjería para lograr que las jóvenes obtengan el permiso de trabajo.

A esto hay que sumarle la dificultad añadida que supone encontrar trabajo siendo mujer. A pesar de parecer que vivimos en una sociedad igualitaria y plena de oportunidades, sin diferenciación de género, a la hora de la verdad, estas chicas encuentran muchas piedras en el camino.

Por otro lado, en España, los jóvenes se emancipan con una edad media de 29 años. En Fundación SAMU trabajamos con chicas de entre 18 y 20 años que vienen de centros de Protección de Menores. Estas jóvenes tienen que crecer y madurar antes de lo correspondiente, por ello es de vital importancia ese acompañamiento que les guíe por un camino correcto y responsable. Por esta razón, ahora más que nunca es cuando no se debe desistir. Y, si en algo se caracteriza SAMU, es en no decaer. Ésa es la clave de su éxito. Sabemos por y para quién trabajamos y sabemos la ayuda que necesitan. Ese acompañamiento en su autonomía plena no debe desistir. Ayudaremos a estas chicas a hacer frente a cualquier adversidad.

Trabajo en equipo en ISL Dúrcal

Los últimos meses han sido sinónimo de cambios en el centro ISL SAMU Dúrcal, unos cambios que se han llevado a cabo con mucho esmero por parte de todos los profesionales del recurso con el claro objetivo de garantizar la comodidad y el bienestar de nuestros menores.

Nuestras instalaciones han experimentado una importante reforma que ha dado lugar a un centro más saneado y en el cual nuestros jóvenes pueden disfrutar de nuevos o mejores espacios como, por ejemplo, la zona de estudio, donde pueden hacer uso de diversos ordenadores y libros de texto, o la zona de ocio, en el que pueden pasar su tiempo libre jugando al fútbol, al tenis de mesa, realizando manualidades o simplemente relajándose mientras ven la televisión.

Además, desde que comenzó la pandemia del coronavirus en la primavera de 2020, el equipo del ISL SAMU Dúrcal ha querido garantizar la seguridad de todos los convivientes. Así, el nuevo salón cuenta con un espacio mucho más amplio que antes. Esto permite que los desayunos, almuerzos, meriendas y cenas se realicen en mesas debidamente distanciadas unas de otras y cercanas a las entradas de aire, lo cual contribuye a que podamos disfrutar de momentos compartidos de manera segura.

Hasta el momento, todos los menores se han mostrado gratamente satisfechos con los cambios realizados, aunque no debemos olvidar que esto tan solo es el comienzo. Debemos seguir esforzándonos por mantener en buenas condiciones aquello que estamos creando con tanto esfuerzo e ilusión.

Para finalizar, me gustaría hacer mención al trabajo de equipo realizado por todos los profesionales del centro, bajo la coordinación de la directora, el cual se ha caracterizado por una actitud proactiva y colaborativa que sin duda nos ha fortalecido como equipo. Porque tal y como decía Ray Kroc (1902-1984), “Ninguno de nosotros es tan bueno como todos nosotros juntos”.

Autora: Mª JESÚS PADIAL PÉREZ. ISL Dúrcal

Una acogida integral a los temporeros en Lérida de la mano de SAMU

SAMU se abre paso en Cataluña. Al proyecto SIAD desarrollado en el municipio de Esparraguera (Barcelona) y dirigido a mujeres víctimas de violencia de género o violencia doméstica, Fundación SAMU suma un segundo proyecto en Cataluña por encargo del Ayuntamiento de Lérida. Así, SAMU ha puesto en marcha en esta localidad un servicio integral de acogida social y atención a las necesidades básicas de las personas temporeras que llegan a Lérida en busca de trabajo, en el marco de la campaña agraria de verano.

El servicio, dirigido a mayores de 18 años, se activó el 1 de junio y estará vigente hasta el 15 de septiembre, en unas instalaciones facilitadas por el Ayuntamiento de Lérida con capacidad para un máximo de 122 personas.

