Salma Idrissi: “He venido a España para encontrar un trabajo y estudiar”

Salma Idrissi, beneficiaria del recurso SAMU Clarín, en Madrid

—¿Por qué decidió venir a España?
—Para buscar un futuro y ayudar a mi madre. Pensé que en España podrían ayudarme.

—¿Cuándo llegó al país?
—Llegué el 17 de mayo de 2021. Desde Castillejos, en Marruecos, nadé dos horas hasta Ceuta.

—¿Cómo valora su estancia en SAMU Clarín, en Madrid?
—He aprendido bastante castellano, y, gracias a eso, he tenido una buena formación con la que he conseguido un trabajo. Cuando estuve en Ceuta, al principio de llegar a España, tenía menos opciones. Aquí puedo vivir en una casa muy cómoda y una cocinera nos hace la comida todos los días. En SAMU también me han comprado ropa.

—¿Qué significa para usted conseguir un empleo?
—Para mi futuro es muy importante conseguir un trabajo. No podía salir de aquí solo con la documentación, eso no me sirve de nada. He venido a España para encontrar trabajo y para estudiar. Un empleo me proporcionará independencia. Si hay dinero hay vida, si no hay dinero, no hay vida.

—¿Cómo cree que le ha ayudado SAMU en su proceso de autonomía?
—Me han encontrado esta formación de camarera de piso y me han buscado formación para aprender castellano. Cuando he necesitado ropa para el curso, me la han comprado. Aitor, uno de los profesionales de SAMU Clarín, me ha ayudado para firmar mi contrato. Me han dado muchos consejos buenos, por ejemplo, ahorrar, hacer las cosas bien en las prácticas para conseguir el contrato, habilidades sociales a la hora de tratar a los clientes, etcétera.

—¿Cuáles son sus planes de futuro cuando salga de SAMU Clarín?
—Vivir bien y ayudar a mi madre. Por ejemplo, si algún día necesito algo, me lo podré comprar, pagar el alquiler. Ahorrar para poder enviar dinero a mi madre y ayudarla.

 

Equipo de SAMU Clarín

DISL Alcalá: Fally, una historia de crecimiento personal

El protagonista de esta historia nació en Mali. Su nombre es Fally; su edad, 17 años; y su residencia, el DISL Alcalá. Este ha sido su centro desde que llegó a España siendo un niño. Digo esto porque hoy ya no es un niño, sino un hombre que ha forjado su propio destino a base de mucho empeño y lucha cada día.

Su vida ha estado plagada de infinidad de obstáculos, desde su infancia en su país hasta todo su proceso migratorio. Incluso las vivencias en España no han sido fáciles aunque nada que ver con lo vivido antes de ello. Su etapa en los bosques de Marruecos, donde estuvo viviendo, ha marcado un antes y un después en su personalidad, ya que su historia está llena de traiciones, tanto de personas desconocidas como de algunos más conocidos. Esto se nota en su desconfianza hacia las personas. Como él mismo refiere, solo confía en tres personas, aunque vivan lejos de Alcalá de Guadaíra, donde él reside. Estas personas son aquellas con las que hizo el trayecto migratorio hacia España. Entre tantas dificultades ha forjado una amistad inquebrantable.

Y es aquí donde mi trabajo como psicólogo comienza. Imaginad la dificultad que supone establecer una relación de confianza con un menor cuya vida está llena de traiciones por parte de las personas de su alrededor. Poder conseguir una buena relación terapéutica es clave para poder llevar a cabo un buen proceso psicológico con cualquier paciente. Esto ha hecho que mi trabajo con Fally fuera muy complicado, pero, a la vez, muy bonito porque, con los meses, hemos conseguido establecer una relación de confianza excelente. Hemos tenido un crecimiento en lo personal muy grande. Y digo “hemos” porque de una persona tan buena y noble como Fally se aprende mucho. Como siempre he creído, la terapia es un proceso bidireccional aunque el paciente siempre es el protagonista.

Hoy, después de más de cinco meses, Fally ha experimentado un gran crecimiento tanto a nivel madurativo como conductual y emocional. Todos en el centro así lo valoran y, lo más importante, así lo percibe el propio Fally. Este cambio se ha traducido en grandes noticias en su vida personal. En primer lugar, y tras recoger las notas, sus profesores en el instituto están muy contentos con su desempeño, su actitud y su integración en clase. En segundo lugar, su estatus en el centro ha subido de forma muy notable. Hoy, Fally es un referente y un líder entre sus compañeros. Y, en último lugar, y más importante, SAMU lo ha elegido para poder realizar prácticas de pinche de cocina dentro de la propia organización. De entre 20 menores, él ha sido el elegido por la madurez y la responsabilidad que demuestra.

Tras unos días de prácticas, el feedback que recibimos es muy positivo y eso es algo que Fally se ha ganado a base de trabajo. Llegó siendo un niño y hoy es un hombre con ideas claras en busca de su destino.

