Oikos Onlus, un socio para la cooperación internacional

Representantes de la asociación italiana Oikos Onlus, que apoya proyectos de cooperación internacional, han visitado las instalaciones de SAMU y Escuela SAMU en Sevilla, y se ha reunido con la dirección de la organización con motivo de la firma de un convenio de colaboración para futuros proyectos conjuntos.

En los últimos años, Oikos Onlus ha participado activamente en proyectos de crecimiento y desarrollo en África y América Latina. Con el tiempo, la asociación ha crecido y hoy Oikos Onlus no solo se ocupa de la cooperación internacional, sino también de la educación global, la integración, la formación y el voluntariado.

Por otro lado, la expansión de los servicios que presta Fundación SAMU ha llegado a varios países de Latinoamérica también en los últimos años para brindar atención humanitaria en urgencias y emergencias, acciones sociosanitarias, atención de servicios especializados de salud y formación académica de postgrados conforme a las necesidades identificadas en los propios modelos de intervención.

Las líneas de actuación y zona de actuación de ambas entidades, la italiana y la española, complementarias todas ellas, hacen que Oikos Onlus y SAMU puedan convertirse en perfectos aliados.

SAMU cuenta, además con Escuela SAMU, y con dispositivos de inclusión sociolaboral (DISL) para jóvenes menores migrantes, y, en su hoja de ruta hacia la internacionalización, está presente el objetivo de trabajar proyectos europeos desde su departamento de Desarrollo Internacional.

Así, desde junio, SAMU y Oikos Onlus colaboran en diferentes proyectos europeos, en concretamente en el proyecto Eco Tur Inka, en el departamento de Nariño, en Colombia, aportando protocolos de bioseguridad.

Reforzar relaciones

Dada la buena relación entre ambas entidades y ante el propósito de firmar nuevos convenios de colaboración, SAMU invitó a la dirección de Oikos Onlus a visitar España, con el objetivo de que los máximos representantes de la asociación italiana conocieran las instalaciones de Escuela SAMU, el funcionamiento y la labor que se realiza desde el área de Infancia y Familia de SAMU, sus fortalezas y lo que la organización española puede aportar a futuros proyectos conjuntos de cooperación internacional. Además, se abordó la intervención de SAMU en el proyecto europeo Eco Tur Inka y la voluntad de reforzar las relaciones para futuras colaboraciones.

La comitiva estuvo formada por Giovanni Tonutti, presidente de Oikos Onlus; Rosella Marvulli, responsable de Comunicación de Oikos Onlus; y José Antonio Trujillo, adjunto a Dirección General; además de Isabel Dato, Elena Becerra, Lucero Hernández y María Teresa Muñoz, del departamento de Desarrollo Internacional de SAMU.

Primero se celebró una reunión en las instalaciones de SAMU en la Isla de la Cartuja de Sevilla para compartir objetivos, expectativas y metodologías de trabajo. A continuación, se procedió a la visita de las instalaciones de Escuela SAMU y del centro de menores en acogida de Alcalá de Guadaíra (DISL Alcalá).

Dos meses en la frontera de Ucrania

Hace ya dos meses que SAMU inició una misión humanitaria en la frontera con Ucrania para atender a los miles de damnificados por la invasión de Rusia a Ucrania. El 2 de marzo, un equipo de ocho personas lideradas por Borja González de Escalada, vicepresidente de Fundación SAMU, se convirtió en el primer contingente de la organización andaluza que viajaba al este de Europa tras el inicio de la guerra. Su destino inicial fue la frontera de Rumanía con Ucrania. Dos meses después, SAMU tiene presencia en tres países fronterizos distintos (Rumanía, Moldavia y Polonia) y, recientemente, ha enviado un tercer contingente. La misión de SAMU en Ucrania no tiene, de momento, fecha de finalización. De hecho, según confirman fuentes de la organización, ya hay preparado un cuarto equipo que viajará a la zona en las próximas semanas, y no se descarta constituir un quinto grupo.

El último contingente de voluntarios que ha viajado hasta la fecha a la frontera con Ucrania lo hizo el 11 de abril. Este equipo de relevo está formado por siete personas, entre las que se encuentran enfermeros, médicos y técnicos de emergencias sanitarias, y el destino inicial ha sido Tulcea (Rumanía). Con ellos, el despliegue de SAMU en la zona será de 10 voluntarios, que se dividen en campamentos situados en la frontera de Ucrania con Rumanía y también en la frontera con Moldavia.

La labor de SAMU sobre el terreno consiste en atender a las personas que llegan a los campamentos a través de las fronteras con el país ucraniano. Las patologías más atendidas por parte de los voluntarios, que prestan ayuda a refugiados de todas las edades, son problemas de hipertensión, episodios de infarto o hipotermias.
Juan González de Escalada, director del área de Emergencias de SAMU y jefe de este tercer contingente, ha sustituido sobre el terreno a su hermano Borja González de Escalada, vicepresidente de Fundación SAMU y, hasta ahora, jefe de esta misión humanitaria.

Juan González de Escalada explica que este tercer contingente ha desplegado sus actuaciones de nuevo en Tulcea, ciudad de Rumanía próxima a la frontera con Ucrania, y en Moldavia, que también linda con el país invadido por las tropas rusas. Del mismo modo, señala que SAMU cuenta con “una persona de referencia” en Polonia ante “la posibilidad” de instalar en este país un centro de acogida para mujeres y niños procedentes de Ucrania.

Los efectivos de SAMU están “perfectamente integrados en la estructura de respuesta” humanitaria desplegada en las fronteras de Ucrania, que de por sí cuentan con “equipos suficientemente nutridos con toda la logística sanitaria necesaria”, según apunta el director del área de Emergencias de SAMU.

González de Escalada también comenta que los refugiados que llegan hasta estos dispositivos gozan de “buena situación física”, con lo que las actuaciones de los efectivos de SAMU suelen tener en estos momentos un cariz más social que sanitario. No obstante, el equipo humano movilizado cuenta con “capacidad para soporte vital básico, intermedio y avanzado”, incluyendo además a “dos ginecólogos de dilatada experiencia” para hacer frente a las posibles contingencias sanitarias.

Un albergue para refugiados en Polonia

Desde que el viernes 5 de marzo el primer contingente de SAMU llegara a Issacea, su primer destino, estos profesionales no han dejado de atender a las personas provenientes de Ucrania que huyen de la invasión rusa. En ese punto, Issacea, los refugiados atraviesan el país por el río que hace de frontera natural entre ambos estados del este de Europa. “En la mayoría de los casos, atendemos problemas menores de salud. Muchos son infecciones respiratorias y algunas heridas superficiales. Si detectamos patologías mayores, derivamos al hospital más cercano de la zona”, explica Borja González de Escalada. “La presión humanitaria que veíamos hace unas semanas se ha ralentizado en Rumanía. Después del éxodo de tres millones de personas, el flujo de personas parece disminuir”. Sin embargo, para esta decena de valientes no hay descanso.

Al poco tiempo de llegar a Rumanía, cuatro de las ocho personas del equipo de SAMU se desplazaron a Ivancea (Moldavia). Allí recorrieron y visitaron albergues y refugios improvisados para acercar la clínica lo máximo posible. “Muy especialmente en un país tan pobre como Moldavia, cuya población se ha quintuplicado con la llegada de refugiados de Ucrania”, continúa Borja González de Escalada.

“Ahora mismo, el equipo de Moldavia se ha instalado en un albergue de 400 personas de Chisináu, su capital. Y nos vamos apañando con traductores on line y personales porque aquí nadie habla inglés”, subraya el vicepresidente de SAMU. Allí, la presencia de menores ucranianos es mayor, por lo que consultan constantemente a un pediatra de un equipo suizo ante cualquier posible complicación. “Ya nos estamos haciendo un nombre y la población confía en nosotros”.

El siguiente gran reto es Polonia. En este país la recepción de refugiados ucranianos en Polonia es “diez veces superior a la que soporta Rumanía”, según destaca Borja González de Escalada. Por esta razón, y observando que existen pocos albergues para acogerlos, SAMU está trabajando y haciendo las gestiones oportunas para habilitar un edificio que dé cobijo “a entre 100 y 150 personas durante, mínimo, un año”.

