José Antonio Trujillo, nuevo director general de SAMU tras 14 años de liderazgo de Carlos González de Escalada

SAMU, organización líder en emergencias sanitarias y acción social, ha anunciado el nombramiento de José Antonio Trujillo como su nuevo director general. Trujillo, quien hasta ahora ocupaba el cargo de director general adjunto, toma el relevo de Carlos González de Escalada tras 14 años al frente de la organización. En este periodo, SAMU ha consolidado su crecimiento superar los 3.000 trabajadores en 120 centros de trabajo distribuidos en seis países, con 100 millones de euros de facturación anual y 50.000 usuarios beneficiarios de su acción cada año.

José Antonio Trujillo es Licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla y cuenta con un Máster en Organización de Empresas por el Instituto de Empresa. Ha ejercido cargos de dirección en diversas multinacionales hasta su llegada a SAMU en 2019, donde, en un primer momento, ejerció como director del departamento de Desarrollo. En 2022, fue nombrado director general adjunto de SAMU, puesto que ha ejercido hasta la fecha.

El acto de traspaso se ha celebrado en la sede de SAMU en la Isla de la Cartuja de Sevilla en un acto que ha contado con la presencia de destacados directivos de la organización, como la Dra. Juana Macías, presidenta del Instituto SAMU de Investigación Científica (ISIC), y los vicepresidentes Borja y Juan González de Escalada. El presidente fundador de SAMU, el Dr. Carlos Álvarez Leiva, no ha podido asistir por estar coordinando el dispositivo de atención de emergencia a menores migrantes en Ceuta.

Años de desafíos y éxitos

Carlos González de Escalada, quien asumirá ahora la presidencia de SAMU, ha aprovechado su relevo para hacer balance de su gestión. “Han sido años de éxito, aunque no exentos de desafíos, en los que hemos trabajado para consolidar a SAMU como una gran fuerza al servicio del bien común”, ha defendido. Además, ha destacado el perfil de José Antonio Trujillo elogiando su “capacidad de trabajo” y su “liderazgo pausado y estratégico”. “Es una persona excepcional que se ha ganado el respeto y aprecio de todos los que trabajamos con él”, ha subrayado González de Escalada, que da de esta forma por concluido el proceso de profesionalización de la entidad, pues Trujillo es el primer máximo responsable de la historia de SAMU que no pertenece al núcleo de la familia fundadora del proyecto.

José Antonio Trujillo ha agradecido a su predecesor “la confianza y cercanía en los buenos y malos momentos”, y ha reconocido el trabajo de expansión y crecimiento que ha caracterizado los 14 años de González de Escalada al frente de SAMU. Trujillo se ha comprometido a continuar la labor de integración de los valores fundacionales de SAMU con las nuevas exigencias del mundo actual, con el objetivo de “construir el SAMU del futuro”.

Con esta transición, la compañía reafirma su compromiso con la atención sanitaria, la formación y la acción social, pilares que han guiado su trayectoria desde su fundación en 1981. Ahora, asume el reto de adaptarse a los desafíos globales que marca su plan 2030. En ese plazo, SAMU aspira a posicionarse como una multinacional de las emergencias y la acción social sobre las bases de la internacionalización, la transformación digital y la gestión del talento.

Sobre SAMU

SAMU es una entidad especializada en la atención sanitaria y acción social. Fue creada en 1981 como empresa de emergencias sanitarias equipada con la primera UVI móvil que hubo en España. Desde entonces, ha desarrollado un proceso de crecimiento y diversificación de su actividad que le ha llevado a ser un referente en sectores tan dispares como el traslado de pacientes críticos, los dispositivos médico-sanitarios en grandes eventos, la formación de profesionales en emergencias sanitarias, y la atención y protección de colectivos vulnerables como personas dependientes, personas sin hogar, menores, mujeres o personas con patologías de salud mental.

En las dos últimas décadas, SAMU también ha desarrollado misiones humanitarias en países como Marruecos, Indonesia, Sri Lanka, Haití, Perú, Sudán, Costa de Marfil, Sierra Leona, Nepal, Filipinas, Francia, El Salvador, Costa Rica, Honduras, República Dominicana, Ucrania y Turquía.

En 2023, la organización consolidó su área de Cooperación Internacional y Ayuda Humanitaria, que desarrolla proyectos en Burundi, Bolivia, Nicaragua o Marruecos.

La organización también se ha establecido en Estados Unidos a través de SAMU First Response, comprometida con la asistencia y el apoyo a personas solicitantes de asilo y migrantes que llegan al país.

Concepción Pérez: “Las guías coeducativas de SAMU van a llegar a todo el país”

El equipo del área de Intervención Socieducativa y de la Mujer de SAMU, dirigida por Concepción Pérez (Sevilla, 1976), ha puesto en marcha un proyecto de guías coeducativas para combatir la violencia de género en edades tempranas. Hasta la fecha se han enviado 20.768 guías.

—Es la segunda vez que le entrevistamos para la Revista SAMU, pero, en esta ocasión, no vamos a hablar de su trayectoria profesional, sino de un trabajo en equipo del que creo que se siente muy orgullosa, el de las guías coeducativas.
—Sí, en esta entrevista hago de portavoz, pero su contenido es el resultado de la puesta en común del equipo del área que dirijo. Y antes de comenzar, me gustaría trasladar mi eterno agradecimiento a cada uno de los miembros de mi equipo y, en especial, a Jara Díaz, por ser la persona que ha estado al frente de la elaboración, edición, seguimiento y difusión de este magnífico proyecto.

—¿Cómo y cuándo surge el proyecto de las guías coeducativas?
—Este proyecto, aunque llevaba años en mi cabeza, comenzó su andadura en 2021 y se desarrolló a lo largo de 2022 en respuesta a unas necesidades educativas identificadas, tales como el aumento de casos de violencia de género desde edades cada vez más tempranas y la creciente problemática de la ciberviolencia. La inquietud por contribuir a los fundamentos esenciales del desarrollo de niños, niñas y adolescentes, y la experiencia y especialización con la que contaba el área en el ámbito socioeducativo, nos motivó a crear un contenido adaptado a cada etapa educativa. Por ejemplo, nos centramos en que el alumnado de Educación Primaria conozca y detecte diversos tipos de violencia, fomentando la conciencia sobre actitudes adecuadas e inadecuadas, sin normalizar conductas negativas, otorgando especial importancia al empoderamiento femenino y al fomento de la capacidad para buscar ayuda cuando sea necesario.

—¿Qué necesidades detectaron en los colegios e institutos a la hora de desarrollar este proyecto?
—A pesar del admirable trabajo realizado por los centros educativos, identificamos que era necesario un refuerzo, ya que la coeducación requiere la constancia y el apoyo de diversos agentes sociales además de la escuela. Se detectaron algunos desafíos, como la mayor dificultad que tienen los niños frente a las niñas para reconocer situaciones de violencia de género, el alto porcentaje de niñas y adolescentes que han sufrido violencia sexual antes de los 15 años, las conductas basadas en el dominio y la sumisión o el uso problemático de las nuevas tecnologías. Por otro lado, el constante cambio de personal de los centros educativos y la creciente asignación de tareas burocráticas, deja a los profesores un tiempo limitado para dedicarlo a la elaboración de material de calidad en temática de violencia de género adaptado a una determinada etapa educativa, por lo que se subraya la necesidad de elaborar recursos accesibles que faciliten la enseñanza sin comprometer su calidad. Además, se detectó una falta de material adaptado a necesidades específicas del alumnado, tales como adaptación en lengua de signos, subtítulos o voz en off.

—¿Cuál fue el siguiente paso?
—Una vez detectadas estas necesidades, reconocimos la importancia de destacar y difundir este trabajo para llegar al máximo número de personas posibles. Para ello, se ha habilitado un apartado específico dentro de la página web de SAMU desde la cual cualquier persona interesada, ya sea docente o a título particular, puede acceder a esta herramienta mediante la cumplimentación de una breve encuesta, y tratar con su alumnado, hijos o hijas algo tan relevante hoy en día como es la igualdad de género, y que a veces no saben cómo afrontarlo.

—¿Por qué estas guías van dirigidas a todas las etapas educativas y no se han centrado en una etapa en concreto?
—Las guías, que son cinco en total divididas en dos bloques, se dirigen a todas las etapas educativas debido a la importancia de abordar la prevención de la violencia desde una edad temprana y adaptar el contenido a cada fase del desarrollo. Además, desde el principio, hemos contado con el respaldo de la comunidad educativa, pues tenemos constancia que destinatarios de Educación Primaria las han compartido con destinatarios de otras etapas que no estaban en nuestra lista de difusión, facilitando así su alcance. Este nivel de colaboración demuestra el compromiso compartido de la comunidad educativa para trabajar la violencia de género en todas las etapas del desarrollo educativo.

—¿Qué objetivos tienen estas guías?
—El principal objetivo es prevenir las distintas formas de violencia sobre las mujeres y la promoción de valores de igualdad, diversidad, respeto y tolerancia. Con estas guías, se conciencia al alumnado sobre la importancia de la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres y niñas, y se fomenta su compromiso para alcanzar estos objetivos. También se busca impulsar la reflexión crítica y el diálogo sobre los obstáculos que impiden la igualdad de género y las posibles soluciones. Pero estás guías no sólo están dirigidas a los escolares, también a profesores, padres, madres y otros familiares del entorno del alumnado.

—¿Qué temáticas tratan estas guías?
—Tratan la violencia de género, haciendo hincapié especialmente en el contexto del uso de las nuevas tecnologías; el empoderamiento; la educación afectivo sexual y los objetivos del desarrollo sostenible. Además, todo el material ha sido cuidadosamente revisado para garantizar que no contenga lenguaje sexista, estereotipos de género o cualquier otro contenido que pueda perpetuar la violencia de género o discriminar a cualquier grupo de personas.