ANTONIO VARGAS. Psicólogo DISL ALCALÁ

Tres chicos de ISL Dúrcal logran sus primeros contratos

El trabajo y el compromiso del equipo del ISL Dúrcal y, en concreto, de nuestra orientadora laboral, da sus frutos. Parte fundamental de este trabajo es conseguir contratos laborales, formaciones y oportunidades para nuestros menores, abriéndoles las puertas al mundo laboral en busca de su desarrollo autónomo y personal.
Un ejemplo de ello es el caso de Sofyane. Hace escasos meses, a través del convenio de colaboración educativa de Fundación SAMU, comenzó sus prácticas formativas no laborales como mozo de almacén en la empresa Toro G., de Padul (Granada), dedicada a la compra y venta de materiales y maquinaria. Poco tiempo después, gracias a su implicación y dedicación en el trabajo, Sofyane firmó con esta empresa un contrato laboral de formación de un año de duración. Este hecho le ha beneficiado en su progreso personal y económico, así como en su estabilidad personal una vez alcanzada su mayoría de edad.

Por otro lado, otro joven del recurso, Walid, comenzó a principios de año sus prácticas formativas no laborales en la empresa Ángel López Martín, dedicada a la albañilería. Con el tiempo, este convenio de colaboración ha pasado a ser un contrato de trabajo a media jornada durante el período estival, a expensas de que pueda ser ampliado a jornada completa cuando alcance su mayoría de edad en agosto de este mismo año.

Por último, hablamos de Abdeladim, uno de los jóvenes más veteranos de nuestro centro. Tras cuatro años en el centro ISL Dúrcal, ha conseguido un contrato laboral indefinido a jornada completa en la empresa Framegasolar, dedicada a la instalación de placas de energía solar. Esta inserción laboral le ha permitido comenzar una vida completamente autónoma, emanciparse tras cumplir su mayoría de edad y vivir en un piso de alquiler.

El fuerte compromiso de estos jóvenes con su proyecto personal, unido al apoyo y trabajo del equipo del ISL Dúrcal, hace que estos chicos puedan comenzar una nueva etapa en su vida, con un bagaje de experiencias y un respaldo laboral y económico que les permitirá continuar creciendo y avanzar hacia sus objetivos.
Estos ejemplos nos demuestran que debemos seguir trabajando junto a los menores en busca de su desarrollo personal como miembros importantes de nuestra sociedad.

Un nuevo comedor transforma el día a día de ISL Arcos

Los menores que residen en el recurso ISL Arcos, en la provincia de Cádiz, disfrutan desde mayo de unas instalaciones que han mejorado sustancialmente sus infraestructuras, optimizando de esta manera la convivencia y la armonía de los menores residentes.

Nuestros menores nos importan y su bienestar nos preocupa como el nuestro propio. Es por ello que, desde ISL Arcos, pensamos constantemente en mejorar, y no solo nuestras instalaciones. Esta vez ha sido el turno de reformar uno de los espacios indispensables en nuestra convivencia como es el comedor. Pensamos que nuestros menores merecen sonreír, y más aún en un momento tan fraternal como es el momento de compartir mesa. Un momento íntimo, personal y potencialmente educativo. Un momento que necesitamos aprovechar al máximo.

Nuestro centro se caracteriza por estar situado en un entorno natural que facilita y armoniza la convivencia de nuestros menores. Anteriormente a estas reformas, el comedor estaba abierto, por lo que, en multitud de ocasiones, las condiciones climatológicas dificultaban la estancia en el mismo. No podíamos consentir este hecho y nos pusimos manos a la obra.

En colaboración con Fundación La Caixa, Fundación SAMU ha llevado a cabo un proyecto innovador que ha consistido en la mejora de las condiciones de habitabilidad de nuestro centro y, más específicamente, del cerramiento del espacio destinado al comedor. Esto ha permitido que nuestros menores sonrían al sentarse a la mesa. Por fin, han podido encontrar un espacio seguro y tranquilo donde puedan compartir en tranquilidad y respeto uno de los momentos más importantes de su día a día.

Creemos que la comida va más allá de la mera nutrición. Y nos importa la sonrisa de nuestros menores. Creamos con mucha ilusión este proyecto de reforma de nuestras instalaciones que aúna nutrición y felicidad. Y ya vemos los resultados derivados: menores que comparten, menores que se nutren, menores que sonríen. Porque ISL Arcos es justamente eso, compartir, importar, nutrir, enseñar y mucho más.

