SAMU busca mentes brillantes que puedan cambiar vidas

SAMU ha lanzado un desafío único a sus trabajadores, el primer concurso interno para la elaboración de proyectos técnicos innovadores y su implementación internacional, concretamente en Estados Unidos. El objetivo de esta competición interna ha sido promover la creación de proyectos innovadores de corte social, suponiendo ésta una gran oportunidad para la intervención con colectivos vulnerables en territorio estadounidense y para el desarrollo individual y profesional del personal de las diferentes áreas de SAMU.

“El I Concurso de Grant Writing partió de una iniciativa de la directiva y gerencia de SAMU, con la intención de promover el talento interno y acercar la elaboración de proyectos a toda la red de trabajadores de la empresa, desde el personal más vinculado a la labor administrativa como a la más asistencial. La idea nació de querer escuchar a todos los que componían y componen SAMU, dándoles el apoyo desde la más alta dirección, para que aquellos proyectos que tuvieran en la cabeza pudieran hacerse realidad en uno de los puntos clave principales de la empresa actualmente, Estados Unidos”, explica Santiago Llop, director del departamento de Desarrollo de SAMU.

“Buscamos mentes brillantes para presentar ideas que puedan cambiar las vidas de colectivos vulnerables en territorio internacional. Queremos fortalecer el apoyo a los más necesitados, rompiendo barreras en territorio internacional”, continúan desde la organización.

Finalmente, el 31 de mayo finalizó el plazo para la presentación de ideas. En total se presentaron seis propuestas, de las cuales tres fueron las ganadoras.

El primer premio fue para Rolando Delgado, miembro de la plantilla de SAMU First Response. Su idea, SAMU Kids (Emergency Welcome Respire), es una iniciativa que replica el proyecto que ya se lleva a cabo en el Respite Center de Washington D.C. y Maryland, un centro de bienvenida a población migrante, especialmente dirigido a menores y familias que cruzan la frontera de Estados Unidos por Arizona. Este programa integral aborda las necesidades urgentes de estos menores, ofreciendo evaluaciones médicas, apoyo psicológico y alojamiento temporal. Además, facilita el acceso a educación, asistencia legal y actividades de integración social. El objetivo es garantizar la seguridad inmediata y el bienestar a largo plazo de más de 1.000 menores anualmente, promoviendo su integración exitosa en la sociedad estadounidense.

Este primer premio cuenta con una remuneración económica de 1.500 euros para el autor del proyecto y su participación en el equipo e implementación en la zona del proyecto.

El segundo premio fue para Jara Díaz, del área de Intervención Socioeducativa y de la Mujer de SAMU, y su Programa Nido (Nest Program), que ya se desarrolla en Andalucía con el apoyo de la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad.

Este proyecto tiene como objetivo apoyar a mujeres migrantes solicitantes de asilo que están embarazadas o tienen hijos pequeños (0-6 años) y han sido expuestas a situaciones de violencia de género. El programa ofrece alojamiento temporal y atención integral durante un máximo de 12 meses, enfocándose en el empoderamiento de las mujeres y la inserción socio-laboral, así como en el desarrollo integral de sus hijos. A través de una serie de servicios que incluyen apoyo psicológico, asesoramiento legal, formación laboral y cuidado infantil, el programa busca proporcionar un entorno seguro y de apoyo para que estas mujeres puedan reconstruir sus vidas con dignidad y seguridad.

Por último, el tercer proyecto premiado en el concurso ha sido el denominado Co-Housing Program, presentado por Paola Toro, alumna en prácticas del departamento de Desarrollo de SAMU. Este programa de co-vivienda intercultural para migrantes en Nueva York busca proporcionar una solución de vivienda asequible y segura para migrantes en el distrito de Queens. Este programa no solo ofrece alojamiento, sino que también promueve la integración social y cultural mediante la convivencia con residentes locales. Incluye servicios educativos, apoyo legal y psicológico, y actividades culturales para facilitar la adaptación y el bienestar de los migrantes. Además, se enfoca en la sostenibilidad a largo plazo a través de modelos de autofinanciamiento y alianzas estratégicas con organizaciones locales y gubernamentales.

“Son varios los proyectos presentados al concurso que, en cuestión de meses, han servido de base para programas clave que están en proceso de implementarse, concretamente en Puerto Rico. Si bien, hay otras iniciativas que, aunque permanecen en la recámara, por el momento, se tendrán en cuenta para futuras licitaciones, subvenciones o proyectos nacionales o internacionales, ya sea por su metodología novedosa o la ampliación de potenciales servicios, como es la creación de espacios de Co-housing o Co-living para familias migrantes”, explica Santiago Llop.