—¿Cuántos centros educativos han recibido estas guías?
—La distribución de estas guías está siendo ampliamente superada a la de la edición anterior. En la anterior subvención, la correspondiente al 2022, las guías se distribuyeron en 28 centros de menores y recursos de jóvenes extutelados en Andalucía, así como en 73 centros de educación Infantil y Primaria e institutos en la misma región. Este año, la cobertura se ha ampliado a todo el país, alcanzando un total de 50.000 centros educativos. Este dato sigue aumentando cada día, ya que su inclusión en la página web de SAMU está generando más alcance del esperado. En la primera semana del lanzamiento, aproximadamente 200 personas, entre profesionales y familiares, accedieron a este contenido. Este aumento en la participación subraya la relevancia y la demanda de recursos educativos centrados en la prevención de la violencia de género.

—¿Qué novedades se han llevado a cabo en la edición de 2023?
—Este año nos hemos sumergido en un importante reto y estamos logrando resultados destacados. En primer lugar, estimamos que al finalizar noviembre, habremos completado la distribución de las cinco guías en todo el territorio español. Hasta la fecha, hemos enviado estas guías a un total de 20.768 centros educativos distribuidos en 10 comunidades autónomas. Aún nos falta por cubrir siete comunidades, así como los centros de menores y jóvenes extutelados de Fundación SAMU. Esto significa que la cobertura será considerablemente mayor que la del año anterior. La edición pasada se distribuyeron solo en formato PDF. Este año nos comprometimos a sacar adelante un formato audiovisual signado. Además, durante el proceso creativo, decidimos agregarles también voz y, para ellos, pedimos la colaboración de los hijos e hijas del personal de SAMU. El resultado final está siendo espectacular. Hemos conseguido hacerlas accesibles para personas sordas o con problemas de audición y para personas ciegas o con algún problema de visión.

—¿Cuál es el futuro de estas guías?
—Estas guías tienen un futuro prometedor, especialmente considerando la era de la digitalización en la que nos encontramos inmersos. Para el año 2024, nos proponemos nuevos desafíos que aún no podemos revelar, pero lo que sí es seguro es que las guías seguirán siendo objeto de una actualización constante. Nuestro objetivo final es garantizar la accesibilidad, adaptándonos a las necesidades cambiantes de la sociedad y aprovechando las herramientas digitales disponibles.

—¿Cómo se financia este proyecto?
—Lo financia el Ministerio de Igualdad por segundo año consecutivo y duplicando la partida inicialmente subvencionada. Para este año nos han concedido 85.545,17 euros. La subvención cubre la elaboración de contenido, el diseño y edición de vídeos, así como su publicidad y difusión.

—¿Qué feedback habéis recibido por parte de los centros educativos?
—Hasta el momento, hemos recibido un feedback muy positivo por parte de los centros educativos. Numerosos profesionales de la educación han destacado la utilidad y relevancia del contenido, expresando que las guías han contribuido significativamente a la concienciación y formación del alumnado en temas de violencia de género, empoderamiento, educación afectivo-sexual y objetivos del desarrollo sostenible. Este feedback positivo nos impulsa a seguir mejorando y actualizando nuestras guías para asegurar que sigan siendo una herramienta valiosa y efectiva en la promoción de valores fundamentales.

—¿Qué significa para usted y su equipo este proyecto?
—Este proyecto ocupa un lugar fundamental en nuestras prioridades, ya que representa uno de los pilares básicos de nuestra labor. Además, se destaca por ser el punto de encuentro entre las dos líneas cruciales que definen al área: la educativa y la de la mujer, por lo que es un orgullo la posibilidad de aportar nuestra experiencia y que ésta pueda ser aprovechada por la comunidad educativa (alumnado, profesorado y familias) a nivel nacional y, posiblemente, internacional, uno de los hitos marcados para el próximo año. Este proyecto no solo trata de impartir conocimientos, sino de lograr un cambio cultural y generacional, de ahí la importancia de comenzar a trabajar la coeducación desde las primeras etapas educativas, sin restarle importancia a la necesidad de continuar este trabajo en el resto de etapas, con especial consideración a la adolescencia. Es en estos años en los que se desarrolla de manera sólida la personalidad y se da la consolidación del desarrollo social y moral. Nos motiva la perspectiva de moldear una sociedad donde la igualdad de género y el respeto mutuo sean normas arraigadas. Este compromiso impulsa a nuestra área a seguir trabajando con dedicación y pasión, sabiendo que cada acción contribuye a la construcción de un mundo más justo y seguro para todas las personas.

Mujeres, jóvenes, migrantes y universitarias

Superar los retos que derivan de cada proyecto personal de vida, independientemente de los que sean, requiere de un grado de esfuerzo, compromiso y fortaleza colosales, especialmente si hablamos de los menores migrantes no acompañados. Además, desde una perspectiva interseccional, si sumamos género femenino, etnia, clase social y sexualidad, estas capacidades y atributos requieren de una doble dosis, en el mejor de los casos.

En este contexto, para la mayoría de las jóvenes extranjeras y extuteladas beneficiarias del Programa +18 de Fundación SAMU, cumplir con los objetivos de sus proyectos migratorios, supone, en ocasiones, romper con ciertos valores, tradiciones y patrones socioculturales impuestos en sus países de origen.

Sin embargo, son muchas las jóvenes que, con esfuerzo y sacrifico, gracias a la ejecución de los Programas de Alta Intensidad o Programas de Adquisición de Competencias Sociolaborales, como el PACS SAMU Almería o PACS SAMU Jaén, cofinanciados por el Fondo Social Europeo y conveniados con la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía, alcanzan una emancipación plena y en condiciones seguras, cumpliendo así con sus expectativas migratorias y el objetivo principal del programa: la inserción sociolaboral.

Este es el caso de las jóvenes Kadiatou Sow y Sabah El Amraoui Karroumi, que, tras superar sus estudios de secundaria y la Selectividad, comienzan en septiembre una formación universitaria: Derecho, en el caso de Kadiatou, y Filología Inglesa, en el caso de Sabah.

Ambas jóvenes son un verdadero ejemplo a seguir para todas aquellas menores extranjeras que deciden emprender su proceso migratorio en busca de un futuro mejor.

A continuación, puedes conocer la historia de estas dos protagonistas de la mano de Ana Rodríguez Fernández, del equipo de educadores del PACS SAMU Jaén, y Amel Boughanem Cortés, trabajadora social y orientadora laboral del PACS SAMU Almería.

Sabah El Amraoui Karroumi, matriculada en Filología Inglesa

Sabah El Amraoui Karroumi llegó al PACS de Jaén el 5 de octubre de 2021. El equipo de profesionales de SAMU obtuvo excelentes referencias de la joven, entonces menor de edad, por parte del equipo responsable de la chica en el Sistema de Protección del Menor. Por esta razón, desde SAMU esperaban con ilusión poder tomar el testigo del trabajo realizado previamente por el equipo del COILS San Martín de Porres, perteneciente a la Fundación Don Bosco Social, hogar del que procedía Sabah.

“Nos hablaban de una chica decidida, muy motivada por el estudio, cuya infancia, como es de suponer, no había sido nada fácil y que, provista de unos resortes y capacidad de resiliencia admirables, había podido centrar su vida antes de cumplir la mayoría de edad en una serie de valores que la mantendrían a salvo en el mar de incertidumbre al que se enfrentaba”, apunta Ana Rodríguez, miembro del equipo de profesionales del PACS Jaén. “A su llegada, nos sorprendió su forma de expresarse, ávida de comunicar sus intenciones, sus planes de futuro, sus preocupaciones, sus acuerdos y desacuerdos. Una vez más, una joven nos presenta el reto de ir un paso más allá. Acompañar y orientar cuando los objetivos son altos es, sin duda, muy motivador”.

Al equipo del PACS Jaén le sobrecoge la cantidad de recuerdos de los que Sabah no ha podido desprenderse aún, y entiende que el apego a objetos de la niñez y a los obsequios de amigos y referentes para ella son importantes. Se manifiesta de este modo cariñosa, demandante de afecto y aferrada a su entorno personal. “En muchos años de experiencia en el trabajo con jóvenes, fue la primera vez en la que el equipaje de macutos y maletas llenas de libros casi igualaba al de ropa. Y más sorprendente era cuando al hablar con ella de cada uno de estos libros, la joven se acordaba de quién se lo había regalado, cuándo se lo había leído o por qué le había gustado”, asegura Rodríguez.

Sabah no tardó en dejar claro que su objetivo principal al pasar por un recurso de alta intensidad era poder terminar sus estudios de Grado Superior para obtener su titulación y, tras conseguir un trabajo para poder emanciparse, poder proseguir con sus estudios universitarios.

Una vez superado con éxito el primer curso del Grado Superior de Radiología, la joven, no convencida vocacionalmente con esta profesión, decidió cambiar de rumbo y, junto al equipo orientador, eligió otro camino formativo, valorando sus posibilidades. Consciente de que su tiempo en el recurso se acababa, y que en un futuro, si quería estudiar por sus propios medios, tendría que conjugar los estudios con un trabajo que le permitiese ir a clase y estudiar, comenzó unas prácticas EPES como camarera en una cafetería.

Sabah El Amraoui Karroumi

Sabah El Amraoui Karroumi

Sabah tiene claro que quiere ir a la universidad, y, a pesar de haber aprobado en el año anterior la Selectividad con una nota más que aceptable, decidió presentarse de nuevo para subir su nota y poder tener más opciones a la hora de elegir carrera. De hecho, lo logra, y baraja entre sus posibilidades estudiar Administración y Dirección de Empresas, Educación Social o Filología Inglesa.

Finalmente, Sabah ha decidido estudiar Filología Inglesa en la Universidad de Málaga. Para ello, con la ayuda del equipo de SAMU, Sabah tramita la matrícula y cuenta con la colaboración de la delegación de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de Málaga, que en colaboración con el Servicio de Igualdad, Diversidad y Acción Social de la Universidad de Málaga ponen a disposición de Sabah una plaza en la Residencia Universitaria Alberto Jiménez Fraud. Además, acostumbrada a un ritmo intensivo de trabajo y estudio, Sabah ha logrado sacarse el carnet de conducir este verano mientras realizada sus prácticas prelaborales.

“Ilusionada y dispuesta por compartir todos los momentos especiales de convivencia y celebración en familia, Sabah ha sido sin duda la pieza clave para que todos se sintieran a gusto, compartiendo su opinión, expresándose de una forma fresca que ha ayudado sin duda a muchos de sus compañeros a salir de su zona de confort y plantearse nuevos puntos de vista”, apuntan desde SAMU.