Este servicio se presta de acuerdo con las directrices marcadas por el Ayuntamiento de Lérida, en estrecha coordinación con el responsable municipal del Plan de Atención a las Personas Temporeras, y siguiendo las indicaciones específicas de la Oficina Única Municipal de Atención Sociolaboral, encargados de dar el acceso al servicio de acogida y atención a las necesidades básicas.

De este modo, Fundación SAMU gestiona los servicios adecuados para la acogida, la estancia y el descanso de las personas temporeras con empleo o en búsqueda de él, así como la organización y gestión de los servicios de atención a las necesidades básicas, en estrecha coordinación con la autoridad municipal.

Se busca así garantizar una acogida social de calidad en el dispositivo, detectando y valorando las situaciones de riesgo o vulnerabilidad social y/o sanitaria y haciendo la correspondiente derivación a los recursos adecuados.

El servicio contempla las labores de acogida nocturna, así como el acompañamiento necesario en el día a día de las personas acogidas, con servicios tales como duchas, consigna, auto colada, almuerzo y cena. Además, se custodia el equipaje de las personas acogidas, de manera segura y ordenada.

El perfil de las personas asistidas por el servicio son ciudadanos en busca de trabajo llegadas a Lérida para la campaña agraria de verano, que no dispongan de alternativa habitacional y no tengan cubiertas el resto de las necesidades básicas. El servicio se concibe con carácter temporal, para que las personas recién llegadas tengan margen de maniobra y asistencia durante varios días antes de poder gestionar un alojamiento estable.

Fundación SAMU ha puesto al servicio de este dispositivo un total de diez profesionales, en su mayor parte grados superiores en integración social y educadores, según explica Rocío Álvarez, que, junto a Adrián Moreno, coordinan este proyecto desde Lérida.

“La mayoría de las personas que acuden a este servicio son originarias de Argelia, Rumanía, Ghana y Marruecos”, explica Rocío Álvarez. “Todas las personas que atendemos en este recurso son hombres, ya que las mujeres y menores que llegan al municipio y necesitan este tipo de servicios son dirigidos a otros dispositivos.

El servicio cuenta también con un protocolo específico en Covid-19, para detectar y tratar posibles casos de coronavirus, evitando los contagios al resto de personal acogido.

SAMU y el Ayuntamiento de Sevilla firman un convenio para la cesión de viviendas para fines sociales

El Ayuntamiento de Sevilla, a través de Emvisesa, ha suscrito un convenio de colaboración con la Fundación SAMU, en el marco de la convocatoria abierta para la cesión del uso de viviendas para entidades orientadas a fines sociales y al fomento del empleo creada por la empresa municipal de la vivienda. El objetivo de este convenio es la cesión de viviendas para el desarrollo de programas orientados a que personas en riesgo de pobreza o de exclusión tengan la oportunidad de participar de manera plena en la vida social.

Al acto de firma de este convenio asistieron el delegado de Bienestar Social, Empleo y Planes Integrales de Transformación Social, Juan Manuel Flores; el director gerente de Emvisesa, Felipe Castro; y el gerente financiero de SAMU, Diego Gallardo; además de José Miguel Morales, secretario general de Andalucía Acoge, con el que el Ayuntamiento firmó también un convenio de colaboración de características similares al de SAMU.

Se trata de una iniciativa mediante la cual Emvisesa facilita viviendas de su propiedad en condiciones ventajosas de alquiler para que puedan servir de apoyo a proyectos sociales de entidades que, a su vez, fomentan el empleo y la actividad económica, convirtiéndolas así en instrumentos de dinamización sociolaboral, empresarial, económica y cultural.

En este caso, el objeto de estos convenios es la futura cesión en régimen de arrendamiento por parte de Emvisesa de tres viviendas como máximo a cada una de las dos asociaciones. La cesión ya ha sido aprobada por parte de la Comisión de Asignación de Viviendas para Proyectos Sociales. Cuando exista disponibilidad, Emvisesa ofrecerá a SAMU y Andalucía Acoge un máximo de tres viviendas que se ajusten a las necesidades de los programas a desarrollar, a cambio de una renta mensual máxima de 300 euros por cada una de las viviendas.

