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Caixabank impulsa a la Escuela de Oficios

Caixabank, a través de su acción social y en colaboración con la Fundación la Caixa, ha otorgado a la Fundación SAMU una ayuda de 24.000 euros para su Escuela de Oficios. Este proyecto de inserción sociolaboral es pionero y tiene como objetivo ofrecer oportunidades educativas a los jóvenes más vulnerables mediante su capacitación profesional en oficios con alta empleabilidad.

La Escuela de Oficios SAMU surgió en 2019 para atender las necesidades con las que se encuentran los jóvenes que residen en los centros de Fundación SAMU, menores no acompañados cuya mayoría se encuentra en etapa previa a la emancipación. Una vez cumplidos los 18 años, estos jóvenes deben aprender a desenvolverse por sí mismos en el mercado laboral, algo muy complicado debido a su falta de recursos y habilidades profesionales.

En el marco de la estrategia de gestión de los centros de menores por parte de Fundación SAMU, que busca proporcionar a los menores las herramientas necesarias para que puedan llegar a ser adultos responsables y autónomos, la Escuela de Oficios dota a los alumnos de habilidades y herramientas profesionales, en colaboración estrecha con empresas que los acogen en régimen de prácticas.

La Escuela de Oficios se centra en sectores donde existe una alta demanda laboral, tales como la construcción, la agricultura, la hostelería, los servicios sociales u otros muchos, y siempre con un enfoque muy práctico dinámico y participativo, orientado a la inserción.

Aunque inicialmente centrado en los menores no acompañados asistidos por la Fundación, la Escuela de Oficios ha abierto también la oferta a otros jóvenes vulnerables que no pertenecen a los programas de la entidad, atendiendo a un total de 150 destinatarios, entre los que se incluyen centros de chicas inmigrantes.

La Fundación la Caixa ha otorgado a Fundación SAMU esta ayuda en el marco de su convocatoria de ayudas a la inserción laboral 2020. Gracias a este apoyo, Fundación SAMU podrá avanzar de forma sensible en el alcance de su Escuela de Oficios, contribuyendo a la incorporación al mercado de trabajo de personas en riesgo de exclusión.

Casa rural Cortijo Román abre sus puertas

Tras 50 días de intenso trabajo, la Casa Rural Cortijo Román, situada en el Parque Natural de Los Alcornocales, en la provincia de Cádiz, ha abierto sus puertas y ya ha acogido en sus instalaciones a los primeros huéspedes. El proyecto, que nació como una iniciativa social para fomentar la inclusión y el empleo entre los menores del ISL Cortijo, gestionado por Fundación SAMU, ha tenido una gran acogida entre los vecinos del municipio de Jimena de la Frontera y sus alrededores, que conviven a diario con los jóvenes de este centro de inserción sociolaboral dirigido a menores extranjeros no acompañados.

Ocho chicos a punto de cumplir la mayoría de edad han participado desde el 6 de julio en este proyecto de la Casa Rural Cortijo Román, impulsado por el presidente y el vicepresidente de Fundación SAMU, el doctor Carlos Álvarez Leiva y Borja González de Escalada, respectivamente.

Durante las últimas semanas, los menores y un equipo de SAMU han acondicionado y habilitado el antiguo Cortijo Román. El objetivo final es que los chicos del ISL Cortijo, situado en el mismo pueblo que esta casa rural, sean los encargados del mantenimiento de las instalaciones y el cuidado de las zonas ajardinadas.

Los chicos implicados en este proyecto inclusivo han recibido diferentes cursos de formación a través de la Escuela de Oficios de SAMU, entre ellos, un curso básico de mantenimiento de edificios y piscinas y otros programas formativos de turismo rural, jardinería, pintura, albañilería, mantenimiento de piscinas y restauración.

Este alojamiento rural está formado por cinco casas: tres de un dormitorio y dos de dos dormitorios. Tiene una capacidad total para 14 personas, aunque es posible aumentar el número de huéspedes según las necesidades.

La Casa Rural Cortijo Román fue con anterioridad un centro de menores gestionado por SAMU. Actualmente se encontraba vacío y desde la organización se pensó en varios proyectos para darle utilidad, entre ellos, el actual proyecto de integración de turismo rural. El cortijo ha sido restaurado por los propios menores, preservando su estado rural, tradicional y costumbrista, y fomentando los espacios naturales que invitan a la relajación y al descanso.