“Ahora que estamos preparando la salida de Sabah del programa, admito que no sólo nos sentimos satisfechos por haber podido acompañar a esta joven en la superación de sus objetivos de adquisición de competencias, sino que somos conscientes que todo lo vivido junto a ella, como con otras jóvenes, nos ha hecho mejores profesionales”, confiesa Ana Rodríguez. “Estamos convencidos de que Sabah sabrá enfrentarse al mundo de cara, como es ella, consiguiendo sin duda una vida plena”.

Kadiatou Sow, futura estudiante de Derecho

La joven Kadiatou Sow, procedente de Guinea Conakry, decidió emprender su proyecto migratorio en 2018 como consecuencia de la ausencia de recursos económicos e igualdad de oportunidades para acceder a la educación e inserción laboral en su lugar de origen.

Según refiere, en su país son muchas las mujeres que logran acceder a los estudios y que, a su vez, obtienen excelentes resultados académicos. Sin embargo, la probabilidad de acceder al mercado laboral desaparece cuando contraen matrimonio, momento en el que, habitualmente, la mujer se centra en el cuidado del hogar y los hijos.

Kadiatou, que hoy tiene 20 años, cuenta que siempre tuvo claro el objetivo de su proyecto migratorio: hacer realidad su sueño de acceder a la universidad y buscar un futuro mejor en un lugar donde pudiera ejercer su profesión de forma independiente a su estado civil y libre de las presiones socioculturales propias de su país de origen.

Además, aclara que su interés por la formación viene motivado por el deseo de defender los derechos de las personas más vulnerables, en concreto, los derechos de la mujer africana y la lucha contra las desigualdades sociales y de género.

Por ello, la joven guineana defiende la formación como una herramienta de cambio social y, en su discurso, suele verbalizar lo siguiente: “Para poder defender los derechos de las mujeres, primero debo formarme y conocerlos”. De ahí su interés por realizar el Grado en Derecho. Sin embargo, Kadiatou afirma que desconocía el nombre de la profesión que quería ejercer: “Yo solo sabía que quería defender los derechos de las mujeres”. La joven reconoce que fue una vez en España cuando descubrió el significado de la abogacía. Desde entonces, tuvo claro el grado universitario que estudiaría.

Para una mayor compresión de la historia de superación y resiliencia de la joven, nos remontamos a su llegada a España, en agosto de 2018, fecha en la que ingresó en el Servicio de Protección de Menores de la Junta de Andalucía. Desde este momento, la joven centró todos sus esfuerzos en el aprendizaje de la lengua española, en aras de incorporarse cuanto antes a la formación reglada y poder obtener el título de Educación Secundaria Obligatoria (ESO).

Su rápida adaptación a la sociedad de acogida y buen dominio del lenguaje español, favorecieron su pronta incorporación al I.E.S Entresierras, ubicado en Purchena (Almería), municipio donde residió durante su estancia en el Centro de Protección de Menores.

El esfuerzo e implicación para la consecución de su sueño, comenzó a dar fruto en tan solo un año y medio después de su llegada a España: la joven obtuvo el Graduado de Educación Secundaria Obligatoria en el curso académico 2019-2020. Luego, se matriculó en 1º de Bachillerato de Humanidades y Ciencias Sociales en el I.E.S. Rosa Navarro, en Olula del Río (Almería).

Sin embargo, no todo fueron éxitos y facilidades, puesto que a mitad del curso 2020/2021, la joven cumplió la mayoría de edad y tuvo que enfrentarse a los cambios que esto conlleva. En este contexto, en diciembre de 2021, se trasladó al Programa de Alta Intensidad PACS SAMU Almería y solicitó un traslado de expediente al I.E.S. Al-Ándalus, en Almería, donde finalizó el curso académico con unos resultados excelentes.

Kadiatou Sow

Kadiatou Sow

Kadiatou alcanzó la mayoría de edad con la ausencia de una autorización de residencia y, además, en un contexto de pandemia mundial y periodo de recesión económica, ocasionada por el Covid-19. Regularizar su situación administrativa supuso uno de los principales obstáculos para la consecución de los objetivos establecidos en su proyecto personal de vida, llegando incluso a valorar la opción de priorizar su inserción laboral frente a la consecución de sus objetivos académicos.

No obstante, gracias al reciente cambio en la normativa vigente en materia de extranjería y a su estancia como beneficiaria en el Programa de Alta Intensidad PACS SAMU Almería dirigido a jóvenes extuteladas de entre 18 y 25 años, procedentes del Sistema de Protección de Menores, la joven ha podido regularizar su situación administrativa sin tener que renunciar al sueño de acceder a la universidad.

Durante el curso 2021-2022, Kadiatou compaginó 2º Bachillerato con una formación online complementaria enfocada al empleo. De forma paralela, la joven, consciente del objetivo principal del Programa +18 y de la proximidad de su emancipación, ha realizado una ardua y concienzuda labor de búsqueda de empleo que tuvo sus frutos al ser contratada como camarera de pisos en el Hotel AC de Almería.

Al mismo tiempo que trabajaba, Kadiatou se preparó la Prueba de Evaluación y Acceso a la Universidad (Pevau), exámenes que superó con éxito y le han permitido ingresar en la Facultad de Derecho de la Universidad de Almería.

Según fuentes del Servicio de Protección de Menores de Almería, Kadiatou es una de las primeras jóvenes extranjeras y extuteladas que accede a la universidad de la ciudad. La joven guineana se muestra muy orgullosa de todo el trabajo realizado y de los logros alcanzados durante los últimos años. “Para lograr un sueño, no es suficiente sólo con desearlo, sino que es muy importante trabajar duro hasta hacerlo realidad. Con esfuerzo y constancia todo se consigue”, manifiesta la joven.

Las orientadoras de referencia del PACS SAMU Almería se sienten muy orgullosas de la gran evolución de la joven, y afortunadas, de haber podido orientar y acompañar a Kadiatou hacia la consecución de su sueño y una emancipación plena y exitosa.

Actualmente, la joven ha superado los objetivos establecidos de su Itinerario Personalizado de Inserción Laboral y se encuentra a la espera de la asignación de una plaza becada en la Residencia Universitaria Civitas (Almería), en la que podrá residir durante los próximos cuatro años para la superación del Grado en Derecho.
Esto ha sido posible gracias al apoyo e implicación de la delegación territorial de Almería, especialmente de la técnica de Programas de Alta Intensidad, Juana García, y el coordinador de centros, José Luis Andreu.

Dos meses en la frontera de Ucrania

Hace ya dos meses que SAMU inició una misión humanitaria en la frontera con Ucrania para atender a los miles de damnificados por la invasión de Rusia a Ucrania. El 2 de marzo, un equipo de ocho personas lideradas por Borja González de Escalada, vicepresidente de Fundación SAMU, se convirtió en el primer contingente de la organización andaluza que viajaba al este de Europa tras el inicio de la guerra. Su destino inicial fue la frontera de Rumanía con Ucrania. Dos meses después, SAMU tiene presencia en tres países fronterizos distintos (Rumanía, Moldavia y Polonia) y, recientemente, ha enviado un tercer contingente. La misión de SAMU en Ucrania no tiene, de momento, fecha de finalización. De hecho, según confirman fuentes de la organización, ya hay preparado un cuarto equipo que viajará a la zona en las próximas semanas, y no se descarta constituir un quinto grupo.

El último contingente de voluntarios que ha viajado hasta la fecha a la frontera con Ucrania lo hizo el 11 de abril. Este equipo de relevo está formado por siete personas, entre las que se encuentran enfermeros, médicos y técnicos de emergencias sanitarias, y el destino inicial ha sido Tulcea (Rumanía). Con ellos, el despliegue de SAMU en la zona será de 10 voluntarios, que se dividen en campamentos situados en la frontera de Ucrania con Rumanía y también en la frontera con Moldavia.

La labor de SAMU sobre el terreno consiste en atender a las personas que llegan a los campamentos a través de las fronteras con el país ucraniano. Las patologías más atendidas por parte de los voluntarios, que prestan ayuda a refugiados de todas las edades, son problemas de hipertensión, episodios de infarto o hipotermias.
Juan González de Escalada, director del área de Emergencias de SAMU y jefe de este tercer contingente, ha sustituido sobre el terreno a su hermano Borja González de Escalada, vicepresidente de Fundación SAMU y, hasta ahora, jefe de esta misión humanitaria.

Juan González de Escalada explica que este tercer contingente ha desplegado sus actuaciones de nuevo en Tulcea, ciudad de Rumanía próxima a la frontera con Ucrania, y en Moldavia, que también linda con el país invadido por las tropas rusas. Del mismo modo, señala que SAMU cuenta con “una persona de referencia” en Polonia ante “la posibilidad” de instalar en este país un centro de acogida para mujeres y niños procedentes de Ucrania.

Los efectivos de SAMU están “perfectamente integrados en la estructura de respuesta” humanitaria desplegada en las fronteras de Ucrania, que de por sí cuentan con “equipos suficientemente nutridos con toda la logística sanitaria necesaria”, según apunta el director del área de Emergencias de SAMU.

González de Escalada también comenta que los refugiados que llegan hasta estos dispositivos gozan de “buena situación física”, con lo que las actuaciones de los efectivos de SAMU suelen tener en estos momentos un cariz más social que sanitario. No obstante, el equipo humano movilizado cuenta con “capacidad para soporte vital básico, intermedio y avanzado”, incluyendo además a “dos ginecólogos de dilatada experiencia” para hacer frente a las posibles contingencias sanitarias.

Un albergue para refugiados en Polonia

Desde que el viernes 5 de marzo el primer contingente de SAMU llegara a Issacea, su primer destino, estos profesionales no han dejado de atender a las personas provenientes de Ucrania que huyen de la invasión rusa. En ese punto, Issacea, los refugiados atraviesan el país por el río que hace de frontera natural entre ambos estados del este de Europa. “En la mayoría de los casos, atendemos problemas menores de salud. Muchos son infecciones respiratorias y algunas heridas superficiales. Si detectamos patologías mayores, derivamos al hospital más cercano de la zona”, explica Borja González de Escalada. “La presión humanitaria que veíamos hace unas semanas se ha ralentizado en Rumanía. Después del éxodo de tres millones de personas, el flujo de personas parece disminuir”. Sin embargo, para esta decena de valientes no hay descanso.

