Nuevo proyecto de cooperación de SAMU en Bolivia

El área de Cooperación Internacional y Acción Humanitaria de SAMU ha comenzado 2024 con la puesta en marcha de un nuevo proyecto internacional de apoyo al derecho a la vida digna y el desarrollo integral de los niños y niñas con discapacidad múltiple del Hogar San José de Bolivia durante un periodo de seis meses.

Fundación SAMU desarrolla este proyecto junto a la Fundación Alirio Henao y el apoyo del Ayuntamiento de San José de La Rinconada (Sevilla), con el cual se firmó un convenio de colaboración el 12 de enero. Gracias a este acuerdo, ambas instituciones podrán mejorar sustancialmente el servicio de terapia respiratoria con el que cuenta el Hogar San José, y que asiste a 53 niños y niñas con discapacidad.

Este centro de Bolivia brinda servicios en modalidad de internado y de Centro Día para personas con discapacidad múltiple de la ciudad de Santa Cruz y los municipios del alrededor. Los beneficiarios del internado son uno de los colectivos más vulnerables, pues se trata de menores que han sido abandonados por sus familiares, mientras que quienes asisten al Centro Día viven en sus hogares, aunque pertenecen a familias muy humildes y con escasos recursos económicos.

Para los internos, los servicios de atención integral incluyen hospedaje, alimentación, fisioterapia y terapia respiratoria, atención médica primaria, educación especial y terapia ocupacional, entre otros. Los que asisten al Centro Día reciben todas las terapias necesarias que el centro brinda.

El servicio de terapia respiratoria del Hogar San José sufre desde hace tiempo con una serie de deficiencias y dificultades. Su equipamiento es insuficiente y está obsoleto, y, además, los recursos humanos especializados con los que cuenta también son insuficientes, es decir, falta personal especializado. Por esta razón, la subvención otorgada por el Ayuntamiento de La Rinconada se destinará a la adquisición de nuevos equipos, entre el que destacan nebulizadores, aspiradores, equipo de ultrasonido, autoclave, camillas y sillas de ruedas, entre otros. Además, profesionales expertos de Fundación SAMU capacitarán al personal y a las familias del centro en atención de emergencia respiratoria a personas con discapacidad.

“Este apoyo de Fundación SAMU y el Ayuntamiento de La Rinconada es vital, pues nos va a permitir atender en momentos críticos a nuestros niños y niñas, quienes en algunos casos requieren terapia respiratoria diaria durante toda su vida. Este primer proyecto en común abre el camino de futuras colaboraciones en las que la experiencia de Fundación SAMU siga contribuyendo al desarrollo de nuestras comunidades”, señala Alirio Henao, presidente de la Fundación que lleva su nombre.

El acto de firma de convenio el 12 de enero tuvo lugar en La Rinconada y contó con la presencia de Javier Fernández, alcalde del municipio; Reyes Romero, delegada de Cooperación Internacional; y una representación de las organizaciones con las que se firmaron los convenios, entre ellos José Luis Benavente, director del área de Relaciones Institucionales de SAMU.

El periodo de colaboración entre Fundación SAMU y el Ayuntamiento de La Rinconada concluirá en junio, según lo acordado en la firma del convenio.

El área de Cooperación de SAMU inicia dos proyectos en Marruecos

El área de Cooperación Internacional y Acción Humanitaria de Fundación SAMU cierra este año, en el que la organización cumple 25 años de trabajo, con dos nuevos proyectos de intervención en Marruecos puestos en marcha con el apoyo de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo y el Ayuntamiento de Sevilla.

De la mano con la Asociación Hanan, organización local con amplia experiencia en el trabajo para el cumplimiento de los derechos de las personas con discapacidad, Fundación SAMU ha dado el pistoletazo de salida a estas dos iniciativas que, en su conjunto, contribuirán a la autonomía de más de 280 personas con discapacidad intelectual y motora, y a fortalecer las capacidades de 1.360 familiares y 120 profesionales para el cuidado y la mejora de los servicios de atención, incrementando también las capacidades de los gobiernos locales y de las ONG para brindar la atención necesaria.

“De esta manera, a la vez que promovemos su inclusión y el reconocimiento como sujetos de derechos, visibilizamos, protegemos y facilitamos el rol de más de 800 cuidadoras”, explica Lucero Hernández Zúñiga, del área de Cooperación Internacional y Acción Humanitaria.

Estos proyectos, que se centrarán en áreas rurales y urbanas de la zona de Tetuán, tendrán una duración total de 18 meses y contarán con el respaldo en la capacitación y la asesoría del personal del área de Dependencia e Inclusión Social de la Fundación SAMU, expertos en la atención de las personas con discapacidad.

“Ya hemos arrancado actividades con las primeras reuniones de coordinación y la aprobación del plan de trabajo con el conjunto de los actores para que, a partir de enero, podamos comenzar con los estudios diagnósticos para identificar las necesidades de formación de los profesionales que atienden a las familias de las personas con discapacidad, contando con las aportaciones técnicas de instituciones públicas y organizaciones tanto en Tetuán como en Andalucía”, señala Lucero Hernández.