El conductor al que todos querían

En la Nochebuena de 2011, Manuel Hidalgo Heredia, conductor del autobús de SAMU durante 10 años, protagonizó una de las anécdotas más recordadas en la entidad. Manolo, como todos le conocían, debía de trasladar en autobús desde Granada hasta El Bosque (Cádiz) a 34 menores que habían llegado en patera a Motril. Lo que parecía un trabajo relativamente fácil y que le iba a permitir estar en casa a las cinco de la tarde, resultó ser una carrera de obstáculos desde primera hora.

El viaje desde Sevilla hasta Granada, que realizó junto al compañero Sergio Carayol, comenzó a las seis de la mañana con una peligrosa e intensa niebla en la carretera. Al llegar a Granada, los menores no estaban allí, sino en Motril. Una vez allí, la Policía no tenía constancia del traslado de los 34 menores. Hasta las siete de la tarde, no pudieron emprender el viaje hacia El Bosque, donde llegaron a las diez de la noche. Y de ahí, de vuelta a Sevilla, y de nuevo con una niebla densa que le obligaba a conducir despacio. Aquella Nochebuena, Manolo y Sergio no llegaron a sus casas hasta la una. Pero, a pesar de ser una fecha tan señalada, ambos siempre contaban esta historia con humor y recordaban las buenas migas que se comieron junto a la Alhambra.

Hoy quien cuenta esta anécdota es sólo Sergio Carayol, en recuerdo de su querido amigo fallecido. Quienes conocieron a Manuel aseguran recordar otras miles de anécdotas protagonizadas por este compañero. Así, al abrirse la Unidad de Estancia Diurna San Lucas (Sevilla) en marzo de 2008, Manolo se presentó con su currículo y se ofreció de forma altruista, antes incluso de que lo contrataran, para diseñar la ruta más rápida para trasladar a los usuarios de sus domicilios al centro. Trabajó en ello toda una tarde y con su propio vehículo. Poco tiempo después, rescató a un usuario extraviado y lo llevó de vuelta al centro. Éste fue un anticipo de la que sería una trayectoria al cuidado de la inclusión de estas personas en situación de vulnerabilidad. También, en los inicios de la andadura de San Lucas, llegó a un acuerdo con los propietarios de Bar Pepi para que los usuarios con graves trastornos de conducta pudieran tomarse de forma gratuita un refresco tras su paseo semanal.

Amable, luchador, con un buen corazón, emocional y sensible, gran amigo, Manolo entendía el trabajo en equipo y siempre se entregaba a sus compañeros cuando le necesitaban. Cuando veía algún problema en el equipo, solía organizar una barbacoa para unir al grupo y limar asperezas. Y si un compañero pasaba por un mal momento no dudaba en pararse a hablar con él y, lo que es más importante, escucharle.

Manolo tenía un trato cercano con los familiares de los usuarios. De forma amable y afectuosa, mediaba en los conflictos referente a las rutas, la puntualidad, los cambios de paradas… Y no le faltaba autoridad cuando se producían alteraciones durante los trayectos, siendo una persona muy respetada. Manolo fue también el principal impulsor del equipo de fútbol de UED San Lucas. Consiguió, gracias a la solidaridad del barrio, materiales para entrenar y la primera equipación que lucieron los chicos.

Hace un par de años, su hijo Iván le expresó su deseo de seguir sus pasos y sacarse el carnet para conducir el bus. Justo antes de que le detectaran la enfermedad a Manolo, el joven le acompañó como voluntario para aprender el oficio y le ha sustituido durante este año. Éste será un motivo más para recordarle cada día.

Manolo Hidalgo (1962-2020, Zahara de la Sierra, Cádiz), el conductor del primer y único autobús de SAMU, falleció el 30 de agosto a los 58 años tras una larga enfermedad. Deja un vacío enorme entre sus compañeros y también entre los usuarios y residentes de los distintos centros, para quienes era mucho más que la persona que les acompañaba en sus traslados.

Proyecto Cáritas-Fundación SAMU: Un hogar para empezar una vida

La falta de recursos en Andalucía para jóvenes mayores de edad que llegaron a España siendo menores en una situación irregular ha impulsado a Fundación SAMU y a Cáritas Diocesana de Sevilla a poner en marcha, de forma conjunta, un proyecto de emancipación e inclusión social en Montequinto (Sevilla)dirigido a este colectivo.

Este proyecto social, que arrancó en el invierno de 2019, consiste en la habilitación de un piso en el que conviven cuatro jóvenes de 18 años y que anteriormente estuvieron en el ARB Miguel de Mañara de Montequinto (Sevilla), un centro especializado en la atención de menores extranjeros no acompañados gestionado por SAMU. Es el tercer recurso para mayores de edad con el que cuenta la Fundación, junto con los centros de jóvenes ex tutelados migrantes (JEM) de Valencina y Polanco, ambos en la provincia de Sevilla.