Según el vicepresidente de Fundación SAMU, tanto el cuerpo de Policía, como el de bomberos rumano es “amabilísimo”. El campamento base es algo muy provisional, “pero allí hay tiendas de campañas con calefacción a tope y urinarios químicos. Además, algunas personas llegan con pasaporte y otras no. Las autoridades rumanas están facilitando todos los trámites a los refugiados con gran celeridad”.

“No todo el pueblo ucraniano que llega a la frontera conoce su destino siguiente. Allí mismo, sobre la marcha, lo deciden, pero no suelen pernoctar en el punto fronterizo. Lo más habitual es solicitar ir a Bucarest y de ahí a otras ciudades de Europa”, explica Borja González de Escalada, que regresó a Sevilla el 15 de abril tras un mes y medio en la zona. A pesar del frío y el cansancio, los voluntarios de SAMU han podido comprobar que muchos ciudadanos de Ucrania creen que su desplazamiento es algo temporal. “Esperan volver a casa en unas cuantas semanas. Lo están deseando”.

En primera persona

Miguel Ángel López y Clara Ávila, enfermeros y estudiantes del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria de SAMU y la Fundación San Pablo Andalucía CEU, formaron parte del primer contingente que envió SAMU para asistir a los refugiados ucranianos. Ya de regreso, cuentan su experiencia: “En un mes hemos sido conscientes de la parte más cruel del ser humano, pero también de la más bondadosa, las ganas de ayudar y los voluntarios que se ofrecen constantemente”, declara López. “Nosotros no somos héroes ni nada de eso. Hemos hecho lo que sabemos hacer”.

Este primer equipo atendía a los ucranianos que llegaban a Isaccea en un ferry que cruzaba el río Danubio. Cada día supervisaban a entre 100 y 300 refugiados. Los enfermeros aclaran que la mayoría de estas personas llegaban con crisis de ansiedad o estrés, crisis hipertensivas o descompensaciones crónicas como consecuencia de no haber podido continuar con su medicación habitual. “El peor caso que tratamos fue el de una pareja de jóvenes. Ella había sido madre primeriza por cesárea hacía cuatro días. Estaban en shock. Desde el hospital cogieron el ferry. No sabían dónde iban a ir ni cómo actuar como padres, tenían un desconocimiento absoluto y padecían una fuerte crisis de ansiedad”, explican los enfermeros.

Recursos disponibles

Ambos coinciden en que les ha sorprendido la cantidad de recursos que tenían los refugiados al cruzar la frontera. “Llegaban y les daban una tarjeta SIM para el móvil, autobuses gratuitos hacia diferentes destinos, pasaportes rumanos, comida, alojamiento…”, señala Miguel Ángel López, al que le llamó la atención que eran muchas las familias que llegaban con sus mascotas, a las cuales se les proveía con un chip europeo.

“Una de las cosas que más me ha impactado ha sido ver cómo las madres gestionaban sus emociones delante de sus hijos para tratar de ocultarles el dolor. En la ambulancia atendíamos a mujeres que estaban llorando y, cuando se giraban, se ponían a jugar con sus hijos de manera alegre”, comenta Clara Ávila.

Miguel Ángel López reconoce que, al menos durante el primer mes de la misión, tiempo en el que ellos estuvieron trabajando en esta zona, era más necesaria la ayuda social que la sanitaria. “Es como si nosotros tenemos que salir de casa mañana mismo con lo puesto. Los refugiados que llegaban a Rumanía estaban bien de salud, lo que necesitaban era alojamiento, transporte o un trabajo”. El enfermero asegura que los primeros desplazados que llegaron los primeros días tras la invasión a Rumanía eran personas de clase media o alta.

“Para coger el ferry había que pagar unas tasas, por lo que quienes tenían dinero han ido saliendo antes. Ninguna de las personas que llegaban tenían entre sus pensamientos volver a su país, pero en Moldavia, que está cerca de una zona prorrusa ucraniana, la situación era diferente. Las personas que llegaban a este punto sí tenían la idea de retornar a sus casas cuando acabe la guerra”, apunta López.

La importancia de las donaciones

Para continuar con este dispositivo, SAMU mantiene una línea abierta de solicitud de voluntarios a través del correo electrónico [email protected]. También está abierta a la realización de donaciones de medicación y/o material fungible y a las donaciones económicas.

Gracias a la donación de 12.000 euros realizada en marzo por el Ayuntamiento de La Rinconada, SAMU ha podido enviar nuevos contingentes y materiales sanitario a Rumanía y Moldavia.

Respecto a la ayuda económica, se ha habilitado una cuenta corriente (ES78 0075 3018 24 0665001543), a la vez que se pueden hacer donaciones directas a través del Bizum de Fundación SAMU.

Borja González de Escalada, vicepresidente de Fundación SAMU: “Los refugiados ucranianos llegan traumatizados y con miedo”

Borja González de Escalada (Sevilla, 1973) ha regresado recientemente del este de Europa donde ha liderado durante un mes y medio la misión humanitaria puesta en marcha por SAMU para atender a los miles de refugiados por la invasión de Rusia a Ucrania

 

—Como vicepresidente de Fundación SAMU, en los últimos años ha participado en la puesta en marcha de numerosos proyectos tanto en España como en Marruecos, ¿cómo lleva estar lejos de casa?
—La verdad es que me pesa un poco estar separado de los míos, pero es cierto que hay ciertas funciones que no son fácilmente delegables, y que requieren la autonomía de gestión de la que disfruto.

—No sólo ha liderado la apertura de nuevos recursos, también ha participado en varias misiones humanitarias. ¿Podría citarlas?
—La primera misión en la que participe fue en la del terremoto de Haití, desde el gabinete de crisis, sin ser desplegado en zona. Más tarde, sí participé en un despliegue de larga duración, en concreto, durante seis meses, en Filipinas, tras el paso del huracán Yolanda. Después, estuve en dos misiones de ayuda en la cordillera del Atlas de Marruecos y en otra misión en Calais (Francia), en un campo de refugiados. Por último, estuve en el terremoto de Nepal y, recientemente, en diferentes puntos fronterizos con Ucrania tras la invasión rusa a este país.

—De todas ellas, ¿cuál ha sido la que más le ha impresionado?
—Filipinas. La primera misión siempre es la que más impresiona. En mi caso, además, tuve la suerte de coincidir con don Carlos Álvarez, fundador de SAMU.

—¿Y la más complicada?
—Nepal. En aquella misión no contábamos con el apoyo del Gobierno nepalí, nos consideraban hostiles en zona por motivos políticos. Aquella misión no fue fácil.

—Recientemente ha regresado de la misión que SAMU tiene activa en el este de Europa para atender a los refugiados ucranianos. ¿Cómo se está desarrollando esta misión?
—Acudimos tan pronto como surgió el conflicto a tenor de los millones de desplazados por la guerra. SAMU siempre ha estado presente en todas las crisis humanitarias que han acaecido en los últimos años, desde la erupción del volcán de la Palma a la crisis de los refugiados de Bielorrusia. Ésta no iba a ser menos.

—¿En qué puntos está trabajando SAMU exactamente?
—Por un lado, estamos en la frontera de Ucrania con Rumania, en la provincia de Tulcea, en el puesto fronterizo de Issacea. El segundo punto de atención es la capital de Moldavia, Chisináu. Allí hay un equipo atendiendo a los refugiados en un palacio de exposiciones y congresos que han transformado en albergue temporal, con una ambulancia UVI móvil. Además, en proyecto está la apertura de un refugio en Polonia, más concretamente en la ciudad de Cracovia, que es la localidad polaca que más refugiados ha recibido.

