Paso a paso hacia una cultura innovadora en Grupo SAMU

Grupo SAMU ha puesto en marcha un departamento de Innovación con el objetivo de minimiza los puntos críticos de la organización utilizando propuestas innovadoras y lograr que la entidad se adapte a los cambios socio-económicos del momento, persiguiendo así su continuidad y excelencia.

Al frente de este nuevo proyecto, que nació el pasado mes de febrero, está Almudena Chávez, actual directora de la Unidad de Estancia Diurna San Lucas, que cuenta con el apoyo durante esta primera fase de arranque de la Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA), una entidad que ayuda a empresas a rentabilizar su esfuerzo en I+D+i (Investigación + Desarrollo + innovación).

“La innovación es un engranaje motivador que evita el bloqueo institucional”, subraya Almudena Chávez. “Lo que queremos es crear una cultura innovadora y mejorar todos los servicios, productos y procesos de SAMU, así como fomentar y favorecer nuestra colaboración con otras asociaciones, como Cáritas o Médicos del Mundo, por ejemplo, y visionar más y mejor todas las actividades que se realizan en los diferentes centros y unidades de SAMU y Fundanción SAMU”.

Para conseguirlo, se ha elaborado un Plan Estratégico, que incluye tres grandes retos trasversales: la gestión del talento dentro de la organización, la gestión de la comunicación interna y la gestión del fomento. Dentro de este plan se incluyen más de 100 objetivos operativos con un plazo de ejecución de dos años. También está en marcha la elaboración de un Plan de Acción I+D+i.

A partir de septiembre, se constituirá un comité innovador formado por unas siete personas como máximo, que se renovará cada semestre y que tendrá como objetivo de aportar nuevas ideas al proyecto para liderar el futuro de la organización.

“Éste trabajo es duro y lento, pero con ganas se consigue”, Irene García, Responsable del Programa de Alta Intensidad de Motril

La educadora Irene García (Granada, 1977), licenciada en Psicología por la Universidad de Granada, es desde enero la responsable del programa de emancipación para jóvenes de 18 años sin recursos que SAMU gestiona en Motril.

—¿Desde cuándo está en funcionamiento el Programa de Alta Intensidad (PAI) en Motril (Granada)?

—Tal como lo conocemos hoy, desde el pasado mes de enero. El recurso ya funcionaba antes, pero hace seis meses, SAMU firmó un contrato con la Junta de Andalucía y el programa pasó a obtener subvención por parte del Fondo Social Europeo.

—¿Qué es exactamente un PAI?
—Es un programa de mayoría de edad o emancipación, dirigido a aquellos chicos y chicas que han estado tutelados y en centros de protección o de acogida de la Junta de Andalucía y que ya han cumplido los 18 años. Hay pocos recursos de este tipo y con pocas plazas, por eso sólo se deriva a los jóvenes que han tenido una trayectoria y una evolución positiva y que han demostrado un compromiso. Otro de los requisitos para acceder a este programa, de hecho el más importante de todos, es que estos chicos no cuenten con ningún tipo de apoyo social, familiar o económico. Es un recurso de emancipación para jóvenes que no tienen otro tipo de oportunidad.

—¿Ésta es la primera vez que trabaja con jóvenes?
—No, yo tengo un perfil de educadora, y antes de trabajar en SAMU estuve muchos años en un centro de internamiento de menores con medidas judiciales y un recurso social medio abierto dirigido a jóvenes también con medidas judiciales por violencia familiar.

—¿Cuántos jóvenes se benefician actualmente del PAI de Motril?
—El recurso tiene 4 plazas y estamos completos ahora mismo. Los cuatros chicos son extranjeros y estarán con nosotros aproximadamente un año.

—¿Cómo les ayudáis?
—Éste no es un piso tutelado, más bien es un piso de estudiantes. Les ayudamos a ser independientes y autónomos. Les acompañamos, les asesoramos y les hacemos un seguimiento. Les ayudamos a mejorar sus competencias laborales, a obtener una experiencia prelaboral y a contactar con empresas. El objetivo es ayudarles a buscar unas prácticas laborales en una empresa y que tengan posibilidad de quedarse luego, que no les mareen, prácticas con posibilidades reales de inserción laboral.