En este piso de Montequinto conviven Samuel Sahnen, Bilal El-Guemry, Mohamed Mgniti y
Badr Bencheick. Todos ellos tienen 18 años y llegaron a las costas andaluzas en 2018 en patera tras un difícil viaje.

Al llamar al timbre de este particular hogar, es Bilal El-Guemry el que abre la puerta y da la bienvenida a su casa, un tercero sin ascensor. El piso consta de dos habitaciones con dos camas cada una, más un cuarto-vestidor, salón-comedor, un cuarto de baño y cocina. La decoración es sencilla y todo está muy ordenado.

Antes de enseñar la casa, los jóvenes se sientan en la mesa del comedor para relatar cómo han llegado desde su país de origen hasta ese piso que consideran “una gran oportunidad” para lograr su sueño de labrarse un futuro en España. Sólo falta Mohamed Mgniti, que estos días se encuentra fuera de Sevilla por un asunto familiar.

Badr Bencheick, musulmán y natural de Marruecos, es el encargado de romper el hielo. Llegó a las costas de Cádiz en agosto de 2018 en una patera. “Sufrimos mucho, estuvimos tres días en el mar”, recuerda el joven, que actualmente estudia un curso de Formación Profesional Básica de Peluquería.
Ese mismo verano llegó también en una patera a Barbate su compañero Bilal El-Guemry, natural de Marruecos. “Fue muy duro. Al llegar, me llevaron a unas dependencias policiales hasta que me enviaron a un centro de menores”, recuerda el joven, que ahora estudia un curso de FP Básica de Mecánica. “Decidí emigrar porque en Marruecos no tenía ningún tipo de oportunidad ni futuro. Quería estudiar y si me quedaba, terminaría trabajando en el campo como única opción”.

La historia de Samuel Sahnen es la más impactante de las tres, dada la edad que tenía cuando se marchó de Camerún, su lugar de origen: 15 años. Con rostro serio y sin ningún tipo de pausa, el joven relata cómo el conflicto político que sufre su país desde 2016, el conocido como problema anglófono (los líderes de la antigua zona británica piden una mayor autonomía o la secesión en lo que sería la República de Ambazonia), le obligó a huir solo, sin su familia. “No había colegio, todo era un caos. Había una guerra militar. No tenía futuro”, explica con semblante serio y palabras atropelladas.

De Camerún pasó a Nigeria, donde estuvo varios días sin poder contactar con su familia. Y de allí pasó a Níger, donde estuvo cuatro meses. “No tenía dinero para llegar a Argelia y trabajé para un hombre que se dedicaba a pasar de forma irregular a personas por la frontera, hasta que conseguí el dinero y pude pasar yo también”, continúa el joven, que recuerda cómo le estafaron en Argelia, donde estuvo 14 meses trabajando hasta que pudo cruzar a Marruecos y de ahí a España en una embarcación sin motor, con remos. “Salimos a las diez de la noche y llegamos a las seis de la tarde. Nos interceptaron en medio del mar, a la deriva, y nos llevaron a Tarifa. Estuvo en varios centros de menores antes hasta que llegó al ARB Miguel de Mañara (Sevilla).

“En SAMU me han tratado siempre muy bien. Yo soy católico y en Miguel de Mañara había 28 chicos musulmanes, pero nunca hemos tenido problemas de convivencia, tampoco en el piso. Respetamos las creencias de cada uno”, señala Samuel, en cuyo cuello cuelga una cruz de madera y que hace unos meses se confirmó en la parroquia de San Juan Pablo II de Montequinto, cuya comunidad realiza numerosas actividades con los chicos de Miguel de Mañara.

Al igual que sus compañeros, Samuel también está estudiando, en concreto un grado medio de Instalaciones Eléctricas y Automáticas. Los tres se expresan perfectamente en español, aunque reconocen que a veces les cuesta entender algunas lecciones en clase.

En la casa se respira un ambiente de buen rollo. Existe complicidad y respeto entre ellos. “Son muy buenos chicos, los mejores”, destaca Hassan Al Haffar, educador de Miguel de Mañara y que esta tarde ha querido acompañar a los chicos en la entrevista por si hubiera algún problema de comprensión.

“Cuando estos chicos cumplen la mayoría de edad, todo el trabajo que se ha hecho previamente con ellos en los centros de menores se corta. Por esta razón es tan importante que existan recursos de este tipo. Permiten a los chicos seguir progresando en la sociedad y que realmente tengan una oportunidad en la vida, aunque, por desgracia, hay muy pocos recursos para mayores de edad”, comenta el educador.