DISL SAMU Huelva: Omar y Musa, monitores en el campamento de verano

Desde el DISL SAMU Huelva queremos dar visibilidad a dos de nuestros chicos y a la gran labor como voluntarios que ambos están haciendo este verano. Musa es un joven de Gambia de 16 años que lleva con nosotros desde octubre de 2021, después de un duro y largo viaje. Por otro lado, está Omar, de origen senegalés. Llegó a España con 17 años y también lleva más de diez meses con nosotros

Ambos se llevan muy bien, a pesar de ser muy diferentes. Omar es un chico alegre, divertido y sin problemas para la interrelación con el equipo y sus iguales. Musa, en cambio, es reservado, educado y muy tímido, aunque en estos últimos meses ha realizado grandes avances en la interacción con el equipo y con el resto de los compañeros. Una de las pasiones que les une es el fútbol. Una afición que les une y separa a partes iguales, ya que uno es seguidor del Real Madrid y el otro del F.C. Barcelona.

Como le ocurre al resto de jóvenes, estos chicos buscan un futuro mejor para ellos y para su familia. Desde SAMU se les dota de las herramientas para obtener los conocimientos y valores transversales que les ayuden a conseguir dicho objetivo. Desde el centro, se ha creído que sería interesante que este verano ambos jóvenes fueran voluntarios y ayudaran a los monitores del centro deportivo de la zona, con niños de 3 hasta 12 años. De este modo, también se visibilizaba el día a día de nuestros chicos y lo que pueden ofrecer en el país que les acoge.

“Nos encanta jugar con los niños y cuidarlos”, responde Musa cuando se le pregunta por su voluntariado en el campamento. “Me encanta ver a los niños disfrutar, bromear con ellos y hacerlos reír”, añade Omar. “Participar en este voluntariado nos ha hecho sentirnos bien y hemos disfrutado de la compañía de los niños y los monitores del polideportivo. Todos son muy buenas personas”.

Desde el equipo educativo del DISL Huelva, así como desde la dirección y organización del Polideportivo Diego Lobato, catalogamos esta experiencia como muy positiva y enriquecedora tanto para nuestros menores como para los suyos. La integración en la comunidad está siendo tan óptima y enriquecedora que se ha marcado este voluntariado con el inicio de una larga colaboración entre ambas entidades, ya que estamos gestionando la continuidad de nuestros menores en actividades deportivas durante todo el año tales como escuelas deportivas o formación de menores en diversos deportes.

Nosotros ponemos el apoyo, ellos la entrega. De este tándem ha nacido un clima intercultural espléndido para fomentar la integración de los menores en su comunidad más cercana. Esto solo es el principio para seguir rompiendo barreras y creando lazos.

Equipo Educativo DISL SAMU HUELVA

Dependencia e Inclusión Social: La capacidad de emocionarse

Son muchas las ocasiones en las que escuchamos expresiones como: ¡qué emoción!, ¡es emocionante!, ¡muestra tus emociones!, ¡vive con emoción! o ¡no juegues con mis emociones! Así, se llega a generar una especie de “negocio emocional”, donde parece que todo lo que nos rodea maneja nuestras emociones y pagamos un precio por ello.

Puede que nos hayamos tomado la libertad de usar una palabra tan importante en nuestro lenguaje diario sin saber lo que conlleva y qué significa. Si verdaderamente la interiorizamos y tomamos conciencia del cambio tan profundo que supone sentir, expresar y canalizar las emociones, percibiríamos en nuestras vidas una transformación que se proyectaría en todos los contextos sociales, y lo que es más importante: seríamos nosotros los dueños de ese “negocio emocional”.

¿Construimos las emociones?

Según Lisa Feldman Barrett, en su libro La vida secreta del cerebro, nos narra que esta teoría pertenece a una tradición científica conocida como “construcción”, la cual sostiene que tanto nuestras experiencias como nuestras conductas se crean en el momento por unos procesos biológicos dentro del cerebro y del cuerpo.
Partiendo de este enfoque, nos parece interesante abordar este artículo de emociones en discapacidad y trastornos de conducta desde el construccionismo, ya que desde esta visión se han abarcado muchos temas relacionados con la intervención que realizamos centrada en este colectivo: la memoria, la percepción, los trastornos mentales, los trastornos de conducta y, por su puesto, las emociones.

Hace unos años que ha tomado relevancia el tema de las emociones en colectivos como el que venimos tratando, ya que, dada la ignorancia social hacia ciertos colectivos, se sacaban conclusiones como que las personas con discapacidad sienten diferente o sienten menos, o no perciben el dolor, la tristeza, la alegría. En definitiva, que no expresan emociones.

Por supuesto, y dado el auge que ha tomado la educación emocional en los últimos años, hemos dado un gran giro. En centros especializados en el trabajo con estos colectivos, pretendemos dar cobertura a todos los aspectos relevantes que contribuyen a la mejora de calidad de vida de todos los usuarios, desde una intervención directa, a través de talleres donde, de manera transversal, se trabaja el autocontrol y la gestión de emociones en su día a día.

Hemos escuchado hablar de construcción social, y la función de ésta no es más que estudiar los valores y los intereses sociales según la percepción que tenemos del mundo. Si lo trasladamos a las emociones, esa percepción que tenemos sobre el mundo que nos rodea influye en nuestros sentimientos.

