Berrocal (Huelva) acoge el curso de Talento Directivo

SAMU ha elegido el municipio de Berrocal (Huelva) para la celebración en abril de su curso de Talento Directivo, la formación anual de los profesionales encargados de sus distintas áreas de trabajo.

Una veintena de profesionales de diferentes especialidades se han reunido en el municipio de la sierra onubense. Tanto las sesiones formativas como el alojamiento de los asistentes han tenido lugar en un versátil edificio municipal llamado Casa de Pingo.

La celebración de esta reunión ha sido posible gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Berrocal, tras los contactos mantenidos entre la dirección de la entidad y la alcaldesa, Francisca Márquez, que ha puesto a disposición de SAMU la máxima hospitalidad y todos los recursos del municipio.

“Berrocal es un entorno espectacular para celebrar eventos de este tipo. Tenemos paisajes preciosos, senderos para recorrer con una comodidad extraordinaria y una gran gastronomía. Venir aquí posibilita salir de la ciudad y de los entornos urbanos, y apostar por una ruralidad con contenido y con vivencias completamente distintas”, ha señalado la alcaldesa, que recibió al presidente de honor y fundador de SAMU, Carlos Álvarez Leiva, como representante de la entidad.

SAMU ha expresado su enorme satisfacción por el lugar y el recibimiento ofrecido por su ayuntamiento, con el que aspira a establecer nuevos acuerdos de colaboración.

La cocina de Fundación SAMU

En marzo de 2022 encendían sus fogones las cocinas de Kata Universo Catering, un nuevo proyecto empresarial bajo el paraguas protector de SAMU que nació ante la necesidad de la organización de dar servicio a los recursos de dependencia e infancia gestionados por Fundación SAMU. En sólo doce meses, este proyecto, aún en fase inicial, ha crecido y explorado nuevas líneas hasta abordar servicios como son la formación, cobertura de eventos empresariales, banquetes, alimentos de colectivos, suministro para campañas y emergencias y la puesta en marcha de una cafetería con el objetivo de batir sus alas y volar solo, bajo la batuta de Virginia Blanco como jefa de cocina.

Kata Universo Catering tiene su origen en Canarias, concretamente en la crisis migratoria del verano de 2021. La llegada masiva de menores migrantes sin la compaña de un adulto provocó la inmediata respuesta de Fundación SAMU que, a través de su área de Infancia y Familia, puso en marcha varios dispositivos de acogimiento temporal. La propia organización puso entonces en funcionamiento una cocina para dar cobertura a todos estos recursos.

“Estábamos en plena pandemia del Covid-19, las islas estaban cerradas y los precios eran muy elevados. SAMU tenía una necesidad que debía cubrir: alimentar a las decenas de niños que llegaban de manera masiva a Canarias. Así que pensamos: ‘si SAMU es capaz de abrir un dispositivo en 24 horas, ¿por qué no vamos a poder montar una cocina para dar de comer a colectivos con la misma celeridad?”, explica Concepción Pérez, directora de Servicios de Nuevos Medios Logísticos (Numed).

Esta cocina, posteriormente, se convertiría en Numed, una empresa auxiliar de SAMU que cubre necesidades de servicio de la propia organización, como limpieza, gobernanza y otros servicios auxiliares entre los que se encuentran la alimentación de colectivos y la provisión de suministros para campañas y emergencias.

Numed cuenta actualmente con tres cocinas centrales en todo el país: Canarias, Ceuta y Sevilla. Tiene una plantilla de 23 trabajadores y, de momento, da cobertura a 13 dispositivos diferentes dirigidos a personas con discapacidad y a menores migrantes con un total de 465 usuarios diarios de media.
La cocina de Canarias, en concreto, da servicio completo a cuatro centros de menores con 142 jóvenes. Las instalaciones de Ceuta sirven para complementar un servicio externo de catering ofreciendo los desayunos y las meriendas a 161 menores de tres centros distintos. Y la cocina de Kata en Sevilla elabora los menús completos de tres centros especializados en la atención de personas con discapacidad, con 126 residentes, y tres centros de menores, con 36 niños. En 2022, en estas cocinas se elaboraron más de 350.000 menús.

“La cocina central de Sevilla es el primer centro de Numed que trabaja con la línea fría. Eso nos permite preparar menús de hasta tres días seguidos”, explica Concepción Pérez, directora, además, del área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer de SAMU.

Virginia Blanco es la jefa de cocina de Sevilla. Con una larga trayectoria entre fogones, Blanco ya capitaneaba la cocina de la Residencia San Sebastián, en Cantillana, donde ha trabajado diez años. Desde estas instalaciones, se elaboraban menús para el propio centro de Cantillana y para la Residencia Santa Ana, en Sevilla capital, por lo que la experiencia de Blanco en la alimentación de colectivos está más que demostrada.

“Cuando me dijeron ‘Virginia, te necesitamos al 100%. Queremos tu comida para otros centros’, para mí fue una motivación muy grande. Reconozco que, después de tantos años, sentía que necesitaba crecer y que el trabajo que hacía hasta ese momento, aunque me encantaba, me quedaba ya un poco pequeño. Necesitaba un proyecto como éste”, reconocía recientemente Virginia Blanco en una entrevista de Revisa SAMU.

Siempre bajo la supervisión de una nutricionista, en la cocina central de Sevilla se elaboran diferentes variedades de menú en función de los comensales. Hay que tener en cuenta que se trata de perfiles diferentes y algunos residentes, especialmente los de los centros del área de Dependencia, tienen patologías muy diversas. Así se elaboran menús triturados, enteros, semitriturados, bajos en sal, se tienen en cuenta las alergias, intolerancias alimenticias o si el comensal es diabético, entre otros condicionantes.

Kata Universo Catering también se adapta a la cultura de los diferentes usuarios en la medida de lo posible. Por ejemplo, la mayoría de los menores bajo la protección de Fundación SAMU profesan la religión musulmana, por lo que sus menús elaborados para ellos no llevan cerdo ni derivados y tampoco ningún ingrediente derivado del vino, como por ejemplo el vinagre.