—¿Qué acciones está llevando a cabo SAMU en la zona?
—Proporcionamos asistencia médica básica a los desplazados y consulta de atención médica primaria y de urgencias a aquellas personas que cruzan en el ferry hasta Rumanía o están alojadas en albergues, para que tengan sus necesidades sanitarias cubiertas. En los puntos en los que trabajamos en Rumanía tenemos consulta tanto médica como de enfermería. En Moldavia, también hacemos traslados de pacientes que cruzan la frontera o de aquellos que necesitan traslado hospitalario.

—¿En qué condiciones llegan los refugiados ucranianos?
—Las personas que huyen de Ucrania no son pacientes, en principio, con traumatismos por el conflicto salvo excepciones. Sí llegan psicológicamente muy traumatizados, estresados y con miedo. Los problemas más comunes son la hipotermia y los problemas respiratorios, especialmente en niños.

—El 11 de abril, SAMU envió un tercer contingente a la zona ¿Por qué se ha decidido prolongar la misión?
—El conflicto aún no ha terminado, las necesidades, aunque menos acuciantes, siguen estando presentes. Y los donantes han confiado en SAMU para desarrollar una actividad más duradera. El peligro de que el conflicto escale a mayor nivel sobre las zonas más próximas a la frontera está presente. De ahí que sigamos en los mismos puestos. Las necesidades a nivel asistencial no han cambiado, una consulta de asistencia primaria. Donde hemos detectado una mayor necesidad de apoyo en el área de alojamiento y tratamiento psicológico es en Polonia, de ahí nuestro interés en abrir en este país un centro de apoyo a mujeres que hayan sido víctimas de abuso.

—¿Cuál es el perfil de los refugiados?
—El 95% son mujeres y niños. Los hombres que cruzan son personas mayores o extranjeros, el resto se tienen que quedar obligatoriamente en el país salvo que sean cabeza de familia monoparental.

—¿Cuáles son las principales dificultades que os habéis encontrando en la zona?
—El clima adverso fue una de las dificultades a las que tuvimos que hacer frente al principio. La necesidad de traductores de varios idiomas fue la segunda. Además, las relaciones con las autoridades locales no siempre son fluidas pero son muy importantes. El resto de las dificultades son solventadas con facilidad por el equipo, como el equipamiento, la logística y el abastecimiento.

—¿Qué destacaría de los sanitarios que forman parte de los contingentes de SAMU?
—Los profesionales que llegan son personas muy motivadas y entrenadas, con un alto grado de resiliencia ante las dificultades y muchos de ellos con experiencia previa, con espíritu de ayuda, de cooperación y de iniciativa. Llegan y permanecen con la moral muy alta, es fácil trabajar con ellos.

—En el último contingente que SAMU ha enviado al este de Europa ha viajado su hermano Juan González de Escalada, que lo ha sustituido como jefe de la misión. ¿Le ha dado algún consejo?
—El principal problema que tenemos los no sanitarios es entender nuestro papel en las misiones. Puedes no sentirte tan útil pero nuestra labor es distinta, más diplomática, ofrecer seguridad al equipo, mantener los miles de contactos institucionales y políticos. Tomar decisiones y procurar la máxima operatividad y confort del equipo.

—¿Qué ha sido lo que más le ha llamado la atención de esta misión?
—El despliegue de un gobierno como el de Rumanía, que tiene grandes instalaciones en todos los puestos fronterizos, así como la solidaridad europea con los refugiados, especialmente en Polonia, donde los ciudadanos han puesto a disposición de las familias ucranianas miles de viviendas.

—¿Tiene pensado regresar?
—Mi idea es regresar a Polonia en el momento en el que el proyecto del albergue en el que estamos trabajando salga adelante.

Plan 2030 de SAMU: una multinacional de la salud y la acción social

SAMU ha cerrado un ciclo de vida, un ciclo de 40 años que arrancó en un piso en el barrio sevillano de Los Remedios y con una ambulancia Volkswagen que el doctor Carlos Álvarez Leiva adquirió en Alemania a principios de los años 80. Hoy, SAMU cuenta con una plantilla que supera los 2.500 trabajadores, más de 90 recursos del ámbito sanitario y social y una presencia consolidada no sólo en España, sino también en Marruecos y Estados Unidos. La organización mira ahora hacia el futuro e inicia un nuevo ciclo, una nueva etapa que ha arrancado con un relevo generacional en el equipo de dirección y el desarrollo de un plan estratégico, una hoja de ruta que mira hacia el 2030. “En SAMU tenemos un lema. Nos enfrentaremos a todos los temporales que haga falta. Las olas serán muy altas, pero el rumbo tiene que estar claro. Este Plan 2030 es el rumbo a seguir”, señala Carlos González de Escalada, presidente y director general de SAMU.

“El objetivo de nuestro Plan 2030 es convertir a SAMU en una multinacional de la salud, los servicios sociales y las emergencias, siendo fiel a su herencia fundacional: compromiso y calidad, superior capacidad de organización y fortaleza logística. Este ambicioso plan se asienta sobre pilares realistas y un concienzudo análisis de nuestro entorno, teniendo presentes variables sociales, económicas, demográficas e institucionales, basándonos en la solidez y con el objetivo de adaptarse a las circunstancias de un entorno complejo, cambiante y difícilmente predecible”, explica José Antonio Trujillo, adjunto a la dirección de SAMU. “La marca SAMU, el equipo profesional multidisciplinar y su carácter innovador, así como la diversificación de servicios, llevarán a nuestra organización, junto a la excelencia demostrada, al salto cuantitativo que nos proponemos dentro y fuera de nuestras fronteras”.

Internacionalización

Tal como destaca González de Escalada, este Plan 2030 se basa en tres grandes pilares: “Potenciar los proyectos fuera de España; entrar en una dinámica de constante modernización tecnológica, humana y de procesos; y apostar por la formación tanto en nuestros valores como el talento que existe dentro de la propia organización. Estas son las tres matrices de trabajo”.

Con respecto al primer eje, la internacionalización, SAMU mira hacia otros países, principalmente, europeos y americanos. Desde 2017, la compañía trabaja en Marruecos y, poco después, comenzó su andadura en Estados Unidos, una aventura que ha ganado impulso durante 2021 con la acogida de menores inmigrantes. Además, el pasado año comenzó a trabajar en Iberoamérica.

“La marca SAMU es muy potente fuera de nuestras fronteras. No solo la marca, sino también el modo de trabajar y enfocar la acción social, sanitaria y en el ámbito de las emergencias”, explica Trujillo. “Esta vocación de internacionalización no surge solo porque se haya producido un cambio en la dirección de SAMU. En cierto modo, es un paso lógico, un paso natural que debe dar la organización dado su crecimiento”.

En esta internacionalización también hay que mencionar las misiones humanitarias. En los últimos tiempos, SAMU ha estado presente en Rumanía, Moldavia, Polonia, Costa Rica y Honduras. “SAMU lleva 30 años realizando misiones humanitarias, pero ahora, por primera vez, lo hace bajo el paraguas de las Naciones Unidas y con financiación”, apunta José Antonio Trujillo. Por otro lado, SAMU pronto contará con dos nuevas sucursales en Perú y Ecuador, y, actualmente, tiene en marcha varios proyectos formativos en El Salvador.

Dentro de nuestras fronteras, también continúa la diversificación de proyectos. Recientemente, se ha abierto un nuevo recurso de atención integral 24 horas dirigido a menores extranjeros en Mallorca, el primero que SAMU pone en marcha en las Islas Baleares. Y trabaja para la apertura de un centro dirigido a personas sin hogar en Ibiza, que, según adelanta Trujillo, estará funcionando dentro de un mes, aproximadamente.

Modernización

Con respecto al segundo pilar del Plan 2030, la modernización (financiera, transformación digital, procesos), Trujillo es claro: “Una organización que en el año 2022 no esté enfocada a sistemas, herramientas y métodos apoyados en la tecnología, no tiene todas las claves del éxito garantizadas. Por eso, nuestra apuesta en el Plan 2030 es ir poniéndonos a la vanguardia de la tecnología, tanto internamente como de cara a nuestros procesos y servicios fuera. Tenemos que dar la imagen de una empresa moderna y líder en el sector”.