—¿Las dificultades a las que se enfrentan son mayores cuando se trata de jóvenes extranjeros?
—Sí, nos encontramos con más dificultades cuando son de otros países. Los trámites para legalizar su situación son lentos y pueden complicarse. A ellos les frustra mucho esto porque llegan a España con la idea de que aquí todo se consigue mucho más rápido. Y cuando pierden la paciencia, llega la frustración y la ira, aspectos que tenemos que trabajar con ellos. Hay que tener en cuenta que muchos ya vienen con experiencias muy duras a pesar de su juventud. El trabajo aquí es duro y lento pero con ganas se consigue.

—¿Qué supone para usted este trabajo?
—Es un reto, tocas muchos palos, muchas áreas y la evolución es lenta, pero cada pasito que consigues es una gran alegría. En este trabajo, con pequeños resultados que obtengas, consigues muchas cosas. La situación que viven estos jóvenes es muy dura y, por desgracia, la sociedad permanece de espalda a esta realidad.

—¿Cómo han evolucionado los cuatro jóvenes del PAI de Motril en estos seis meses?
—Estamos muy contentos con los resultados que hemos conseguido. Tres de ellos están haciendo prácticas laborales. Uno de ellos en un comercio familiar de tapicería y toldos, otro en un almacén hortofrutícola, y el tercero en la hostelería. El cuarto chico está estudiando el grado de Técnico en Emergencias Sanitarias. Son muy responsables y estamos muy orgullosos de ellos.

Idilio Escénico: Sin barreras sobre el escenario

Alba Garrido Gata llegó hace poco más de un año a la residencia San Sebastián, en Cantillana (Sevilla), especializada en la atención de personas con discapacidad intelectual y trastorno de conducta. Maestra de profesión y formada en danza y expresión corporal, no dudó en aceptar nada más llegar un importante reto: crear una compañía de teatro entre los residentes del centro.

Tras un año de duro trabajo, montaje, muchas repeticiones para que los actores memorizaran sus movimientos y posiciones en el escenario, de nuevas incorporaciones y bajas inesperadas, de tardes buenas pero también malas, la compañía Idilio Escénico debutó con la obra Sinergia en la Casa de la Cultura de Cantillana, a final de año, con motivo del Día de la Discapacidad. El debut fue un gran éxito. A partir de entonces no han cesado de representar la obra en diferentes sitios como La Rinconada, ante los alumnos del CEIP Aníbal González, en Sevilla, en el IES Curro Jiménez o en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla, entre otros lugares.

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Hoy es un día especial, no es un ensayo cualquiera, tienen público, una periodista y una fotógrafa, pero la cámara no les intimida. Están nerviosos, se nota en sus risas, pero en el momento que suena la música, todos se meten en su papel. “¿Empiezo ya?”, pregunta Manuel Silva, el primer actor en aparecer en escena con un libro en la mano. “Cuando empiece la música”, le indica Alba Garrido.
Hoy son ocho actores en el ensayo, pero el grupo lo forman 10. “Hay dos actrices que no han podido venir porque no tienen un día bueno”, explica la directora de la compañía. “Uno de los retos que tenía era montar una obra donde si faltaba alguien no nos viéramos obligados a suspender, una obra que se pueda representar con cinco, siete o diez personas sin que se vea afectada”.

Durante la representación, Antonio, Isidoro, Chiquito, Salvador, Fernando, José Antonio y Manuel se despojan de sus defectos y todos los aspectos negativos de su persona. “Agresivo”, grita Chiquito. “Mentiroso”, continúa Isidoro. “Sacamos todo lo malo que tenemos dentro”, explica Antonio Romero una vez finalizada la obra.

“La evolución ha sido muy grande y sorprendente. No actúan, son ellos mismos, así de expresivos, no exageran, todo lo que se ve es verdad”, indica Garrido. “Creo que ahora es cuando están disfrutando de verdad de la obra porque los pasos ya les salen solos, no tienen que pensar, tienen los movimientos interiorizados”.

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Para todos ésta es la primera vez que hacen teatro, excepto Fernando. “Yo sí había hecho antes teatro, cuando estuve en Proyecto Hombre. Me ayuda a perder la vergüenza y la timidez”, asegura. “Cuando me pongo nervioso pienso que no hay nadie delante, que estoy solo”, añade Chiquito.