Durante el Ramadán, también se realizan menús especiales para ellos. “Estos jóvenes suelen romper el ayuno con una cena con dátiles o unos dulces típicos que les aportan mucha energía. Les preparamos una sopa muy densa llamada harira que lleva muchas proteínas con legumbres, verduras, ternera o pollo, apio, cúrcuma y muchas especias. Es una mezcla explosiva. Luego, hacemos un plato principal que puede ser de albóndigas o alguna carne en salsa, excepto cerdo, claro. Y para las cinco de la mañana, les preparamos filetes empanados, hamburguesas de pollo, tortilla…”, detalla Virginia Blanco.

Según indica Concepción Pérez, el principal objetivo para el año que acaba de comenzar es seguir creciendo. “Nos encontramos en una fase inicial. Kata solo tiene un año. De momento, sólo damos cobertura a recursos de SAMU en la provincia de Sevilla. En los próximos meses queremos incluir los centros de Lucena y Moriles, en Córdoba, además de otros recursos de la provincia de Cádiz, incluido el Campo de Gibraltar. Nuestro plan de futuro es crear una estructura y una logística fuerte que nos permita dar cobertura a todos los centros de Fundación SAMU”.

De manera paralela, Numed cuenta con una cafetería abierta al público en general que comparte instalaciones con las cocinas de Kata Universo Catering en el Polígono Pisa de Mairena del Aljarafe. “De momento, la mayoría de nuestros clientes son trabajadores de este polígono empresarial, pero la idea es poder celebrar almuerzos, desayunos y otros eventos ejecutivos y empresariales, por ejemplo. De hecho, contamos con un salón con capacidad para 70 personas”, comenta Concepción Pérez.

Kata Universo Catering también tiene en marcha un proyecto educativo: un centro de Formación Superior con la colaboración de la Escuela de Oficios de SAMU cuyo objetivo principal es formar en valores y fomentar la excelencia entre sus alumnos, proyectando sus habilidades y competencias hacia un mercado laboral exigente, en continuo cambio y de ámbito global. “La amplia cobertura que ofrece Kata al sector de la restauración, con restaurante y cafetería propios, servicios de catering variados y atención a colectividades, ofrece a los alumnos la posibilidad de hacer sus primeras prácticas inhouse, algo que, sin duda, facilitará su futura inserción en el mercado laboral”, señalan desde Kata Universo Catering. De este modo, se asume como propio uno de los grandes lemas de SAMU y, especialmente, de su escuela de emergencias: Aprender haciéndolo.

José Antonio Trujillo, nuevo director general adjunto

El hasta ahora adjunto a la dirección general de SAMU, José Antonio Trujillo, ha sido nombrado en enero director general adjunto de la entidad. Carlos González de Escalada, director general y presidente de la organización ha sido el encargado de anunciar este ascenso. “Este nombramiento refuerza la profesionalización de SAMU”, destaca González de Escalada.

José Antonio Trujillo es Licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla y cuenta con un Máster en Organización de Empresas por el Instituto de Empresa. Ha ejercido cargos de dirección en diversas multinacionales hasta su llegada a SAMU en diciembre de 2019, donde, en un primero momento, ejerció como director del departamento de Desarrollo. En diciembre de 2021, fue nombrado adjunto a la dirección general de SAMU, puesto que ha ejercido hasta la fecha.

Hace un año, José Antonio Trujillo impulsó el Plan 2030, una hoja de ruta que pretende convertir a SAMU en una multinacional de la salud, los servicios sociales y las emergencias, siendo fiel a su herencia fundacional: compromiso y calidad, superior capacidad de organización y fortaleza logística.

El instituto que aglutina la investigación de SAMU

El Instituto SAMU de Investigación Científica (ISIC) ha cumplido su primer año de vida. En febrero de 2021, Fundación SAMU puso en marcha este órgano que aglutina todos los proyectos de investigación en materia de salud, servicios sociales y nuevas tecnologías de SAMU. Se activó con el propósito de recopilar, producir y transferir las iniciativas, proyectos e investigaciones que se realizan en las diferentes áreas funcionales de SAMU (área de Innovación, Escuela SAMU o SAMU Wellness). Este proyecto se vio fortalecido a través de la existencia de convenios de investigación con diversas instituciones académica, entre ellas la Universidad de Sevilla, la Universidad Loyola, la Universidad Pablo de Olavide o la Universidad de Comillas.

“SAMU ha demostrado una excelente motivación investigadora desde sus inicios en 1981 con el Grupo de Investigación Operativa del área de Emergencias. Asimismo, destaca su amplia producción científica a lo largo de sus 35 años de postgrado universitario con una producción de más de 1.300 trabajos académicos”, explica Maribel Álvarez Leiva, directora del área Hospitalaria de SAMU. Este proyecto se vio fortalecido con la puesta en marcha de la dirección de Innovación en febrero de 2018 con su primer Plan de Innovación trianual, y también con la consecución en mayo de 2020 de la acreditación de calidad de gestión de su innovación UNE 166.002, sumada a la de calidad ISO 9001 y a la calidad medioambiental ISO 14001.

“En la actualidad, SAMU tiene como objetivo convertirse en Agente del Conocimiento en Andalucía y en figuras análogas en otras comunidades autónomas. Esto exige demostrar una clara actividad investigadora a través de un órgano propio que aglutine y transfiera la producción científica generada en sus diferentes áreas funcionales”.

El Instituto SAMU de Investigación Científica lo dirige un consejo asesor formado por todos los miembros de SAMU que ostentan el título de doctor universitario o están en proceso doctoral, así como por un representante doctor externo a la institución y dos directivos referentes de áreas afines: la dirección de Innovación y el área de docencia. Estos consejeros son Carlos González de Escalada Álvarez, presidente-director general de SAMU; Juana Macías Seda, presidenta del Consejo Científico de SAMU; Federico Alonso Trujillo, representante externo; Juan González de Escalada, director de área de Emergencias de SAMU; Alejandro Álvarez Macías, consejero de SAMU y médico; Almudena Chávez Peinado, directora del área de Innovación de SAMU; y Maribel Álvarez Leiva, directora de Docencia y del área Hospitalaria de SAMU.