El director de la Asociación Hanan, Soleiman Amrani, por otro lado, agradece la colaboración de SAMU. “Es un aliciente para nosotros contar con el apoyo de Fundación SAMU y con los recursos de la cooperación andaluza para apoyar a las familias de las personas con discapacidad, especialmente los niños y niñas, quienes, a su vez, presentan otras circunstancias sociales y económicas que los hacen muy vulnerables. Aún no nos hemos repuesto de las consecuencias desencadenadas por la pandemia del Covid-19, así que nos motiva el trabajo articulado que hemos emprendido con la Fundación”, destaca.

Por otro lado, después de la acción de emergencia desarrollada por SAMU en Marruecos tras el terremoto de septiembre, la organización continúa presente allí con la acción humanitaria. “Al concluir la fase de primera respuesta a la emergencia en Marrakech por el terremoto del 9 de septiembre de 2023, hemos continuado llevando ayuda a las familias afectadas que, ante la pérdida de sus hogares y sus medios de vida, continúan requiriendo apoyo humanitario”, comenta Lucero Hernández.

Con el soporte de la Diputación de Huesca, el Ayuntamiento de Cáceres y SINERGO, SAMU ha canalizado ayuda para 1.250 personas de 250 familias de la zona afectada, a quienes se les ha entregado suministros esenciales como jabón, detergente, barreños, mantas, cubiertas para viviendas temporales, aislantes para colchonetas, y chubasqueros, entre otros.

“Todo el mundo debería vivir una experiencia así”

Alba Molina Fajo y Julia Ceballos Ramírez. Enfermeras y miembros del contigente que ha participado en la Misión de Chile.

 

Las enfermeras especialistas en Pediatría Alba Molina Fajo (Jaca, Huesca, 1995) y Julia Ceballos Ramírez (Granada, 1998) formaron parte de la misión humanitaria de Fundación SAMU en Chile que se desarrolló entre junio y julio de este mismo año en Coyhaique, ciudad de la región de Aysén, al sur del país. Durante 18 jornadas consecutivas, ambas voluntarias hicieron frente al brote de virus respiratorio sincitial que ha afectado, de forma especial, a bebés menores de un año, provocando al menos siete fallecimientos en los peores días de la crisis y una saturación de camas para pacientes críticos.

Este despliegue volvió a demostrar la capacidad de respuesta y de especialización de Fundación SAMU ante la llamada de la OPS/OMS (Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud) y su vocación de ayudar a los que lo necesitan, allá donde estén.

—¿Por qué decidieron participar en la misión humanitaria de SAMU en Chile?

—Alba Molina (AM): SAMU buscaba para esta misión un perfil específico de enfermera con experiencia en cuidados críticos pediátricos y casos de bronquiolitis. Todo ello se adaptaba bien a mi experiencia profesional y personal. Siempre intento estar atenta a este tipo de oportunidades laborales y de voluntariado. Cuando me enteré de esta misión sentí que estaba lo bastante preparada para dar el paso.

—Julia Ceballos (JC): En mi caso, conozco SAMU desde que comencé a estudiar la carrera de Enfermería, e incluso me atrevería a decir que desde antes. Siempre me ha interesado mucho su escuela de emergencias, la formación que imparten y todas las labores y acciones que realizan. De hecho, aún tengo pendiente realizar su Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria. La verdad es que no me pensé mucho el participar en la misión de Chile. Desde que era pequeña he querido participar en algún proyecto de ayuda humanitaria y, en este caso, al ser con SAMU, la decisión fue fácil.

—¿Cómo supieron que SAMU estaba preparando una misión a Chile?

—AM: Una compañera que hizo el Máster de Enfermería de SAMU me lo comentó.

—JC: Lo mismo. Me enteré también a través de una compañera que realizó este mismo máster hace ya unos años.

—¿Habían participado anteriormente en alguna otra misión humanitaria?

—AM: Sí, con una ONG local pequeña en Huancayo, Perú, y con la Fundación Pablo Horstmann en Lamu, Kenia.

— JC: En mi caso, ésta ha sido la primera vez.

—¿Qué se encontraron cuando llegaron a Chile?

—AM: Encontramos una situación un poco diferente a la que esperábamos. Había niños ingresados con un diagnóstico de bronquiolitis y necesidades de cuidados críticos en un servicio de UCI de adultos con una falta de profesionales con experiencia en el manejo del paciente crítico pediátrico.

—¿En qué estado ingresaban los niños?

—JC: No todos los niños ingresaban con la necesidad de unos cuidados intensivos. Todo se iba viendo en función de la evolución del paciente. Pero sí es cierto que algunos de ellos llegaban al hospital directamente con necesidad de ventilación mecánica o con un patrón respiratorio complicado.

—¿Les recordaba la virulencia del virus sincitial a los tiempos del coronavirus en España?

—AM: Sí, en general, la virulencia y el estado en el que ingresaban los pacientes resultaba similar al que nos habíamos enfrentado en España unos meses antes en nuestra propia epidemia en invierno.

—JC: Más que a la situación de 2020 ó 2021, a mí me recordó más a la situación vivida el pasado invierno en España. Nosotras mismas en nuestra unidad vivimos una situación difícil. Hubo muchos niños ingresados por VRS (virus sincitial respiratorio), que requirió de un aumento de personal y de camas de cuidados críticos pediátricos.