Este proyecto ha sido posible gracias a los acuerdos de colaboración firmados en marzo de 2018 entre Fundación SAMU y Cáritas que permiten a ambas entidades apoyarse en el desarrollo de proyectos.
A raíz de estos acuerdos, Cáritas ofrece apoyo de voluntariado al centro de menores de Miguel de Mañara. Este convenio incluye trabajo voluntario con menores, apoyo extraescolar, actividades lúdicas y deportivas, y la participación de los menores del centro residencial en el campamento de ocio y tiempo libre programado por la Parroquia San Juan Pablo II. Es aquí donde Cáritas conoce a Mohamed, Bilal, Badr y Samuel, que además participa de forma activa en la parroquia, y los selecciona para este proyecto piloto.

“Aunque estos chicos sean mayores de edad, nuestra labor ahora es orientarles, asesorarles y apoyarles”, explica Julia Almeida, directora del proyecto. “Un educador, una psicóloga y yo misma visitamos con frecuencia a los chicos para hacerles un seguimiento, ayudarles en lo que necesiten y ofrecerles una orientación formativa y laboral. Ya no hacemos una labor de acompañamiento, como hacemos con los menas, pero sí de asesoramiento”.

Tras la conversación en el salón, los tres chicos enseñan su casa a la periodista y a la fotógrafa, que les persigue con su cámara captando cada detalle, algo que causa cierta vergüenza a los jóvenes. Badr comparte habitación con Samuel, que para Julia Almeida es el referente del grupo, el líder. En la otra habitación, duermen Mohamed y Bilal.

Los chicos reconocen que la convivencia es buena y que se reparten entre todos las tareas domésticas. “Por lo general, limpiamos a fondo el fin de semana”, explica Badr, que se autoproclama entre risas como el cocinero de la casa. Su plato estrella es el pollo con patatas.

Samuel y Bilal bromean con Badr, estudiante de Peluquería, y aseguran que no dejan que su compañero les pele. “Está aprendiendo aún”, se excusa Samuel al mismo tiempo que muestra una guitarra que hay en el salón. “Él también está aprendiendo a tocar la guitarra”, se ríen todos.

Los chicos coinciden en afirmar que a pesar de haber estado tantos días juntos y sin salir a la calle durante el confinamiento, la convivencia es buena y se tienen mucho respeto.

El Sauzal: un fortín frente al coronavirus

Noemí Santana, consejera de Derechos Sociales, Igualdad, Diversidad y Juventud del Gobierno de Canarias, y Miguel Montero, director general de Dependencia y Discapacidad, realizaron en julio una visita al centro de personas en situación de dependencia derivada de discapacidad física de El Sauzal, en Tenerife, gestionado desde enero por Fundación SAMU.

Recibidos por María José Tinoco, directora del Área de Discapacidad de SAMU, y Alberto Pastor, director del centro, los representantes gubernamentales se interesaron por las medidas preventivas ante la Covid-19 implantadas en esta residencia así como por la gestión del centro, que dispone de 37 plazas para residentes y otras 19 para usuarios del centro de día.

Tanto Santana como Montero quisieron dar visibilidad a la exhaustiva gestión ante el coronavirus que se ha realizado en los centros para personas con discapacidad en la región y transmitir tranquilidad a los familiares de los usuarios.

La consejera explicó que el centro para personas con discapacidad de El Sauzal se había convertido en “el primero de este tipo que ha abierto a visitas e ingresos” tras el estado de alarma. “Las 19 personas del centro de día que vienen aquí de lunes a viernes conviven con todas las medidas higiénicas y de seguridad con 37 residentes que han estado encerrados aquí durante la crisis sanitaria como en un fortín cerrado a cal y canto, sin recibir ninguna entrada del exterior para proteger su salud”, explicó Santana.

En este sentido, la consejera destacó “los protocolos tan estrictos que se han establecido para recuperar ahora la nueva normalidad, con las visitas de familiares y amistades, tan necesarias para los usuarios del centro, y que durante casi cuatro meses no pudieron producirse”.

El director general de Dependencia y Discapacidad detalló los protocolos que se han incorporado al centro de El Sauzal, en un momento en el que la crisis sanitaria continúa activa en el país. “No sólo hay toma de temperatura antes de entrar a las instalaciones, sino que también se realizan consultas previas a familiares. Se garantizan circuitos separados, se generan espacios limpios… Son protocolos muy estrictos que se han inaugurado en este centro con la idea de que sean ejemplo y modelo para el resto de los centros de la región”.

