Samuel y Bader llegaron al centro de menores Miguel de Mañara de Montequinto (Sevilla) en agosto de 2018 con un claro propósito: formarse y labrarse un futuro mejor. Así lo están haciendo, y ambos han logrado sacarse el título de Educación Secundaria Obligatoria en sólo un año. Bader, incluso, a sus 15 años, va un curso adelantado y ya ha comenzado un grado medio de Carrocería, mientras que Samuel, de 17 años, estudia un grado medio de Instalaciones Eléctricas y Automáticas, ambos en Dos Hermanas.
Éste también ha sido un gran reto para el equipo de educadores de Miguel de Mañara, que ha ayudado a ambos chicos a obtener el título de ESO. “Su esfuerzo era muy grande. Por ello, se les ofreció una atención más profunda y se les dio la oportunidad de acudir a una academia con profesionales cualificados que les ayudaron en sus estudios”, explica Marina Duque, educadora de ARB Miguel de Mañara.
“La actitud de estos dos menores durante el curso ha sido brillante. Siempre tenían ganas de aprender y ponían todo su esfuerzo para poder estar al mismo nivel que sus compañeros de clase”.
Hemos conversado con ellos para conocer mejor su historia, sus motivaciones y sus objetivos.
Bader: “Mi sueño es ser un buen carrocero”
—¿Cómo era tu vida en tu país?
—Iba al colegio, hacia una vida normal. Vivía con mi familia, que era muy trabajadora. Cuando salí de Casablanca y decidí cruzar la frontera para emigrar a España empezaron los problemas. Estuve un año trabajando limpiando coches para poder sobrevivir e intenté varias veces meterme debajo de los camiones para venir, pero no pude. Varios compañeros y yo tuvimos la idea de comprar una patera para poder llegar a España. Vendimos nuestros móviles y recaudamos dinero trabajando. Yo puse 300 euros. Cada uno entrego el dinero que pudo.
—¿Cómo fue el viaje a España?
—Muy duro. Pasé mucho miedo. No sabía si iba a llegar a España, pues hay mucha gente que muere en el mar y yo podía ser uno de ellos. Salimos sin rumbo, ninguno sabíamos hacia dónde había que navegar. No sabíamos dónde estaba España y no tuvimos ninguna ayuda de aparatos electrónicos. Estuvimos perdidos hasta que vimos un barco de la policía marítima y le pedimos ayuda.
—¿Por qué quisiste sacarte el título de la ESO?
—Emigré a España para poder tener un futuro mejor, y para eso hay que estudiar y formarse. Mi sueño es ser un buen carrocero.
—Lo hiciste en tiempo récord, ¿te resultó muy difícil?
—Sí, me ha costado mucho trabajo y esfuerzo, sobre todo aprender en tan poco tiempo el idioma y poder aplicarlo en el instituto.
—¿Cuál ha sido tu asignatura favorita? ¿Y la que menos?
—Mi asignatura favorita ha sido matemáticas. La asignatura que menos me ha gustado ha sido lengua castellana.
—¿Cómo ha sido la convivencia?
—Los primeros días lo pasé muy mal, estaba solo porque no conocía a nadie, pero poco a poco hice muchos amigos y amigas. Los profesores me han apoyado y tratado muy bien.
—Ahora has entrado en un grado medio de carrocería. ¿Cuáles son tus objetivos?
—Desde chico me llaman mucho la atención los coches, siempre quería saber todo sobre ellos, cómo se montan, cómo se arreglan. Ahora quiero aprender todo sobre los coches y sacarme tanto este curso como el siguiente para obtener el título y poder ejercer esta profesión que tanto me gusta. Quiero llegar a ser uno de los mejores carroceros.
Samuel: “Quiero ayudar a mi familia”
—¿Por qué decidiste marcharte de Camerún y emigrar a España?
—Mi ciudad natal, Bamenda, está en guerra. Perdí a mi madre cuando ella tenía 40 años y a mi hermano pequeño, de 12. La guerra se ha llevado todas las oportunidades de tener una vida digna en mi país.
—¿Cómo fue el viaje?
—Bamenda tiene frontera con Nigeria. Una noche, los rebeldes provocaron mucho tumulto y la gente salió corriendo de sus casas. Yo aproveché la situación de caos y me subí a un coche junto a otras personas que huían hacia el país vecino. Allí pasé dos semanas, y luego viajé a Níger, donde estuve cuatro meses. Gracias a un traficante llegué a Argelia, donde pasé un año trabajando de albañil. Conseguí ahorrar dinero para viajar a Marruecos y, de ahí, a Tarifa.
—¿Por qué decidiste sacarte el título de la ESO?
—Uno de los objetivos cuando llegara a España era seguir estudiando y formándome. Sabía que con el título de ESO podría acceder a una formación profesional, y, más tarde, al mundo laboral.
—¿Te ha resultado difícil?
—Nada ha sido fácil, pero todo mi pasado y la muerte de mi madre y mi hermano me daban fuerza para seguir.
—¿Qué ha sido lo que más te ha gustado del instituto?
—Los ordenadores. En Camerún no teníamos salas de informática en la escuela. También me ha gustado mucho el esfuerzo que hacen los profesores para ayudar a sus alumnos, facilitándoles los recursos necesarios para que estudien en las mejores condiciones posibles.
—¿Qué vas a estudiar ahora?
—He entrado en un grado medio de Instalaciones Eléctricas y Automáticas. Estoy muy ilusionado.
—¿Cuáles son tus objetivos?
—Hablando con mi familia por teléfono, siempre me preguntan que qué cosas importantes he conseguido. Sé muy bien que detrás hay muchas cosas ocultas y siento que ellos están esperando mucho de mí. Todo ello me lleva a pensar día y noche qué cosas todavía no he conseguido. Puedo decir que mi preocupación es seguir formándome en instalaciones eléctricas y automáticas y tener la oportunidad del dar el salto al mundo laboral. Poder trabajar con un contrato, labrarme un futuro y poder ayudar al resto de mi familia en el país de origen y a todos los que me han echado una mano para llegar hasta aquí.