Uno de los proyectos presentados al concurso y que se ha puesto en marcha en septiembre en Puerto Rico ha sido Smile (Support, Mobility, Inclusion, Learning and Enjoy). Este programa utiliza una furgoneta para visitar centros de acogida y ofrecer a los niños actividades de intervención especializada y apoyo emocional. Incluye talleres de psicología grupal, cohesión, habilidades sociales, detección de necesidades individuales y cuestionarios psicológicos. Además, proporciona apoyo en los primeros pasos con el idioma, y actividades de juegos, dinámicas y arteterapia como música, pintura, juegos tradicionales y deportes.

Los otros dos proyectos que se presentaron fueron Bridge Project y Boosting Early Minds. El primero de ellos tiene como objetivo facilitar la integración social y laboral de las familias migrantes en el condado de Montgomery, Maryland. El proyecto aborda la crisis migratoria proporcionando asistencia integral que incluye orientación legal, cultural y lingüística, así como apoyo en el cuidado infantil para que los padres puedan asistir a capacitaciones y buscar empleo. Además, se enfoca en la inclusión social a través de actividades comunitarias y un programa de mentores. En resumen, el proyecto busca cerrar la brecha entre la llegada de los migrantes y su integración plena en la comunidad, mejorando sus oportunidades laborales y condiciones de vida.

El otro proyecto presentado, Boosting Early Minds, de SAMU First Response, tiene como objetivo mejorar el desarrollo cognitivo de niños menores de 6 años en Maryland, utilizando la metodología Vroom de la Fundación Bezos. Este programa se centra en proporcionar estimulación temprana y aprendizaje del inglés a niños inmigrantes y sus padres, facilitando su integración social y educativa. El proyecto incluye sesiones individuales y comunitarias, evaluaciones del desarrollo infantil y formación para padres, con el fin de preparar a los niños para la educación formal y mejorar las habilidades lingüísticas de las familias.

“En este concurso, se han ofertado premios de gran interés, como han sido 1.500 euros para el ganador, un viaje para dos para el segundo y una cena para dos para el tercero. No obstante, creemos que el valor ha radicado en el compartir del know how y en la plataforma que ha supuesto para el apoyo de grandes ideas”, destaca Llop.

A pesar de la acogida discreta de esta primera edición, sus organizadores creen que, por todo lo que le han transmitido los participantes, que “ha sido una iniciativa que ha aportado significado al trabajo que se realiza en la casa”. Por todo ello, SAMU no descarta celebrar una segunda edición en 2025.

 

Los socios de Fundación SAMU en cooperación internacional

Fundación SAMU, a través del área de Cooperación Internacional y Acción Humanitaria, celebró el 27 de junio la reunión anual de directores y directoras de las organizaciones locales con las que la entidad trabaja sobre el terreno en los diferentes proyectos de cooperación que tiene en marcha en todo el mundo. Durante la reunión se estableció el propósito de compartir ideas sobre la estrategia de Fundación SAMU y se dieron a conocer las prioridades de cada organización para el año 2025.

Roxana Pintado, coordinadora del área de Cooperación Internacional de Fundación SAMU, presentó la labor de la organización en la cooperación internacional y el desarrollo, resaltando la presencia de la organización en varios países y su enfoque en la ayuda humanitaria. También se presentó la estrategia de cooperación internacional de Fundación SAMU, que se basa en cuatro objetivos estratégicos principales que incluyen el fortalecimiento institucional, el aumento del impacto de los proyectos, la ampliación de fuentes de financiamiento y la sensibilización de la sociedad. También destaca los sectores de acción prioritarios y las áreas geográficas de enfoque para la cooperación internacional.

Además, se proporcionaron detalles sobre la aprobación y captación de fondos de proyectos gestionados por el departamento de Cooperación Internacional de Fundación SAMU. En este sentido, destaca que en 2023 se aprobaron un 42% más de proyectos con respecto al año anterior. También se presentó la estrategia de cooperación para el desarrollo y la ciudadanía global, enfocada en la comprensión del mundo globalizado, la actitud crítica, el compromiso en la lucha contra la pobreza y los valores ciudadanos en España.