El delegado de Bienestar Social, Empleo y Planes Integrales de Transformación Social, Juan Manuel Flores, recordó que las entidades a las que se dirige este programa trabajan para facilitar la integración socio laboral de personas con discapacidad intelectual o trastornos del espectro autista; inmigrantes y refugiados; o personas en riesgo grave de exclusión social, entre otros ámbitos.

“Son entidades que acceden en condiciones ventajosas de alquiler a una vivienda pública y devuelven a la sociedad sevillana mucho más de lo que han recibido. Las que actualmente se benefician de este programa atienden en total cada año a más de 1.000 personas, aproximadamente”, señaló el delegado. Además, Flores destacó que estos programas generan empleo para numerosos profesionales que los implantan, supervisan y prestan apoyo a los beneficiarios.

46 viviendas para diferentes asociaciones

El Ayuntamiento de Sevilla, a través de Emvisesa, ha cedido un total de 46 viviendas a diferentes fundaciones y asociaciones sin ánimo de lucro para atender a personas y colectivos en riesgo de exclusión social, 41 de las cuales mantienen contratos en vigor. Esto supone el 1,46% del parque total de viviendas en alquiler con el que cuenta en estos momentos Emvisesa, propiedades que suman un valor de más de cinco millones y medio de euros.

Actualmente, Emvisesa mantiene convenios de colaboración con Paz y Bien, Aturem, Acercando Realidades, Aspanri-Aspanri Down, la Asociación Sevillana Síndrome de Asperger, la Fundación Persán, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), CEPAIM, Sevilla Acoge, Atenea-Realidades, Asociación Síndrome de Down de Sevilla y provincia, Asociación Autismo Sevilla o la Asociación Abrázame, entre otras.

Además, buena parte de los convenios se han venido enmarcando en el Plan de Inversiones y Fomento del Empleo del Ayuntamiento de Sevilla, que está permitiendo rehabilitar viviendas para fines sociales. Gracias a este Plan y, concretamente, a la aportación económica realizada por parte de la Delegación de Empleo y Bienestar Social, Emvisesa ha continuado cediendo viviendas a entidades sin ánimo de lucro, tras detectar el efecto positivo en el empleo directo e indirecto de dichas cesiones.

Área de discapacidad: Guía práctica y positiva para fomentar la inclusión

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”, es la primera frase de la Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948. Las personas con discapacidad tienen derecho a la igualdad de oportunidades y a la plena inserción social.

En esta sociedad en la que vivimos es necesario el compromiso, el conocimiento y la lucha para conseguir un mundo más justo para todos. Históricamente, la discapacidad siempre ha sido un tema incómodo para la sociedad y mucho más cuando le pedimos a la comunidad que acepte, respete y normalice la diversidad.

En cuanto a la discapacidad, hemos pasado recientemente de tener un modelo rehabilitador o médico a un modelo social. Es decir: de un modelo en el que la discapacidad era considerada como un defecto que debe curarse, repararse o eliminarse para tener una buena calidad de vida, y que plantea la posibilidad de normalización de las personas con discapacidad a través de un proceso de rehabilitación, a un modelo social donde se pone el énfasis en que las personas con discapacidad contribuyan a la sociedad en iguales circunstancias que las demás desde la valoración a la inclusión y el respeto a la diversidad.

Si reflexionamos nos daremos cuenta de que todos somos diferentes, de que vivimos en una sociedad rodeados de personas con rasgos físicos, habilidades y capacidades distintas. Hay personas que son muy hábiles reparando coches y carecen de cualquier capacidad para la música; hay personas que son increíbles con la pintura o tocando algún instrumento pero no tienen ninguna habilidad deportiva; hay personas muy capacitadas para la economía y con pocas o ningunas habilidades sociales. Podríamos seguir poniendo ejemplos simplemente al analizar a cualquier persona que se encuentre a nuestro lado.