Al poco tiempo de llegar a Rumanía, cuatro de las ocho personas del equipo de SAMU se desplazaron a Ivancea (Moldavia). Allí recorrieron y visitaron albergues y refugios improvisados para acercar la clínica lo máximo posible. “Muy especialmente en un país tan pobre como Moldavia, cuya población se ha quintuplicado con la llegada de refugiados de Ucrania”, continúa Borja González de Escalada.

“Ahora mismo, el equipo de Moldavia se ha instalado en un albergue de 400 personas de Chisináu, su capital. Y nos vamos apañando con traductores on line y personales porque aquí nadie habla inglés”, subraya el vicepresidente de SAMU. Allí, la presencia de menores ucranianos es mayor, por lo que consultan constantemente a un pediatra de un equipo suizo ante cualquier posible complicación. “Ya nos estamos haciendo un nombre y la población confía en nosotros”.

El siguiente gran reto es Polonia. En este país la recepción de refugiados ucranianos en Polonia es “diez veces superior a la que soporta Rumanía”, según destaca Borja González de Escalada. Por esta razón, y observando que existen pocos albergues para acogerlos, SAMU está trabajando y haciendo las gestiones oportunas para habilitar un edificio que dé cobijo “a entre 100 y 150 personas durante, mínimo, un año”.

Según el vicepresidente de Fundación SAMU, tanto el cuerpo de Policía, como el de bomberos rumano es “amabilísimo”. El campamento base es algo muy provisional, “pero allí hay tiendas de campañas con calefacción a tope y urinarios químicos. Además, algunas personas llegan con pasaporte y otras no. Las autoridades rumanas están facilitando todos los trámites a los refugiados con gran celeridad”.

“No todo el pueblo ucraniano que llega a la frontera conoce su destino siguiente. Allí mismo, sobre la marcha, lo deciden, pero no suelen pernoctar en el punto fronterizo. Lo más habitual es solicitar ir a Bucarest y de ahí a otras ciudades de Europa”, explica Borja González de Escalada, que regresó a Sevilla el 15 de abril tras un mes y medio en la zona. A pesar del frío y el cansancio, los voluntarios de SAMU han podido comprobar que muchos ciudadanos de Ucrania creen que su desplazamiento es algo temporal. “Esperan volver a casa en unas cuantas semanas. Lo están deseando”.

En primera persona

Miguel Ángel López y Clara Ávila, enfermeros y estudiantes del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria de SAMU y la Fundación San Pablo Andalucía CEU, formaron parte del primer contingente que envió SAMU para asistir a los refugiados ucranianos. Ya de regreso, cuentan su experiencia: “En un mes hemos sido conscientes de la parte más cruel del ser humano, pero también de la más bondadosa, las ganas de ayudar y los voluntarios que se ofrecen constantemente”, declara López. “Nosotros no somos héroes ni nada de eso. Hemos hecho lo que sabemos hacer”.

Este primer equipo atendía a los ucranianos que llegaban a Isaccea en un ferry que cruzaba el río Danubio. Cada día supervisaban a entre 100 y 300 refugiados. Los enfermeros aclaran que la mayoría de estas personas llegaban con crisis de ansiedad o estrés, crisis hipertensivas o descompensaciones crónicas como consecuencia de no haber podido continuar con su medicación habitual. “El peor caso que tratamos fue el de una pareja de jóvenes. Ella había sido madre primeriza por cesárea hacía cuatro días. Estaban en shock. Desde el hospital cogieron el ferry. No sabían dónde iban a ir ni cómo actuar como padres, tenían un desconocimiento absoluto y padecían una fuerte crisis de ansiedad”, explican los enfermeros.

Recursos disponibles

Ambos coinciden en que les ha sorprendido la cantidad de recursos que tenían los refugiados al cruzar la frontera. “Llegaban y les daban una tarjeta SIM para el móvil, autobuses gratuitos hacia diferentes destinos, pasaportes rumanos, comida, alojamiento…”, señala Miguel Ángel López, al que le llamó la atención que eran muchas las familias que llegaban con sus mascotas, a las cuales se les proveía con un chip europeo.

“Una de las cosas que más me ha impactado ha sido ver cómo las madres gestionaban sus emociones delante de sus hijos para tratar de ocultarles el dolor. En la ambulancia atendíamos a mujeres que estaban llorando y, cuando se giraban, se ponían a jugar con sus hijos de manera alegre”, comenta Clara Ávila.

Miguel Ángel López reconoce que, al menos durante el primer mes de la misión, tiempo en el que ellos estuvieron trabajando en esta zona, era más necesaria la ayuda social que la sanitaria. “Es como si nosotros tenemos que salir de casa mañana mismo con lo puesto. Los refugiados que llegaban a Rumanía estaban bien de salud, lo que necesitaban era alojamiento, transporte o un trabajo”. El enfermero asegura que los primeros desplazados que llegaron los primeros días tras la invasión a Rumanía eran personas de clase media o alta.

“Para coger el ferry había que pagar unas tasas, por lo que quienes tenían dinero han ido saliendo antes. Ninguna de las personas que llegaban tenían entre sus pensamientos volver a su país, pero en Moldavia, que está cerca de una zona prorrusa ucraniana, la situación era diferente. Las personas que llegaban a este punto sí tenían la idea de retornar a sus casas cuando acabe la guerra”, apunta López.

La importancia de las donaciones

Para continuar con este dispositivo, SAMU mantiene una línea abierta de solicitud de voluntarios a través del correo electrónico voluntariado@samu.es. También está abierta a la realización de donaciones de medicación y/o material fungible y a las donaciones económicas.

Gracias a la donación de 12.000 euros realizada en marzo por el Ayuntamiento de La Rinconada, SAMU ha podido enviar nuevos contingentes y materiales sanitario a Rumanía y Moldavia.

Respecto a la ayuda económica, se ha habilitado una cuenta corriente (ES78 0075 3018 24 0665001543), a la vez que se pueden hacer donaciones directas a través del Bizum de Fundación SAMU.

Intervención humanitaria en la crisis de Ucrania: El modelo de Fundación SAMU

La invasión de Ucrania demuestra, una vez más, la crueldad de la historia consigo misma. Rusia invadió impunemente Hungría en el 1956, mientras Europa miraba al Canal de Suez. En 2014 hizo lo propio con Crimea y hoy vivimos, con enorme impotencia, el horror y la crueldad con la que destroza un país moderno y democrático.

La crisis de Ucrania es un incendio delante de un polvorín. La indignación circundante es creciente. No creemos lo que no vemos. Cómo en un entorno digitalizado y moderno, recién apagadas las luces de Navidad, tras una Covid-19 implacable, se puede masacrar impunemente.

Tanque soviético destruido en Budapest durante la revolución de 1956.

Tanque soviético destruido en Budapest durante la revolución de 1956.

 

Paradigmas

  • Paradigma 1: Limitar el daño

En gestión de crisis, limitar el daño es la prioridad, por duro que parezca, aunque eso signifique el holocausto. Significa, además, incluir nuevos actores en el conflicto, aumentar el número de muertos y, sobre todo, de heridos. De ellos se habla poco y son los que sufren durante un tiempo más prolongado. Está claramente contraindicado implicar a otros países en el conflicto.

  • Paradigma 2: Profesionalizar la intervención

La intervención humanitaria se gestionará separada de las emociones. El proceso pasa por una acción logística estructurada, dirigida por profesionales que, además, por las competencias propias de su titulación, añaden manejo fluido de idiomas, buena salud física, equilibrio emocional y espíritu de sacrificio. Todos los profesionales son adecuados porque todos encuentran un papel si realmente tienen actitudes para ello. Están especialmente adecuados para este cometido sanitarios, incluyendo farmacéuticos, veterinarios, técnicos de emergencias, logistas e intérpretes, entre otros.

  • Paradigma 3: Aliviar el dolor

Recibir heridos de guerra es una de las grandes aportaciones que la comunidad internacional puede desarrollar ya que supone un alivio sin precedentes para el campo de batalla.

Sin duda, las capacidades de asistencia en el frente están limitadas a cirugía de daño corporal y preservación de la vida para, en un segundo tiempo (incierto), organizar un tratamiento reparador y funcional.

Seriamos capaces de volver a los trenes hospital de la Segunda Guerra Mundial, lo que supondría una gran alivio para los heridos y una forma de reconfortarnos como actores. Todo un reto de logística médica.

Personal de SAMU en Ucrania

Personal de SAMU en Ucrania

  • Paradigma 4: Evitar el tsunami humanitario

Las fronteras viven ahora un tsunami humanitario. La llegada indiscriminada, desorganizada y brutal de todo tipo de enseres, ropas, medicinas, alimentos y productos de primera necesidad aumentan la desorganización, colapsan los transportes y, lejos de resolver problemas, los agravaban. Entre otras cosas, porque esta crisis se da en Europa, donde la respuesta sanitaria tiene capacidades manifiestas de una atención provisional e inmediata.

La marea humanitaria debe ser reconducida a aportaciones en metálico a través de un modelo de crowdfunding.

Se mantiene la realidad contrastada que 1€ entregado aquí a una organización de garantías equivale a 100€ en la zona de crisis. La ayuda económica es realmente efectiva.

  • Paradigma 5: El transporte es el talón de Aquiles

El transporte supone el 90% del consumo ante de cualquier logística en situación de crisis. El movimiento de personal y material es más costoso que el propio contenido y se multiplica por diez si pretendemos introducirlo en la zona de guerra.

Mi experiencia es que más del 80% de las entregas de buena voluntad jamás llegan al usuario final y esto es algo muy serio. La gente debe saber que los caminos son largos y, personalmente, he visto naves llenas de productos sin entregar.

A esta situación hay que añadir, además, la crisis de transportistas actual, el precio disparatado de los combustibles y la inseguridad presente en los movimientos. La atención humanitaria no es un tema de emociones sino de realidades.