Los objetivos del ISIC son impulsar proyectos de investigación en los campos de la salud, bienestar social y educación; aglutinar y coordinar la actividad investigadora y de divulgación científica ya existente en SAMU; publicar libros científicos y facilitar la publicación de artículos de SAMU en revistas indexadas; participar en grupos de trabajo relacionados con la investigación y el desarrollo; y favorecer que el profesorado de SAMU pueda tener actividad investigadora con respaldo universitario, entre otros objetivos.

Actualmente, las principales líneas de investigación del ISIC son innovación robótica en Medicina Prehospitalaria y Emergencias; neuro-desarrollo y neuro-rehabilitación; salud mental y bienestar emocional; atención domiciliaria (salud en casa); diversidad intelectual y actividad físico-deportiva; integración social de colectivos vulnerables; migraciones y emergencias sociales; tecnología de gestión de centros sociosanitarios; y aplicaciones tecnológicas para colectivos vulnerables, entre otras.

Actualmente, el ISIC trabaja en la organización de las I Jornadas Internacionales Sobre Experiencias e Iniciativas en Innovación Social para este mes de febrero; y se están planificando las acciones de mejora para la web institucional que permita visualizar fácilmente la producción científica. Para ello, se está diseñando un repositorio académico-científico digital de fácil manejo.

También asesora al Comité Bioético de SAMU sobre criterios actualizados de aspectos bioéticos en la innovación, investigación y en la asistencia; y participa en el programa Mentoring prodoctoral que consiste en acompañar y asesorar a los profesionales de SAMU para que puedan desarrollar el doctorado, a lo largo de sus fases, en el acceso a algún programa doctoral, en realización de la tesis doctoral y transferencia de la investigación realizada.

Más de cien líderes para impulsar el Plan 2030 de SAMU

El 24 de noviembre, Escuela SAMU acogió la celebración de la reunión plenaria de directores y jefes de SAMU, a la que acudieron 110 directivos y jefes de todos las áreas y recursos de esta entidad con más de 40 años de experiencia en emergencias sanitarias, salud, formación y acción social, centrada en la atención a los colectivos más vulnerables. De todos los participantes, 64 de ellos lo hicieron de manera presencial. Estos acudieron a la cita desde diferentes puntos de España como Sevilla, Ceuta, Madrid, Islas Baleares, Islas Canarias, Cádiz o Granada, entre otros lugares. Los otros 40 participantes lo hicieron de manera telemática.

El acto comenzó a las diez de la mañana con la ponencia del presidente-director general de SAMU, Carlos González de Escalada, que habló sobre el nuevo modelo de gestión SAMU: liderazgo, competencia técnica y competencia financiera. Y, a continuación, José Antonio Trujillo, adjunto a la dirección general, presentó el Plan 2030 de la organización.

“El objetivo de nuestro Plan 2030 es convertir a SAMU en una multinacional de la salud, los servicios sociales y las emergencias, siendo fiel a su herencia fundacional: compromiso y calidad, superior capacidad de organización y fortaleza logística. Este plan se asienta sobre pilares realistas y un concienzudo análisis de nuestro entorno, teniendo presentes variables sociales, económicas, demográficas e institucionales, basándonos en la solidez y con el objetivo de adaptarse a las circunstancias de un entorno complejo, cambiante y difícilmente predecible”, destacó José Antonio Trujillo durante su intervención. “La marca SAMU, el equipo profesional multidisciplinar y su carácter innovador, así como la diversificación de servicios, llevarán a nuestra organización, junto a la excelencia demostrada, a dar el salto cuantitativo que nos proponemos dentro y fuera de nuestras fronteras”.
Este Plan 2030 se basa en tres grandes pilares: internacionalización, modernización (financiera, transformación digital, procesos) y gestión del talento.

Tras un coloquio, una foto de familia y un descanso para tomar un café, la reunión continuó con la intervención de Juan Feito Álvarez, director financiero de SAMU, que informó a los presentes sobre el nuevo modelo de gestión financiera contable; y Juana Macías Seda, directora de la Academia y el Instituto Científico de SAMU, que habló de los cursos sobre formación directiva previstos para el año 2023.

“El Instituto SAMU de Investigación Científica (ISIC) es el órgano de la Fundación SAMU que aglutina todas las acciones científicas en materia de salud, servicios sociales y nuevas tecnologías. Sus objetivos son impulsar proyectos de investigación en los campos de la salud, bienestar social y educación; aglutinar y coordinar la actividad investigadora y de divulgación científica en SAMU; publicar libros científicos y facilitar la publicación de artículos de SAMU en revistas indexadas; participar sus miembros en grupos de trabajo relacionados con la investigación y el desarrollo; y favorecer que los profesores de SAMU puedan tener actividad investigadora, máxime cuando se consiga una adscripción universitaria”, señaló durante su intervención Juana Macías.

Almudena Chávez Peinado, directora de innovación de SAMU, fue la encargada de exponer las novedades de la implantación del sistema SAMS, en funcionamiento desde hace 16 meses.
Actualmente, 3.026 trabajadores y 1.886 usuarios y pacientes están dados de alta en este sistema que ya está implantado en 148 centros y recursos de SAMU.

Las dos últimas personas en intervenir en esta reunión fueron Tatiana Laborde, directora de SAMU First Response, que fue la encargada de presentar un balance sobre la misión de SAMU en EEUU y el papel de SAMU First Response en Washington DC; y Santiago Llop, director de SAMU Iberoamérica, quien presentó el programa de la entidad en esta zona.

Entre junio y septiembre de 2022, equipos de voluntarios de SAMU desplegaron un dispositivo en Washington DC (EEUU) para atender a la emergencia declarada por la ciudad para recibir a las personas migrantes desplazadas desde los estados fronterizos del sur de los Estados Unidos. La misión de Fundación SAMU ha atendido a más de 3.500 personas en la capital estadounidense.

Por otro lado, la organización española ha fortalecido su presencia internacional a través de diversos convenios firmados en los últimos años entre los que destaca el firmado recientemente con la provincia del Guayas (Ecuador), cuyo objetivo gira en torno a la elaboración de programas para tratar las adicciones y otro sobre nutrición, ambos dirigidos a la población más vulnerable. Asimismo, SAMU trabaja para llevar a cabo la creación de la Escuela de Urgencias y Emergencias Médicas con la Marina de Perú, dentro de la Escuela de Sanidad de la Marina, con el fin de ofrecer formación a profesionales sanitarios y el mismo sistema de prácticas internacionales que se está promoviendo en El Salvador, en este caso, para estudiantes peruanos que deseen realizar una estancia formativa en centros de SAMU, Fundación SAMU, Escuela SAMU y SAMU Wellness. Por último, en octubre se firmaron dos convenios de cooperación en Lima: el primero con la Marina del Perú y el segundo con la Universidad Norbert Wiener.