La sala de ensayo es pequeña y deciden volver a repetir la obra en el jardín de la residencia. “Os habéis colocado al revés. Isidoro, tú vas en el otro lado”, indica Alba Garrido, que da las últimas instrucciones antes de comenzar de nuevo la representación. “A veces, cuando cambia el escenario, se despistan un poco porque pierden sus referencias, pero es normal. Por lo general, se adaptan muy bien a todos los escenarios, pequeños y grandes”, afirma la directora de la compañía. “Están muy ilusionados con esta actividad y no siempre todos pueden ir a las representaciones. En la furgoneta sólo caben siete y dos monitores, y si todos tienen un día bueno, me resulta muy difícil decidir quién va y quién se queda en la residencia”.

Durante la interpretación, los actores gritan uno a uno “fuego”. “En los primeros ensayos, cuando llegábamos a esta parte, el de mantenimiento venía siempre asustado pensando que había un incendio. Ellos se partían de risa”, comenta Alba Garrido, que ya tiene en mente crear una nueva obra. Aún no tiene claro la temática pero sí que seguirá la misma línea que la primera. “Me reuniré con ellos y hablaremos, a ver qué sale de ahí. Me gusta que sean ellos mismos los que aporten ideas y sean plenos partícipes de este proyecto”.

La fiesta de la primavera en los centros de Fundación SAMU

Sevilla y la Feria de Abril son dos conceptos inseparables. Se trata de una de las fiestas más importantes de la capital andaluza, y, como tal, los diferentes centros de Fundación SAMU ubicados en la provincia de Sevilla organizaron el mes pasado una serie de actividades lúdicas y culturales en torno a esta fiesta de la primavera.

Usuarios de la Unidad de Estancia Diurna San Lucas, de las residencias Santa Ana y San Sebastián -todas ellas especializadas en la atención de personas con discapacidad intelectual con o sin trastorno de conducta o con daños cerebrales sobrevenidos- y los chicos del Centro de Acogida de Menores Miguel de Mañara acudieron al recinto ferial los días de fiesta para disfrutar del ambiente y de las atracciones de la conocida como Calle del Infierno.

La Residencia Santa Ana, ubicada en el barrio de Triana, fue un paso más allá y montó su propia caseta de feria en las instalaciones del centro, donde no faltaron la buena comida, farolillos, flores de flamenca, lunares y sevillanas en una jornada de diversión y convivencia.

El debut de Idilio Escénico

La compañía de teatro Idilio Escénico, formada por usuarios de la Residencia San Sebastián, de Cantillana (Sevilla), especializada en la atención de personas con discapacidad intelectual, debutó el 23 de abril en el Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Aníbal González de Sevilla con la obra Sinergia.

Este grupo de teatro fue fundado en enero por Alba Garrido Gata, educadora social de la Residencia San Sebastián y directora de la compañía, con el apoyo de Fundación SAMU. Idilio Escénico tiene como objetivo principal dar a conocer y desplegar las manifestaciones artísticas producidas por personas con discapacidad intelectual de la Fundación SAMU. Para ello, se organizan talleres creativos dirigidos por profesionales en las artes escénicas y las artes plásticas.

Discapacidad, arte, participación e inclusión social. Éstas son algunas de las piezas fundamentales del puzle que Idilio Escénico se ha propuesto montar a través de un proyecto con el que crear un espacio en el que se unan el mundo de las artes y el de la discapacidad. Un trabajo común entre profesionales de ambos sectores con el que contribuir al proceso creativo, social y personal de las personas con discapacidad intelectual.

“Idilio Escénico, promueve y organiza representaciones para dar a conocer a los actores y su obra, convirtiéndose en participantes de pleno derecho en el mundo del arte. Es una nueva forma de mediación e inclusión en las artes diferenciadas”, señalan desde la Fundación SAMU.

Sinergia es la opera prima de esta compañía de teatro, que debutó el 23 de abril ante los alumnos de 6º de Primaria del Colegio público Aníbal González. “La obra se centra en la idea de que las personas pueden cambiar y eliminar los aspectos más negativos de sus vidas y su personalidad”, explica la directora de la obra, Alba Garrido.

La compañía también participó el 30 de abril en el programa de actividades con motivo del Día Internacional de la Danza organizado por el Ayuntamiento de San José de la Rinconada (Sevilla).

Deporte sin barreras

Más de 300 personas participarán el 26 de abril en las Jornadas Deportivas Inclusivas de Primavera de la Fundación SAMU, un proyecto que pretende mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad, lograr que adquieran un hábito de vida saludable, integrar los valores del trabajo en equipo, la amistad, el compañerismo, la superación, la motivación, y que aumenten su autoestima.