  • Paradigma 6: Las prioridades humanitarias

Desde el punto de vista que nos proporciona la atención general, las prioridades se establecen en función en el siguiente orden: seguridad, cobijo caliente, abrigo, agua, alimentos, combustibles y atención social.

Por otra parte, desde la perspectiva sanitaria encontramos las necesidades establecidas así: triage, atención primaria, atención a eventuales emergencias críticas y transporte medicalizado dirigido a la zona de interior.

Las patologías más frecuentes que podemos encontrar en este tipo de situaciones son: cuadros respiratorios, gastrointestinales, dermatológicos y desestabilizaciones metabólicas por interrupción de tratamientos.

Personal de SAMU en la misión humanitaria Ucrania 2022.

Personal de SAMU en la misión humanitaria Ucrania 2022.

Procedimientos

  • Logística médica

La logística médica es la disciplina que se ocupa del cálculo y abastecimiento de los recursos humanos y materiales suficientes para alimentar un proceso a largas distancias y en condiciones de especial dificultad.

La quinta esencia del esfuerzo logístico es el transporte. El movimiento de personas y recursos condiciona absolutamente el esfuerzo. Es lo más costoso, ya que implica gestionar permanentemente las incertidumbres de rutas, proveedores y transportistas.

Material sanitario SAMU. Misión El Salvador 2020

Material sanitario SAMU. Misión El Salvador 2020

  • Cadena logística de abastecimientos

La cadena logística de abastecimientos es el flujo permanente que se establece y mantiene entre el Centro Retrasado de la organización que presta la asistencia y la base avanzada responsable de los servicios sobre el terreno.

La cadena logística es el sistema circulatorio de la organización en el que el escalón retrasado es el corazón, el motor de la operación. Es como un brazo robótico que puede mover las capacidades sobre el terreno. Una vez más, el transporte es la clave fundamental.

  • Atención en las fronteras

Según nuestra experiencia, hoy en día, el ciudadano que traspasa la frontera es un individuo sano, con funcionalidad manifiesta, que precisa reposo y apoyo circunstancial para proseguir hasta llegar a su destino final. Por tanto, permanecen en los puestos fronterizos hasta que son transportados.

  • Ríos azules

Ya los montamos en Kurdistán. Los ríos azules son itinerarios predeterminados por los que los medios de transporte terrestre con refugiados transitan. En ellos se despliegan áreas asistenciales multifuncionales equipadas con WIFI, duchas con agua caliente, áreas de reposo, cocina caliente, asistencia médica, ropa, atención infantil, información de situación, etc. Estos centros son gestionados extraordinariamente por los voluntarios locales debidamente organizados. Disponer de WIFI es lo mas importante, no lo olviden. En los centros eventuales de acogida, lo normal es que tengan una estancia no superior a las 24 horas.

El modelo de Fundación SAMU

En Fundación SAMU contamos con un amplio recorrido en materia de intervenciones humanitarias. Nuestro procedimiento se basa, fundamentalmente, en la medicina militar y, por ello, dispone de una estructura fuertemente jerarquizada en el proceso logístico.

Nuestros principios están basados en la inteligencia humanitaria, la inmediatez en la intervención, la autosuficiencia de los equipos, la máxima explotación de los recursos de proximidad y el apoyo de autoridades locales, así como de organizaciones internacionales.

Contingente caravana solidaria (Marruecos 2019)

Contingente caravana solidaria (Marruecos 2019)

  • El Gabinete de Crisis (GC) como motor del proceso

Históricamente, desde el mismo momento que se tienen noticias de un acontecimiento catastrófico se activa un GC que monitoriza la situación sin solución de continuidad.

Si se prevé la posibilidad de una intervención se activa inmediatamente a los equipos profesionales en los que involucramos. Habitualmente. a los alumnos de los ciclos formativos de emergencias de Escuela SAMU (Gelves, Sevilla).

El GC está compuesto por cuatro secciones añadidas al jefe: personal, administración, recursos (humanos y materiales) y relaciones públicas. Desde el GC se elabora, junto con la dirección, puntos de situación que cuentan con una periodicidad predeterminada para poder modular de forma permanente la intervención.

  • Los profesionales

Los profesionales son seleccionados en concordancia con las normativas internacionales de intervinientes dictadas por Naciones Unidas. Para poder participar tienen que firmar un compromiso de voluntariado con la organización, en el que se incluye el seguro de repatriación y con el que, habitualmente, se corre con los gastos de transporte a la zona.

Contingente profesionales SAMU-Fundación SAMU.

Contingente profesionales SAMU-Fundación SAMU.

  • La comisión aposentadora

La comisión aposentadora es un equipo multidisciplinar de intervención y respuesta inmediata conformado por un equipo de entre seis y ocho profesionales cuya misión es facilitar la proyección del contingente principal.

Sus tareas son:

  1.  Buscar un centro logístico de abastecimiento en proximidad que evite los costos de transporte desde el escalón retrasado al escenario de intervención.
  2.  Contactar con las autoridades locales ofertando capacidades para su ponerlas a su disposición.
  3.  Establecer un listado con las capacidades locales que incluya todo tipo de abastecimientos (agua, combustibles, alimentos, medicamentos, transportes, alojamientos, etc.) que supongan un ahorro en el transporte desde el escalón retrasado.
  4. Establecer un Puesto Médico Avanzado (PMA) con capacidad de triage, atención primaria, box de estabilización y transporte medicalizado.
  5. Autonomía en energía, abrigo, agua, alimentos, medicación de socorro y combustibles durante un mínimo de 72 horas.
  6. Diariamente se emite un informe de situación (SITREP) al escalón retrasado para reordenar permanentemente la operación.
  • El contingente

El segundo equipo y sucesivos, si fuera menester, que marchan a la zona está conformado por un jefe, que cuenta con cuatro refuerzos, responsable de la asistencia sanitaria (JASAN), un responsable de logística, un responsable de las finanzas y otro de relaciones institucionales.

Cada mañana se celebra una prima matina para evaluar y distribuir las tareas, valorar el estado de ánimo de los integrantes y reforzar el equipo. Para ello se procura compartir los tiempos del desayuno y la cena.

Las misiones que hemos realizado en Fundación SAMU han sido muy variadas: atención medica directa, apoyo a hospitales, evaluación de capacidades, rescates difíciles, etc. En ella, el número y la capacitación de los profesionales se ha armonizado adecuadamente, procurando siempre que el tiempo mínimo de estancia en zona sea de tres semanas.

Contingente Misión SAMU Ucrania.

Contingente Misión SAMU Ucrania.

Ucrania nos preocupa a todos y solo los que se preparan para lo imposible podrán salir airosos de las crisis que se prevé. Profesionalizar las actuaciones es una forma rigurosa de garantizar la prestación de ayuda eficaz. La Fundación SAMU estará constantemente al lado de los más débiles y esto solo es posible gracias a los profesionales que siempre nos acompañan.

 

Texto: Carlos Álvarez Leiva, Juana Macías Seda, Carlos Glez. Escalada, Borja Glez. Escalada, Juan Glez. Escalada y Alejandro Álvarez Macías.

Una oportunidad para jóvenes extutelados migrantes

Moussa, El Aib, Jawhari, Aziz, Sidiki y Bamba son los nombres de seis jóvenes migrantes que han conseguido alcanzar el objetivo por el que iniciaron su viaje migratorio, un sueño que se ha hecho realidad gracias a su gran trabajo y al imprescindible apoyo del Programa de Jóvenes Extutelados Migrantes (JEM).

El Programa JEM surge del concierto de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación con entidades sociales, está cofinanciado por el Fondo Social Europeo y tiene como objetivo proporcionar las herramientas necesarias para la inserción laboral y social de los jóvenes migrantes, con edades comprendidas entre los 18 y los 25 años, que hayan recibido anteriormente medidas del sistema de protección de menores de la Junta de Andalucía a través de los Itinerarios Personalizados de Inserción.

Gracias al Programa JEM, jóvenes migrantes de las provincias de Córdoba y Sevilla pueden recibir atención integral que cubre las necesidades básicas de alojamiento, manutención, acompañamiento socioeducativo, regularización administrativa e inserción social y laboral, garantizando su transición a la vida independiente en condiciones de seguridad e igualdad.

Moussa, El Aib, Jawhari, Aziz, Sidiki y Bamba han completado su proceso de regularización documental con contratos de diferentes sectores laborales, contribuyendo así a la consecución de los objetivos marcados en su itinerario sociolaboral. Ellos son un claro ejemplo de los extraordinarios resultados que alcanzan los menores acogidos al Programa JEM, un proyecto imprescindible que les ha permitido vivir de manera independiente gracias al esfuerzo y el trabajo invertido, tanto por los jóvenes como por el equipo de profesionales que les ha acompañado desde su llegada a España y, por supuesto, gracias a la financiación de los Fondos Sociales Europeos que apoyan económicamente los programas de autonomía, garantizando una salida segura y digna a todas las personas que emigran en busca de un futuro mejor.

Un joven del programa JEM Sevilla

Un joven del programa JEM Sevilla

Desde Fundación SAMU animamos a los chicos que están a punto de alcanzar su emancipación para que sigan el ejemplo de sus compañeros. Para ello, organizamos encuentros y convivencias en las que los jóvenes emancipados tengan la oportunidad de transmitir sus experiencias de primera mano a todos aquellos que están iniciando el mismo proceso que ellos tuvieron que afrontar. Gracias a la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación y a la financiación de los Fondos Europeos por hacer de los sueños de estos jóvenes una realidad ilusionante.

 

El duelo en personas con discapacidad intelectual

En este artículo no pretendemos hacer una exposición exhaustiva del proyecto de intervención sobre el duelo en personas con discapacidad intelectual no verbal: sería demasiado extenso. Más bien nuestro propósito es reflexionar y compartir la experiencia de trabajo que supuso la elaboración e implementación de este proyecto de investigación, con la esperanza de que otros profesionales encuentren un referente para su práctica diaria.

Bien sabido es que no existen modelos generalizables ni situaciones en las que podamos aplicar programas que no partan de la propia realidad en la que se pretende instaurar. Por ello, el proyecto partió de la necesidad y sufrimiento que detectamos en una de nuestras usuarias (en adelante N.P.) en la Unidad de Estancia Diurna San Lucas, en Sevilla.