Excelencia, tecnología, sostenibilidad, transparencia, investigación e innovación acompañarán el trabajo de SAMU en los próximos años. En este sentido, el departamento de Desarrollo de SAMU juega un papel importante. “El equipo de Desarrollo es una auténtica máquina de hacer proyectos y que explora constantemente tanto las oportunidades de nuestro ámbito como aquellas que supongan innovación o resulten transformadoras”, apunta Trujillo.

Actualmente, SAMU trabaja en proyectos europeos a través de partenariados y socios tecnológicos de primer nivel que le están dando apoyo en temas relacionados con las comunicaciones y herramientas tecnológicas.

Uno de los proyectos estrella de SAMU en este campo es la implantación de SAMS (SAMU Advanced Management System), un sistema de gestión integral desarrollado por la propia entidad que permite un registro sistematizado y exhaustivo de todas sus unidades de trabajo, además de una gestión preventiva y la posibilidad de generar conocimiento a través de procesos de investigación a partir de los datos registrados.

Otro de los proyectos en marcha es VRIME (Instrumento de Valoración del Riesgo en Menores y Jóvenes Migrantes Residentes en Andalucía), en colaboración con la Universidad Loyola, cuyo objetivo es el diseño de una herramienta de recogida de datos (Toolkit VRIME) que permita conocer los perfiles de riesgo de menores extranjeros no acompañados que se encuentran en entidades de acogida como Fundación SAMU y EMET-Arcoiris, así como identificar factores de protección o resiliencia en estos menores.

A estos dos proyectos se suman la firma próximamente de la Cátedra SAMU de Investigación Social con la Universidad Pablo de Olavide y SAMU Dis−Fit, la primera batería de valoración de condición física de personas con discapacidad intelectual en España, una iniciativa llevada a cabo gracias a la colaboración entre Fundación SAMU y el departamento de Motricidad Humana y Rendimiento Deportivo de la Universidad de Sevilla. Esta herramienta pretende orientar a profesionales de atención a la discapacidad sobre los parámetros físicos de personas con diversidad cognitiva, a través de tablas que por primera vez son el resultado de la actividad física de estas personas, y no una adaptación de tablas físicas de personas normalizadas.

“También hay que destacar la constitución del Instituto SAMU de Investigación Científica (ISIC), del que dependerá la nueva Academia SAMU, que forma parte de la tercera pata del Plan 2030 y que versa sobre la gestión del talento. Este instituto está recién constituido y tenemos la esperanza de que sea un agente andaluz de conocimiento. Todas las grandes corporaciones tienen sus propios órganos de investigación científica y nosotros no podíamos ser una excepción”, señala Carlos González de Escalada.

Gestión del talento

Como ya se ha mencionado, la tercera y última pata del Plan 2030 es la gestión del talento. “En una organización como SAMU con 2.500 personas hay mucho talento, algunos visibles y conocidos y otros ocultos. En este sentido, desde el ámbito de Recursos Humanos, trabajamos para descubrir y fomentar que ese talento esté al servicio de la organización y que, además, no sea un talento estático, sino que es nuestra responsabilidad ir desarrollando y preparando a estas personas que son las que van a tirar del carro en 2030”, afirma José Antonio Trujillo. “Formar a estas personas desde el propio SAMU es una estrategia clave, es invertir en las personas que dirigirán esta casa dentro de 10 ó 15 años. Para ello, nos hemos dotado de un presupuesto muy ambicioso y de unos programas formativos muy potentes. La Academia SAMU es una de las iniciativas más exitosas y de mayor reconocimiento en toda la organización este año”.

“Actualmente ofrecemos un título de posgrado de Experto en Desarrollo directivo y también impartimos infinidad de cursos de formación en liderazgo, tecnología, formación financiera, nuevas tecnologías…”, añade Carlos González de Escalada. “Cuando estudias el recorrido de las grandes organizaciones, el mayor peligro que tienes es que se diluya tu esencia y esto nos preocupa mucho, sobre todo a la familia fundadora. No nos gustaría que la esencia fundacional, muy volcada en la prestación de servicios, en la logística, en la excelencia, en mimar todo lo que hacemos, se vaya perdiendo conforme vayamos creciendo. Y la única manera que tenemos de trasmitir esos valores es con programas específicos dirigidos al equipo directivo, formado por unas 120 personas”.

En este punto entra en juego Talento SAMU, una campaña para buscar el talento oculto que existe dentro de la organización, entre los trabajadores, con el objetivo de desarrollarlo y promocionarlo. Este proyecto tiene como objetivo que los propios empleados de SAMU puedan postularse en nuevos proyectos y optar a los puestos que se desarrollen dentro de la organización.

Alineados con los objetivos de la Agenda 2030

SAMU se proyecta como una organización líder a nivel nacional en la combinación de servicios de salud, de cobertura social y de acción ante emergencias. La combinación de las distintas áreas convierte a esta organización en un modelo inédito en España con enormes y demostradas posibilidades de replicar en el resto del mundo.

Alineados con los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la proyección de SAMU en los próximos años estará marcada por el triple objetivo de ser una entidad sostenible económicamente, de carácter altamente social y enfocada a la globalidad. Todos ellos se sustentarán en el notable incremento de la responsabilidad social de la empresa, la promoción del crecimiento económico sostenido e inclusivo y por el empleo pleno y productivo.

ODS 16: Promover sociedades pacíficas e inclusivas

Nadie hubiera podido imaginar el estallido de una nueva guerra, y el estupor del resto del territorio mundial ante tal salvajada. ¿Qué va a pasar con la población que sufre? ¿Qué va a pasar con los miles y miles de personas que están huyendo de su país, de Ucrania, abandonando su vida, su hogar? Ucrania necesita de la solidaridad de los países, de sus vecinos, de la población general. Se ha despertado en la sociedad una oleada de ayudas de todo tipo.

En el marco de la Agenda 2030, recordamos el ODS 16: Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles.

Fundación SAMU, bajo este ODS, ha proyectado dos contingentes en zonas fronterizas en Ucrania, en colaboración con la institución americana Project Hope, con el fin de proporcionar asistencia sanitaria a las personas desplazadas de Ucrania debido a la situación sociopolítica actual y responder ante las necesidades asistenciales generadas por la crisis humanitaria. Esta misión forma parte de la iniciativa de los equipos médicos de emergencia de acción humanitaria de la OMS de la que Fundación SAMU forma parte.

Hay una creciente preocupación, así lo expresa el Mundiario, primer periódico global de análisis y opinión, sobre cómo va a trastocar esta invasión a la Agenda 2030 en Europa, sobre el cambio climático y la sostenibilidad. Cito textualmente: “Las razones descansan al descartarse un conflicto militar corto en el tiempo en el país ucraniano, tener que desviar inversiones hacia energías fósiles a falta del suministro del gas ruso y al rearme en los países de la OTAN, que de otra manera esos fondos se destinarían a renovables y políticas verdes, Se impone así la máxima de: Primero la guerra y luego el clima. Si en la Agenda 2030 nos hemos propuesto en Europa reducir un 55% los niveles de emisiones a la atmósfera y hasta neutralizar el consumo de combustibles derivados del petróleo hasta su prohibición total, es muy probable que con la invasión rusa en Ucrania, el cierre de gasoductos derive en un mayor consumo de carbón y petróleo, y cuyos desastres ambientales provocados repercuta en un desvío de las prioridades políticas, relegando las del cambio climático a un tercer rango. Además puede cuestionar la transición ecológica que aspiramos en la Unión Europea antes de entrar de lleno en la descarbonización de la economía”.

La Agenda 2030 será siempre un referente que guíe nuestras acciones en SAMU, y tendrá los ODS como objetivos transversales dentro de las metas generales de nuestra entidad.

Por Rocío Álvarez, directora del área de Sostenibilidad de SAMU

Intervención humanitaria en la crisis de Ucrania: El modelo de Fundación SAMU

La invasión de Ucrania demuestra, una vez más, la crueldad de la historia consigo misma. Rusia invadió impunemente Hungría en el 1956, mientras Europa miraba al Canal de Suez. En 2014 hizo lo propio con Crimea y hoy vivimos, con enorme impotencia, el horror y la crueldad con la que destroza un país moderno y democrático.