—¿Cuál era el estado de alerta entre la población?

—AM: La población estaba bastante enterada de la situación de la epidemia de infección respiratoria infantil y los medios de comunicación se hacían eco constantemente de la misma, así como de la preocupación local sobre la falta de una UCI pediátrica para dar respuesta a los niños que llegaban en una situación crítica.

—JC: Las personas estaban algo angustiadas porque relacionaban esta situación con otra anterior vivida en 2017, cuando tuvieron una carga asistencial muy grande, sobre todo, de pacientes pediátricos, y en la que en más de una ocasión vivieron momentos difíciles y duros.

Recursos disponibles

—¿Cómo era el hospital en el que trabajaron?

—JC: Si tuviese que clasificarlo como normalmente hacemos aquí en España, diría que se trataba de un hospital de carácter comarcal. El centro contaba con la mayoría de los servicios esenciales. Estaba bien dotado tanto de personal como de material y equipamiento. Y, con respecto a lo que nos podemos encontrar en nuestro país, no había mucha diferencia. Lo que sí es cierto es que, en los que se refiere al área de pediatría, no contaba con todos los recursos necesarios. En este caso, no contaba con una UCI pediátrica, un proyecto que se lleva gestionando, según nos informaron, desde 2017.

—¿Con qué medios contaban? ¿Eran similares al de un hospital de España?

—AM: A nivel de medios, el hospital de Coyahique, hasta lo que nosotras humildemente pudimos conocer, estaba adecuadamente dotado. Las diferencias se evidenciaban más a nivel de recursos humanos formados de forma específica para utilizar los medios disponibles para dar unos cuidados concretos a la población pediátrica.

—¿Cómo fue el trabajo con el equipo local?

—JC: El trabajo con el equipo de allí fue muy fácil. Nos recibieron muy bien. Además, creo que nuestro equipo se adaptó muy bien a ellos, al igual que ellos a nosotros. SAMU fue a ayudar y, aunque es verdad que acabamos adaptándonos a su forma de trabajar, siempre aceptaban cualquier consejo o experiencia que les transmitíamos.

—¿Qué aprendizajes y lecciones se han traído de esta experiencia?

—AM: La colaboración fue muy satisfactoria. Nos recibieron con amabilidad y compartieron con nosotras turnos y momentos duros, aportando con ellos a la vez nuestros conocimientos y experiencias particulares.

—JC: Con esta experiencia he podido confirmar que dedicarse al ámbito sanitario es algo vocacional, pues, independientemente de los recursos que se tengan, todo el personal se involucra al cien por cien para que el paciente salga hacia delante o para que los cuidados que reciban sean siempre los más óptimos posibles.

—¿Cómo valoran la experiencia?

—JC: Ha sido muy positiva tanto a nivel profesional como personal. Creo que todo el mundo debería vivir alguna vez una experiencia así.

—¿Qué fue lo que más les impresionó o les resultó más difícil de hacer?

—AM: Para mí, quizás, la parte más difícil fue lidiar con algunas situaciones críticas en las que, en mi contexto de trabajo, estoy acostumbrada a proceder de forma protocolizada, lo que asegura una respuesta organizada y eficaz, pero, en Chile, no siempre podía actuar así, ya que el servicio de UCI pediátrica todavía estaba en proceso de desarrollo, con algunos profesionales instruidos en ese área de práctica clínica pero con muchos todavía en el proceso de formación.

—JC: Lo que más me impresionó fue el hecho de que un hospital un poco incomunicado a nivel de carreteras no contará con una unidad de cuidados críticos pediátricos y sí con otros servicios. Y lo que tal vez me costó un poco más fue el tema burocrático, dado que los pacientes con ventilación mecánica tenían que ser trasladados a un hospital que contara con unidad de críticos pediátrica y eso suponía realizar varias gestiones. Es algo que nosotras no llegábamos a manejar del todo. Pero es cierto que todo es hacerse al sistema de trabajo.

—¿Repetirían la experiencia?

—AM: Me encantaría tener la oportunidad de repetir con SAMU en próximas misiones, especialmente en proyectos de ayuda humanitaria motivada por desastres naturales, un área humanitaria en la que no he trabajado nunca y en la cual tengo un gran interés en aprender.

—JC: Repetiría sin lugar a dudas. La experiencia ha sido enriquecedora en todos los sentidos. Y trabajar con SAMU también lo ha hecho todo mucho más fácil.

Rumbo a Chile contra el virus respiratorio sincicial

Una misión de sanitarios de Fundación SAMU partió el viernes 23 de junio desde Sevilla con destino a Chile para sumarse al dispositivo internacional que hace frente a la crisis provocada por un brote de virus respiratorio sincicial (VRS). Hasta final de junio, el virus había causado la muerte de siete bebés lactantes en el país. El brote ha puesto a las autoridades sanitarias en vilo.

Fundación SAMU ha activado esta misión de cooperación como respuesta a la solicitud de apoyo internacional formulada por el Ministerio de Salud de Chile (MINSAL) y de la PAHO (Organización Panamericana de la Salud) a entidades colaboradoras de todo el mundo.