Más de 200 personas asisten a la tradicional copa de Navidad de SAMU

Hablar de Navidad es hablar de familia, la de sangre o la elegida formada por amigos y compañeros de trabajo. SAMU no ha querido desaprovechar la oportunidad y, tras el paréntesis provocado por la pandemia, ha recuperado la tradicional copa de Navidad, un momento especial para compartir y confraternizar con los compañeros fuera del lugar de trabajo de manera distendida y sin la presión del día a día, y más en un sector como las emergencias y la salud.

Este año, unos 200 trabajadores de la organización asistieron a la fiesta navideña que la empresa organizó en unos salones de eventos de Olivares, en la provincia de Sevilla, el 15 de diciembre y que arrancó con el discurso del presidente fundador de SAMU, Carlos Álvarez Leiva.

“Hoy me gustaría poner en valor el milagro de cada día de cada uno de vosotros. El milagro en cosas que pasan desapercibidas, como ese despertarse a las cuatro de la mañana para hacer un Osuna o contener a un paciente psicótico, agresivo, que nos da miedo, pero que es nuestra responsabilidad. El que significa la vida que salvamos directa o indirectamente a través de nuestra Escuela o el milagro que supone que esos menores sean atendidos por nuestros equipos diariamente en Ceuta, Canarias o EEUU”, manifestó el doctor Álvarez Leiva durante su intervención. “La magia de SAMU sois cada uno de vosotros, esas 3.000 familias que, gracias a Dios, hoy están aquí representadas y que son nuestro reto. Es nuestra responsabilidad, de la dirección, el mantener nuestro espíritu fundacional y nuestra lealtad con todos vosotros”.

Álvarez Leiva también tuvo palabras para Juan Meléndez Jiménez y Antonio Sánchez Montero, dos trabajadores de la empresa recién jubilados que recibieron un homenaje por parte de la empresa y sus compañeros.

“Hoy nos acompañan dos personas que representan esos milagros de los que he hablado, quizás porque han dedicado su vida a nosotros: Juan Meléndez, el hombre tranquilo, el hombre silencioso, nos acompaña desde hace muchos años y tiene un merecido retiro; y Antonio Sánchez, que se ha comido infinidad de pequeños marrones que han hecho posible muchos de esos milagros sencillamente arreglando equipos, manteniéndolos, haciendo posible que los instrumentos salven las vidas. Todo es importante, no hay nada que no sea trascendente”.

El servicio de catering Kata, perteneciente a la empresa Numed, fue el encargado de la elaboración de todos los platos que se degustaron en el evento. Además, la empresa Bodas 360 instaló un servicio de videomatón 360, que permitió que los compañeros se divirtieran en grupos y recibieran un gran recuerdo del evento en formato de vídeo.

Melibea Romero, Tcae en la UATE La Esperanza: “Trabajar con menores en Ceuta me ha hecho renacer”

En mayo de 2021, durante la crisis migratoria de Ceuta, Melibea Romero Carmona (La Puebla del Río, Sevilla, 1989) decidió ir de voluntaria junto con otros profesionales de SAMU para asistir a los menores marroquíes que cruzaban la frontera. Más de un año después, continúa trabajando en Ceuta con estos chicos.

—Actualmente trabaja en la UATE La Esperanza, un recurso de acogida para menores extranjeros de Fundación SAMU en Ceuta, pero tengo entendido que también fue alumna de Escuela SAMU, ¿cierto?
—Sí, estudié el Grado Medio en Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería en Escuela SAMU (promoción 2020-2021), aunque también tengo formación relacionada con la intervención social en drogodependencia y otras adicciones. Y, actualmente, estoy cursando el Grado Superior de Técnico en Integración Social.

—¿Qué recuerda de su etapa en Escuela SAMU?
—Para mí fue un reto estudiar en Escuela SAMU, ya que venía de un mundo laboral completamente diferente. Es una etapa que recuerdo con mucho cariño. La empecé un poco perdida, con miedo e incertidumbre, y me fui encontrando cada vez más cómodo en ella conforme pasaban los meses. Me encantaba ir a la escuela. En ella he reído, he llorado, he aprendido, me he puesto a prueba y he sentido admiración por el trabajo que realizaban mis docentes. En la Escuela SAMU conocí una versión diferente de mí. SAMU te enseña disciplina, te enseña valores, te enseña a trabajar en equipo. Siempre digo que SAMU tiene un veneno que engancha, que te incita a querer ser mejor persona, a cuidar de los demás.

—¿Por qué decidió ir de voluntaria a Ceuta en plena crisis migratoria?
—Cuando la crisis de Ceuta, en mayo de 2021, SAMU activó un gabinete de crisis y yo formaba parte de él. Conforme pasaban los días, veía las imágenes que inundaban los medios, el trabajo que íbamos realizando y las necesidades que iban surgiendo. Sentí que tenía que estar ahí, que era el momento de poder brindarle mi ayuda a todas esas personas. Siempre me ha motivado mucho la labor social, ayudar a otros y, en ese momento, ya contaba con conocimientos para ello. Realmente no me equivoqué al sentir que era el momento idóneo.

—¿Cuál fue su primera impresión cuando llegó a Ceuta?
—Pisé Ceuta por primera vez el 22 de mayo de 2021. Me dio respeto la situación, había muchos menores. Se habilitaron campamentos improvisados, polideportivos, naves. Dormían en literas militares, tenían baños portátiles, se montaron carpas que hacían de comedor… Se hizo todo lo posible para que mil menores pudieran tener las condiciones más optimas posibles dada la situación de emergencia hasta que se encontrara una solución a dicha crisis.