En el caso del colectivo donde nos encontramos todo se magnifica, de manera que estas personas pueden llegar a un estado de bloqueo por la falta de herramientas para poder autogestionar sus emociones. Así se produce un empeoramiento de su conducta, debido a que encuentran una salida de desfogue en la autoagresidad, la heteroagresividad y el comportamiento disruptivo, entre otros.

¿Cómo actúan los profesionales?

Tras el análisis del contexto, el trato directo e individualizado con los usuarios pretende acompañar y dar las herramientas necesarias a las personas para un desarrollo emocional íntegro, donde sepan identificar sus sentimientos, darles nombre y canalizarlos de manera adecuada, lo que posteriormente será reflejado en la convivencia con sus familiares y en sus entornos más próximos.

Para ello se preparan diversos talleres que ayudan a generar situaciones en las que han de experimentar y desenvolverse, siempre con nuestro apoyo y acompañamiento, pero siendo ellos los protagonistas. Siguiendo a autores como Saarni (1997), trabajamos las competencias emocionales en dichos talleres. Dentro de ellos destacamos el taller de Habilidades Sociales donde trabajamos:

  • Habilidades de la competencia emocional por medio de la toma de conciencia o el posicionamiento empático en situaciones ajenas. Por otro lado, la habilidad para afrontar emociones negativas mediante la utilización de estrategias de autocontrol que regulen la intensidad y la duración de tales estados emocionales.
  • Habilidad para afrontar emociones negativas mediante la utilización de estrategias de autocontrol que regulen la intensidad y la duración de tales estados emocionales.
  • La capacidad de autoeficacia emocional, donde se ven a sí mismos y se sienten como se quieren sentir, aceptando así su propia experiencia emocional.
  • Las competencias socioemocionales: responsabilidad, actitud positiva, aceptación de normas sociales, aceptación de puntos de vista diferentes a los propios, respeto a los demás, resolución de conflictos, comunicación expresiva y receptiva, cooperación, negociación, autoconciencia y autoestima.
  • La capacidad de adaptación a cada contexto social.
  • Emo-cognición por medio del reconocimiento de emociones mediante fichas elaboradas y dirigidas.
  • Juegos de interpretación de emociones a través del cuerpo.

El objetivo final es abrirles nuevas puertas a un cambio posible que les llevará a un estado de calma con ellos mismos y, por consiguiente, con su familia, profesionales y entorno social. Por el contrario, al no saber actuar ante algunas situaciones, estas personas pueden llegar a un estado de estrés, ansiedad, miedo y de frustración que desemboca en conductas desajustadas, dificultando su inclusión íntegra en la sociedad.

Podemos ver que todo es una cadena. El mito de que las personas con discapacidad no sienten igual, o que no les duele o alegra alguna noticia, se rompe al ver cada día situaciones tan complejas y reacciones por parte de los usuarios que muestran todo lo contrario. Esas conductas desafiantes les genera, en muchos de los casos tratados, un gran sufrimiento. Según Riviere (1998), al disminuir las experiencias de miedo, de frustración o ansiedad, y aumentar las experiencias positivas de serenidad, autovaloración, afecto positivo y alegría, conseguiremos un estado de bienestar emocional pleno.

La guía de un profesional

Para finalizar, cabe resaltar que la educación emocional ayuda a las personas con discapacidad y trastornos de conductas a partir de una base diferente pero no nula. Necesitan de profesionales formados en esta materia para guiarles hacia un camino en el que, poco a poco, irán rompiendo esquemas y consiguiendo sus propias metas.

Al tener miedo de ser mirados como seres diferentes, estas personas actúan condicionadas por esos ojos que juzgan, cohíben y que no les permiten expresar sus emociones, o más bien ni las consideran, encontrando así dificultades que influyen en sus propias emociones y comportamiento.

Para un desarrollo íntegro de cualquier ser humano es necesario tener en cuenta tres vertientes: afectiva, cognitiva y social. Y podríamos hacer una discriminación positiva, ya que consideramos que es aún más destacable en personas que presentan ciertas limitaciones, ya sean físicas o psíquicas.

Yendo más allá de una clasificación de emociones positivas o negativas considerada por muchos autores conocidos como Goleman y Bisquerra, consideramos que todas forman parte de la vida y generan cambios importantes en las personas, y tanto unas como otras tienen necesidad de dejarse sentir, gestionar y autorregular, partiendo de igual forma de un estímulo sensorial que llega al hipotálamo y después se convierte en estímulo cerebral.

Si de verdad queremos enriquecer la calidad de vida de las personas con discapacidad y trastornos de conducta, es preciso inculcarles la formación en el conocimiento y el dominio de las emociones, con el claro objetivo de ayudarles a mejorar en este terreno. Una mayor autosatisfacción personal, una ampliación de sus interacciones sociales o un alto grado de autocontrol, son algunos de los aspectos en que sus vidas se pueden ver beneficiadas.