Cuatro voluntarios forman parte de este primer contingente: dos enfermeras especializadas en pediatría, Julia Ceballos y Alba Molina; un intensivista pediátrico boliviano, Nils Casson; además del director de área de Emergencias de SAMU, Juan González de Escalada, que está al frente de la misión.

Tras las conversaciones mantenidas con la PAHO, los especialistas de SAMU irán destinados al refuerzo de la UCI pediátrica del hospital de Coyhaique, ciudad de la región de Aysén. Es una zona muy poco poblada del sur de Chile, con enormes glaciares, fiordos y montañas nevadas, en la que se ha identificado la necesidad de reforzar las urgencias pediátricas. El proyecto tiene una duración inicial estimada de dos semanas.

Recepción de candidaturas

“Estamos abiertos a la posibilidad de enviar más equipos, aunque la singularidad de esta misión es que necesitamos personal especializado en cuidados intensivos pediátricos, que es el que puede desempeñar un papel decisivo ahora en el país. Tenemos abiertos nuestros procesos de selección”, ha explicado Juan González de Escalada.

En su reporte del miércoles 21 de junio, el MINSAL informó de que, hasta la fecha, un total de siete menores de un año habían fallecido en el país a causa del virus respiratorio sincicial.

“El virus sincicial causa una enfermedad grave, genera una destrucción del tejido de los pulmones y una insuficiencia respiratoria en los niños, especialmente en los menores de un año”, ha explicado el jefe del departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud, Christian García. “Durante la pandemia, se ha generado una gran población susceptible y esto explica, en parte, la gran cantidad de circulación y de casos detectados por nuestro sistema sanitario”, ha añadido.

Las autoridades chilenas han catalogado el brote como “el más grande de los últimos años” y han anunciado el regreso del uso obligatorio de mascarillas para profesores y niños mayores de cinco años en espacios escolares hasta el término de la alerta sanitaria, fijado para el 31 de agosto.

En el citado reporte del 21 de junio, había un 92% de ocupación de camas críticas en los hospitales tanto en el sistema público como en el privado, que suman 1.386 plazas como dotación excepcional.

Bajas temperaturas

Además, se habían registrado 235 traslados pediátricos desde el inicio de la campaña de invierno. Para los próximos días, los pronósticos no son alentadores: la bajada de las temperaturas y la coincidencia del virus sincicial con otras patologías como la gripe amenazan con congestionar aún más la red hospitalaria.

Las dos últimas misiones internacional desplegadas por SAMU se desarrollaron en 2022 en las fronteras de Ucrania, con motivo de la crisis humanitaria provocada por la invasión rusa, y a principios de este año, en Turquía, tras el terremoto que devastó el sureste del país.

En las dos últimas décadas, SAMU ha desplegado misiones humanitarias en países como Irán, Marruecos, Indonesia, Sri Lanka, Haití, Perú, Sudán, Costa de Marfil, Sierra Leona, Nepal, Filipinas, Francia, El Salvador, Costa Rica, Honduras y República Dominicana.

Turquía 2023: La vida y la muerte bajo los escombros

Alas cuatro horas y diecisiete minutos del 6 de febrero, cuando casi toda la población estaba sumida en el sueño profundo de la madrugada, dos terremotos consecutivos sacudieron las provincias del sureste de Turquía y el norte de Siria, una de las zonas sísmicas más activas del mundo. Los seísmos, de magnitud 7,8 y 7,5 en la escala de Richter, tumbaron ciudades enteras en lo que el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, definió como la mayor tragedia sufrida en el país desde el terremoto de Erzincan, sucedido en 1939. La devastación fue similar en Siria, país que además cuenta con el agravante de estar sumido en una guerra civil desde hace más de diez años. Poco después del amanecer del mismo 6 de febrero, cuando ya se contabilizaban por miles los muertos y desaparecidos en ambos países, SAMU, en España, activó un gabinete de crisis para valorar su intervención inmediata en la catástrofe.

En la misma mañana se establecieron contactos con los financiadores habituales de la Fundación y con diversas instituciones para recabar apoyos para la puesta en marcha de la misión. SAMU también ofreció su estatus de “disponibilidad” a los equipos Emergency Medical Teams (EMT) de la Organización Mundial de la Salud. La iniciativa EMT tiene como objetivo priorizar y mejorar la capacidad de los equipos locales para responder a las emergencias y fortalecer la red para brindar apoyo en emergencias cuando sea preciso en contextos como el desatado por los terremotos.

Las primeras gestiones dieron como resultado el envío de un equipo cinológico a Turquía formado por tres personas: Juan Gutiérrez Zazo, como responsable del dispositivo, Juan Hidalgo Martínez, como jefe de rescate, y el guía canino Antonio Miranda Escudero. Junto a ellos, un elemento clave en la expedición: Homero, un pastor belga de seis años entrenado para labores de rescate desde que era un cachorro de dos meses. Partieron en dirección a Turquía desde Escuela SAMU (Gelves, Sevilla) en la mañana del 8 de febrero.