Estas jornadas están dirigidas a facilitar una práctica deportiva sin barreras, establecer marcos de colaboración entre diferentes entidades públicas y privadas, a conciencias y sensibilizar a la sociedad de la relación beneficiosa del deporte y la discapacidad y a proporcionar una mayor especialización, innovación y estudios en la materia.

La actividad se celebrará en las instalaciones del Campo Municipal Nuestra Señora de la Soledad de Cantillana (Sevilla) y va dirigida a personas con discapacidad intelectual pertenecientes a la Fundación SAMU, las asociaciones Apdedis y Caffa, la Fundación Rocío de Triana y el Patronato con Discapacidad de San José de la Rinconada, además de alumnos del IES Cantillana.

La aventura de Estados Unidos: SAMU abre sede en Washington DC

Grupo SAMU abre nuevos caminos para el desarrollo de su acción social con la apertura de una oficina propia en Washington DC, que servirá de centro de operaciones para el desarrollo de actividades en Estados Unidos.

La puesta en funcionamiento de SAMU Foundation tiene como objetivo revitalizar la captación de fondos en el país para las misiones internacionales de la organización. “Estamos construyendo una red internacional de voluntariado basada en la experiencia de 35 años en la gestión de crisis”, ha explicado el director general de SAMU, Carlos González de Escalada, que se desplazó a la ciudad norteamericana a finales de marzo junto al director de Escuela SAMU, Juan González de Escalada, para supervisar este lanzamiento.

Los equipos de SAMU han acudido a los mayores desastres y catástrofes naturales de las últimas tres décadas, principalmente valiéndose de recursos propios. En los últimos años, destacan las misiones de la organización en El Aaiún (2016) y Tan Tan (2017), en Marruecos, Calais (2015), Filipinas (2013), Katmandú (2015) y Lorca (2011), entre otras. La dificultad de seguir realizando desembolsos como los necesarios para este tipo de misiones llevó al consejo consultivo en 2016 a tomar la decisión de iniciar la búsqueda de recursos en países extranjeros.

Entre el 27 de marzo y el 2 de abril, los representantes de SAMU llevaron a cabo una misión comercial en Estados Unidos en la que se gestionaron los trámites legales para la puesta en marcha de SAMU Foundation como entidad jurídica en Washington DC. La dirección postal de la oficina es 601, 13th Street. NW. Suite 90037S Washington DC, 20005.

Maribel Álvarez: “La formación en igualdad para todo el sector sanitario es clave”

Desde octubre, Maribel Álvarez Leiva (San José de la Rinconada, Sevilla, 1957) ostenta el cargo de presidenta del Comité de Igualdad de SAMU, rol que compagina con sus funciones como directora de posgrados de la Escuela SAMU y subdirectora de la Clínica de Salud Mental en Sevilla Samu Wellness.

—¿Qué significa SAMU para usted?
—Para mí, SAMU es una gran escuela. Es una empresa familiar en la que he trabajado mucho y que me motiva laboralmente. Me aporta ilusión a la hora de emprender nuevos proyectos y, lo más importante, me ofrece un aprendizaje continuo .

—¿Cuándo se incorporó a SAMU?
—En 2004 , cuando se abrió la residencia de mayores San Isidoro, en el centro de Sevilla. Yo soy enfermera y mi función era apoyar a la dirección en el montaje de la unidad de enfermería. Ahora tengo varias funciones, estoy en varios sitios. En la Escuela SAMU me encargo de la dirección de los posgrados y en la clínica de salud mental SAMU Wellness, de la subdirección del centro. También soy responsable de la gestión y puesta en marcha de los nuevos proyectos de SAMU hasta que dan sus primeros pasos.

—Recientemente ha sido nombrada presidenta del Comité de Igualdad de SAMU. ¿Cuándo se creó este comité?
—Se configuró en octubre de 2017 a raíz de la elaboración por parte de la empresa de un Plan de Igualdad y está formado por nueve personas, cinco mujeres y cuatro hombres. SAMU está muy comprometido con la igualdad de oportunidades y era necesario establecer un instrumento que incorporara este compromiso en el funcionamiento y gestión diaria de SAMU.

—¿Cuáles son los principales objetivos de este comité?
—Velar para que en la empresa se cumpla el principio de igualdad de trato y oportunidades entre mujeres y hombre, y sensibilizar a la plantilla sobre la importancia de incorporar la igualdad de oportunidades en la política de la empresa y la necesidad de que los trabajadores participen activamente en el desarrollo de las diferentes fases que va a poner en marcha el Plan de Igualdad y velar por el cumplimiento de dicho plan, entre otros.