“Somos un ejemplo de la gestión, la única comunidad de todo el Estado que ha hecho los test PCR a todo el personal de sus centros, así como a residentes”, afirmó Noemí Santana, al tiempo que destacó la incidencia tan baja de positivos con “solo 12 personas de más de 3.500 test realizados” durante las semanas más problemáticas de la crisis sanitaria.

SAMU se hizo cargo en enero, a través de su Fundación, de este centro que ofrece servicios de enfermería, terapia ocupacional, trabajo social, atención psicológica, logopedia e integración social, entre otros servicios.

Previamente, Fundación SAMU se hizo cargo de la titularidad del Hogar San Lázaro, centro de Santa Cruz de Tenerife especializado en atención a pacientes con discapacidad intelectual y/o trastorno mental grado 1 y 2, con capacidad para 16 usuarios.

La entidad cuenta con servicios de urgencias y emergencias en la comunidad a través de una unidad medicalizada, además de una unidad colectiva de soporte vital básico. Esta unidad ya ofrece sus servicios a entidades públicas y privadas, y ha prestado cobertura a la cabalgata de Reyes de Tacoronte (Tenerife), además de otros servicios en El Hierro. SAMU mantiene negociaciones abiertas con un centro privado y el 112 de Canarias para ofrecer su colaboración cuando los servicios de ambulancias públicas estén saturados.

Dispositivos sanitarios frente a la Covid-19 en Andalucía

Cualquier análisis de la respuesta que ha dado el sistema sanitario en los peores momentos de la pandemia pone hoy de manifiesto el alto valor de la colaboración público-privada para atender de manera urgente y eficaz las necesidades de la población. Así, en situaciones de extrema gravedad como las vividas durante el estado de alarma, alianzas estratégicas como la de la Junta de Andalucía y Fundación SAMU han permitido salvar la vida a decenas de personas afectadas por la Covid-19 o en serio riesgo de contraer el virus.

Dos dispositivos de SAMU han sido ensalzados como modelos de esta unión entre administraciones públicas y entidades privadas. Así, de la noche a la mañana, y esto es literal, el hotel Ilunion Alcora, en San Juan de Aznalfarache (Sevilla), pasó de ser un lugar para el hospedaje de visitantes a atender a ancianos enfermos de Covid-19 procedentes de distintas residencias de mayores de la provincia. El establecimiento se transformó en apenas 12 horas en un centro asistencial medicalizado destinado a las personas más desprotegidas frente al coronavirus.

Y de la misma forma, la Residencia de Tiempo Libre de El Burgo en La Línea (Cádiz) también se transformó en un hospital de campaña para atender a 28 pacientes que tuvieron que abandonar una residencia de mayores de Alcalá del Valle, en Cádiz, tras detectarse un brote.

En ambos casos, esta transformación integral y a contrarreloj fue posible gracias a la alianza entre la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía y el equipo de SAMU.

El consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, ha valorado la eficacia de esta sinergia en un reportaje publicado en ABC. En pleno pico de la pandemia, había residencias de ancianos tanto en Sevilla como en otras provincias en las que “era imposible diferenciar en los circuitos los casos positivos de los negativos” dentro de los propios centros.

Por eso Aguirre valora la experiencia como positiva para los pacientes y para la Administración regional. “Fue un modelo de éxito” que permitió una “magnifica asistencia sanitaria”, ha señalado la Consejería, que no descarta repetirla en futuros proyectos. “Nuestro fin es tener la sanidad pública andaluza al cien por cien y optimizar todos sus recursos. En el caso de no llegar a esa optimización, apostamos por la suma de recursos siempre que sea en beneficio de los pacientes. Huimos de la dicotomía de buenos y malos: la sanidad de Andalucía es una, de todos y para todos”, ha afirma en el reportaje publicado por ABC.

Juan González de Escalada, director del área de Emergencias de SAMU, ha subrayado la importancia que ha representado ser capaces de reaccionar de forma rápida y eficaz en los momentos en los que el sistema sanitario se ha visto desbordado frente a una presión asistencial inédita. “Desde nuestra especialidad, disponibilidad, logística y recursos propios, hemos ofrecido la máxima flexibilidad a la administración para dar una respuesta inmediata al ciudadano”, explica.

La fórmula de colaboración privada “representa un cambio en el servicio público que ha llegado para quedarse”, opina en ABC Francisco J. Fernández, socio de Cremades-Calvo Sotelo, que cuenta en Sevilla con un Observatorio de Colaboración Público Privada.