La crisis de Ucrania es un incendio delante de un polvorín. La indignación circundante es creciente. No creemos lo que no vemos. Cómo en un entorno digitalizado y moderno, recién apagadas las luces de Navidad, tras una Covid-19 implacable, se puede masacrar impunemente.

Tanque soviético destruido en Budapest durante la revolución de 1956.

Tanque soviético destruido en Budapest durante la revolución de 1956.

 

Paradigmas

  • Paradigma 1: Limitar el daño

En gestión de crisis, limitar el daño es la prioridad, por duro que parezca, aunque eso signifique el holocausto. Significa, además, incluir nuevos actores en el conflicto, aumentar el número de muertos y, sobre todo, de heridos. De ellos se habla poco y son los que sufren durante un tiempo más prolongado. Está claramente contraindicado implicar a otros países en el conflicto.

  • Paradigma 2: Profesionalizar la intervención

La intervención humanitaria se gestionará separada de las emociones. El proceso pasa por una acción logística estructurada, dirigida por profesionales que, además, por las competencias propias de su titulación, añaden manejo fluido de idiomas, buena salud física, equilibrio emocional y espíritu de sacrificio. Todos los profesionales son adecuados porque todos encuentran un papel si realmente tienen actitudes para ello. Están especialmente adecuados para este cometido sanitarios, incluyendo farmacéuticos, veterinarios, técnicos de emergencias, logistas e intérpretes, entre otros.

  • Paradigma 3: Aliviar el dolor

Recibir heridos de guerra es una de las grandes aportaciones que la comunidad internacional puede desarrollar ya que supone un alivio sin precedentes para el campo de batalla.

Sin duda, las capacidades de asistencia en el frente están limitadas a cirugía de daño corporal y preservación de la vida para, en un segundo tiempo (incierto), organizar un tratamiento reparador y funcional.

Seriamos capaces de volver a los trenes hospital de la Segunda Guerra Mundial, lo que supondría una gran alivio para los heridos y una forma de reconfortarnos como actores. Todo un reto de logística médica.

Personal de SAMU en Ucrania

Personal de SAMU en Ucrania

  • Paradigma 4: Evitar el tsunami humanitario

Las fronteras viven ahora un tsunami humanitario. La llegada indiscriminada, desorganizada y brutal de todo tipo de enseres, ropas, medicinas, alimentos y productos de primera necesidad aumentan la desorganización, colapsan los transportes y, lejos de resolver problemas, los agravaban. Entre otras cosas, porque esta crisis se da en Europa, donde la respuesta sanitaria tiene capacidades manifiestas de una atención provisional e inmediata.

La marea humanitaria debe ser reconducida a aportaciones en metálico a través de un modelo de crowdfunding.

Se mantiene la realidad contrastada que 1€ entregado aquí a una organización de garantías equivale a 100€ en la zona de crisis. La ayuda económica es realmente efectiva.

  • Paradigma 5: El transporte es el talón de Aquiles

El transporte supone el 90% del consumo ante de cualquier logística en situación de crisis. El movimiento de personal y material es más costoso que el propio contenido y se multiplica por diez si pretendemos introducirlo en la zona de guerra.

Mi experiencia es que más del 80% de las entregas de buena voluntad jamás llegan al usuario final y esto es algo muy serio. La gente debe saber que los caminos son largos y, personalmente, he visto naves llenas de productos sin entregar.

A esta situación hay que añadir, además, la crisis de transportistas actual, el precio disparatado de los combustibles y la inseguridad presente en los movimientos. La atención humanitaria no es un tema de emociones sino de realidades.

  • Paradigma 6: Las prioridades humanitarias

Desde el punto de vista que nos proporciona la atención general, las prioridades se establecen en función en el siguiente orden: seguridad, cobijo caliente, abrigo, agua, alimentos, combustibles y atención social.

Por otra parte, desde la perspectiva sanitaria encontramos las necesidades establecidas así: triage, atención primaria, atención a eventuales emergencias críticas y transporte medicalizado dirigido a la zona de interior.

Las patologías más frecuentes que podemos encontrar en este tipo de situaciones son: cuadros respiratorios, gastrointestinales, dermatológicos y desestabilizaciones metabólicas por interrupción de tratamientos.

Personal de SAMU en la misión humanitaria Ucrania 2022.

Personal de SAMU en la misión humanitaria Ucrania 2022.

Procedimientos

  • Logística médica

La logística médica es la disciplina que se ocupa del cálculo y abastecimiento de los recursos humanos y materiales suficientes para alimentar un proceso a largas distancias y en condiciones de especial dificultad.

La quinta esencia del esfuerzo logístico es el transporte. El movimiento de personas y recursos condiciona absolutamente el esfuerzo. Es lo más costoso, ya que implica gestionar permanentemente las incertidumbres de rutas, proveedores y transportistas.

Material sanitario SAMU. Misión El Salvador 2020

Material sanitario SAMU. Misión El Salvador 2020

  • Cadena logística de abastecimientos

La cadena logística de abastecimientos es el flujo permanente que se establece y mantiene entre el Centro Retrasado de la organización que presta la asistencia y la base avanzada responsable de los servicios sobre el terreno.

La cadena logística es el sistema circulatorio de la organización en el que el escalón retrasado es el corazón, el motor de la operación. Es como un brazo robótico que puede mover las capacidades sobre el terreno. Una vez más, el transporte es la clave fundamental.

  • Atención en las fronteras

Según nuestra experiencia, hoy en día, el ciudadano que traspasa la frontera es un individuo sano, con funcionalidad manifiesta, que precisa reposo y apoyo circunstancial para proseguir hasta llegar a su destino final. Por tanto, permanecen en los puestos fronterizos hasta que son transportados.

  • Ríos azules

Ya los montamos en Kurdistán. Los ríos azules son itinerarios predeterminados por los que los medios de transporte terrestre con refugiados transitan. En ellos se despliegan áreas asistenciales multifuncionales equipadas con WIFI, duchas con agua caliente, áreas de reposo, cocina caliente, asistencia médica, ropa, atención infantil, información de situación, etc. Estos centros son gestionados extraordinariamente por los voluntarios locales debidamente organizados. Disponer de WIFI es lo mas importante, no lo olviden. En los centros eventuales de acogida, lo normal es que tengan una estancia no superior a las 24 horas.

El modelo de Fundación SAMU

En Fundación SAMU contamos con un amplio recorrido en materia de intervenciones humanitarias. Nuestro procedimiento se basa, fundamentalmente, en la medicina militar y, por ello, dispone de una estructura fuertemente jerarquizada en el proceso logístico.

Nuestros principios están basados en la inteligencia humanitaria, la inmediatez en la intervención, la autosuficiencia de los equipos, la máxima explotación de los recursos de proximidad y el apoyo de autoridades locales, así como de organizaciones internacionales.

Contingente caravana solidaria (Marruecos 2019)

Contingente caravana solidaria (Marruecos 2019)

  • El Gabinete de Crisis (GC) como motor del proceso

Históricamente, desde el mismo momento que se tienen noticias de un acontecimiento catastrófico se activa un GC que monitoriza la situación sin solución de continuidad.

Si se prevé la posibilidad de una intervención se activa inmediatamente a los equipos profesionales en los que involucramos. Habitualmente. a los alumnos de los ciclos formativos de emergencias de Escuela SAMU (Gelves, Sevilla).

El GC está compuesto por cuatro secciones añadidas al jefe: personal, administración, recursos (humanos y materiales) y relaciones públicas. Desde el GC se elabora, junto con la dirección, puntos de situación que cuentan con una periodicidad predeterminada para poder modular de forma permanente la intervención.

  • Los profesionales

Los profesionales son seleccionados en concordancia con las normativas internacionales de intervinientes dictadas por Naciones Unidas. Para poder participar tienen que firmar un compromiso de voluntariado con la organización, en el que se incluye el seguro de repatriación y con el que, habitualmente, se corre con los gastos de transporte a la zona.