A lo largo de la historia, el tema de la discapacidad ha sido poco tratado por la sociedad en general y, en el peor de los casos, existía un modo de ver a estas personas que, por suerte, ya hemos superado. Actualmente, gracias a la labor que desempeñamos profesionales de distintos campos, se ha conseguido hablar con normalidad de este tema y se van tratando de cubrir las necesidades que este colectivo presenta.

Hay que mencionar, además, que el tema de la muerte en nuestra cultura queda ‘escondido’. Aun cuando sabemos que la muerte es el acto cierto de la vida, no se aborda en el área educativa. En las personas con discapacidad intelectual (DI), el panorama es más desolador ya que normalmente se mantiene durante la etapa adulta. Tácitamente se les niega la posibilidad de sufrir el duelo en base a falsas creencias (no se enteran, son personas eternamente felices, libres de preocupaciones….). Lo cierto es que sufren, se estresan y tienen ansiedad al igual que el resto de las personas.

Existen estudios que han llegado a valorar que un alto porcentaje de personas con DI que experimentaban repentinos cambios emocionales o conductuales, habían vivido de cerca una muerte o pérdida. En estas personas suele verse demorado el proceso de duelo y la pena que conlleva. Les cuesta identificar sus sentimientos, suelen retardar la respuesta de duelo, requieren un ritmo diferente para su elaboración y tienen una capacidad distinta de percibir el tiempo.

En ocasiones, pueden ver desencadenado su dolor no con la vivencia de la pérdida de su ser querido, sino con otra situación de estrés posterior (la despedida de un profesional, el cambiarse de casa o residencia, una separación….). Este destiempo de despliegue emocional hace que a veces no se identifiquen las reacciones y cambios comportamentales actuales con la pérdida de su familiar que pudo haberse producido muchos meses antes, incluso años, como fue en el caso de N.P.

La finalidad del proyecto fue favorecer y mejorar el acompañamiento emocional a personas con DI moderada o severa y serias limitaciones en sus habilidades comunicativas en la asimilación del duelo y facilitarles los medios y recursos para manejarse ante la pena, tratando asimismo de aumentar su comprensión de la muerte y las pérdidas. Estas personas, dadas sus características, presentan una mayor vulnerabilidad y van a requerir en este proceso de duelo de unos apoyos específicos para vivirlo de la manera más normalizada posible.

Nuestro plan de intervención, como ya hemos mencionado, se planteó como respuesta a las necesidades concretas que estaba presentando una de nuestras usuarias, pero consideramos que algunas fases de dicha intervención podrían ser muy beneficiosas para todo el grupo de usuarios que compartían sus mismas características cognitivas y comunicativas.

El objetivo principal de la intervención fue ayudar a N.P. en su proceso de elaboración del duelo con el fin de mejorar su calidad de vida. Para su consecución, nos planteamos los siguientes objetivos específicos: ofrecerle el apoyo emocional y social necesario para aliviar los efectos adversos del estrés, ansiedad y sufrimiento que estaba experimentando; facilitarle estrategias para expresar y comprender sus sentimientos y emociones; y enseñarle cuál es el proceso natural del ciclo vital, mediante técnicas específicas para ella.

Estos objetivos nos hicieron trazar dos tipos de actuaciones. Por una lado, los episodios espontáneos de emociones y sentimientos (N.P. los expresaba con brotes de llanto desconsolado, gritos, deambulación errática…) los abordamos únicamente con la voluntad de estar con ella durante el tiempo de su dolor y pena. El contacto físico, un abrazo… formas de comunicación no verbal por excelencia que expresan atención, apoyo y compañía cuando las palabras no son suficientes o carecen de significado.

Por otra parte, nos planteamos enseñarle de forma más estructurada el proceso natural del ciclo vital, utilizando estrategias y técnicas específicas para ella (método de Comunicación Total -Habla Signada- de Benson Schaeffer) y apoyos visuales, que nos permitieran ubicarla en el tiempo, entender lo que le estaba sucediendo y a adaptarse a los cambios.

La limitación de no tener adquirido el pensamiento abstracto hacía que no entendiera los conceptos de pasado, presente y futuro, ya que son nociones abstractas que no podía elaborar bien. Esto provocó que no pudiéramos emplear estos términos para poder situarla en el concepto de muerte y de pérdida. En cambio, recurriendo a las capacidades que tenía de sensibilidad, percepción, lenguaje comprensivo, buena memoria y aprendizaje visual, pensamos que podría ser muy valioso utilizar el precioso cuento ¡Vuela, mariposa! ¡Vuela! para conseguir este objetivo.

Atendiendo a las características de nuestros usuarios y a la dinámica de funcionamiento del centro, trabajamos el cuento de manera transversal en los distintos talleres a los que asistía N.P. (comunicación, manualidades, dinámicas de ocio, musicoterapia y desarrollo cognitivo) ya que su rutina diaria (trabajo, compañeros de grupo, hábitos, costumbres, horarios…) le aportaba estabilidad y seguridad y, en consecuencia, la intervención sería más fructífera.

Repeticiones y rutinas

La metodología utilizada se basó en la repetición constante; aunque pensemos que lo habían entendido, era necesario asegurarnos de que era así y lo iban interiorizando. Se emplearon las mismas herramientas una y otra vez. La constancia, las repeticiones y las rutinas sirvieron para ayudarles a aprender y entender.

Dado que la manera de comprender los efectos del duelo en estos individuos se refleja principalmente a través de la conducta, nuestra metodología se apoyó en gran medida en la observación del cambio conductual. Nuestras intervenciones estuvieron guiadas por las tesis de la Intervención Comunicativa y el Apoyo Conductual Positivo.

Este modelo no trata de eliminar la conducta desajustada (se sabe que la mayoría de estas conductas tienen un punto de partida en una función adecuada: comunicar mensajes, manejar emociones, evitar sucesos desagradables, etcétera), sino de enseñar formas alternativas de conseguir esos fines, positivos y comunicativos, pero que sean funcionalmente equivalentes y que estén adaptadas al entorno y a las capacidades de cada usuario.

No se estableció una delimitación temporal al plan de actuación propuesto, ya que la intervención no se planteaba como una terapia propiamente dicha (sería inviable dadas las características de N.P.), sino como un acompañamiento emocional.

Cada persona reacciona de manera distinta ante situaciones de pérdida. Razón por la cual no tenía sentido establecer día y hora para este acompañamiento. Había que dar tiempo y respetar el ritmo y las peculiaridades de su proceso de duelo, por lo que fue la usuaria núcleo de la intervención la que iba marcando el ritmo del mismo. De igual modo, resaltar que la actitud de los profesionales ante este proceso fue de total disponibilidad para atenderla cuando ella lo necesitaba.

Acompañar emocionalmente a personas con DI moderada o severa y serias limitaciones en sus capacidades comunicativas es un gran desafío. La propia naturaleza de las limitaciones que afectan a estas personas hace que sea imprescindible la formación continua y la actividad investigadora de los profesionales que trabajamos con ellos. Esta formación, además de ir unida a la calidad y funcionalidad de nuestras intervenciones, es fuente continua de motivación. Una formación adecuada así como un enfoque positivo de nuestro trabajo redunda en la calidad de vida de estas personas y de sus familias, más aun cuando éstas viven un proceso de duelo.

Ángel Riviére nos decía en el prólogo del libro Sistemas alternativos de comunicación (Sotillo, 1993): “Hay duros silencios cargados que ocultan un rico mundo interior…Hay también silencios estruendosos para los demás. Lo que no hay es silencios impuestos que sean aceptables para los profesionales y los familiares que viven con personas con necesidades educativas especiales”.

Nos rebelamos ante esos “ silencios impuestos” y, aunque somos realistas y sabemos que trabajamos con individuos que presentan una sintomatología muy severa, al enseñarles estrategias alternativas de comunicación les estamos ofreciendo la posibilidad de expresar sus sentimientos y emociones y comprender lo que les está sucediendo. Si no, conscientes del hándicap que supone para sus logros y avances las evidentes limitaciones de estas personas para acceder a conocimientos más complejos, nuestra intervención fue un acto de humanidad al acompañar emocionalmente a N.P. en su proceso de duelo.

Por Nieves Perales. Educadora de la Unidad de Estancia Diurna San Lucas (Sevilla)

Mabel Deu del Olmo, vicepresidenta del Gobierno de Ceuta: “No queremos que Ceuta sea una prisión para los que vienen y para los propios ceutíes”

María Isabel Deu (Barcelona, 1966), vicepresidenta, consejera de Presidencia del Gobierno de Ceuta y responsable del área de Menores, ha vivido en primera línea, como política y como ciudadana, un año convulso para la ciudad tras la crisis migratoria de mayo, cuando más de 12.000 personas cruzaron la frontera en 48 horas

—¿Cómo vivió la crisis de mayo? ¿Qué recuerda de las jornadas del 17 y 18 de mayo, y los días sucesivos?
—Lo vivimos intensamente y con muchísima preocupación. Sobre todo porque no sabíamos qué estaba ocurriendo. En la tarde del 17 de mayo empezaron a entrar personas de forma intensa… A nado… Corriendo. Las calles se fueron llenando de masas de personas mojadas, sin que nadie supiera a qué venían, si estaban de paso o si no… Al día siguiente recuerdo que fue curioso porque los vecinos no salieron a la calle. Los niños no fueron al colegio. Los comercios cerraron. Había miedo, desconocimiento, angustia. Estaba el Ejército… Caminabas por la calle e ibas viendo un devenir de masas de personas. Algunos se agrupaban en un establecimiento de tarjetas de teléfono o de cambio de dinero. También había mucha gente de Ceuta llevando comida y abrigo a quienes habían cruzado, porque había que atender a todas aquellas personas. Según nuestros cálculos fueron más de 12.000 personas.

—Y entre ellos, ¿cuántos menores, según sus cálculos? Las cifras publicadas entonces fueron tan gruesas como entre 1.000 y 3.000.
—1.500, seguro, aunque es imposible tener un registro 100% fiable. Según la Policía, fueron 1.109 los menores filiados, pero había muchos más que no lo fueron, que estaban en la calle, en asentamientos irregulares. Muchos se encuentran allí todavía hoy. Por eso calculamos que fueron más de 1.500.