En la reunión estuvieron presentes los máximos representantes de Agroverde, Asociación Alkaram, Asociación Hanane, Asociación Tadamon, Caritas Coroico, Centro de Iniciativas para el Desarrollo, Corporación Infancia y Desarrollo, Fundación Alirio Henao – Hogar San José, Fundación ATIL, Fundación Alto Atlas, Fundación Pies Descalzos, Global Development Community Burundi y Fundación SAMU. Todas estas organizaciones locales expusieron sus estrategias, perspectivas y expectativas para los años 2024 y 2025.

Laura G. Rebolo: “La protección a la infancia es mi estilo de vida”

Laura García Rebolo (Minas de Riotinto, Huelva, 1974) comenzó a trabajar en Fundación SAMU hace tres años. Hoy es directora del CPM Conflicto Social Sanlúcar la Mayor, tiene funciones de dirección técnica de calidad en el Área de Infancia y Familia de SAMU y coordina el proyecto Erasmus+ K2 Languages of Welcome.

—¿Cuándo comenzó a trabajar en Fundación SAMU?
—Fui subrogada hace tres años. Provenía de una entidad que yo misma había fundado junto con unos compañeros cuando estaba en la facultad. En ella comencé mi trayectoria profesional en el año 1995 como educadora y terminé siendo vicepresidenta y coordinadora general de todos los proyectos de la entidad.

—¿Cómo ha sido su evolución dentro de la organización?
—Yo la definiría como serpenteante. Cuando llegué a SAMU perdí toda mi categoría profesional y tuve que comenzar desde cero con 47 años como educadora en el turno de noche. Me he tenido que esforzar mucho para demostrar mi experiencia y valía en una macro organización donde no me conocía nadie. Todavía lo hago a día de hoy.

—¿Cuáles son sus funciones actuales dentro de SAMU?
—Actualmente soy la directora del Centro para Menores en Conflicto Social Sanlúcar la Mayor, en la provincia de Sevilla, pero también tengo funciones de dirección técnica de calidad en el Área de Infancia y Familia de Fundación SAMU, coordiné el proyecto de educación para el desarrollo El Cerezo y ahora coordino el proyecto Erasmus+ K2 Languages of Welcome. Eventualmente, cocino y pinto habitaciones. Pero lo que más me gusta es poner a gente en contacto, establecer vínculos y colaboraciones, como por ejemplo con Red Pencil Internacional en Bruselas o con la Fundación Enmmanuelle en Italia.

—¿Cómo se organiza para poder estar al frente de tantos proyectos?
—No sabría contestar bien a esta pregunta. Digamos que mi cerebro es lo suficientemente neurodivergente como para concentrarme aunque caigan morteros sobre el cabecero de mi cama al mismo tiempo que me intereso por las 95 lunas de Júpiter.

—¿Cómo es su día a día con los chicos del centro de menores que dirige?
—Soy pedagoga de vocación y de formación y siempre he sostenido que con la represión se consiguen muchas cosas, pero con el afecto se consiguen muchas más. Firmeza y amor, ese ha sido siempre mi lema y con él moriré en las trincheras. Desde muy pequeña, en mi comunidad religiosa, aprendí que la entrega al prójimo es la base de la transformación. No soy amiga de la caridad, prefiero la justicia y la solidaridad. La protección a la infancia es mi estilo de vida. Los que están cerca de mí lo saben. Y esto solo se consigue estando cerca y disponible. Algunos me regañan porque soy un sí a todo, pero lo cierto es que, cuando esté muerta, ya nada podré hacer. Hacer es mi palabra favorita. Hagámoslo posible, una construcción gramatical perfecta.

—¿Qué es lo que más le gusta del contacto directo con estos chicos?
—Este trabajo es bidireccional. Te enseña, se aprende cada día de ellos. Se aprende mucho de este mundo hostil y bello al mismo tiempo. Creo que lo que más me gusta del trabajo con los niños y niñas que están en situación de desprotección es haberme convertido en una persona con conciencia, no solo con conciencia social, sino también con conciencia de mí misma, de lo afortunada que soy de ser una mujer blanca en Occidente que genera plusvalía y que jamás ha hipotecado su emancipación. Soy una privilegiada y me debo a mi profesión de fe.