En estos ejemplos hemos querido resaltar el uso de tres palabras: diversidad, capacidad y habilidad, para reflexionar sobre lo poderosas que son las palabras porque con ellas damos forma al pensamiento y condicionamos actitudes. Es muy importante el cuidado de las palabras cuando hablamos de discapacidad. Hay que usarlas en sentido positivo, centrándolas en la capacidad y habilidad, y no en etiquetas basadas en las limitaciones.

¿Qué terminología sería la más adecuada, integración o inclusión? ¿Significan lo mismo ambas palabras? La respuesta es no. La integración se basa en la normalización de la vida de las personas con necesidades especiales. La inclusión plantea el reconocimiento y valoración de la diversidad como un derecho humano, lo cual sitúa sus objetivos como prioritarios a todo nivel.

Una experiencia de diferencia

La discapacidad, entendida en su contexto social, es mucho más que una mera condición: es una experiencia de diferencia. Sin embargo, frecuentemente, es también una experiencia de exclusión y de opresión. Los responsables de esta situación no son las personas con discapacidad, sino la indiferencia y la falta de comprensión de la sociedad. La forma en que una comunidad trata a sus miembros con discapacidad es reflejo de su calidad y de los valores que realza. Las personas con discapacidad y sus organizaciones son un desafío para al resto de la sociedad, la cual debe determinar qué cambios son necesarios para promover una vida más justa y equitativa.

El modelo social actual se relaciona con los valores esenciales que fundamentan los Derechos Humanos como la dignidad de la persona, la libertad y la igualdad, propiciando la disminución de barreras y la inclusión social. La discapacidad es una construcción social creada que limita e impide que las personas con discapacidad decidan y diseñen con autonomía su propio plan de vida en igualdad de oportunidades.

Desde este punto de vista la sociedad debería poner su mirada en las capacidades y habilidades que todos tenemos y que también poseen las personas con discapacidad, y facilitar así su desarrollo e inclusión real permitiendo una vida plena y de bienestar para todos los ciudadanos sin diferencias ni etiquetas.

Para incluir a las personas con discapacidad en la sociedad hay que cambiar la mentalidad y, para ello, es necesario un compromiso social. El medio para poder llevar a cabo este objetivo es a través de la sensibilización.

La sensibilización es un proceso que ofrece a las personas información directa de situaciones sociales para conseguir que los individuos tomen conciencia, es decir, conozcan, conecten y se sientan identificados con esa realidad social, dándoles la posibilidad de participar e interactuar planteando acciones para mejorar esa realidad.

A través de la sensibilización podemos impulsar una evolución de la sociedad hacia la inclusión real de las personas con discapacidad, garantizando sus fines temporales (formación, trabajo, relaciones personales…). Veamos algunos ejemplos, aplicables a su vida cotidiana:

  • Cuando entable una conversación con una persona con discapacidad, diríjase directamente a ella y no a su acompañante.
  • Cuando indique un lugar o una dirección a una persona con discapacidad, adviértale sobre los obstáculos y las distancias que puede encontrar.
  • Prestar atención, pero no a la limitación; actuar con naturalidad y amabilidad.
  • No usar lenguaje infantilizado, proteccionista o paternalista.
  • Respete el tiempo que cada persona necesita para comunicarse o actuar.
  • Si desea ayudar a una persona con discapacidad, espere a que éste solicite asistencia.

Todas estas pautas son estrategias a usar con personas con discapacidad. Hay que ser consciente de que la sensibilización es un arma social poderosa para mejorar nuestra sociedad. Es una actividad que forma parte de la cultura inclusiva y promueve la creación de actitudes positivas de respeto, solidaridad, valoración y tolerancia frente a la discapacidad. Estas actitudes van a ayudar a fomentar la convivencia y la aceptación de estas personas en la sociedad.

Para llegar a tener concienciación social sobre la discapacidad se pueden realizar acciones de diversas índoles como charlas, exposiciones, formaciones grupales, eventos deportivos, y un largo etcétera.