ROCÍO GARCÍA. Educadora en la Unidad de Día San Lucas.

Fisioterapia respiratoria para personas con daño cerebral

Desde el inicio de la pandemia se ha hecho más evidente la importancia de la fisioterapia respiratoria en nuestros residentes, algo que se practica en nuestra Residencia Santa Ana desde que comenzó a funcionar el centro. En estos tiempos, queremos compartir nuestra forma de trabajo y experiencias obtenidas con la gran variedad de patologías que padecen los usuarios de nuestro centro.

Las patologías que nos encontramos con frecuencia en la Residencia Santa Ana son infecciones respiratorias, aumento de secreciones de difícil expulsión, enfermedades respiratorias crónicas como disneas, epoc y enfermedades neurodegenerativas con afectación de la musculatura respiratoria, entre otras. De ahí que nuestros objetivos principales sean prevenir estas disfunciones respiratorias y, en el caso de que existan, restablecer la función pulmonar a niveles aceptables.

Se ha hablado mucho en los últimos meses de la afectación del Covid-19 al aparato respiratorio. Nos gustaría destacar el papel de la fisioterapia al respecto ya sea antes, durante y después de este padecimiento. El trabajo que se realiza con nuestros residentes va desde un punto de vista preventivo hasta una actuación sobre una patología aguda.

La fisioterapia respiratoria se define como “el arte de aplicar unas técnicas basadas en el conocimiento de la fisiopatología respiratoria, junto al conocimiento psicoemocional del paciente, para prevenir, curar o, algunas veces, tan solo estabilizar las alteraciones que afectan al sistema toracopulmonar”.

La literatura científica cita que la inactividad y la inmovilización prolongada pueden generar desajustes de los sistemas, afectando en la calidad de vida del usuario. Algunas de las consecuencias son síndrome confusional, debilidad muscular generalizada diaria (1,5-5%), aparición de ulceras por presión, rigidez articular, así como alteración del mecanismo pulmonar con consecuencias como la retención de secreciones y riesgo de infecciones respiratorias.

Basándonos en la literatura, las fisioterapeutas de la Residencia Santa Ana damos mucha importancia a la respiración, porque sin ella no hay vida. Nos adaptamos a las cualidades de cada paciente para no generar estrés en el sistema cardiorrespiratorio.

Una de las técnicas para conseguir una mejora en los pacientes son los cambios posturales, que ayudan a la movilización y eliminación de secreciones. Se sabe que la posición vertical es recomendable, pero no siempre es posible. Jugar con las inclinaciones de la cama o con la ayuda de las almohadas y realizar las transferencias oportunas resulta de gran utilidad para el funcionamiento fisiológico.

La movilización articular es otra herramienta que logra una disminución del trabajo cardíaco, como consecuencia de una mayor oxigenación pulmonar, así como el mantenimiento muscular y articular. Actualmente, se están utilizando los cicloergómetros y la estimulación eléctrica neuromuscular para prevenir la atrofia muscular por el desuso.

Más específicamente, los ejercicios respiratorios que utilizamos van encaminados a mejorar la mecánica ventilatoria, facilitar la eliminación de secreciones y prevenir posibles complicaciones.

Adaptándonos al ritmo respiratorio, trabajamos las inspiraciones y espiraciones lentas prolongadas y rápidas con ayuda manual o instrumental, tos provocada y dirigida. También combinamos las movilizaciones del miembro superior para una mayor amplitud de la parrilla costal que influirá positivamente.
Es fundamental ir revisando todo este trabajo, de este modo podemos valorar la eficacia de las diferentes técnicas utilizadas en cada uno de los pacientes con el fin de cumplir los objetivos marcados de forma individual. No todas las técnicas resultan beneficiosas a todos.

Por LETICIA AGUADO Y GLORIA PINIELLA. Fisioterapeutas de la Residencia Santa Ana.

Disfrutamar navega de nuevo

Tras dos años en barbecho como consecuencia de la pandemia del coronavirus, que ha obligado a suspender durante un tiempo las actividades sociales y colectivas, Fundación SAMU ha reanudado el programa Disfrutamar, una propuesta innovadora enfocada a la mejora de la calidad de vida de las personas a través de la náutica y el deporte.

El programa Disfrutamar fue inaugurado por Fundación SAMU el 23 de septiembre de 2017, gracias al apoyo de la Obra Social La Caixa como entidad colaboradora. Es una iniciativa social que tiene como objetivo principal acercar el mar y las actividades náuticas a los residentes y usuarios de los diferentes servicios de la Fundación. Principalmente, personas con discapacidad intelectual y graves trastornos de conducta, y/o daño cerebral sobrevenido, y también menores migrantes.

