Mª Luis Verano, educadora del DISL Alcalá: “No pude tener mejores compañeros”
Hoy quiero dedicar un pequeño espacio a esas personas que formaron parte de todas mis primeras veces en SAMU. Me gradué en Educación Social en el año 2019. No había terminado aún mis prácticas cuando SAMU me ofreció la oportunidad de empezar mi labor en esta gran familia. Recuerdo mi primer día de trabajo. Era en el ISL Fuentequintillo. Como chica recién graduada y sin saber dónde me estaba metiendo, llegué con muchos nervios e ilusión, pero, sobre todo, con ganas de aprender de mis compañeros. Recuerdo que estaba allí mi primera jefa, Nuria. Ella me dio la bienvenida y me presentó a mis compañeros. Poco a poco, fui conociendo a los chicos, a los que desde aquí les doy las gracias por ser como son y por esforzarse en mejorar su futuro.
Según iba pasando el tiempo, no podía tener más claro la suerte que había tenido en encontrar en mi primer centro a este gran equipo que, sin duda, aún recuerdo a todos y a cada uno de sus miembros con un cariño enorme. Fuimos una gran familia.
Teníamos a los mejores chicos y no lo digo porque fueran ‘mis chicos’, sino porque trabajamos muchísimo con ellos desde el respeto y el cariño, siempre, y llegaron a ser, y son, chicos increíbles.
Llegó la pandemia y a los trabajadores nos adjudicaron turnos de 16 y 24 horas. Turnos que siempre hacíamos con los mismos compañeros. A mí me tocó con mi compañero Carlos. ¡No pude tener mejor compañero de pandemia! Hicimos miles de cosas con los chicos para poder entretenerlos porque nosotros entrábamos y salíamos de nuestras casas para trabajar, pero ellos estaban en el recurso las 24 horas, por lo que nos inventábamos cualquier cosa para que ellos se divirtieran. Cuando terminábamos el turno y llegaban nuestros compañero, nunca salíamos a nuestra hora. Esos pequeños momentos de charla contándonos las novedades y dándonos un poco de compañía eran muy especiales.
Las primeras veces nunca se olvidan y yo nunca podré olvidarlos, ni a ellos ni a mi primera jefa. Sé que ella leerá este artículo y quiero aprovechar para darle las gracias porque la trabajadora que soy hoy, sin duda, es gracias a ella. Ella nos enseñó a trabajar desde el cariño, el respeto y, por supuesto, desde la disciplina. Parecía que era muy dura, pero sólo había que conocerla para ver que lo único que le gustaba era que se hicieran las cosas a la perfección, y por dentro era puro amor. No pude tener mejores compañeros en mi primer centro. Gracias equipo, gracias Nuria.
MARÍA LUISA VERANO DÍAZ
/ Educadora del DISL Alcalá