—¿Cuál es su labor en Ceuta?
—Principalmente, hago las funciones de sanitaria. Realizo curas, preparo medicación, intervenciones psicosociales con menores con conductas disruptivas y adicciones, documentación sanitaria, realizo test de antígenos, control y seguimiento de pacientes Covid, bioseguridad, gestión y organización de citas médicas, control y stock de medicación, cuidado y seguimiento de menores y siempre apoyo al equipo educativo.

—¿Cuáles son las principales necesidades que tienen los menores cuando llegan a los recursos de SAMU en Ceuta?
—La mayoría de nuestros menores llegan a través del mar, a nado, por tanto, suelen traer erosiones en la piel de las rocas, quemaduras que les hacen las aletas o los trajes de neopreno e, incluso, a veces llegan en una situación de hipotermia. Ellos siempre llegan con mucha necesidad de atención y reclamo. Es muy novedoso para ellos tener un sanitario en el centro de acogida y, por tanto, tienden a decirte la mínima cosa que les suceda aunque no tenga importancia.

—¿Cuáles son los principales aspectos que trabaja SAMU con estos menores?
—SAMU ofrece una atención integral a los menores. Promovemos una educación basada en una rutina saludable, donde los menores aprenden a tener hábitos tanto de higiene personal como de alimentación, de limpieza, reciben clases de español… El principal objetivo es conseguir la inclusión social de estos menores. Todo este aprendizaje, mientras viven en el centro de acogida temporal, les sirve para tener mayor seguridad a posteriori y que les sea más fácil lograr la integración en nuestra sociedad.

—¿Cuánto tiempo lleva trabajando en Ceuta?
—Llevo trabajando aquí un año y seis meses. He pasado por diferentes recursos de SAMU en esta ciudad autonómica, pero actualmente trabajo en el centro La Esperanza.

—¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
—Para mí este trabajo ha sido un renacer. He descubierto una vocación que desconocía y que es muy gratificante para mí. Aunque realmente mi trabajo está más enfocado a la parte sanitaria, me gusta implicarme con los menores. Siempre defendí la idea de que el equipo sanitario no curaba y se iba. A los menores hay que observarles, hablar con ellos, saber de dónde vienen, qué sueños tienen… En definitiva, saber quiénes son y con quién estamos trabajando. Al final, esto es lo que hace que lo menores acaben depositando en ti su confianza y, para mí, esto es muy importante porque cuando llega el momento de que estos chicos se marchan del recurso, se acercan a ti y te dicen: “Gracias. Gracias por siempre tener una sonrisa para mí”, “Gracias por todo lo que has hecho por mí”, “Perdona si alguna vez no me porté bien”. Ahí es cuando sabes que tu trabajo ha surtido efecto.

—¿Qué destacaría de la labor que hace Fundación SAMU en Ceuta?
—Destaco la capacidad de reinventarse, ya que desde el año pasado hemos tenido muchos movimientos de menores, tanto en traslados a la Península como en entradas de Marruecos que no esperábamos. SAMU siempre se ha encontrado la manera de adaptarse a todos estos movimientos aunque a veces hayan sido muy urgentes. Y aun así, el equipo humano de SAMU nunca ha perdido de vista que estamos aquí para velar por el bienestar y salvaguardar a todos nuestros menores, independientemente de los contratiempos que surjan.

—¿Qué retos profesionales se planteas a corto y medio plazo?
—Terminar mis estudios de Técnico en Integración Social y seguir creciendo en este camino profesional porque, como he dicho anteriormente, es vocacional.

Dependencia e Inclusión Social: La capacidad de emocionarse

Son muchas las ocasiones en las que escuchamos expresiones como: ¡qué emoción!, ¡es emocionante!, ¡muestra tus emociones!, ¡vive con emoción! o ¡no juegues con mis emociones! Así, se llega a generar una especie de “negocio emocional”, donde parece que todo lo que nos rodea maneja nuestras emociones y pagamos un precio por ello.

Puede que nos hayamos tomado la libertad de usar una palabra tan importante en nuestro lenguaje diario sin saber lo que conlleva y qué significa. Si verdaderamente la interiorizamos y tomamos conciencia del cambio tan profundo que supone sentir, expresar y canalizar las emociones, percibiríamos en nuestras vidas una transformación que se proyectaría en todos los contextos sociales, y lo que es más importante: seríamos nosotros los dueños de ese “negocio emocional”.

¿Construimos las emociones?

Según Lisa Feldman Barrett, en su libro La vida secreta del cerebro, nos narra que esta teoría pertenece a una tradición científica conocida como “construcción”, la cual sostiene que tanto nuestras experiencias como nuestras conductas se crean en el momento por unos procesos biológicos dentro del cerebro y del cuerpo.
Partiendo de este enfoque, nos parece interesante abordar este artículo de emociones en discapacidad y trastornos de conducta desde el construccionismo, ya que desde esta visión se han abarcado muchos temas relacionados con la intervención que realizamos centrada en este colectivo: la memoria, la percepción, los trastornos mentales, los trastornos de conducta y, por su puesto, las emociones.

Hace unos años que ha tomado relevancia el tema de las emociones en colectivos como el que venimos tratando, ya que, dada la ignorancia social hacia ciertos colectivos, se sacaban conclusiones como que las personas con discapacidad sienten diferente o sienten menos, o no perciben el dolor, la tristeza, la alegría. En definitiva, que no expresan emociones.

Por supuesto, y dado el auge que ha tomado la educación emocional en los últimos años, hemos dado un gran giro. En centros especializados en el trabajo con estos colectivos, pretendemos dar cobertura a todos los aspectos relevantes que contribuyen a la mejora de calidad de vida de todos los usuarios, desde una intervención directa, a través de talleres donde, de manera transversal, se trabaja el autocontrol y la gestión de emociones en su día a día.

Hemos escuchado hablar de construcción social, y la función de ésta no es más que estudiar los valores y los intereses sociales según la percepción que tenemos del mundo. Si lo trasladamos a las emociones, esa percepción que tenemos sobre el mundo que nos rodea influye en nuestros sentimientos.

En el caso del colectivo donde nos encontramos todo se magnifica, de manera que estas personas pueden llegar a un estado de bloqueo por la falta de herramientas para poder autogestionar sus emociones. Así se produce un empeoramiento de su conducta, debido a que encuentran una salida de desfogue en la autoagresidad, la heteroagresividad y el comportamiento disruptivo, entre otros.