Unas horas antes, de forma paralela, Borja González de Escalada, vicepresidente de Fundación SAMU, acompañado de efectivos de la ONG estadounidense Project Hope, colaboradora habitual de SAMU, había partido desde España con dirección a Turquía para valorar sobre el terreno la oportunidad de despliegue de una misión sanitaria de la entidad. El objetivo de ambas organizaciones era enviar con la mayor celeridad posible un equipo médico de primera intervención, en coordinación con las autoridades de emergencias locales e internacionales.

El escenario tras el desastre

Con la colaboración de Project Hope y Médicos del Mundo, el equipo cinológico se desplegó en Adiyaman, ciudad al sureste de Turquía con una población de alrededor de 330.00 personas que estaba completamente devastada tras los temblores de la tierra. El escenario, según relató desde allí Juan Gutiérrez Zazo, estaba formado por edificios convertidos en escombros; personas durmiendo en la calle o deambulando sin tener dónde ir después de haberlo perdido todo; hogueras en las calles para aliviar el frío extremo; desabastecimiento de agua corriente y electricidad; puestos callejeros improvisados repartiendo comida o botellas de agua potable, y equipos de rescate intentando mantener la esperanza de encontrar supervivientes en el desastre. “He visto unos niveles de solidaridad muy importantes”, subrayaría Gutiérrez Zazo.

Desde su llegada, la misión del equipo era “encontrar vidas”. “Íbamos allí a rescatar a personas. Nos iban dando avisos de dónde se escuchaban voces, lugares en los que podía haber supervivientes bajo los escombros. Dábamos orden al perro para que buscara dentro del edificio derruido, si es que era posible”, recuerda Zazo.

En medio de la devastación total, el equipo de SAMU solo pudo encontrar cadáveres. “Que no pudiéramos rescatar a personas con vida era una probabilidad que teníamos en mente. El tiempo allí juega en contra del rescate por la magnitud del seísmo y por las condiciones meteorológicas que nos hemos encontrado, que no eran nada favorables”, señala. “Son muchas las imágenes que se quedarán con nosotros, como el cuerpo sin vida de una mujer embarazada que encontramos en su cama junto a otra hija encima, el de una señora muy mayor… Son momentos que serán difíciles de olvidar”.

Tras el rescate, excavadoras

El equipo cinológico dividió sus cinco días de trabajo entre las ciudades de Adiyaman y Antioquía, gracias al soporte de Médicos del Mundo y Project Hope, y también “gracias al pueblo turco, que a pesar de que lo está pasando muy mal, se desvivía por agradecer todo lo que se está haciendo por ellos”, observa Gutiérrez Zazo. La misión finalizó el 13 de febrero, ya sin ninguna esperanza de encontrar supervivientes entre los escombros, y cuando los equipos de rescate eran sustituidos sobre el terreno por las excavadoras y los camiones.

En paralelo al trabajo de este dispositivo, Borja González de Escalada, vicepresidente de SAMU, realizaba tareas de inteligencia a fin de detectar oportunidades para el despliegue de un equipo de sanitarios, en mitad de una ola de ayuda humanitaria. Recorrió zonas afectadas, ciudades “semifantasmas”, como Adiyaman y Antioquía, hasta reunirse con el dispositivo cinológico y unirse a las labores de búsqueda.

Pendientes de autorización

Borja González de Escalada, en contacto permanente con las autoridades locales y con el gabinete de crisis operativo en España, alargó su estancia unos días más en Gaziantep a fin de obtener la autorización para llevar un hospital de campaña con sanitarios españoles a las zonas más afectadas por el terremoto. Esa autorización, sin embargo, sigue pendiente, y todo apunta a que se postergará hasta marzo, aunque las necesidades de ayuda en el ámbito sanitario en el país se prolongarán durante meses.

Al cierre de esta edición de Revista SAMU, el número de víctimas del terremoto en Turquía superaba las 43.500 personas. El ministro del Interior, Süleyman Soylu, precisó que, en la provincia de Hatay, la más afectada por el seísmo, todavía había algunos edificios con personas bajo los escombros. En Siria el número de fallecidos supera los 6.000, pero la cifra está abierta.

Fundación SAMU, entidad especializada en emergencias sanitarias y acción social, ha desarrollado en las dos últimas décadas misiones humanitarias en países como Irán, Marruecos, Indonesia, Sri Lanka, Haití, Perú, Sudán, Costa de Marfil, Sierra Leona, Nepal, Filipinas, Francia, El Salvador, Costa Rica, Honduras y República Dominicana.

Los usuarios de SAMU First Response dan un 10 al servicio

El trabajo del equipo de SAMU First Response en la atención a miles de personas migrantes en Washington D.C. procedentes de los estados fronterizos del sur ha sido ensalzado por múltiples entidades y administraciones públicas. El ejemplo más destacado es el de la propia alcaldesa de la capital de Estados Unidos, Muriel E. Bowser, que declaró al equipo de SAMU “colaborador de confianza” del Gobierno local por su desempeño. Este mes, esta misión recibe otro reconocimiento muy especial: el de los propios beneficiarios, que, a través de las encuestas de satisfacción realizadas por el equipo, conceden las máximas valoraciones a la atención recibida y la calidad del servicio.