—¿Cómo reaccionaron las administraciones?
—Como parte del Gobierno de la ciudad, íbamos de camino a Sevilla cuando recibimos la información de lo que estaba pasando. Cuando llegamos a Algeciras en el barco, nos dimos la vuelta. Se creó un comité de crisis del que formaban parte las distintas administraciones. La Guardia Civil dio un dato clave: estaban entrando 90 personas por minuto en la ciudad. Este gabinete empezó a trabajar en distintas soluciones. Los ceutíes entendimos, y entendemos, que lo que se produce es una transgresión del territorio nacional y, evidentemente, el Gobierno central es el que tiene que actuar. El gabinete se tuvo que interrumpir en varias ocasiones porque había que buscar un lugar en el que albergar a todas aquellas personas, organizar su manutención… La capacidad de la ciudad se vio desbordada. Al final, ante la dificultad de que se pusieran al alcance de la ciudad otros espacios o infraestructuras por parte de la Administración del Estado, nos vimos obligados a utilizar el Polígono del Tarajal como lugar de acogida.

—¿Partiendo de cero?
—Habíamos tenido una experiencia previa de uso de ese espacio durante el confinamiento en plena pandemia de Covid-19. Alojamos allí a muchas personas transfronterizas que se habían quedado con la puerta cerrada, a este lado de la frontera, y no podían regresar a su casa. También a menores, más de un centenar, que no querían estar en un recurso y esperaban para cruzar el Estrecho.

—Entonces, emplearon recursos propios para afrontar una crisis que desbordaba por completo a la propia ciudad.
—Sí. También habilitamos espacios deportivos y, después del confinamiento, empezamos a trabajar en las naves del Tarajal para aquellas personas que llegaban por mar pero tenían que ser sometidos a una cuarentena. Esos espacios de cuarentena y de procedimiento de prevención contra el Covid volvieron a entrar en funcionamiento en mayo. Desarrollamos un espacio singular en un albergue en Piniers durante la pandemia, también para poder cumplir los protocolos de Covid, y con la invasión volvimos a ponerlo operativo para albergar a una parte de los menores.

—En aquellos primeros días la labor del Ejército también fue muy valorada.
—Sí, fue fundamental. Nos ayudaron a limpiar, a hacer traslados de camas, mesas para que las personas pudieran comer, cubas de agua para que pudieran lavarse… Fue decisiva aquella labor coordinada. Nos ayudaron a poner en marcha aquellos dispositivos de emergencia.

—¿Cómo ha sido la evolución de esta crisis desde mayo? ¿Qué ha sido de aquellas 12.000 personas que entraron en Ceuta?
—Muchas personas regresaron a su país. Otros obtuvieron el asilo o encontraron, de una forma o de otra, la posibilidad de llegar a la Península o a otros países. En cuanto a los menores, hemos trabajado en muy diversas vías. Una de ellas es la petición a la Administración General del Estado del impulso del Acuerdo Marco entre los gobiernos de España y Marruecos firmado en 2007, y publicado en 2012, donde se hablaba específicamente de que las partes podrán concretar la forma del retorno asistido de los menores, bien para que sean reagrupados familiarmente, bien para que sean protegidos a través de una entidad de protección del país de donde procedan.

—¿Cómo ha sido la aplicación de ese protocolo?
—Para su ejecución se mantuvieron reuniones con diferentes ministerios, principalmente, Exteriores e Interior; y diferentes reuniones y acuerdos con las autoridades marroquíes. Se abordó cómo realizar esos retornos de la mejor manera posible. Y así se acordó una devolución de 15 menores al día para que las familias, en su caso, o las entidades de protección se hicieran cargo de ellos. Así empezamos el retorno asistido un 13 de agosto. A los cuatro o cinco días, a través de una solicitud de habeas corpus que presentaron cinco chicos, ya se produjo una paralización cautelar de los retornos.

—Varias asociaciones denunciaron entonces que se estaban produciendo repatriaciones forzosas.
—Se estaba aplicando un acuerdo marco redactado en 2007 y publicado en 2012 en el que se llega a un acuerdo para el regreso a casa de esos menores. Desde la paralización, ese acuerdo ya no se ha aplicado. Ahora la forma de volver a casa es la repatriación. Pero es un procedimiento muy costoso en el tiempo. Nosotros apostábamos por la máxima protección del menor. No es lo mismo estar en una residencia o una casa donde puedas hacer una vida normal a estar en un pabellón donde no da la luz del sol y donde hay 200 niños que están todos juntos. Hemos hecho más de lo que hemos podido, pero estos espacios son de estancia provisional, no lugares en los que vivir de forma permanente. Entendemos que proteger al menor es que tenga una vida lo mejor posible. Siempre descartando aquellos casos de menores vulnerables, menores, niños o niñas cuya situación se detecta rápidamente al llegar a Ceuta. Esos menores no los contabilizo entre aquellos que creemos que es mejor que vuelvan a casa. No digo que para estar en las mejores condiciones posibles, pero sí para estar mejor que en las calles de Ceuta, en escolleras o en albergues provisionales en el mejor de los casos. El retorno asistido podría ser mejor que el proceso de repatriación.

—¿Cuántos menores extranjeros no acompañados quedan en Ceuta ahora?
—440 niños en los albergues, y 100 ó 120 en la calle.

—¿Cómo intervienen con los que están en la calle? ¿Qué se puede hacer por ellos?
—Los vamos localizando a través de las autoridades locales o los equipos de calle de SAMU. Pero hay muchos que van y vienen de los recursos. Prefieren buscar la manera de llegar a la Península antes que estar en un centro. No todos se atreven a jugarse la vida, eso sí.

—Están tratando de escolarizar a esos menores. ¿Cómo lo hacen?
—Sí, a los que siguen aquí. La escolarización es competencia del Ministerio de Educación. Algunos chicos se han integrado en el sistema educativo ordinario, los que están en edad de estar en el colegio. Algunos de ellos incluso tienen a sus familias enteras en el Tarajal, pues vinieron todos sus miembros durante la crisis migratoria. Otro grupo, jóvenes de 12 a 16, unos 140, se han incorporado a un turno de tarde extra que se ha creado en algunos centros educativos para atenderles.

—¿Diría que la situación derivada de la crisis migratoria ya está bajo control?
—Bajo control creo que ha estado desde el inicio. Lo que sí tenemos es una situación insostenible. Hay menos personas, eso sí. Pero hablamos de 19 kilómetros cuadrados de territorio, gran parte bajo titularidad de Defensa, y 86.000 habitantes. Es insostenible. Nosotros pedimos que Ceuta vuelva a la normalidad, que seamos igual que el resto de territorios de España. Con nuestra diversidad, con nuestros servicios… No queremos que Ceuta sea una prisión para las personas que vienen ni para los propios ceutíes. No queremos que Ceuta se convierta en un espacio de 19 kilómetros cuadrados, con la diversidad que tenemos, para la contención de la inmigración ilegal. No lo queremos los ceutíes, ni lo quieren los melillenses, ni los canarios ni el resto de los españoles.

—¿Qué demandan directamente a la Administración española y la Administración europea?
—Lo que pedimos es una frontera segura. Que no esté en el puerto, sino en el Tarajal. Que haya una entrada en condiciones. Que las personas que pueden entrar, entren, y las que no, que no lo hagan. Y que los que entren puedan salir. Ceuta y Melilla son las dos fronteras de Europa en África. Hay que cuidarlas. Hay que protegerlas. Y hay que crear buenas relaciones con el Reino de Marruecos y una prosperidad compartida, que será buena para todos.

—¿Cree que ha habido avances en este sentido desde la crisis de mayo?
—El 10 de junio el Parlamento Europeo hizo una resolución reconociendo lo que había pasado en Ceuta y cómo se había actuado, también a través de la dotación de fondos europeos. Yo siempre le digo a nuestros interlocutores que solo faltaría que los ceutíes tuvieran que hacer frente con su patrimonio a todos los costes económicos que tiene el proteger y alimentar y cuidar a tantas personas desde el 17 de mayo. Eso siempre ha sido una petición del presidente Vivas a todos los gobiernos: una mejora de la infraestructura de frontera, seguridad, refuerzos de los cuerpos de seguridad del Estado. Y si hay efectivos procedentes de la Unión Europea, muchísimo mejor.

—Aunque no sea una relación diplomática entre iguales, país a país, ¿cómo es la relación entre Ceuta y el Gobierno de Marruecos?
—Como ciudad no mantenemos relaciones institucionales. Pero en agosto tuvimos por primera vez una reunión en la frontera, en suelo español, entre autoridades marroquíes y autoridades ceutíes. Ha sido la primera vez que han reconocido nuestro estatus. No es ninguna tontería.

—Ceuta es una de las ciudades más multiculturales de Europa. ¿Cómo ha vivido la ciudadanía esta situación de crisis excepcional?
—Ceuta es multicultural, con mucha diversidad, pero sobre todo es muy española. La mayoría de las personas que viven en Ceuta, da igual su origen o a quién recen, se sienten españolas. Ceuta ha demostrado que es una ciudad solidaria. Muchos ceutíes acogieron a personas en sus casas. Pudimos reconocerlo el 2 de septiembre, Día de la Ciudad Autónoma, con la entrega de la Medalla de la Ciudad al pueblo de Ceuta, por su compromiso, entrega, madurez y solidaridad a la hora de vivir una experiencia como ésa, sin incidentes, sin problemas. Nosotros queremos que nuestros niños, cuando crezcan, se formen y trabajen para el futuro, no piensen “me voy a Sevilla, me voy a Bilbao”, como pasa con los marroquíes que vienen. Ceuta no puede ser espacio de contención para alguien que viene pero que, además, no quiere estar aquí sino llegar a España o a otros países.