¿Cómo actúan los profesionales?

Tras el análisis del contexto, el trato directo e individualizado con los usuarios pretende acompañar y dar las herramientas necesarias a las personas para un desarrollo emocional íntegro, donde sepan identificar sus sentimientos, darles nombre y canalizarlos de manera adecuada, lo que posteriormente será reflejado en la convivencia con sus familiares y en sus entornos más próximos.

Para ello se preparan diversos talleres que ayudan a generar situaciones en las que han de experimentar y desenvolverse, siempre con nuestro apoyo y acompañamiento, pero siendo ellos los protagonistas. Siguiendo a autores como Saarni (1997), trabajamos las competencias emocionales en dichos talleres. Dentro de ellos destacamos el taller de Habilidades Sociales donde trabajamos:

  • Habilidades de la competencia emocional por medio de la toma de conciencia o el posicionamiento empático en situaciones ajenas. Por otro lado, la habilidad para afrontar emociones negativas mediante la utilización de estrategias de autocontrol que regulen la intensidad y la duración de tales estados emocionales.
  • Habilidad para afrontar emociones negativas mediante la utilización de estrategias de autocontrol que regulen la intensidad y la duración de tales estados emocionales.
  • La capacidad de autoeficacia emocional, donde se ven a sí mismos y se sienten como se quieren sentir, aceptando así su propia experiencia emocional.
  • Las competencias socioemocionales: responsabilidad, actitud positiva, aceptación de normas sociales, aceptación de puntos de vista diferentes a los propios, respeto a los demás, resolución de conflictos, comunicación expresiva y receptiva, cooperación, negociación, autoconciencia y autoestima.
  • La capacidad de adaptación a cada contexto social.
  • Emo-cognición por medio del reconocimiento de emociones mediante fichas elaboradas y dirigidas.
  • Juegos de interpretación de emociones a través del cuerpo.

El objetivo final es abrirles nuevas puertas a un cambio posible que les llevará a un estado de calma con ellos mismos y, por consiguiente, con su familia, profesionales y entorno social. Por el contrario, al no saber actuar ante algunas situaciones, estas personas pueden llegar a un estado de estrés, ansiedad, miedo y de frustración que desemboca en conductas desajustadas, dificultando su inclusión íntegra en la sociedad.

Podemos ver que todo es una cadena. El mito de que las personas con discapacidad no sienten igual, o que no les duele o alegra alguna noticia, se rompe al ver cada día situaciones tan complejas y reacciones por parte de los usuarios que muestran todo lo contrario. Esas conductas desafiantes les genera, en muchos de los casos tratados, un gran sufrimiento. Según Riviere (1998), al disminuir las experiencias de miedo, de frustración o ansiedad, y aumentar las experiencias positivas de serenidad, autovaloración, afecto positivo y alegría, conseguiremos un estado de bienestar emocional pleno.

La guía de un profesional

Para finalizar, cabe resaltar que la educación emocional ayuda a las personas con discapacidad y trastornos de conductas a partir de una base diferente pero no nula. Necesitan de profesionales formados en esta materia para guiarles hacia un camino en el que, poco a poco, irán rompiendo esquemas y consiguiendo sus propias metas.

Al tener miedo de ser mirados como seres diferentes, estas personas actúan condicionadas por esos ojos que juzgan, cohíben y que no les permiten expresar sus emociones, o más bien ni las consideran, encontrando así dificultades que influyen en sus propias emociones y comportamiento.

Para un desarrollo íntegro de cualquier ser humano es necesario tener en cuenta tres vertientes: afectiva, cognitiva y social. Y podríamos hacer una discriminación positiva, ya que consideramos que es aún más destacable en personas que presentan ciertas limitaciones, ya sean físicas o psíquicas.

Yendo más allá de una clasificación de emociones positivas o negativas considerada por muchos autores conocidos como Goleman y Bisquerra, consideramos que todas forman parte de la vida y generan cambios importantes en las personas, y tanto unas como otras tienen necesidad de dejarse sentir, gestionar y autorregular, partiendo de igual forma de un estímulo sensorial que llega al hipotálamo y después se convierte en estímulo cerebral.

Si de verdad queremos enriquecer la calidad de vida de las personas con discapacidad y trastornos de conducta, es preciso inculcarles la formación en el conocimiento y el dominio de las emociones, con el claro objetivo de ayudarles a mejorar en este terreno. Una mayor autosatisfacción personal, una ampliación de sus interacciones sociales o un alto grado de autocontrol, son algunos de los aspectos en que sus vidas se pueden ver beneficiadas.

ROCÍO GARCÍA. Educadora en la Unidad de Día San Lucas.

Borja González de Escalada, vicepresidente de Fundación SAMU: “Los refugiados ucranianos llegan traumatizados y con miedo”

Borja González de Escalada (Sevilla, 1973) ha regresado recientemente del este de Europa donde ha liderado durante un mes y medio la misión humanitaria puesta en marcha por SAMU para atender a los miles de refugiados por la invasión de Rusia a Ucrania

 

—Como vicepresidente de Fundación SAMU, en los últimos años ha participado en la puesta en marcha de numerosos proyectos tanto en España como en Marruecos, ¿cómo lleva estar lejos de casa?
—La verdad es que me pesa un poco estar separado de los míos, pero es cierto que hay ciertas funciones que no son fácilmente delegables, y que requieren la autonomía de gestión de la que disfruto.

—No sólo ha liderado la apertura de nuevos recursos, también ha participado en varias misiones humanitarias. ¿Podría citarlas?
—La primera misión en la que participe fue en la del terremoto de Haití, desde el gabinete de crisis, sin ser desplegado en zona. Más tarde, sí participé en un despliegue de larga duración, en concreto, durante seis meses, en Filipinas, tras el paso del huracán Yolanda. Después, estuve en dos misiones de ayuda en la cordillera del Atlas de Marruecos y en otra misión en Calais (Francia), en un campo de refugiados. Por último, estuve en el terremoto de Nepal y, recientemente, en diferentes puntos fronterizos con Ucrania tras la invasión rusa a este país.

—De todas ellas, ¿cuál ha sido la que más le ha impresionado?
—Filipinas. La primera misión siempre es la que más impresiona. En mi caso, además, tuve la suerte de coincidir con don Carlos Álvarez, fundador de SAMU.