Contingente profesionales SAMU-Fundación SAMU.

Contingente profesionales SAMU-Fundación SAMU.

  • La comisión aposentadora

La comisión aposentadora es un equipo multidisciplinar de intervención y respuesta inmediata conformado por un equipo de entre seis y ocho profesionales cuya misión es facilitar la proyección del contingente principal.

Sus tareas son:

  1.  Buscar un centro logístico de abastecimiento en proximidad que evite los costos de transporte desde el escalón retrasado al escenario de intervención.
  2.  Contactar con las autoridades locales ofertando capacidades para su ponerlas a su disposición.
  3.  Establecer un listado con las capacidades locales que incluya todo tipo de abastecimientos (agua, combustibles, alimentos, medicamentos, transportes, alojamientos, etc.) que supongan un ahorro en el transporte desde el escalón retrasado.
  4. Establecer un Puesto Médico Avanzado (PMA) con capacidad de triage, atención primaria, box de estabilización y transporte medicalizado.
  5. Autonomía en energía, abrigo, agua, alimentos, medicación de socorro y combustibles durante un mínimo de 72 horas.
  6. Diariamente se emite un informe de situación (SITREP) al escalón retrasado para reordenar permanentemente la operación.
  • El contingente

El segundo equipo y sucesivos, si fuera menester, que marchan a la zona está conformado por un jefe, que cuenta con cuatro refuerzos, responsable de la asistencia sanitaria (JASAN), un responsable de logística, un responsable de las finanzas y otro de relaciones institucionales.

Cada mañana se celebra una prima matina para evaluar y distribuir las tareas, valorar el estado de ánimo de los integrantes y reforzar el equipo. Para ello se procura compartir los tiempos del desayuno y la cena.

Las misiones que hemos realizado en Fundación SAMU han sido muy variadas: atención medica directa, apoyo a hospitales, evaluación de capacidades, rescates difíciles, etc. En ella, el número y la capacitación de los profesionales se ha armonizado adecuadamente, procurando siempre que el tiempo mínimo de estancia en zona sea de tres semanas.

Contingente Misión SAMU Ucrania.

Contingente Misión SAMU Ucrania.

Ucrania nos preocupa a todos y solo los que se preparan para lo imposible podrán salir airosos de las crisis que se prevé. Profesionalizar las actuaciones es una forma rigurosa de garantizar la prestación de ayuda eficaz. La Fundación SAMU estará constantemente al lado de los más débiles y esto solo es posible gracias a los profesionales que siempre nos acompañan.

 

Texto: Carlos Álvarez Leiva, Juana Macías Seda, Carlos Glez. Escalada, Borja Glez. Escalada, Juan Glez. Escalada y Alejandro Álvarez Macías.

Nueva misión internacional de SAMU: Polonia

Un equipo sociosanitario de voluntarios de SAMU formado por cuatro personas de diversas disciplinas (trabajador social, pedagogo, técnico en emergencias sanitarias y enfermero) acudieron en noviembre a la frontera de Polonia con Bielorrusia para realizar una incursión en el terreno y detectar las necesidades existentes y así tomar las acciones correspondientes, debido a la situación de extrema precariedad en la que se encuentran miles de personas procedentes en su mayoría de Oriente Medio y África, especialmente de países en conflicto o con una difícil situación económica tras años de guerra, como Siria, Afganistán o Iraq. El objetivo de SAMU era poner en marcha un dispositivo de atención a los refugiados.

La crisis migratoria en la frontera oriental de la Unión Europea, que empezó la primavera pasada, se ha agravado desde noviembre. Miles de personas han quedado atrapadas en tierra de nadie, vagando en difíciles condiciones por los bosques de la región que separa Bielorrusia de Polonia.

Los días más tensos se produjeron durante la primera quincena de noviembre, días en los que hubo enfrentamientos con la Policía polaca, equipada con material antidisturbios. En sólo cuatro días, más de 30.000 personas intentaron cruzar la valla de alambre de espino que separa ambos países.

Varsovia y Bruselas han acusado al régimen de Minsk de orquestar el tráfico ilegal de personas para presionar a la Unión Europea en represalia por las sanciones económicas impuestas, debido a las graves violaciones de derechos humanos en el país tras las protestas por las elecciones celebradas en agosto de 2020, cuyo resultado no ha sido reconocido por la UE.

Las autoridades polacas están viendo que no pueden con la avalancha de migrantes que están atrapados en su línea divisoria y que llegan empujados por las tropas del régimen bielorruso. El endurecimiento de sanciones o las gestiones diplomáticas para intentar tapar vuelos con destino a Minsk para refugiados iraquíes, sirios y yemeníes se escapan de la influencia de Varsovia. Y esa labor la están llevando a cabo las instituciones europeas.

La Misión Polonia, como ha sido denominada la acción de SAMU, se puso en marcha el 15 de noviembre, escasos días después de la llegada de cientos de migrantes a la frontera. El día 16, martes, se activó un gabinete de crisis, y, finalmente, el 17 se producía la salida de la expedición. Esta misión de cooperación tuvo como objetivo brindar apoyo y colaboración a las autoridades, principalmente locales, así como a las entidades que estaban prestando sus servicios en esta zona a los colectivos atendidos. El contingente de SAMU elaboró informes diarios que recogían aspectos sanitarios y sociales de la situación, y prestaron asistencia sociosanitaria. También donaron materiales a las entidades que atendían a las personas refugiadas in situ y realizaron una agenda de contactos y afianzaron posibles cooperaciones futuras.

“Los niños no entienden lo que está pasando. Ellos están bien. Son críos y al final se adaptan a lo que ven. No están tristes, se les ve felices”, asegura Ángel Jesús Casares, sevillano de 31 años y uno de los cuatro trabajadores del equipo multidisciplinar de SAMU que se trasladó desde Sevilla hasta Bialystok para trabajar con los pocos refugiados que conseguían superar la frontera. Junto al psicopedagogo Ángel Casares viajaron también el trabajador social Adrián Moreno, el enfermero Juan Manuel Tallón y el técnico en emergencias sanitarias Jesús Romero.

“Hay familias que están sobreviviendo en condiciones nefastas y tienen muchas carencias”, comenta Jesús Romero. “Antes de viajar, sabíamos que nos íbamos a encontrar con una barrera militar pero teníamos claro que íbamos a intentar acercarnos a ellos para ofrecerles nuestra ayuda. Están pasando frío y apenas tienen alimentos. Están retenidos”.

Adrián Moreno explica que en Polonia “la situación es complicada y no llega mucha información”. Todo el mundo se imagina qué ocurre allí, en el bosque, pero prácticamente nadie lo puede afirmar con exactitud. Las cifras que se manejan estiman que hay entre cuatro y cinco mil personas en medio de esa nube de árboles, según informa El Confidencial. “Tú pasas de día y no se ve nada, imagínate de noche. Allí hay bisontes, alces… Es muy peligroso. Más aún con estas temperaturas”, señala Moreno.

Entre las personas que tratan de acceder a Polonia, hay grupos familiares completos con menores a su cargo y mujeres en cinta, que son los casos más vulnerables. Pero en su mayoría son hombres de entre veinticinco y cuarenta y cinco años de edad, explican desde SAMU. Los grupos de migrantes han instalado tiendas de campaña a pocos metros de la frontera polaca y han encendido hogueras, según cuentan diferentes activistas. Entre ellos hay muchas mujeres y niños pequeños y las condiciones son extremadamente peligrosas, con temperaturas bajo cero durante la noche. En los últimos dos meses, al menos ocho personas han muerto en la zona.

El jefe de la misión de SAMU, Adrián Moreno, explica en un artículo de El Confidencial que algunos activistas solidarios se juegan hasta 15 años de prisión por llevar a los refugiados comida y ropa. “No entiendo cómo Europa consiente esto. La culpa no puede ser de quien se muere en los bosques. En otras crisis humanitarias dejan que se ayude a las personas. Al final, nosotros nos trasladamos a estos puntos para echar un cable en lo que podemos. En este contexto es más complicado de lo normal. Por la tensión política, claro, y porque están impidiendo que las entidades humanitarias colaboren”, aseguran desde SAMU, refiriéndose a la negativa del Gobierno de Polonia a dejar que las ONG entren en la zona de exclusión.