Fundación SAMU está comprometida con la sensibilización de las personas con discapacidad a través de diversos proyectos como Idilio Escénico (dedicado al teatro), jornadas inclusivas deportivas (dando una visión al mundo de un deporte sin barreras), exposiciones fotográficas en los diferentes distritos (normalizando sus vidas y acercando a los ciudadanos momentos de trabajo, ocio o salidas de las personas con discapacidad) o charlas en los institutos (sensibilizando a los más jóvenes de nuestro entorno con el fin de conseguir un futuro más inclusivo para las personas con discapacidad).

También los profesionales de SAMU están comprometidos con la búsqueda de recursos y educación no formal fuera de sus centros, en el barrio y en el medio exterior más cercano. Realizar actividades propuestas por una entidad pública, por ejemplo, permite a los profesionales fomentar la inclusión social y las habilidades sociales incluyendo a las personas con discapacidad en grupos de trabajo con ciudadanos del barrio y generando un conocimiento de la discapacidad, empatía y actitud positiva y de inclusión.

Todo ello persigue un objetivo común importante: “darnos a conocer”. Es necesario hacer saber a la sociedad que estamos aquí, quiénes somos y cómo actuamos para que, poco a poco, esas miradas de desconfianza o, en ocasiones, de pena, esas barreras no solo arquitectónicas sino también psicológicas, y esa actitud social de minusvalorar las capacidades y habilidades de una persona desaparezcan.

“La única discapacidad realmente peligrosa está en el cerebro de quienes creen que ser diferente es menos”, Robert. M. Hensel.

Autoras: Susana Carrera Palacios y Ana Marrón García. Educadoras de la Residencia Santa Ana (Sevilla).

Driss Chaimiti: un ejemplo de integración comunitaria

Hoy mismo podemos darnos cuenta de cómo gran parte de nuestra sociedad aún sigue presentando dificultades en el entendimiento de que aquellos que vienen a nuestro país solo buscan encontrar una vida mejor para obtener una estabilidad personal y familiar de las que carecen en su país. Se sigue teniendo la creencia de que estas personas llegan para quitarnos el trabajo, invadirnos o imponernos sus valores y normas.

Driss Chaimiti es uno de tantos chicos que han venido a nuestro país en patera, jugándose la vida y endeudando a su familia para, posteriormente, tener que enfrentarse a una realidad muy distinta a la que la que pensaban. Un país y una sociedad con valores, costumbres, religión e idioma diferentes. Él relata cómo en muchas ocasiones se sintió desprotegido e incluso inferior a los demás.

Todo comenzó cuando llegó a nuestras costas e ingresó en el CEPA SAMU Algeciras (Albergue Los Canutos) un 18 de marzo de 2019, pasando después por el ISL SAMU Bornos y finalizando su recorrido en nuestro centro JEM EL Castillejo el 1 de Junio de 2020.

Como el propio Driss reconoce, el llegar hasta aquí no ha sido nada fácil aunque dado su carácter, personalidad y perseverancia finalmente ha logrado integrarse en la comunidad, tanto social como laboralmente, emanciparse y alcanzar el sueño de su vida. Prueba de ello ha sido su excelente bagaje formativo y laboral. “Sin la ayuda de Fundación SAMU nada hubiera sido posible”, agradece.

Driss obtuvo formación sobre hostelería en el ISL Bornos. Fue ayudante de cocina en el Restaurante Alma (Villamartín, Cádiz), donde realizó sus prácticas. Al poco de su ingreso en el JEM El Castillejo comenzó un periodo de prácticas formativas laborales como ayudante de cocina en Mesón Bar La Peña de Ely, donde estuvo un periodo de tres meses. Allí consiguió un contrato como ayudante de cocina que se prolongará hasta octubre.

Como equipo de trabajo nos sentimos orgullosos de Driss y de que él sea nuestro undécimo usuario emancipado y el quinto que lo consigue con empleo y vivienda. Su perfil como residente ha sido ejemplar por su capacidad de liderazgo, superación, continua motivación y referente de entrega y ayuda para los demás compañeros. En un pueblo pequeño como es El Bosque, en plena Sierra de Cádiz, la mayoría de los residentes le conocen, saben de sus virtudes y además le tienen aprecio.