—¿Y la más complicada?
—Nepal. En aquella misión no contábamos con el apoyo del Gobierno nepalí, nos consideraban hostiles en zona por motivos políticos. Aquella misión no fue fácil.

—Recientemente ha regresado de la misión que SAMU tiene activa en el este de Europa para atender a los refugiados ucranianos. ¿Cómo se está desarrollando esta misión?
—Acudimos tan pronto como surgió el conflicto a tenor de los millones de desplazados por la guerra. SAMU siempre ha estado presente en todas las crisis humanitarias que han acaecido en los últimos años, desde la erupción del volcán de la Palma a la crisis de los refugiados de Bielorrusia. Ésta no iba a ser menos.

—¿En qué puntos está trabajando SAMU exactamente?
—Por un lado, estamos en la frontera de Ucrania con Rumania, en la provincia de Tulcea, en el puesto fronterizo de Issacea. El segundo punto de atención es la capital de Moldavia, Chisináu. Allí hay un equipo atendiendo a los refugiados en un palacio de exposiciones y congresos que han transformado en albergue temporal, con una ambulancia UVI móvil. Además, en proyecto está la apertura de un refugio en Polonia, más concretamente en la ciudad de Cracovia, que es la localidad polaca que más refugiados ha recibido.

—¿Qué acciones está llevando a cabo SAMU en la zona?
—Proporcionamos asistencia médica básica a los desplazados y consulta de atención médica primaria y de urgencias a aquellas personas que cruzan en el ferry hasta Rumanía o están alojadas en albergues, para que tengan sus necesidades sanitarias cubiertas. En los puntos en los que trabajamos en Rumanía tenemos consulta tanto médica como de enfermería. En Moldavia, también hacemos traslados de pacientes que cruzan la frontera o de aquellos que necesitan traslado hospitalario.

—¿En qué condiciones llegan los refugiados ucranianos?
—Las personas que huyen de Ucrania no son pacientes, en principio, con traumatismos por el conflicto salvo excepciones. Sí llegan psicológicamente muy traumatizados, estresados y con miedo. Los problemas más comunes son la hipotermia y los problemas respiratorios, especialmente en niños.

—El 11 de abril, SAMU envió un tercer contingente a la zona ¿Por qué se ha decidido prolongar la misión?
—El conflicto aún no ha terminado, las necesidades, aunque menos acuciantes, siguen estando presentes. Y los donantes han confiado en SAMU para desarrollar una actividad más duradera. El peligro de que el conflicto escale a mayor nivel sobre las zonas más próximas a la frontera está presente. De ahí que sigamos en los mismos puestos. Las necesidades a nivel asistencial no han cambiado, una consulta de asistencia primaria. Donde hemos detectado una mayor necesidad de apoyo en el área de alojamiento y tratamiento psicológico es en Polonia, de ahí nuestro interés en abrir en este país un centro de apoyo a mujeres que hayan sido víctimas de abuso.

—¿Cuál es el perfil de los refugiados?
—El 95% son mujeres y niños. Los hombres que cruzan son personas mayores o extranjeros, el resto se tienen que quedar obligatoriamente en el país salvo que sean cabeza de familia monoparental.

—¿Cuáles son las principales dificultades que os habéis encontrando en la zona?
—El clima adverso fue una de las dificultades a las que tuvimos que hacer frente al principio. La necesidad de traductores de varios idiomas fue la segunda. Además, las relaciones con las autoridades locales no siempre son fluidas pero son muy importantes. El resto de las dificultades son solventadas con facilidad por el equipo, como el equipamiento, la logística y el abastecimiento.

—¿Qué destacaría de los sanitarios que forman parte de los contingentes de SAMU?
—Los profesionales que llegan son personas muy motivadas y entrenadas, con un alto grado de resiliencia ante las dificultades y muchos de ellos con experiencia previa, con espíritu de ayuda, de cooperación y de iniciativa. Llegan y permanecen con la moral muy alta, es fácil trabajar con ellos.

—En el último contingente que SAMU ha enviado al este de Europa ha viajado su hermano Juan González de Escalada, que lo ha sustituido como jefe de la misión. ¿Le ha dado algún consejo?
—El principal problema que tenemos los no sanitarios es entender nuestro papel en las misiones. Puedes no sentirte tan útil pero nuestra labor es distinta, más diplomática, ofrecer seguridad al equipo, mantener los miles de contactos institucionales y políticos. Tomar decisiones y procurar la máxima operatividad y confort del equipo.

—¿Qué ha sido lo que más le ha llamado la atención de esta misión?
—El despliegue de un gobierno como el de Rumanía, que tiene grandes instalaciones en todos los puestos fronterizos, así como la solidaridad europea con los refugiados, especialmente en Polonia, donde los ciudadanos han puesto a disposición de las familias ucranianas miles de viviendas.

—¿Tiene pensado regresar?
—Mi idea es regresar a Polonia en el momento en el que el proyecto del albergue en el que estamos trabajando salga adelante.

Juan Manuel Aveledo, director del área de Infancia y Familias de Fundación SAMU: “Es necesario dar la palabra a los menores migrantes”

El trabajador social Juan Manuel Aveledo (Jerez, 1984) comenzó a trabajar en octubre de 2017 con Fundación SAMU en la gestión de centros de protección de menores y desde el 1 de enero de este año ejerce como director del área de Infancia y Familias de esta entidad

—Los menores en acogida han marcado su vida profesional. ¿Cuándo comenzó a trabajar con este colectivo?
—Mi trayectoria profesional arrancó como técnico de inserción laboral del Programa SAL, perteneciente al Ministerio del Interior, favoreciendo la integración laboral de personas reclusas y exreclusas. Posteriormente, de la mano del Programa Labora, ejercí como orientador sociolaboral de menores procedentes del sistema de protección de la Junta de Andalucía. Fue aquí cuando tuve la oportunidad de conocer un colectivo del cual hoy en día aún sigo aprendiendo. Tras varios años de profesión y ampliando mi formación académica con dos másteres (uno en Dependencia y Protección de Mayores por la Universidad de Granada (UGR) y otro en Dirección y Gestión de Programas Sociales en la misma universidad), pude abrir nuevos horizontes. Mi andadura en la gestión de centros de protección de menores comienza con Fundación SAMU, donde he tenido la oportunidad de participar, colaborar, coordinar, dirigir y crear nuevos proyectos y nuevas experiencias que me han llevado a ejercer como director nacional del área de Infancia y Familias de esta entidad.