Durante los peores momentos de la primera oleada de la pandemia, SAMU gestionó cinco dispositivos de urgencias y emergencias contra el Covid-19 en Madrid, Andalucía y Castilla-La Mancha, al tiempo que formaba a personal en bioseguridad, captaba y capacitaba a voluntarios de distintos perfiles y fabricaba material sanitario como mascarillas y equipos de protección individual en su propio taller.

Captación de voluntarios: Una barrera solidaria contra la incertidumbre

En una nueva acción para luchar contra la propagación del coronavirus Covid-19 en España, SAMU a través de su Fundación, hizo el domingo 22 de marzo un llamamiento público para reclutar voluntarios de diferentes categorías profesionales. En sólo dos días, más de 600 personas respondieron a la convocatoria, que se ha convertido en un enorme éxito.

De todos los candidatos presentados, SAMU ha seleccionado a 60 voluntarios, en función de criterios de idoneidad, pertenecientes a los siguientes perfiles: médicos, enfermeros, técnicos de emergencias sanitarias, auxiliares de clínica, farmacia, estudiantes de Medicina, especialistas en logística, psicólogos, educadores, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales, conductores, personal de mantenimiento, costureras y monitores.

Fundación SAMU ha habilitado un centro de recepción de voluntarios en la Escuela SAMU de Gelves (Sevilla). En grupos reducidos de en torno a diez voluntarios al día y con las máximas medidas de protección para garantizar la seguridad, los voluntarios van pasando por las instalaciones de la Escuela para recibir formación en autoprotección con el objetivo de que puedan incorporarse cuanto antes a las diferentes labores asignadas dentro de la organización.

La formación que reciben estos voluntarios va desde el esencial lavado de manos hasta cómo ponerse y, lo que es más importante, cómo quitarse sin contaminarse un equipo de protección individual. Aquellos voluntarios con un perfil sanitario reciben una formación más específica a modo de recordatorio de sus propios conocimientos.

Una vez formados, estos voluntarios se están incorporando a un retén al que recurrirá SAMU en el caso de que sea necesario personal para las distintas misiones de la organización, como traslado de pacientes, funciones logísticas o apoyo psicológico, entre otras acciones.

“Nos estamos preparando para una situación que puede empeorar. Todos deseamos que, en los días venideros, la situación mejore, especialmente en Andalucía. Pero SAMU, como institución, está trabajando también en otras comunidades como Madrid, donde la crisis se complica por momentos. Tenemos un equipo de profesionales trabajando ya allí, pero a veces éstos necesitan apoyo”, señala Carlos González de Escalada, director general de SAMU. “Esta formación es fundamental para preservar la seguridad de los voluntarios”.

SAMU agradece a todos los voluntarios su respuesta y ha hecho un nuevo llamamiento para seguir reclutando los perfiles más demandados: profesionales sanitarios o estudiantes de Medicina, de Enfermería, cuidados auxiliares de enfermería, auxiliares de geriatría, cuidadores, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales y logistas-conductores.

“Todo voluntariado y ayuda es bienvenida en estos momentos de crisis en los que es necesaria la implicación total de la sociedad. El proceso de selección continúa abierto a través de seleccion@samu.es”, apuntan desde Escuela SAMU.

Fundación SAMU convierte a Villafanca de los Caballeros (Toledo) en capital del Deporte Inclusivo

Más de 250 personas han participado este martes en Villafranca de los Caballeros (Toledo) en una gran fiesta de inclusión deportivo-social, con la colaboración de más de una decena de entidades del entorno. Denominada Jornadas Deportivas Inclusivas Estación de Otoño, es un proyecto nacido en 2015 y promovido por la Fundación SAMU, que busca  fortalecer el compromiso social con la inclusión de personas con discapacidad.

Gran parte de los participantes han sido usuarios de la Residencia Santa Teresa, que ofrece servicio integral a personas con discapacidad intelectual de leve a moderada. La jornada ha sido inaugurada por Julián Bolaños Pozo, alcalde de Villafranca de los Caballeros (Toledo); Diego Gallardo Godoy, gerente de SAMU; y tres directores generales de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha: Ángeles Marchante Calcerrada, directora general de Inclusión Educativa y programas de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte; Noelia Pérez González, Directora General de Juventud y Deportes; y Javier Pérez Fernández, Director General de Mayores y Personas con Discapacidad de la Consejería de Bienestar Social.

De esta manera, se ha fomentado la interacción y la inclusión mediante la práctica deportiva de numerosas personas con discapacidad intelectual y un amplio abanico de entidades de diferente ámbito social.