Aunque en abril dejó definitivamente el centro El Castillejo, nos alegra saber que comienza una nueva etapa en su vida que le ayudará sin lugar a dudas a seguir completando su proyecto personal.

ISL Dúrcal: Un nuevo proyecto de vida para Rachid

Desde ISL SAMU Dúrcal nos enorgullece contar que recientemente, Rachid, uno de nuestros jóvenes más queridos, ha sido destinado a un recurso de Alta Intensidad, situado en la provincia de Cádiz. Este joven, que siempre ha mostrado un comportamiento impecable, deberá convivir con otros jóvenes extutelados procedentes de diversas nacionalidades, los cuales comparten un mismo objetivo: esforzarse para lograr un proyecto de vida mejor, donde sus necesidades básicas estén cubiertas y donde puedan hacer gala de su autonomía e independencia.

Además, en este tipo de recursos es imprescindible tener una actitud proactiva, por lo que deberá continuar con su formación, incrementando así las posibilidades de búsqueda efectiva de empleo.

Todo ello será posible bajo el asesoramiento y supervisión de diversos profesionales, los cuales se encargarán de velar por sus derechos de los menores pero sin descuidar el cumplimiento de sus obligaciones.

Para los jóvenes, alcanzar la mayoría de edad es generalmente motivo de celebración. Sin embargo, en el caso de los Menores Extranjeros No Acompañados, la llegada de los dieciocho años suele causar miedo y angustia ante un futuro incierto. En ISL SAMU Dúrcal contamos con una plantilla de profesionales que se esfuerzan a diario para garantizar que todos nuestros menores tengan la opción de optar a un recurso de alta intensidad, una vez hayan cumplido la mayoría de edad, alejándoles así de una vida marcada por la precariedad y el desamparo.

En el caso de Rachid, el menor afirma estar muy agradecido por la oportunidad que se le ha brindado, la cual le abrirá las puertas hacia un futuro mejor. Desde ISL SAMU Dúrcal, le deseamos mucha suerte en esta nueva y prometedora etapa de su vida, en la que seguro logrará todas las metas que se proponga.

Un equipo de 13 voluntarios se une al dispositivo de Ceuta

Un contingente de especialistas voluntarios de la Fundación SAMU, entidad sevillana líder en España en la gestión de centros de menores extranjeros no acompañados, se ha desplegado en Ceuta para apoyar a los dispositivos de atención a los menores que han llegado desde Marruecos en las últimas horas, y que ha derivado en una crisis humanitaria.

Concretamente, son seis los profesionales que han acudido a ofrecer su ayuda, de los que dos de ellos son migrantes extutelados, hoy integrados en la plantilla de la Fundación SAMU y que ofrecerán su experiencia a los menores que permanecen en Ceuta. Otros dos voluntarios son profesionales con una larga experiencia en implantaciones y dispositivos de emergencia, y uno de ellos es director de centros de menores extranjeros no acompañados. Durante la jornada de hoy, se unirán al contingente cinco especialistas más y un equipo de bioseguridad para sectorizar. Todos ellos se han puesto a disposición de los responsables de gestionar los recursos donde están alojados temporalmente los menores recién llegados.

Esta misión humanitaria desarrollada con carácter urgente por la Fundación SAMU se produce después de que la entidad se pusiera a disposición del Gobierno de la ciudad autónoma, brindando sus recursos para aliviar la situación que padece Ceuta desde hace varios días.

Hace algunos meses, concretamente en noviembre de 2020, Fundación SAMU desplegó también en las Islas Canarias un dispositivo de atención a los menores no acompañados que llegaron de forma masiva a la localidad de Puerto Rico y que se materializó en otra crisis migratoria que aún está activa.