El documento Análisis de satisfacción del servicio recibido en el centro de Estados Unidos de diciembre de 2022 recoge los resultados de 277 encuestas realizadas a usuarios durante el mismo mes. En respuesta a la pregunta “¿Cómo valora su seguridad, comodidad y dignidad con el servicio prestado?”, el 97% de los usuarios otorgó la máxima puntuación del formulario, “muy bien o mucho”. De la misma forma, en respuesta a la cuestión “¿Cómo valoraría la atención o el trato que reciben del personal (amabilidad, eficacia, ser escuchados, ser atendidos con rapidez…)?, el 95% señaló la máxima valoración posible, “muy bien o mucho”. Y como contestación a la pregunta “¿Cómo valoraría la atención o el trato que reciben del personal (amabilidad, eficacia, ser escuchados y ser atendidos con rapidez)?, el 97% de los usuarios declaró que “muy bien o mucho”, de nuevo el punto más alto del baremo.

Con estancias de entre uno y siete días, los usuarios han pasado principalmente por el centro de SAMU First Response de forma individual (29%) o en núcleos familiares de dos personas (18%) o tres personas (15%).

Este alto grado de satisfacción que reflejan las encuestas es un motivo de satisfacción más para el equipo de SAMU First Response, que trabaja desde mediados del año pasado en Washington D.C. para dar respuesta a la emergencia declarada por la ciudad para recibir a las personas migrantes desplazadas desde los estados fronterizos del sur de los Estados Unidos. La misión de SAMU ha atendido a más de 5.000 personas, formando parte de un entramado institucional público y privado cada vez más sólido.

Entre junio y septiembre de 2022, 13 voluntarios de las áreas de Infancia y Familia, Servicios Socioeducativos y de la Mujer y Dependencia e Inclusión Social de SAMU, además de personal de Escuela SAMU, participaron en esta misión desplazados desde España.

SAMU First Response empieza su trabajo dando apoyo a los migrantes que van llegando en autobuses a la ciudad procedentes del estado de Texas y Arizona. La población atendida procede de Colombia y Venezuela y, en menor medida, de Perú, Nicaragua, Cuba o Haití. Además, se han encontrado casos de otros países como Jamaica, India, Senegal, República Democrática del Congo, Rusia o Siria, entre otros.

A final del año pasado, SAMU logró la autorización necesaria para el montaje y puesta en marcha de un refugio en la localidad de Rockville (Maryland) que lleva por nombre Respite Center (Centro de Respiro).

Santo Domingo, nuevo municipio aliado de SAMU en Ecuador

Fundación SAMU y el Gobierno descentralizado Municipal de Santo Domingo, en Ecuador, han puesto en marcha un convenio de cooperación técnica para desarrollar acciones que promuevan el desarrollo social, económico, sanitario y la protección de colectivos vulnerables en este territorio ecuatoriano.

El convenio fue rubricado en Sevilla por José Antonio Trujillo, director general adjunto de SAMU, y por María Fernanda Betancourt, representante del Consejo Cantonal para la Protección del Derecho de Santo Domingo, que se desplazó a España el 10 y 11 de enero al frente de una delegación del municipio.

En estos dos días, la expedición ecuatoriana, de la mano de responsables de SAMU, pudo conocer a fondo recursos de la organización como Kata Universo Catering, la escuela de emergencias sanitarias Escuela SAMU y la clínica de salud mental SAMU Wellness.

El convenio de cooperación, de dos años de vigencia, se ejecutará a través del establecimiento de programas y proyectos de asesoría, asistencia técnica y gestión compartida, tanto en España como en Ecuador, según señala el documento. Este plan genérico abre una ventana de colaboración en materias en las que trabaja SAMU como salud mental, discapacidad e inclusión social, formación en emergencias sanitarias, infancia y la familia, y socioeducación y mujer.

Las partes se comprometen a “diseñar e implementar de manera conjunta acciones de cooperación internacional que permitan a las instituciones cumplir con los objetivos propuestos en el marco de sus competencias”. “Sobre la base de los principios de solidaridad, igualdad y respeto mutuo, de conformidad con lo establecido en sus ordenamientos internos, los países podrán establecer misiones con carácter voluntario para cumplir con el objetivo del convenio”, señala el texto.

Con este convenio, SAMU sigue afianzando sus lazos con Latianoamérica en materia de cooperación, formación e intercambio de conocimientos y experiencias. En octubre del año pasado, el presidente de la entidad, Carlos González de Escalada, y el director para Iberoamérica, Santiago Llop Meseguer, participaron en una misión institucional en El Salvador y Perú con estos objetivos. El trabajo bilateral con ambos países es intenso y presenta enormes posibilidades de desarrollo.

El año pasado también se firmó un convenio marco de cooperación técnica con el Gobierno Autónomo Descentralizado Provincial del Guayas, en Ecuador, en una estrategia similar a la seguida ahora con Santo Domingo.

Luis Rodríguez-Varo: “Queríamos que los ucranianos tuvieran ropa y comida”

A sus nueve años, Luis Rodríguez-Varo Garrido (2013, Sevilla) ha impulsado, junto con sus compañeros de clase, una iniciativa solidaria para recaudar fondos y así apoyar la misión humanitaria de SAMU en la frontera de Ucrania, que ha estado activa durante más de cuatro meses.