Lo que comenzó como una prueba piloto dirigida a personas con discapacidad intelectual, es hoy un proyecto consolidado. Gracias a este programa, los usuarios y residentes de prácticamente todos los recursos de Fundación SAMU han participado en alguna de las salidas marítimas efectuadas a través de Disfrutamar. Este programa permite que residentes, usuarios y menores de los recursos de Fundación SAMU vivan la experiencia de navegar en una embarcación de recreo.

Tras los dos años de parón debido al Covid-19, a finales de junio se llevó a cabo la primera expedición náutica tras la pandemia. Cinco usuarios de la Residencia San Sebastián, de Cantillana (Sevilla), fueron los primeros afortunados en disfrutar de esta actividad a mar abierto por la costa de Rota, a bordo del Bénéteau. Estuvieron acompañados por Estela Garrido Hornero y María Carmen Lermo, trabajadoras de Fundación SAMU. Borja González de Escalada, patrón de embarcaciones de recreo, repitió como capitán, al igual que en la travesía inaugural de este proyecto, hace ya cinco años.

Tras esta primera salida, la actividad volvió a repetirse con otro grupo de residentes de San Sebastián, que estuvo acompañado por Cristina Rodríguez, patrona de embarcaciones de recreo y psicóloga del centro. Otros grupos que también han disfrutado del programa durante la primera quincena de julio son los menores del DISL Alcalá, DISL Nervión, ARB Miguel de Mañara y DISL Valencina.

En estas ocasiones, estos grupos estuvieron acompañados por Juan González de Escalada, director del área de Emergencias de SAMU y patrón de embarcaciones, que actuó como capitán en una de ellas. También acudieron como patrones José Manuel Román Corbacho, director de ISL Polanco; José Luis Benavente Ulgar, delegado territorial de SAMU; Antonio Luis Ojeda Pizarro, educador social de Miguel de Mañara, y Sofía Álvarez García, trabajadora social de Miguel de Mañara, como patrones de la embarcación.

Disfrutamar SAMU

Disfrutamar SAMU

El programa Disfrutamar quiere aprovechar las ventajas de la náutica para propiciar el desarrollo de los vínculos personales e interpersonales y de las habilidades de comunicación entre instructor, monitor de referencia y entre los mismos usuarios, siempre en un ambiente de dispersión y relajación.
Tal como explicó en la inauguración de esta iniciativa Carlos González de Escalada, presidente de SAMU, “el programa Disfrutamar permite ampliar las actividades deportivas al campo de la náutica, haciendo que estas personas vivan experiencias inolvidables. Para SAMU la calidad de vida de sus residentes tiene prioridad absoluta”.

“Gracias al apoyo de La Caixa, al que se han sumado varios propietarios de barcos, el programa Disfrutamar nos permite ampliar las actividades deportivas al campo de la náutica”, continuaba Carlos González de Escalada, impulsor de la iniciativa. “La mayoría de nuestros residentes nunca antes se había montado en una embarcación de recreo, y sería insensato ignorar que Andalucía ofrece unas condiciones excepcionales para esta actividad, que además está especialmente indicada para personas con mayor deterioro cognitivo. Este programa me hace muy feliz y demuestra nuestra vocación de darlo todo por ellos”.

En aquella primera travesía realizada en septiembre de 2017 participaron seis residentes del centro San Sebastián de Cantillana, en Sevilla, Estos navegaron a bordo de un barco de 10 metros de eslora, llamado Scheila, que partió del puerto deportivo de Mazagón (Huelva). Borja González de Escalada, vicepresidente de Fundación SAMU y patrón de embarcaciones de recreo, actuó entonces también de capitán. Éste tuvo la ayuda a bordo de dos trabajadores de la residencia San Sebastián, Rafael Rueda (hoy director del centro) y Juan Antonio Ruiz. Ambos estaban realizando por aquel entonces, junto con otros compañeros de SAMU, un curso de patrón de embarcaciones con la escuela náutica Navegamás, con el objetivo de que el personal de SAMU que acompañase a los residentes tuviera los máximos conocimientos posibles en esta materia.

“España es un país donde tenemos una gran orientación al mar, con 8.000 kilómetros de costas y especialmente Andalucía, que gracias a su clima y a su instalación náutica de primer orden se ha podido poner en marcha este programa, que parte como una iniciativa con la que queremos dar a las personas con diversidad funcional una adquisición de nuevos aprendizajes referidos tanto a la comunicación con los demás como a la expresión y el reconocimiento de sus propias sensaciones”, comenta Borja González de Escalada, vicepresidente de Fundación SAMU.

La intención de los responsables de SAMU es que estas travesías náuticas con fomento de la inclusión a través del ocio y el deporte se repitan durante todo el verano y ya hay varias salidas programadas para agosto.