Las entidades colaboradoras en esta actividad han sido el Ayuntamiento de Villafranca de los Caballeros, el Club Deportivo Asodisal, el Centro de Día de Asodema, el Centro de Educación Especial Mingoliva  (Madridejos), el Centro Ocupacional ‘Picazuelo’, el Centro ‘Carpe Diem’ de Herencia, la Asociación de Discapacidad APANAS, el Centro Ocupacional y de Mayores Rogelio Sánchez, el IES La Falcata, el Club de Esgrima La Falcata, el Club de Ajedrez Villafranca de los Caballeros y Protección Civil, entre otros.

En este caso, la Estación de Otoño ha consistido en la realización de un circuito deportivo inclusivo con 10 actividades diferentes. Se han llevado a cabo de manera sucesiva y simultánea, con la participación en grupos de 10 de personas con discapacidad física o intelectual de las distintas asociaciones y fundaciones de Toledo, entre ellos la Residencia Santa Teresa, alumnos del primer y segundo ciclo de Secundaria del IES La Falcata y alumnos del Ciclo de Grado Medio del Técnico en Conducción de Actividades en el Medio Natural de Villafranca de los Caballeros.

Los juegos y deportes de la actividad han sido accesibles y sin barreras, para facilitar la interacción entre los participantes salvando cualquier problema de accesibilidad. El circuito ha estado compuesto de las siguientes actividades: voleibol adaptado, boccia, petanca adaptada, actividades musicales y expresión corporal, fútbol 7, baloncesto, balonmano, esgrima, golbol, ajedrez humano y acrosport. En todas ellas se han trabajado capacidades físicas como la velocidad, la fuerza, la resistencia y flexibilidad, y cualidades motrices como equilibrio, coordinación, agilidad y lateralidad.

La Feria de la inclusión

Las Cabezas de San Juan (Sevilla) celebró su feria en la segunda semana de septiembre y, como cada año, los vecinos de este municipio se engalanaron para disfrutar de un espacio de encuentro, gastronomía, diversión y cultura.

El centro de estudio y diagnóstico Las Cabezas, gestionado por Fundación SAMU, se sumó a esta festividad e hizo partícipes a los menores que residen en este recurso. Durante el fin de semana, los menores visitaron la Feria, siempre bajo supervisión de los trabajadores de la Fundación SAMU. Además, se trasladó un poco de esa esencia ferial al propio centro, decorando zonas comunes y preparando música y comida propia de la fiesta.

Para los menores que visitaron el pueblo, en su mayoría procedentes de Marruecos, aunque también de otros países como Guinea, Bangladesh y Mali, fue un privilegio vivir estos días festivos. Pudieron disfrutar de las atracciones de la feria y de la alegría de los cabecenses en las distintas casetas del recinto.

Algunos de estos chicos llevan ya tiempo en el centro. Realizan salidas diarias por el pueblo y tienen amistades entre los vecinos de la localidad con las que pudieron compartir estas fiestas.

Los menores que no pudieron asistir al pueblo colaboraron en el diseño de los elementos decorativos del centro. Convirtieron el comedor en una auténtica caseta de feria. Fue en este espacio del centro donde se concentró la mayoría de las actividades de la fiesta, con bailes de sevillanas y la degustación de platos típicos. Todos estos platos fueron elaborados por el fantástico equipo de cocina del Catering Ilevel Media, empresa que colabora con la Fundación SAMU.

“La mayoría de estos chicos no han tenido una vida fácil. Algunos han crecido entre guerras. Otros, tuvieron que dejar sus estudios para trabajar y así ayudar a sus familias. Y eso sin contar con su travesía migratoria, que, en alguno de los casos, ha llegado a durar años, dejando atrás a familiares, amistades y su propia infancia. Cuando desde el equipo de SAMU Las Cabezas proponemos este tipo de acciones, tenemos dos objetivos claros. En primer lugar, una faceta lúdica y de diversión. Y, en segundo lugar, una faceta de aprendizaje social y personal, incentivando la participación de los diferentes recursos disponibles de la localidad”, explica Manuel Ramos, educador del Centro ED Las Cabezas de SAMU.

Este tipo de eventos son una parte muy importante dentro de los diferentes procesos migratorios de los menores. Sirven de nexo de unión en la intermediación de las costumbres y tradiciones propias y ajenas, y fomentan así la inclusión real de estos chicos y su adaptación al lugar de acogida.