Fundación SAMU es la entidad que más centros de protección de menores extranjeros no acompañados gestiona en España. Así, durante 2020, la Fundación atendió a más de 1.000 menores no acompañados. Actualmente, la Fundación gestiona 36 centros en toda España, con una plantilla movilizada superior a los 500 profesionales. En todos los casos, el servicio de Fundación SAMU tiene un carácter integral, que persigue no sólo la atención asistencial de los menores sino su desarrollo social, psicológico y laboral.

España y Marruecos entraron el 18 de mayo en su mayor crisis diplomática en los últimos veinte años, con la llamada a consultas por parte de Rabat de su embajadora en Madrid, Karima Benyaich, tras la entrada en Ceuta de casi 8.000 emigrantes irregulares llegados desde Marruecos en poco más de 24 horas.

La gran mayoría de estas personas llegaron a Ceuta a nado a través de huecos abiertos en el espigón que prolonga la frontera de Tarajal hasta el mar. Mujeres con niños pequeños de la mano, ancianos, adolescentes y jóvenes se dirigieron durante varios días en un reguero imparable hacia Ceuta con lo puesto, tras recibir informaciones que aseguraban que la frontera estaba abierta.

De estas 8.000 personas, unos 1.500 son menores de edad. Algunos de ellos cruzaron a España sin informar a sus familiares, que los buscan desesperadamente desde entonces. Según los últimos datos del Ministerio del Interior, al cierre de esta edición unas 6.500 personas habían sido ya repatriadas de Ceuta a Marruecos.

ISL Castillo de las Guardas: Una riqueza personal que salta a la vista

La emancipación para los menores inmigrantes no acompañados es todo un reto. Son muchas las dificultades a la que se enfrentan para encontrar un puesto de trabajo. Atravesar la puerta de entrada al mercado laboral no es fácil. Aunque algunas personas lo consiguen con menos dificultad, lo normal es que esa puerta se haga tan pequeña que sea prácticamente imposible atravesarla.

Fundación SAMU, a través de los programas de Inserción Sociolaboral (ISL), apuesta por ofrecer prácticas formativas para mejorar la preparación de los menores residentes en centros de protección, colaborando con empresas dispuestas a conocer nuevos talentos. Este periodo es importante para que los chicos encajen y consigan una ocupación que les ayude a complementar su vida autónoma. La acción del equipo educativo y técnico de SAMU va encaminada a acompañar y guiar a los beneficiarios de estas prácticas para fortalecer sus virtudes y favorecer su contratación.

A veces surgen oportunidades únicas, como es el caso de la ofrecida por un vecino y empresario de El Castillo de las Guardas que ofreció un contrato de trabajo a uno de los jóvenes residentes en el centro de menores de la localidad. Su experiencia está llena de enriquecimiento mutuo que ha hecho posible dar un gigantesco paso en el camino de la autonomía de uno de los jóvenes de nuestro centro.

Este vecino, dentro del periodo de prácticas formativas, tuvo la suerte de conocer a un menor subsahariano con un carisma y “unas ganas de trabajar incomparables con otro chico de la localidad”, según afirma el propio empresario. Señala que su experiencia y recorrido de más de veinte años con su empresa le ha llevado a conocer diversos perfiles dentro de su plantilla. Por eso, sabe perfectamente apreciar la alta motivación y la superación de un trabajador. Palabras como “disposición, responsabilidad, aprendizaje y esfuerzo por su puesto de trabajo” son las que el empresario utiliza para definir las facultades del menor. “Muchas veces lo tienes que frenar”, asevera.

La práctica dentro del programa de inserción sociolaboral nos dice que existen empresarios que piensan que contratar a una persona de origen extranjero supone un obstáculo y un problema para su negocio. De esta manera, se dejan a la sombra los talentos y las capacidades de muchas personas, perjudicando también su situación individual en el país.

Lejos de este pensamiento, prevalece la actitud de nuestro vecino, que valora las potencialidades de este joven y de otros muchos. El importante bagaje que traen desde sus países de origen en cuanto a vivencias y situaciones es un valor que se transforma en talento y diversidad, y una riqueza personal que resalta a la vista.