El apoyo necesario cuando se es mujer, menor y migrante

Cuando elegimos una profesión y, además, lo hacemos de forma vocacional, la decisión suele basarse en que confías en los valores que inspiran dicha actividad profesional, además de compartir los objetivos de la misma. En el caso de la psicología, estos valores pueden resumirse básicamente en ayudar a los demás y promover el bienestar de las personas. A lo largo de los nueve años que llevo dedicándome a la psicología, he podido observar que la mayoría de los psicólogos con los que he trabajado, incluyéndome a mí misma, se identifican con estos valores, poniéndolos por delante de los intereses personales. Es por ello que puedo decir en voz alta que me siento orgullosa de la profesión a la que pertenezco y, por supuesto, de poder ejercer como tal.

Pero aunque se trate de una realidad cotidiana, hay ocasiones en las que esta vocación de ayuda se hace más palpable, por ejemplo, cuando trabajo con colectivos sumamente vulnerables y donde rendirse no cuenta como opción. Hablamos de menores extranjeros no acompañados que, por un motivo u otro, vienen encadenados a sucesos traumáticos. Todo ello con el agravante de que se trata de acontecimientos vitales estresantes de larga duración, por lo que sus efectos sobre su salud en general, y la salud mental en particular, son mucho mayores.

Nadie mejor que la propia persona que experimenta el proceso de migración sabe lo que significa la palabra refugiado. Nadie conoce su realidad y lo que implica dejar atrás lo más querido, pasar miedo e, incluso, terror por no saber lo que le deparará el futuro desde el mismo día en que parte de su país de origen.

Actualmente, me encuentro sumida en esta realidad, en la cual, no solo es necesario contar con competencias profesionales para garantizar el bienestar de nuestros menores, si no con competencias personales que ayuden al profesional día a día a lidiar con esta realidad. Y esto debe hacerle junto al resto de profesionales del equipo que se encuentran al pie del cañón y que son, cada día, un apoyo imprescindible para que, de manera conjunta, podamos hacer que estas personas forjen nuevas realidades y tengan oportunidades.

Mi trabajo como psicóloga

Me gustaría hacer hincapié en la situación de las menores atendidas en el DISL Valencina, recurso gestionado por Fundación SAMU en la provincia de Sevilla. En este caso, a todo lo ya expresado, hay que sumar el factor de género y que, por su condición de mujeres y de raza, están más expuestas a todo tipo de abusos y malos tratos tanto en los países de origen como en los de tránsito y destino. Es en este punto donde la labor de la psicóloga en la intervención con menores que presentan un proyecto migratorio adquiere una especial importancia.

En el DISL Valencina atendemos a chicas menores de edad que, no solo les motiva para emigrar la creencia de que solo en Europa tendrán una oportunidad para acceder al mercado laboral, sino, también, la intención de alejarse de un pasado y una situación conflictiva que son consecuencias de roles de género muy marcados en sus países de origen. Esto, en la mayoría de los casos, desencadena alteraciones en la salud mental y un desequilibrio emocional.

Durante las primeras intervenciones con las menores, he podido observar, principalmente, sentimientos de frustración, incomprensión e impotencia. Estos sentimientos nacen de la incapacidad de comunicarse. Y no me refiero únicamente a la barrera idiomática, sino porque también se sienten presas de su espacio de origen y agredidas por un pasado que les corta la palabra y les impide actuar. Ahí es cuando te das cuenta que ese silencio continuo esconde una historia dolorosa. Quizás, el aspecto más relevante como generador de angustia sea el ser víctimas de trata y de contratos maritales, situaciones que anula absolutamente su capacidad de decisión por el hecho cultural de ser mujer.

En el proceso de este duelo, las chicas suelen generar emociones agresivas que se canalizan en forma de sentimientos como la tristeza, la frustración o la ansiedad. Y, si además, estas jóvenes han sido educadas culturamente para enmascarar estas emociones y resistir o soportar una situación desagradable de manera pasiva sin luchar o presionar para cambiar esta situación, el bloqueo mental es mayor y la intervención con ellas se vuelve más compleja. El hándicap está en que, debido a la transición a la mayoría de edad, vamos a contrarreloj para poder ofrecer una intervención completa antes de que se emancipen.

Actuación

En este sentido, generar herramientas psicosociales y de empoderamiento a la hora de abordar el duelo migratorio se convierte en el objetivo principal cuando en el centro trabajamos con ellas. Esto lo logramos a través de terapias individuales y grupales, donde se sienten comprendidas.

Psicológicamente, estas menores sufren inestabilidad emocional, tienen una gran dificultad para expresar sentimientos y emociones e, incluso, en ocasiones, padecen una depresión latente. Además, suelen ser menores altamente influenciables por su grupo de iguales y con una fuerte necesidad de recompensa inmediata. Viven el día a día sin planificación futura, en busca constante de sensaciones nuevas y la adquisición de dinero fácil para poder llevar una vida utópica.

Las técnicas de relajación, la reestructuración cognitiva, el autoconocimiento, la gestión de emociones, el empoderamiento, la resolución de conflictos, el abordaje de la ansiedad, el desarrollo de habilidades sociales, el conocimiento de los derechos de la mujer y los talleres sobre enfermedades de transmisión sexual son los principales puntos que debemos trabajar con ellas.