—¿Cuáles son las principales dificultades a las que se enfrenta en el centro para menores en conflicto social?
—El dolor ajeno, en primer lugar. Las personas que estamos muy cerca de niños y niñas altamente traumatizados, con historias de vida que ni los libros son capaces de contar, estamos expuestos a unas dosis altísimas de dolor por ósmosis y, ante eso, tienes dos opciones, o sucumbes o te haces fuerte. Fuerte por ellos. A mí, incluso, me ha enseñado a ser mejor madre, mejor compañera. Luego aparecen las dificultades estructurales, la administración y su burocracia, los recursos materiales y humanos. No hay que restarle importancia a lo complicado que es eso de gestionar también.

—Además de directora de un centro de menores, también coordina el proyecto europeo K2 Languages of Welcome. ¿Cómo se embarcó en este proyecto y por qué?
—Primero le contestaré al por qué: porque si yo me quedo quietecita reviento por un ojo. Es así desde que soy pequeñita. Luego le diré que soy amante de los pequeños proyectos, los que dan vida, los que te hacen estar muy cerca de un grupo pequeño de personas y te sientes útil y al mismo tiempo feliz. Esos proyectos te vinculan con personas de diferentes condiciones, religiones, ideologías. Y eso es bien. El proyecto Languages of Welcome se me ocurrió cuando coordinaba el recurso de inserción sociolaboral para jóvenes de SAMU DISL Alcalá. Allí todos son muy jóvenes y entusiastas, unos compañeros maravillosos. Yo tengo muchos contactos. Después de tantos años en la intervención social, siempre he dicho que mis ejércitos son enormes. Solo tuve que escribir un par de emails, conseguir la aprobación de la dirección del área de Infancia y Familia de SAMU y voilá… nos vimos en Italia con personas de Grecia, Portugal, Irán, Colombia, Argentina, México. Y nos trajimos muchos contactos para Fundación SAMU.

—¿Cuál es el objetivo principal de este proyecto?
—Hace años que la Comisión Europea tiene un enfoque centrado en la integración cívica. No podemos seguir formando guetos de personas migrantes en la vieja Europa. La integración total es la única salida para que no estallen rivalidades o problemas interculturales que se puedan llegar a enquistar como ha ocurrido tantas veces. Languages of Welcome constituye un espacio de construcción de herramientas y estrategias para facilitar la integración de personas migrantes desde un enfoque innovador que pone el énfasis en la creación artística, el lenguaje del cuerpo y del alma, el teatro social, la expresión a través del arte para facilitar la incorporación de las personas a nuevos contextos existenciales y donde deben formar parte de la comunidad con garantías de éxito.

—¿Por qué Fundación SAMU decidió participar en este proyecto junto a socios de otros países?
—Las iniciativas K2 están relacionadas con el intercambio de buenas prácticas. Mediterráneo norte y frontera sur tienen muchas cosas en común y distintos lenguajes que se deben interconectar para construir un corpus integrado de intervención. No hay mucha diferencia entre Lampedusa y Algeciras cuando se trata de abordar a la persona que migra, pero si no compartimos esos saberes, seguiremos siendo francotiradores. A mí esto último se me da bien, puedo ser certera, pero en equipo se consigue mucho más. Languages of Welcome culminará con un Manual de Buenas Prácticas Internacional. Esto es todo un reto y un gran éxito que genera corpus de conocimiento colectivo.

—¿Por qué es importante un intercambio de buenas prácticas a gran escala?
—Porque la colaboración es la única esperanza que nos queda. A nuestros hijos pequeños solemos decirles: si solo no puedes, con amigos, sí. Todos conocemos la teoría darwiniana de la selección natural, pero muchos desconocen los estudios de Peter Kropotkin sobre el apoyo mutuo. Realmente, las especies que sobreviven son aquellas que colaboran entre ellas. La colaboración es la base de mi enfoque en la intervención social, y con mucho amor, aunque algunos se rían de esto último.

—¿Cuáles son los principales retos a los que se ha enfrentado dentro de este proyecto internacional?
—Es un proyecto pequeño, tiene poco presupuesto, requiere que todos los agentes de Fundación SAMU le pongan mucho cariño e intención porque no es precisamente la gallina de los huevos de oro. Pero, visto a largo plazo, esta iniciativa engloba un montón de proyectos futuros mucho más rentables y relevantes. Me siento afortunada en ese sentido. Los compañeros de Fundación SAMU de otras áreas me abren los brazos. Somos un equipo pequeño constituido por cinco personas, y entre los cinco tenemos que hacer magia. Pues la hacemos, y nos reímos. La risa que no se pierda nunca, por favor.