—¿Qué sabes exactamente sobre lo que está ocurriendo en Ucrania?
—Sé que Rusia ha invadido Ucrania y hay muchas personas que han salido huyendo de la guerra, dejando atrás todo lo que tenían.

—¿Quién te lo ha contado?
—Lo he visto en las noticias.

—Tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, SAMU puso en marcha una misión humanitaria en la frontera que ha durado más de cuatro meses y que ha permitido atender a más de 2.000 personas que huían de la guerra. Junto a tus compañeros de 4º de Primaria del Colegio San José Sagrados Corazones (Padres Blancos) de Sevilla, has llevado a cabo una iniciativa solidaria para apoyar esta misión. ¿En qué ha consistido exactamente esta iniciativa?
—Puse en marcha una campaña solidaria con varios compañeros de mi clase. Por un lado, organizamos una master class para explicarles a otros alumnos qué hacía SAMU en Ucrania y en qué consistía su misión humanitaria. Mi amiga Isabel buscó información sobre Ucrania; yo, de SAMU; y mi amiga Cristina hizo unas banderas. Luego, se nos ocurrió recaudar dinero para apoyar la misión humanitaria de SAMU en Ucrania, porque vimos en la televisión que se recogían donaciones y que hacía falta muchas cosas por culpa de la guerra. Así, recaudamos cerca de 50 euros entre todos los compañeros de clase y se lo entregamos a SAMU.

—¿Qué os motivó a llevar a cabo esta iniciativa?
—A mis amigos y a mí nos gustó mucho la idea de poder ayudar. El objetivo era que las personas de Ucrania tuvieran comida, agua, ropa, juguetes y medicinas.

—¿Qué personas participaron en el proyecto?
—Mis amigas Cristina e Isabel y yo lo empezamos, pero el resto de la clase también colaboró.

—¿Estáis contento con el resultado?
— Muchísimo, hemos podido ayudar, aunque haya sido un poquito. Hemos aportado nuestro granito de arena con una pequeña donación. Y gracias a Borja González de Escalada, vicepresidente de Fundación SAMU, que nos hizo una videollamada desde la frontera con Ucrania, pudimos ver en directo la labor de SAMU allí y qué era exactamente lo que estaba ocurriendo.

—¿Qué te dijeron tus padres y amigos cuando le hablaste por primera vez de tu proyecto?
—Me dijeron que les parecía muy buena idea, y me ayudaron.

—¿Qué opinas del trabajo realizado por SAMU en la frontera de Moldavia, Rumania y Polonia con Ucrania?
—Me parece que han realizado un buen trabajo y muy solidario. Creo que es muy importante esa primera ayuda que han recibido los ucranianos que huían de la guerra al llegar a un país diferente, donde no conocen nada ni a nadie.

—¿Te gustaría participar en alguna misión humanitaria cuando seas mayor?
—Sí, me gusta ayudar en las campañas solidarias. Ahora lo hago en las campañas solidarias de mi colegio, como la operación kilo, la carrera solidaria, Domund… Me gusta participar porque es una forma de ayudar a los demás.

—¿Qué te gustaría ser de mayor?
—Me gustan las cámaras, las luces, las grabaciones y el montaje de vídeos, así que a eso me gustaría dedicarme de mayor.

Un equipo internacional para progresar en inclusión

Fundación SAMU, a través de su área de Infancia y Familia, participa de manera activa en el proyecto K2, un curso formativo sobre migración e inclusión a partir de buenas prácticas para el cual cuenta con la colaboración de Fundacione Emmanuel, con sede en Lecce (Italia). Esta iniciativa cuenta con la financiación de la Unión Europea a través de su programa de movilidad Erasmus Plus (+).

Las actividades de Erasmus+ se basan en intercambios formativos de buenas prácticas en el marco de la Unión Europea. Este tipo de actividades ponen en contacto a entidades no gubernamentales y los jóvenes vinculados a estas entidades de distintos países, bien porque son usuarios de los servicios que ofrecen o bien porque forman parte de su personal laboral. En el caso concreto de la iniciativa K2 no se trata solo de población joven, sino que, por el contrario, está dirigido a activos con más experiencia de las distintas entidades.

“El objetivo principal de este tipo de iniciativas es el de establecer redes de comunicación y colaboración en iniciativas globales que potencien la implantación internacional de la entidad, la mejora de las competencias sociolaborales de sus equipos y, por supuesto, los estándares de calidad de las organizaciones participantes”, explica Laura G. Rebolo, coordinadora del recurso de menores DISL Alcalá y de Calidad Técnica de los centros de Andalucía Central de Fundación SAMU.

Para este proyecto, SAMU cuenta como socio principal con la Fundacione Emmanuel, que se dedica desde los años 80 a la recepción, acompañamiento e inclusión social de personas en situación de vulnerabilidad (migrante, menores no acompañados, personas sin hogar, personas con discapacidad, menores y familias sin recursos). Para desarrollar este proyecto, SAMU cuenta también con otras entidades participantes procedentes de Grecia, Portugal, Albania y Túnez.