De igual manera, poder acceder a entidades que ofrecen una atención más especializada a través de programas de apoyo psicoterapéutico en violencia de género o explotación nos ha servido para poder ofrecerles una intervención más completa.

La importancia de la figura del psicólogo

Por todo lo expuesto anteriormente, me gustaría resaltar la importancia de la figura del psicólogo o la psicóloga de los centros dirigidos a niños, niñas y adolescentes. Hasta hace menos de un año, esta figura no era obligatoria. Contar con un profesional con herramientas para poder evaluar las necesidades y las carencias que impiden su desarrollo personal y social, y diseñar un programa de intervención individual para abordar el bienestar emocional que supone el duelo migratorio de estos niños es fundamental y necesario.

Antes de finalizar, me gustaría compartir algunos mensajes claves que han favorecido el bienestar emocional de nuestras menores:

  1. Las personas sentimos y tener sentimientos negativos no es algo negativo. Es normal sentir sufrimiento, malestar, y dolor ante condiciones de vida que consideramos difíciles y duras.
  2. Hay cosas que puedo hacer para sentirme mejor. Me puedo sentir mejor si reconozco mis virtudes y perdono mis defectos, conozco los pensamientos que me hacen daño y busco pensamientos alternativos menos dolorosos.
  3. Si cuento con otros para compartir o afrontar los problemas, probablemente antes podré toman las riendas de mi vida.
  4. Tenemos derecho a disfrutar de tiempo para nosotras. El pasado se fue y el futuro no ha llegado. Centrémonos en el aquí y ahora.

Espero haber otorgado una breve visión de lo que, desde nuestro centro, desde el punto de vista psicológico y, de manera conjunta con todo el equipo profesional, supone la atención a este vulnerable colectivo y la necesidad de que sean acompañadas en su proceso hasta alcanzar las herramientas suficientes que favorezcan el empoderamiento de las mismas y así poder vivir conforme a sus ideales y principios.

Por BERTA MARTÍN GUTIÉRREZ.
Psicóloga de ISL Valencina (Sevilla)

Ikram Ben Chama: “El personal de SAMU ha hecho todo lo posible por ayudarme”

Ikram Ben Chama llegó a Ceuta nadando desde Marruecos en mayo de 2021. Su único propósito era formarse y encontrar un trabajo para poder ayudar a su madre, objetivo que está poco a poco cumpliendo, de la mano del equipo de SAMU Clarín (Madrid).

—¿Por qué decidió venir a España?
—Tengo recuerdos malos de mi infancia allí. Además, por la mentalidad de los chicos marroquíes y por poder ser libre en este país. Y, por último, para labrarme un futuro en España, conseguir un trabajo y poder ayudar a mi madre.

—¿Cómo y cuándo llegó a España?
—El lunes 17 de mayo de 2021 a las siete de la tarde. Decidí nadar en la playa, desde Castillejos hasta Ceuta. Está cerca, pero fue difícil. No le dije nada a mi madre. Cuando vi que estaba abierta la frontera, entré. Sabía que en Ceuta ayudaban a las menores que llegaban sin familia.

—¿Cómo ha sido su paso por los diferentes recursos dirigidos a menores migrantes?
—Primero estuve en un centro mixto en Ceuta. No me gustó. No podíamos hacer gran cosa. Sólo comíamos y dormíamos. Después estuve en otro recurso donde solo había chicas. Allí estuve mucho mejor porque estudié un curso para ser camarera de restaurante. En Ceuta hice lo imposible por portarme bien para poder irme a Madrid. Fue entonces cuando conocí a SAMU.

—¿Cómo valora su estancia en el piso tutelado de SAMU Clarín, en Madrid?
—Estoy muy contenta. He conseguido mi sueño. Primero, hice un curso de Camarera de Piso y Ayudante de Cocina. Luego, realicé dos meses de prácticas de cocina y un mes de camarera de piso en un hotel. Después conseguí un contrato de trabajo en un hotel porque lo hice muy bien.

—¿Qué significa para usted conseguir un empleo?
—Mucho. Si no tengo trabajo no tengo nada. No podría ayudar a mi familia, no podría quedarme en España porque no conseguiría cambiar mi documentación. A mí me gusta mucho España y quiero quedarme aquí. Los españoles no quieren gente que no quiera trabajar, cosa que entiendo perfectamente.

—¿Cómo le ha ayudado SAMU?
—Desde SAMU sé que han hecho todo lo posible por ayudarme. Me han puesto en contacto con Extranjería, me han buscado cursos y prácticas, me han enseñado a formalizar un contrato, a ahorrar… Estoy muy agradecida. Ahora solo quiero trabajar y ahorrar para poder alquilar una habitación. También me gustaría volver a Marruecos a ver a mi madre y viajar a Málaga para ver a mis antiguos educadores de Ceuta y alguna amiga que se quedó allí.