—¿Cuáles son las principales demandas de la plantilla de SAMU en este sentido?
—Lo primero que hice como presidenta de este comité fue realizar una encuesta entre los trabajadores que nos permitió saber qué opinan sobre la igualdad en la institución y ver en qué debemos mejorar. Los resultados de esta encuesta mostraron una alta demanda en formación en igualdad por parte de los trabajadores.

—¿Y qué opinan los empleados?
—Un alto porcentaje cree que el lenguaje que se utiliza no es sexista, que se contrata y promociona a los trabajadores en igualdad de condiciones, que no existen desigualdades retributivas por razones de género y que la empresa favorece la conciliación familiar y laboral. Aunque, como contrapartida, opinan que los criterios de promoción no se hacen suficientemente públicos y que existen dificultades para el acceso de la mujer a puestos directivos. Además, proponen el fomento de actividades deportivas dirigidas a las mujeres residentes en los centros de la Fundación SAMU y la elaboración de un procedimiento público de promoción interna basado en la meritocracia.

—¿Cuántas mujeres forman parte de la plantilla de SAMU?
—En Grupo SAMU, las mujeres representan el 50,93% del total de trabajadores. Este porcentaje es mayor en la Fundación SAMU, que engloba los centros de menores y las residencias de personas con discapacidad. Aquí el dato es del 73,23%.

—¿Cree que existen desigualdades en el sector sanitario en general?
—No creo que haya desigualdades por razón de género en el sector sanitario ni en el ámbito de las emergencias, aunque en el campo de los Técnicos de Emergencias Sanitarias (TES) si se ven más hombres que mujeres trabajando. Uno de los motivos creo que puede ser el tipo de trabajo que estos profesionales desarrollan, más físico, como el traslado y transporte de pacientes, y por el hecho de que pocas mujeres disponen del carné necesario para manejar ambulancias.

—¿Qué aspectos cree que deben mejorar dentro del sector sanitario?
—Para mí es clave la formación en igualdad de todo el sector, desde la dirección hasta el último trabajador, así como la realización de una fotografía de la opinión de los trabajadores de la empresa. De este modo, se podrá crear conciencia en igualdad y mejorar los aspectos que cada sector considere oportuno.

Cáritas y Fundación SAMU acuerdan colaborar en la atención gratuita de familias sin recursos con problemas de salud mental

Cáritas Diocesana Sevilla y Fundación SAMU han firmado dos convenios de colaboración que permitirán apoyarse mutuamente en el desarrollo de sus proyectos. El primero de estos acuerdos establece una atención psicológica y psiquiátrica totalmente gratuita por parte de los profesionales de la clínica de salud mental SAMU Wellness Miguel de Mañara a familias sin recursos económicos y con problemas de salud mental acogidas y acompañadas por los voluntarios de Cáritas parroquial San Juan Pablo II, en Dos Hermanas (Sevilla). Estos derivarán a la clínica a aquellas personas que estén bajo su protección y en las que detecten algún problema de salud mental.

Por otro lado, en base a un segundo acuerdo, Cáritas ofrecerá apoyo de voluntariado al centro de Menores de Miguel de Mañara, también en Dos Hermanas. El convenio incluye trabajo voluntario con menores, apoyo extraescolar, actividades lúdicas y deportivas y la participación de los menores del centro residencial en el campamento de ocio y tiempo libre programado por la Parroquia San Juan Pablo II.

En la firma de ambos convenios estuvieron presentes el director general de Fundación SAMU, Carlos González de Escalada; el director de Cáritas Diocesana Sevilla, Mariano Pérez de Ayala; el presidente y la directora de Cáritas Parroquial San Juan Pablo II, Adrián Ríos y Eloísa Padilla, respectivamente.

Los documentos firmados, con una vigencia de dos años prorrogables, también establecen la elaboración conjunta de un calendario de actividades que incluya actos, conferencias, foros y cursos de formación, entre otras.

El Centro SAMU Wellness es un recurso terapéutico y hospitalario de la entidad Fundación SAMU gestionado a través de la compañía Servicios de Asistencia Médica de Urgencia, S.A., dedicado al tratamiento integral de la salud mental. Este proyecto aboga por la atención biopsicosocial e integral del paciente, proporcionando servicios sanitarios, procesos terapéuticos y programa individualizados y grupales en la atención a la salud mental de las personas. La Fundación SAMU cuenta con un equipo interdisciplinar de profesionales especializados en salud mental a través de un enfoque inclusivo e integral de la persona.