El objetivo principal de esta iniciativa es contribuir y mejorar las capacidades de organización y proceso social de las organizaciones participantes para la construcción de una Europa capaz de incluir y acoger la diversidad y, en particular, a las personas de origen migrante.

El programa K2 se divide en tres partes que se desarrollarán a lo largo de dos años. La primera de ellas se celebrará en marzo de 2023 y consiste en un encuentro formativo en la ciudad italiana de Lecce. Desde Fundación SAMU asistirán seis personas: un líder de grupo y 5 personas con perfiles en dirección de centros, coordinación de área, trabajo social y documentación, coordinación pedagógica y calidad técnica. Todas ellas, especializadas en el área de Infancia y Familia de SAMU y, en concreto, en la intervención con menores extranjeros. La duración de este encuentro será de seis días, en los que se asistirá a las clases formativas en la mañana y se dispondrá de tiempo para actividades culturales en la ciudad por la tarde.

La segunda pata de este proyecto tendrá lugar en noviembre de 2023 con actividades en cada uno de los países participantes. “En el caso de España, SAMU ha propuesto organizar unas jornadas (presencial y online) con expertos y la presencia de otras entidades donde se haga hincapié en nuestro trabajo en los diferentes centros y recursos en lo que respecta a intervención con menores extranjeros en el marco de la UE”, explica Laura G. Rebolo.

La tercera parte del proyecto K2 es un evento multiplicador que se celebrará en Sevilla en abril de 2024. “Aquí, SAMU es la entidad anfitriona. Asistirán unas 100 personas de todos los países participantes y se realizará un evento de un par de días en donde se pondrá en común todas las experiencias que cada entidad ha realizado en su territorio. Es muy importante, en este momento, estrechar lazos con los embajadores de cada país, pues ellos serán nuestros enlaces para poder poner en marcha futuros proyectos cooperativos en la infraestructura de cooperación de la UE”, continua Rebolo.

K2 es un evento que persigue el intercambio de buenas prácticas y ampliar la red de contacto con otras entidades no gubernamentales en el ámbito europeo y de países fronterizos. Es un paso importante para ir afianzando relaciones con posibles activos que permitan a SAMU crecer en red.

Un nuevo aliado en Marruecos para la acción social

Fundación SAMU ha firmado recientemente un convenio de colaboración con la Asociación Hanane, una organización de origen marroquí dedicada a la protección de menores con discapacidad y cuya sede principal se encuentra en Tetuán. Las dos entidades han acordado aunar sus esfuerzos dentro del ámbito de sus respectivas competencias para llevar a cabo acciones conjuntas en la ejecución de proyectos tanto en el ámbito público como privado, nacional e internacional, que repercutan en el desarrollo de sus fines.

La Asociación Hanane tiene entre sus objetivos lograr la inclusión social de las personas con discapacidad, promover y difundir la atención temprana en la región de Tánger-Tetuán-Alhucemas, fomentar la educación inclusiva en el sistema educativo nacional, la capacitación e integración laboral de los jóvenes con discapacidad, prestar servicios de educación especial y rehabilitación a niños que presentan un grado de discapacidad severa y profunda, y coordinar y colaborar con las autoridades públicas y los agentes sociales para conseguir la plena inserción social de las personas con discapacidad.

A través de este convenio firmado por Fundación SAMU y Hanane, ambas entidades acuerdan crear equipos de trabajo para el desarrollo de iniciativas y proyectos en las líneas anteriormente mencionadas. También colaborarán en materia de sostenibilidad, accesibilidad universal y desarrollo de iniciativas conjuntas en el ámbito de la economía social.

Para ello, tanto la organización española como la marroquí han acordado el desarrollo de acciones formativas, teóricas y prácticas; el establecimiento de programas de estudio en materia de cooperación internacional al desarrollo, la formación y el voluntariado; y el desarrollo de acciones de difusión de la labor realizada por ambas entidades en pro de la cooperación internacional al desarrollo, la formación y el voluntariado, del empleo y de la inclusión social y laboral de todas las personas, con el fin de que la sociedad conozca las diferentes actuaciones que se llevan a cabo, y que las personas puedan participar en estas iniciativas.

Los principales ámbitos de actuación son la organización conjunta de actividades; la participación conjunta en convocatorias de cooperación internacional y acción humanitaria para África, el Golfo Árabe y Europa; el desarrollo conjunto de proyectos de desarrollo local, participación ciudadana y derechos humanos; la constitución de equipos conjuntos de investigación; la participación en conferencias, seminarios, coloquios, webinars y exposiciones, entre otras actividades académicas; y el intercambio de materiales de investigación, de documentos científicos y pedagógicos y de otras publicaciones.

Este convenio marco fue firmado el 12 de octubre por el presidente-director general de SAMU, Carlos González de Escalada, y el presidente de Hanane, Abdeslam Bakouri. El acuerdo tiene una vigencia de tres años, hasta el 31 de diciembre de 2025, aunque podrá se prolongado anualmente hasta un máximo de cinco años si ambas partes así lo acuerdan cuando llegue el momento.