—¿Cómo y cuándo comenzó a trabajar en Fundación SAMU?
—Comencé a trabajar en Fundación SAMU el 5 de octubre de 2017 pero conozco la entidad desde 2010, prácticamente desde sus inicios en el centro de acogimiento residencial AER El Bosque (Cádiz). Colaboraba como técnico de inserción laboral con los menores residentes en el recurso apoyando el itinerario personalizado de inserción de cara al cumplimiento de su mayoría de edad. Recuerdo aquella etapa como si se tratase del día de ayer, el trato profesional fue maravilloso. Con el paso de los años, me reencontré con la entidad tras la apertura de un centro de orientación e inserción sociolaboral en la localidad de Motril, en Granada. Mantuve relación con el proyecto atendiendo a los menores residentes como técnico de empleo. Fue a través de Mabel Macías Cuevas, asesora técnica de centros de protección de la delegación territorial de Granada de la Junta de Andalucía, quien me informó de que SAMU necesitaba cubrir el puesto de dirección de este. Me decidí a enviar mi candidatura y, tras pasar el proceso de selección, comencé mi andadura en Fundación SAMU.

—¿Cómo ha sido su evolución en Fundación SAMU?
—Fundación SAMU me brindó la oportunidad de dirigir el Centro de Orientación e Inserción Socio Laboral de Motril, dependiente de la Junta de Andalucía y cofinanciado por el Fondo Social Europeo. El crecimiento exponencial de la entidad, aumentando el número de centros de protección y los menores acogidos, me ha llevado a participar en la creación de numerosos proyectos y en aperturas de recursos residenciales en distintas provincias de Andalucía. Este crecimiento me llevó a ejercer como director regional de la zona de Andalucía Oriental de Fundación SAMU.

—Recientemente, ha sido nombrado director nacional del área de Infancia y Familias de Fundación SAMU. ¿Cómo afronta este nuevo reto?
—Afronto este nuevo reto de una manera optimista, con una visión positiva y pensando en que todo irá bien y que conseguirlo será cuestión de tiempo. Quizás podrá costar un poco más, pero solo significa que mi esfuerzo deber ser aún mayor. Constancia, paciencia, seguir aprendiendo y apostando para que este nuevo reto profesional radique en el mayor de los éxitos. No he tocado techo, así que sigo creciendo. Me involucro en nuevos proyectos con mayores responsabilidades y continúo ampliando mis conocimientos profesionales a través de la formación académica. Con ello aspiro a aumentar mis capacidades de dirección y gestión de esta institución social. Un requisito básico para involucrarme es que SAMU y yo crezcamos conjuntamente.

—¿Le ha dado algún consejo el anterior director del área de Infancia y Familias, Nicolás Torres?
—Aparte de haberme ofrecido su apoyo incondicional durante toda mi trayectoria profesional dentro del grupo, Nicolás me ha aconsejado que nunca olvide de dónde venimos y hacia dónde vamos.

—¿Cuántos recursos dirigidos a menores y extutelados tiene en funcionamiento Fundación SAMU actualmente?
—Contamos con una red de 47 centros de protección de menores en acogimiento residencial con diferentes tipologías de atención: centros de recepción y acogida inmediata, centros de acogimiento residencial básico, centros de orientación en inserción sociolaboral, centros de intervención en problemas de conducta… Todos estos centros suman un total de 1.141 plazas a nivel nacional. En cuanto a programas de atención a jóvenes extutelados procedentes del sistema de protección de menores de la Junta de Andalucía, gestionamos diferentes programas para dar cobertura a las necesidades básicas y ofrecer un acompañamiento personalizado durante el proceso de autonomía y emancipación de los y las jóvenes participantes. Un total de 121 plazas distribuidas por diferentes provincias de Andalucía. Esto nos hace tener presencia en la red de recursos de programas +18.

—¿En cuántas comunidades autónomas están presentes?
—En seis: Andalucía, Aragón, Madrid, Islas Canarias, Ceuta e Islas Baleares.

—¿Hay algún nuevo proyecto futuro en mente?
—Ahora mismo se nos plantean muchas propuestas y tenemos pendiente concretar, encuadrar y darles el formato adecuado para lanzarlas como propuestas de intervención a las diferentes administraciones públicas. Ampliar horizontes y acceder a programas de Servicios Sociales, del Ministerio de Interior y del marco europeo desde el convencimiento de la valiosa aportación que puede ofrecer la entidad, son nuestras nuevas propuestas.

—¿Cuáles son las principales dificultades con las que se encuentran en su día a día?
—La intervención con la infancia que transita en los centros de protección de menores hacia la vida adulta, en múltiples ocasiones se complejiza por la falta de red de recursos, sobre todo cuando están cercanos al cumplimiento de la mayoría de edad. Debemos desarrollar estrategias de desinstitucionalización. Los juicios, hitos y estereotipos negativos, especialmente los que está sufriendo la población migrante extranjera no acompañada, es un factor agravante.

—¿Qué significa para usted trabajar con menores en riesgo de exclusión social?
—Es necesario que conozcamos la situación de la que huyen los niños, las niñas y los adolescentes que inician un proceso migratorio, el contexto que les empuja a salir de sus países, el trayecto y la manera en la que el sistema les acoge y les protege. Es necesario dar la voz y la palabra a aquellos que consiguen llegar a ese nuevo destino desconocido, urge sensibilizar a la ciudadanía a través de sus historias de vida y es nuestro cometido y responsabilidad como entidad mostrar todas las barreras y obstáculos que son preciso superar y esquivar cuando intervenimos con esta población vulnerable.

—¿Qué le ha aportado Fundación SAMU?
—Fundación SAMU, sin duda, es la entidad que más ha aportado a mi trayectoria profesional. He logrado satisfacer gran parte de mis propósitos profesionales, conocer otra realidad social, aumentar la confianza en mí mismo y sentirme parte de un equipo que apuesta por la transformación social.