En esta misión, SAMU ha volcado toda su experiencia en la gestión de misiones de cooperación. Sólo en el último año, la entidad ha coordinado tres misiones humanitarias internacionales en los países de Dominica, El Salvador y Costa Rica. Asimismo, recientemente, desplegó un dispositivo de atención a los afectados por el volcán de La Palma, y está participando activamente, desde el inicio de la crisis migratoria, en la atención a los menores que llegaron desde Marruecos en mayo de 2021, gestionando actualmente varios de estos centros de atención a los menores.

Asimismo, SAMU viene llevando a cabo desde hace más de treinta años proyectos de carácter humanitario en numerosos lugares del mundo, y desde 2018 cuenta con presencia en Washington DC (EE.UU.) a través de SAMU First Response, cuyo objetivo es captar fondos y recibir donaciones corporativas y a título individual para llevar a cabo dichas misiones.

Fundación SAMU prestará asistencia a la ciudad de Milagro (Ecuador) para la mejora de su sistema de gestión de las adicciones

Una delegación de responsables de la ciudad de Milagro (Ecuador) ha visitado Sevilla para conocer de primera mano el modelo de gestión de los centros de la Fundación SAMU en materia de adicciones. Esta visita se lleva a cabo en el marco del desarrollo de un proyecto de innovación para la puesta en marcha de un modelo de intervención específico para el municipio de Milagro conforme al diagnóstico de las necesidades de la región en este ámbito.

La visita ha estado encabezada por el alcalde de la ciudad de Milagro, Francisco Asán Wonsang, con la participación de varios técnicos del municipio, quienes han conocido las instalaciones de Fundación SAMU, así como la clínica de Salud Mental SAMU Wellness y la Escuela SAMU, localizada en Gelves (Sevilla). Asimismo, la comisión ha sido recibida en el Ayuntamiento de Sevilla por una representación del Gobierno municipal.

Las autoridades de Milagro están interesadas en introducir innovaciones en los procesos de gestión pública y de atención sanitaria a las conductas adictivas en su municipio, debido a su actual impacto social, familiar y humano, que está produciendo un gran problema en los costes de la atención en salud, seguridad pública, escolaridad, medio ambiente y productividad laboral en esta ciudad. El problema se ha agravado de tal modo que actualmente el consumo de sustancias psicoactivas en menores de edad es uno de los problemas de salud más graves en esta localidad.

La labor desarrollada por Fundación SAMU en distintos países de Latinoamérica ha favorecido el conocimiento de su actividad entre numerosas administraciones públicas de su entorno, lo que finalmente ha llevado al Gobierno del Cantón San Francisco de Milagro a solicitar la colaboración de dicha Fundación.

El proyecto se desarrollará conjuntamente entre la dirección de Desarrollo de la Fundación SAMU, la Clínica de Salud Mental SAMU Wellness y la Escuela SAMU, cuajando en un proyecto de innovación para abordar clínica y socialmente el problema de la adicción a sustancias psicoactivas que se registra en esta ciudad.

Su diseño incluirá un despliegue de acciones complementarias que incluirán desde la prevención de las adicciones hasta la participación de la comunidad y las organizaciones no gubernamentales en la reinserción social, haciendo hincapié en la incorporación educativa y/o laboral.

Asimismo, los responsables de Milagro quieren también impulsar la capacitación y mejora continua de sus profesionales, para lo que contarán con la Escuela SAMU y su cualificada oferta formativa en todos los ámbitos de la gestión sanitaria.

Milagro, también conocida como San Francisco de Milagro, es una ciudad ecuatoriana y cabecera cantonal del Cantón Milagro. Con casi 200.000 habitantes, es una de las ciudades más grandes y pobladas de la Provincia del Guayas.

Ayuda más allá de cualquier frontera

El 14 de enero del 2010, un terremoto de magnitud 7,3 en la escala de Richter arrasó el país caribeño de Haití. Fueron 36 segundos letales que provocaron más de 200.000 muertos y aproximadamente 1,5 millones de personas afectadas. Inmediatamente, tras conocerse la noticia, SAMU convocó un gabinete de crisis para acudir al auxilio de los damnificados.

Haití se convirtió de este modo en la primera misión humanitaria en la historia de SAMU. Desde entonces, la organización ha participado en 11 misiones humanitarias, 10 de ellas internacionales. La última fue en junio de 2021, cuando un grupo de 20 profesionales de SAMU viajaron a Costa Rica para apoyar a los sanitarios locales ante la incesante expansión del Covid-19.

Haití fue una de las misiones más largas emprendidas por SAMU, sólo superada por la misión en Filipinas, en 2013. En total, cinco contingentes diferentes formados por 45 personas (11 médicos, 25 enfermeros, 3 arquitectos, un psicólogo, un farmacéutico y una persona de logística) viajaron hasta el país caribeño. La misión arrancó el 14 de enero de 2010 con la creación de una comisión aposentadora y finalizó el 16 de abril de ese mismo año, con la llegada del quinto contingente a España, tres meses en total. SAMU se centró principalmente en atender a la población de Jimani y Puerto Príncipe. En total se asistieron a 9.973 personas.

En esta primera misión, SAMU contó con la colaboración del Ayuntamiento de Sevilla, BUSF (Bomberos Unidos Sin Fronteras), Farmamundi y Aecid (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo).

Un año después de Haití, SAMU actuó en Lorca (Murcia), donde la tarde del 11 de mayo de 2011 se produjo un terremoto de magnitud 5,1 que tuvo múltiples réplicas (131). Este sismo ocasionó 9 muertos y más de 300 heridos.

Dos días después del terremoto, SAMU recibió por parte del teniente coronel del EMAT (Escalones Médicos Avanzados de Tierra) del ejército de Tierra Félix Conde la solicitud de una célula de refuerzo de personal sanitario para asistir a las víctimas del terremoto. SAMU respondió a esta solicitud enviando cinco enfermeros y a un médico. Este personal se incorporó a las órdenes del teniente coronel, bajo los auspicios del Escalón Médico Avanzado, el día 13 de Mayo y permanecieron en el lugar hasta el 20 de Mayo del 2011.

La siguiente misión humanitaria de SAMU no llegó hasta 2013: Filipinas. El 7 de noviembre de 2013 el tifón Haiyan (también conocido como Yolanda) azotó la isla de Bantayan, causando muertes y dejando la isla devastada a su paso. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 16 millones de personas sufrieron las consecuencias de este fenómeno a su paso por las islas del archipiélago de Filipinas.

Esta es la misión más larga que ha experimentado SAMU. En ella participaron 27 personas divididas en cinco contingentes. La misión duró cinco meses, del 15 de noviembre de 2013 al 25 de abril de 2014. Durante la estancia de SAMU en Filipinas se realizaron múltiples misiones sanitarias tanto en bases temporales como con equipos itinerantes, y se realizaron colaboraciones con otras organizaciones presentes en la zona en el reparto de alimentos y gestiones logística así como acciones de formación en materia sanitaria dirigido a la población local.

La misión arrancó en el norte de la Isla de Cebú y se acudió a más de 30 poblaciones distintas. En total se asistieron a más de 7.300 personas.

En 2015, SAMU participó en dos misiones humanitarias, Katmandú (Nepal) y Calais (Francia), ambas en colaboración con la Fundación británica Bridge 2.

Tras el grave terremoto de Nepal en abril de 2015, Fundación SAMU envió a un grupo de profesionales y alumnos de Escuela SAMU para atender a la población afectada. Esta intervención fue posible gracias a la colaboración de Obra Social La Caixa, Rotary Internacional, Menarini Responsable, Universidad de Sevilla, Instituto Municipal de Deportes de Sevilla y el Colegio Rural Agrupado El Carracillo de Segovia, así como a infinidad de personas que a título individual hicieron llegar a SAMU recursos para poder atender a la población nepalí.
Una vez en la zona, el equipo de Fundación SAMU se fusionó con voluntarios de la organización Bridge 2 Nepal, especializada en el reparto de víveres, kits de higiene y primeros auxilios. Esta colaboración reforzó las capacidades de ambas instituciones para mayor eficiencia de esta misión.