El proyecto internacional ‘Languages of Welcome’ llega a Sevilla para humanizar la migración

Fundación SAMU, a través de su área de Infancia y Familia, participa desde el año pasado en el programa Erasmus+ K2 Languages of Welcome, que se desarrolla en el marco de las iniciativas de la Comisión Europea para el intercambio de buenas prácticas entre distintos países miembros y países vecinos. Es un curso formativo sobre migración e inclusión a partir de buenas prácticas y para el cual se cuenta con la colaboración de Fundacione Emmanuel, con sede en Lecce (Italia). Esta iniciativa tiene financiación de la Unión Europea a través de su programa de movilidad Erasmus Plus (+).

Las actividades de Erasmus+ se basan en intercambios formativos de prácticas ejemplares en el marco de la Unión Europea. Este tipo de actividades ponen en contacto a entidades no gubernamentales y los jóvenes vinculados a estas entidades de distintos países, bien porque son usuarios de los servicios que ofrecen o bien porque forman parte de su personal laboral. En el caso concreto de la iniciativa K2 no se trata solo de población joven, sino que, por el contrario, está dirigido a activos con más experiencia de las distintas entidades.

El objetivo principal de este tipo de iniciativas es el de establecer redes de comunicación y colaboración en iniciativas globales que potencien la implantación internacional de la entidad, la mejora de las competencias sociolaborales de sus equipos y, por supuesto, los estándares de calidad de las organizaciones participantes.

Italia es el socio principal del programa (Fundación Enmmanuel) y España el segundo socio a través de Fundación SAMU. En este proyecto internacional también participan otras entidades procedentes de Portugal, Grecia, Albania y Túnez.

Este proyecto se divide en tres partes que se desarrollarán a lo largo de dos años, 2023-2025. La primera de ellas consistió en un entrenamiento para profesionales que tuvo lugar en la ciudad italiana de Lecce. El equipo español enviado por Fundación SAMU estuvo constituido por tres personas: Laura García Rebolo como líder de grupo, Sofía Álvarez y María Arcas. Todas ellas profesionales especializadas en atención y protección a la infancia, sobre todo en intervención con jóvenes extranjeros.

En la segunda fase parte del proyecto, cada uno de los países participantes llevará a cabo una actividad local centrada en el desarrollo de buenas prácticas y metodologías de innovación en intervención educativa y social con población joven migrante.

En el caso de Fundación SAMU, su actividad se celebró el 6 de junio en las instalaciones del DISL Alcalá, en Alcalá de Guadaíra (Sevilla). En el evento participaron más de cincuenta personas entre jóvenes de diferentes centros de menores de Fundación SAMU y profesionales. Además, se puso en práctica una de las técnicas que el equipo de SAMU aprendió en el curso de Lecce, en concreto el collage con perspectiva social. “Nos divertimos mucho. Los chicos hicieron unos collages preciosos”, señala Laura García Rebolo, directora técnica de calidad del área de Infancia y Familia de Fundación SAMU y coordinadora del proyecto Erasmus + K2 Languages of Welcome en España.

“Para esta actividad, hicimos uso de la técnica de collage que aprendimos de las compañeras de la entidad Fractals cuando estuvimos en el training course en Lecce. A través de esta técnica trabajamos con nuestros chicos migrantes el significado de la acogida, de la inmersión en otra cultura, del reto que supone migrar y forjarse una nueva vida, de los miedos que eso conlleva. Porque la barrera idiomática es uno de nuestros grandes talones de Aquiles, y el arte nos facilita esa inmersión en el otro. Fue un día de muchísimo calor, por cierto, donde la logística se hacía complicada”, continúa Laura García Rebolo.

Los principales objetivos que se perseguían con este evento fueron concienciar socialmente de las características que presentan los jóvenes migrantes no acompañados y sus necesidades en los países de la UE, además de sus condiciones como protegidos bajo la legislación internacional; generar foros de debate sobre estrategias y recursos para la adecuada acogida e intervención con estos menores; y crear estrategias sinérgicas con otros profesionales que permitan mejorar la intervención y la atención en materia de protección de menores extranjeros no acompañados.

Los contenidos y metodologías de innovación que aporta Fundación SAMU desde una posición de trayectoria y también de innovación en la intervención social se articulan en torno a las siguientes áreas: guías y proyectos educativos de gestión e intervención en centros de protección de menores y, en particular, dispositivos de inserción sociolaboral para jóvenes migrantes no acompañados; estilos de liderazgo y dirección de áreas y centros de protección para jóvenes migrantes no acompañados; parámetros de calidad técnica y efectiva en la actuación, recepción, intervención y protección de menores; actuaciones en emergencia social; y procesos de formación interna y capacitación profesional.