Rafael Rueda, fisioterapeuta: “Navegar es algo único para nuestros pacientes”

Rafael Rueda Amador (San José de la Rinconada, Sevilla, 1987) trabaja como fisioterapeuta en la residencia San Sebastián desde 2011 y desde hace tres años es jefe de servicios generales de este centro en Cantillana. Recientemente se ha sacado el título de Patrón de Embarcaciones de Recreo (PER) que le permitirá participar como monitor en el programa Disfrutamar de la Fundación SAMU.

—¿Cómo es trabajar con personas con discapacidad intelectual y trastorno de conducta?
—Es un trabajo muy difícil porque te llevan al límite de tu paciencia. Ellos demandan mucha atención y están acostumbrados a no tener límites en cualquiera de sus acciones. Sin embargo, cuando se logra una reorientación, es un trabajo muy gratificante, ya que vives junto a ellos su proceso de cambio y evolución.

—¿Cuál es su formación?
—Lo primero que estudié fue el ciclo de Grado Superior de Técnico en Animación y Actividades Físico-deportivas y en 2011 me diplomé en Fisioterapia. Luego me especialicé en Fisioterapia invasiva y en salud mental, en concreto en la terapia de la conciencia corporal basal.

—¿En qué consiste esa terapia?
—La fisioterapia en salud mental engloba varias técnicas que consiguen disminuir los síntomas psiquiátricos de los pacientes. En concreto, la terapia de la conciencia corporal basal se basa en la realización de movimientos simples con el objetivo de aumentar la conciencia de las personas con discapacidad intelectual y trastorno de conducta sobre su cuerpo y la consciencia de un patrón motor libre de tensiones y con la máxima funcionalidad posible.

—¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo en la residencia San Sebastián?
—La coordinación que hay. Cuando llegamos al punto en el que todo el equipo de trabajo tiene un fin común y todos, cada miembro del equipo, sabe qué hacer en todo momento, por ejemplo cuando coordinamos un ingreso de un residente, las reuniones previas con todas la categorías de trabajo y medidas de seguridad para que, cuando llegue el día del ingreso, todo vaya sobre ruedas.

—En noviembre aprobó el título de Patrón de Embarcaciones de Recreo (PER) para participar como monitor en la iniciativa Disfrutamar, de la Fundación SAMU y la Obra Social La Caixa. ¿Por qué decidió presentarse?
—Eso fue muy curioso. La Fundación SAMU nos ofreció a varios trabajadores participar en el proyecto Disfrutamar, cuyo objetivo es acercar los deportes náuticos a los colectivos más vulnerables. La verdad es que no me lo pensé mucho. Me gustó la idea y quería participar como voluntario. Nos citaron en Sevilla sin saber muy bien para qué y, cuando nos dimos cuenta, estábamos en una clase con el libro encima de la mesa y viendo las distintas partes del barco.

—¿Tenía algunas nociones previas de navegación o era la primera vez que se enfrentaba al mar?
—No tenía ninguna noción previa en cuanto a navegación. Mi única experiencia era alguna salida al río en piragua.

—¿Cómo cree que puede beneficiar la iniciativa Disfrutamar a las personas con discapacidad intelectual?
—Es una actividad muy innovadora y provoca en nuestros usuarios nuevas sensaciones y experiencias. Muchos de ellos no han pisado la playa ni la nieve, van a duras penas, por lo que montarse en un barco es una experiencia única para nuestros chicos.

—¿Qué experiencias se lleva de los dos meses de formación?
—Lo que más me ha gustado es la navegación a vela porque trasmite paz, libertad, tranquilidad. Y lo que más me ha sorprendido es la navegación nocturna. El efecto de la luz de las estrellas y la luna iluminando el mar con el marco de las luces de la costa al fondo es una experiencia única.

—¿Cómo reaccionaron los primeros participantes de Disfrutamar en la travesía?
—Tenían una ilusión enorme. Fue algo desconocido para ellos. Sus caras de entusiasmo y diversión es lo que nos motiva para seguir desarrollando este proyecto.

—¿Para cuándo la segunda salida?
—Ahora mismo estamos trabajando en la confección del calendario de actividades para 2018. Posiblemente, la próxima salida sea en febrero por el río Guadalquivir.