Ese mismo año, en noviembre, otro equipo de SAMU actuó en el campamento de refugiados de Calais, en el norte de Francia, bautizado como La Jungla. Aquí malvivían más de 6.000 inmigrantes a la espera de poder cruzar de manera irregular el Canal de la Mancha hasta Reino Unido ante la grave crisis migratoria.

En 2016 también se desarrollaron dos misiones de cooperación médica, ambas en Marruecos: El Aaiún y Tan-Tan. Entre los objetivos de estas dos acciones destacaban la formación a sanitarios locales en cirugía laparoscópica y en atención prehospitalaria, reforzar las relaciones con instituciones locales privadas y públicas del ámbito de la salud, talleres formativos dirigidos a la población y la atención sanitaria.

Con estas misiones, especialmente la de El Aaiún, existía el objetivo de explorar las posibilidades de implantación de un programa de urgencias y emergencias dentro del programa de salud del Reino de Marruecos. Estas acciones permitieron la apertura en 2017 de una base de emergencias en Tánger gestionada por SAMU, que se consolidó con la celebración de dos caravanas escolares solidarias en el norte de Marruecos en 2019.

En 2020, SAMU llevó a cabo dos misiones humanitaria: El Salvador y Honduras. En la primera de ellas, SAMU respondió en agosto a la solicitud de ayuda por parte del Gobierno salvadoreño ante el aumento de contagios en plena pandemia mundial de Covid-19. La misión marcó un hito por su repercusión mediática e institucional en ambos países. Ese mismo año, en diciembre, un equipo de SAMU acudió a Honduras para dar respuesta a las necesidades de la población tras el paso de dos fuertes huracanes.

Costa Rica ha sido la última misión humanitaria llevada a cabo por SAMU hasta el momento. En junio de 2021, una veintena de enfermeros y técnicos en emergencias sanitarias acudieron al país centroamericano para apoyar a los sanitarios locales ante la incesante expansión del Covid-19. SAMU estuvo trabajando durante más de tres semanas en dos hospitales de campañas levantados en las inmediaciones del Hospital de San Vicente de Paúl de Heredia.

Un equipo preparado para la llamada de Estados Unidos

SAMU, a través de su filial SAMU Foundation, con sede en Washington DC, sigue trabajando con el objetivo de ofrecer sus recursos para hacer frente a la crisis migratoria que vive el país norteamericano, especialmente, en la atención de menores extranjeros no acompañados y sus familias a través de la operación New Comfort. El objetivo de SAMU Foundation es crear un proyecto educativo residencial cerca de Washington DC, pero la entidad está abierta a participar en cualquier otra iniciativa o proyecto que le permita ayudar a paliar el problema actual, según explica Francisco Moyano, director de la Operación New Comfort.

Mientras se solventan los trámites administrativos y burocráticos, y a la espera de obtener luz verde por parte de Estados Unidos, SAMU ya ha puesto su maquinaria en marcha y ha empezado a formar a un equipo de 15 personas, todos ellos profesionales del área de Infancia y Familia de SAMU de diferentes puntos de España, en la implantación de centros de menores en Estados Unidos.

“Desde el área de Infancia y Familia hemos seleccionado a 29 profesionales de SAMU que han mostrado su interés en participar en la Operación New Comfort si el proyecto sale adelante y trabajar durante unos tres meses en EEUU. A esas 29 personas las hemos dividido en dos grupos en función de su nivel de inglés y perfil profesional, y ya hemos empezado a formar al primer equipo”, señala Adrián Moreno, coordinador del curso y responsable del proyecto de implantación de un centro de menores en Estados Unidos.

Este curso, de 10 horas de duración, tiene como objetivo principal que los participantes adquieran toda la información necesaria sobre cómo implantar un centro de menores desde cero y fuera de España, así como la documentación y licencias requeridas, y el conocimiento sobre las diferentes tipologías de recursos dirigidos a menores, sus necesidades y gestión. “No es lo mismo poner en marcha un recurso de emergencias y acogida inmediata con 100 ó 150 plazas, que un centro residencial, con 30 ó 50 plazas. El funcionamiento del mismo y las necesidades de los menores son diferentes”, subraya Moreno.

En este curso de nivel avanzado, además de Adrián Moreno, también participan como formadores José Manuel Román, director del JEM Polanco (Sevilla); Laura Rodríguez, del departamento de Desarrollo de SAMU; y Karen Gil, directora del Recep Campo de Gibraltar. El 11 de mayo se celebró la inauguración del curso, acto al que acudieron Adrián Moreno; Nicolás Torres, director del área de Infancia y Familia de SAMU; Juan González de Escalada; director de Escuela SAMU y del área de Emergencias; y Francisco Moyano, director de la Operación New Comfort.

De forma paralela, este mismo día se inauguró el curso de Especialización en Centros de Menores dirigido a alumnos de Técnico en Integración Social y Técnico en Emergencias Sanitarias, así como a cualquier persona interesada en este campo profesional, con el fin de acercarles a la realidad laboral en los centros de menores y poder cubrir así las ofertas de empleo de Fundación SAMU en este campo. Este curso trata tanto aspectos culturales del colectivo en el que se van a sumergir, así como estrategias de resolución de conflictos emocionales tanto del educador como del residente. Todos ellos son contenidos decisivos para un primer encuentro con menores. El fin de esta formación es que el alumno adquiera los conocimientos, competencias y habilidades necesarias para trabajar en centros de menores.

El curso, que se divide por bloques, tiene una duración de 36 horas (11 sesiones), del 11 de mayo al 24 de junio, y cuenta con la acreditación de Escuela SAMU. El director general de SAMU, Carlos González de Escalada, se dirigió a los alumnos el primer día de clase junto con el director del curso y del área de Infancia y Familia de SAMU, Nicolás Torres. Este primer día, Abderrahim, mediador en el ARB Miguel de Mañara (Montequinto, Sevilla), fue el encargado de acercar a los alumnos a este colectivo por primera vez.

Otros instructores del curso son Daniel Cobos, director del COISL Motril (Granada), encargado de explicar a los alumnos cuál es el modelo de trabajo en un centro de menores; el bombero Pablo Álvarez, que aborda el tema de la protección personal, extinción de incendios y evacuación; Manolo Calvente, psicólogo del Centro El Bosque (Algeciras, Cádiz), que aborda los problemas conductuales de los menores; Laura Rodríguez, del departamento de Desarrollo de SAMU, que trata sobre la organización interna de un centro de menores y de temas relacionados con la legislación; Siham Khalifa El Abdi, responsable del PAI SAMU Motril, encargada de los temas relacionados con la inserción socio-laboral de los menores; Palma Díaz, directora del ARB El Bosque, que habla de los trámites administrativos y del trabajo social; Julia Roldán Mariscal, psicóloga del ARB Miguel de Mañara, que aborda la gestión de conflictos en el entorno de trabajo; Ana Solís Cuadrado, psicóloga y docente en Escuela SAMU, que aborda la gestión de emociones; y Lucía Gómez Herrero, pedagoga y docente en Escuela SAMU, que es la encargada de organizar la parte práctica del curso, que consiste en la visita a un centro de menores.

El objetivo general de este curso es mejorar la capacitación profesional del personal de nueva contratación en los centros de menores de Fundación SAMU, además de acercar a las personas interesadas de otros campos profesionales los conocimientos básicos necesarios para poder intervenir con personas en situación de riesgo de exclusión social. También se busca capacitar al alumnado con recursos y estrategias de intervención, resolución de conflictos y socialización de manera que se sienta seguro al desempeñar las labores propias de esta profesión; y transmitir conocimientos sobre los distintos colectivos, para que puedan empatizar y comprender su cultura, así como aquellos aspectos legales y protocolos de actuación que les afectan directamente.