Un artículo del Equipo educativo ED Las Cabezas

Del Parlamento al centro de menas

El centro de menores extranjeros no acompañados (menas) que gestiona Fundación SAMU en el sevillano barrio de la Macarena, ISL Polancos, recibió el 17 de septiembre a una comitiva muy especial: la formada por la consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía, Rocío Ruiz, los diputados de la comisión sobre políticas de protección de la Infancia del Parlamento andaluz, y el Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu. En total, sumaban alrededor de 20 personas que recorrieron el edificio durante unas dos horas.

La visita estaba programada en la agenda del Parlamento con el objetivo de conocer más a fondo las instalaciones y el funcionamiento de este espacio. En esta “casa”, porque parece una casa familiar y funciona como tal, reside una veintena de jóvenes. Cuando, entrada la tarde, llegaron los políticos, ellos se distribuían en dos de sus clases cotidianas: la de español y la de orientación para la búsqueda de empleo.

Este edificio de acogida e integración para menas es de titularidad de la Junta de Andalucía y está gestionado por Fundación SAMU. La Administración organizó la visita de la comisión parlamentaria de Infancia para que los diputados de todo el arco político tuvieran la oportunidad de “superar el prejuicio de asociar inmigración con delincuencia” y cultivar “una política que no viva de los estereotipos”, en palabras de la consejera.

Ruiz se mostró encantada con el acondicionamiento de esta casa de tres plantas, con un gran salón central y azotea disfrutable, “que se podría haber alquilado y seguir ahondando en la turistificación de los barrios del centro” y, sin embargo, tiene “un uso social extraordinario”.

Tras un primer brote xenófobo de oposición a la apertura del centro, contrarrestado por una concentración solidaria de respaldo a los menas a la que acudieron unas 300 personas, la situación se ha normalizado por completo. Los jóvenes están perfectamente integrados en el barrio. No ha vuelto a haber protestas en contra. Los responsables del centro aseguran que no se ha registrado ninguna incidencia. Ninguna queja vecinal.

Los menores inmigrantes que viven en la Macarena, como en otros centros, no están en situación irregular, puesto que el sistema de protección de menores de la Junta de Andalucía no discrimina entre personas españolas y extranjeras: todos ellos son menores. Los menas están bajo tutela y amparo del Gobierno andaluz hasta los 18 años, aunque su situación al cumplir esa edad se complica, tal y como constataron los responsables de SAMU y de la propia Consejería.

Muchos de ellos aún no tienen documentación de sus países debido a que las dificultades burocráticas con los países de origen cada vez son mayores. En casos como el de Marruecos, se demoran hasta un año. La tramitación de documentos se ha ralentizado porque han proliferado las denuncias por falsificaciones (adultos que se hacen pasar por menores para evitar ser devueltos en caliente) y la verificación es más exhaustiva.

Carlos González de Escalada, director general de SAMU, que recibió a la comitiva parlamentaria, explicó que el gran reto en la tutela de estos jóvenes es conseguir su inserción laboral. “Su compromiso con el trabajo es extraordinario. Son extremadamente responsables porque no entienden su proyecto migratorio sin trabajar y generar recursos para enviar a sus hogares. Gestionamos muchos acuerdos con empresas para que puedan realizar prácticas, y quienes cuentan con ellos siempre están muy satisfechos. Están tan motivados que superan cualquier expectativa”, relató González de Escalada.

Hay trabas como el idioma o la carencia de vínculos familiares. “Tenemos que trabajar desde todos los ámbitos para crear una sociedad de acogida real”, coincidieron los presentes. El Defensor del Pueblo Andaluz se sumó a la convocatoria de la consejera y a esta reivindicación.

Maeztu avanzó que está promoviendo una iniciativa en defensa de la integración de los menas en un encuentro de los Defensores del Pueblo en todas las comunidades que se celebrará este mes. Buscará una declaración institucional consensuada que fije la responsabilidad de cada Administración en el asunto de los menores inmigrantes.

El número de ingresos de menores extranjeros no acompañados en el primer cuatrimestre de 2019 se ha incrementó en más de un 60% en relación al mismo periodo de 2018 (hasta 1.257). Entre enero de 2015 y mayo de 2019 han sido atendidos en la comunidad autónoma 15.693 menores, de los que solo 83 han tenido medidas judiciales de internamiento por comisión de algún delito, es decir, el 0,52%. En España hay más de 12.300 menas, según el Ministerio de Interior.

La tutela de los niños es de las comunidades, que no pueden impedir que los menores se desplacen de unas a otras o que abandonen España.

El centro de la Macarena gestionado por Fundación SAMU, con 25 plazas, forma parte de las nuevas 1.200 plazas habilitadas por la Junta para la atención de menores extranjeros no acompañados antes del verano.