—¿Cree que hay un discurso cada vez más extendido de criminalización de estos menores?
—Aquí tenemos menores desde 1999. Sin embargo, el perfil de los menores que han entrado este año en Ceuta es diferente. Hemos estado con niños y niñas hasta las cuatro de la mañana buscando a sus familias, intentando localizarlas con los teléfonos. Ellos querían volver a casa, lloraban porque querían ir al colegio. Algunos estaban preparando sus exámenes. Otros querían ver a sus familiares enfermos y no se les dejaba volver. Algunos tenían ortodoncias, teléfonos de alta gama… No son el perfil de menor al que estamos acostumbrados. También los había vulnerables, niños que habían sufrido abusos, maltratos, infinidad de situaciones, pero estos son separados inmediatamente.

—¿Viven con miedo al ‘efecto llamada’ o a que puedan repetirse situaciones como la vivida este año cada vez que haya un movimiento legislativo, como por ejemplo la reciente reforma del reglamento de Extranjería?
—Miedo no, porque esto es la cuna de la legión. Fuera de broma, miedo no. Lo que tenemos es el mismo derecho que el resto de los españoles a estar protegidos por quien puede y quien debe, que es el Gobierno de la Nación, y también de la Unión Europea. La colaboración y lealtad de Ceuta es clarísima, gobierne quien gobierne.

—¿Esta crisis es el principal reto político y de gestión al que se ha enfrentado?
—Dentro de la historia reciente, es uno de los hechos más importantes que hemos vivido. Ha sido muy difícil de encauzar, de asimilar y dar respuesta… Por suerte no hemos estado solos, ha estado todo el país a nuestro lado. Muchas personas e instituciones, como SAMU, que de forma inmediata ha venido en auxilio al pueblo de Ceuta, desde el primer día, prestando colaboración y apoyo al pueblo. La situación es crítica y todavía sigue pasando factura. Tenemos que trabajar para que no vuelva a ocurrir.

Menas de bien

Si no me gusta llamar “centro educativo” a un colegio, mucho menos me gustar llamar “mena” a un niño. El término proviene de la parla administrativa, donde se utiliza el acrónimo MENA para referirse al menor extranjero no acompañado. Los profesionales del sector no lo usamos entre nosotros. La Fundación SAMU acoge a más de 2.000 niños y jóvenes que llegaron a España sin compañía de un familiar adulto. De ellos, la mitad se encuentran en Ceuta, en condiciones seguras, aunque inicialmente precarias. Casi todos ellos son varones, aunque también albergamos a unas 80 niñas de especial vulnerabilidad. Estas cifras, nos convierten en la mayor entidad española especializada en la acogida de menores migrantes. Esa experiencia nos permite aportar luz sobre el fenómeno de la inmigración infantil.

Según nuestras propias investigaciones, nueve de cada diez niños sufrió algún tipo de abuso, peligro o privación antes de cruzar nuestras fronteras. A los que somos padres, nos horrorizaría ver a nuestros hijos en situaciones remotamente parecidas a las que han sufrido ellos. Sin embargo, algunas capas de la sociedad tienen serias prevenciones contra ellos; consideran que su destino natural es la marginalidad o la delincuencia, sin el menor conocimiento de causa.

Criminalizar a estos niños reviste la irracionalidad de tomar el todo por la parte. En algunas televisiones he visto imágenes de adolescentes de tez oscura que cometen actos vandálicos o abiertamente delictivos. Actos reprobables, sin duda, que a pesar de ser muy minoritarios entran en una gran caja de resonancia generando alarma. Pareciera que cuando se trata de menores extranjeros, la culpabilidad sea doble. Se transmite una imagen totalmente descompensada, porque los incívicos son una ínfima proporción en comparación con los miles de niños responsables e industriosos que las entidades educamos con tesón.

En algunas ocasiones, hemos tenido que renunciar a abrir hogares en municipios en los que los vecinos o los gobiernos locales se nos han echado encima escandalizados por la apertura. En la peor de ellas, la Policía Local nos hizo un cordón que nos impedía acceder a nuestro centro recién alquilado ¡Porque no teníamos licencia de obra para cambiar el contador! Racismo puro, que resulta injustificado cuando alguien se toma la molestia de conocer de verdad a los chicos.

Puedo entender que los flujos migratorios incontrolados son un factor de desestabilización para nuestra democracia. También asumo que parte de los españoles están en contra; pero yo sí defiendo que lo decente es dar protección y amparo inmediato a niños (y niñas) en franco desamparo. En las naciones más avanzadas, los menores son sujetos de una especial protección jurídica y social, al margen de cuál sea su procedencia.

Otro argumento poderoso en contra de los menas es el coste que supone para las arcas públicas todo el sostenimiento del sistema de menores. En esto doy la razón al que diga que resulta muy costoso, porque además los gobiernos autonómicos tienen que pechar con un fenómeno europeo con presupuestos regionales. Lo que resulta falaz es que los menas “reciban” más de 4.000 euros al mes, como se nos quiere dar a entender.

Dependiendo de la Comunidad Autónoma y de la tipología del centro (no es lo mismo un centro de primera acogida que un centro psicoterapéutico), el coste de cada plaza varía entre 1.500 euros al mes y los 4.650 euros, aunque el precio más común está alrededor de los 2.500 euros. Lo que nadie ha explicado es la intensidad de servicios que recibe cada niño: alojamiento, pensión completa, educación, transporte, servicios de escolarización, actividades, ropa, enseres, actividades deportivas, celebraciones, etc. Realmente, reciben lo que cualquiera de nuestros hijos, pero con la diferencia de que, además, por cada dos niños acogidos es preciso contar con un profesional cualificado para cuidarles: psicología, pedagogía, trabajo social, auxiliares, cocina, limpieza, mantenimiento, seguridad, monitorización deportiva, enfermería. Son decenas de profesionales por centro para educar a los chicos en la consecución del bien común. Pensemos si hay muchos negocios de hostelería que por, digamos, 70 euros al día den, no ya alojamiento y pensión completa, sino ropa, consulta de psicología, transporte, actividades, peluquería, ropa y todos los servicios auxiliares. En el caso de nuestra organización, además, en situaciones de emergencia organizamos el envío de contenedores, infraestructura e incluso construcción. Un “todo incluido” pero “muy todo”.

Sí considero que las entidades especializadas en menores tenemos el deber de responder de esa inversión al resto de la sociedad. En algunos casos, cuando están mal gestionados, los centros de menores son pensiones donde los niños hacen lo que les viene en gana. Todo lo contrario, los centros de pro tienen la obligación de ser núcleos de fomento de nuevos ciudadanos responsables, productivos y con valores sociales y democráticos.

En SAMU consideramos una obligación el educar a jóvenes que sean luego útiles a la sociedad desde el puesto que les toque desempeñar; máxime por la inversión que ha supuesto cada uno de ellos. Si tras dicha profusión de recursos, el joven cumple 18 y termina tirado en la calle, no sólo supone un drama humano de primer orden, sino que el esfuerzo económico se malogra.

Los niños del sistema de protección tienen todo nuestro cariño y comprensión y además los formamos con determinación para ser útiles, amables y solidarios dentro de la sociedad de la que forman parte. Tenemos la alegría de que tantos y tantos empresarios nos hayan dicho de los chicos en prácticas: “Oye, el niño que me mandaste muy bueno, creo que lo vamos a contratar”. Personalmente, estoy muy orgulloso de mis niños y sé que casi todos triunfarán porque son valientes y trabajadores. Son ambiciosos y les mueve el ideal de una vida mejor. Si les llamáis menas, yo los llamaré menas de bien.

Por Carlos González de Escalada, director general de SAMU

Reprensentantes de la Junta de Andalucía y el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 visitan el centro ISL Polanco de SAMU

Los menores del recurso de Inserción Socio-Laboral (ISL) Polanco de SAMU, en Sevilla capital, recibieron el 14 de julio la visita de la directora general de Infancia y Adolescencia del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, Violeta Assiego. La abogada y activista de derechos humanos pudo conocer de primera mano la labor que Fundación SAMU realiza en la atención a menores extranjeros no acompañados a su cargo. La visita a Polanco formaba parte de un itinerario a través del cual Assiego pretendía conocer cómo funciona el Sistema de Protección de Menores en Andalucía, así como cuáles son los recursos disponibles en la comunidad autónoma ante una posible llegada masiva de inmigrantes de manera irregular.

Durante la visita, Violeta Assiego estuvo acompañada por Antonia Rubio González, directora general de Infancia, perteneciente a la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía; y Alicia Núñez Castillo, jefa del Servicio de Centros de Protección de Menores de la Junta. Por otro lado, en representación de SAMU estaban Juan Manuel Aveledo, subdirector del área de Infancia y Familia; Alejandro Cala, director de la Zona Andalucía Centro; y José Manuel Román, director del ISL Polanco.

Assiego saludó a los menores del centro, conversó con ellos y se interesó por sus proyectos migratorios. “Se mostró bastante cercana y empática con los jóvenes”, reconoce el director del ISL Polanco, recurso que cuenta con 16 plazas para menores de 18 años, aunque actualmente sólo hay ocupadas 10, todas ellas por menores procedentes de los centros de SAMU de El Castillo de las Guardas y Alcalá de Guadaíra.

La prioridad del ISL Polanco, al igual que el resto de los centros de Inserción Socio-Laboral de SAMU, radica en la incorporación al mercado laboral de los menores a su cargo, fomentando su autonomía mediante procesos de formación y de acompañamiento personalizado y de estructuras adaptadas a sus necesidades individuales.

Polanco abrió sus puertas hace dos años. Tras un primer brote xenófobo de oposición a la apertura del centro, contrarrestado por una concentración solidaria de respaldo a los menas a la que acudieron unas 300 personas, la situación se ha normalizado por completo. Los jóvenes están perfectamente integrados en el barrio. No ha vuelto a haber protestas en contra. Los responsables del centro aseguran que no se ha registrado ninguna incidencia. Ninguna queja vecinal.

Los menores inmigrantes que viven en este centro del barrio sevillano de la Macarena, como en otros recursos, no están en situación irregular, puesto que el sistema de protección de menores de la Junta de Andalucía no discrimina entre personas españolas y extranjeras: todos ellos son menores. Estos jóvenes están bajo tutela y amparo del Gobierno andaluz hasta los 18 años, aunque su situación al cumplir esa edad se complica. Muchos de ellos aún no tienen documentación de sus países debido a que las dificultades burocráticas con los países de origen cada vez son mayores.