“La Comisión Europea hace años que tiene un enfoque centrado en la integración cívica. No podemos seguir formando guetos de personas migrantes en la vieja Europa. La integración total es la única salida para que no estallen rivalidades o problemas interculturales que se puedan llegar a enquistar como ha ocurrido tantas veces. Languages of Welcome constituye un espacio de construcción de herramientas y estrategias para facilitar la integración de personas migradas desde un enfoque innovador, que pone el énfasis en la creación artística, el lenguaje del cuerpo y del alma, el teatro social, la expresión a través del arte para facilitar la incorporación de las personas a nuevos contextos existenciales y donde deben formar parte de la comunidad con garantías de éxito”.

K2 es un evento que persigue el intercambio de buenas prácticas y ampliar la red de contacto con otras entidades no gubernamentales en el ámbito europeo y de países fronterizos. Es un paso importante para ir afianzando relaciones con posibles activos que permitan a SAMU crecer en red. Además, Languages of Welcome culminará con la publicación de un Manual de Buenas Prácticas Internacional.

“Buenas prácticas hay de muchos tipos, desde las más institucionalizadas y difundidas hasta las más periféricas. En este proyecto apostamos por las buenas prácticas innovadoras centradas en la creatividad y el arte como metodología de expresión del dolor, de la construcción de una nueva identidad colectiva. Por ejemplo, la arteterapia nos permite expresar con las manos, el cuerpo o el arte, en general, aquello para lo que no tenemos palabras. El cuerpo, la danza, nos permite acercarnos a culturas que desconocemos o sobre las que tenemos prejuicios. Cuando ponemos en práctica Human Library, por ejemplo, que es una de nuestras técnicas, rompemos con nuestras ideas previas y nos acercamos al otro a pecho descubierto. ¿Qué eres? ¿Qué soy yo? ¿Qué somos juntos? Así podemos iniciar un espacio de convivencia desde el uno contra uno”, explica Laura G. Rebolo.

La tercera parte del proyecto K2 es un evento multiplicador que se celebrará en Sevilla en 2025 y en el que SAMU será el anfitrión y se pondrá en común todo lo aprendido durante los dos últimos años.

Oxígeno desde La Rinconada hasta Hogar San José (Bolivia)

Fundación SAMU puso en marcha en enero, de la mano de la Fundación Alirio Henao-Hogar San José, el proyecto Apoyando el derecho a vida digna y desarrollo integral de niños y niñas con discapacidad múltiple del Hogar San José (Bolivia). El objetivo es mejorar el servicio de terapia respiratoria de los 53 niños y niñas con discapacidad que atiende el centro.

Este servicio venía siendo prestado en condiciones muy limitadas, pues el equipamiento obsoleto no permitía atender a todas las personas que lo necesitaban diariamente. A ello se suman los insuficientes recursos humanos especializados que tiene el centro.

A finales de marzo comenzaron a llegar al Hogar San José los nuevos equipos (nebulizadores, aspiradores, equipo de ultrasonido, autoclave, camillas, sillas de ruedas), que resolvieron algunos de los problemas que atravesaba el centro y permitieron garantizar el servicio diario. La calidad de los equipos también ha permitido reducir el tiempo dedicado a la terapia de cada menor, optimizando así la jornada del escaso personal.

“Nuestros niños y jóvenes con discapacidad múltiple del Hogar San José presentan dificultades respiratorias por muchas causas. Algunos de ellos tienen parálisis cerebral de tipo espástica, donde los músculos que se encargan de la respiración están comprometidos, por ello requieren esta atención permanente y continua que les permita poder respirar adecuadamente. Otro niños y niñas que atendemos por bajas defensas están expuestos a continuas infecciones de tipo respiratorio. Este equipo nos permite prestarle la atención preventiva y asistencial a tiempo y evitar mayores complicaciones que puedan representar un peligro para sus vidas”, señala Diana Cotacio, coordinadora del proyecto.

El equipamiento adquirido, cuyo costo asciende a 4.970 euros, ha sido financiado por el Ayuntamiento de San José de La Rinconada (Sevilla), un aliado de Fundación SAMU en su trabajo a nivel internacional. Esta es una muestra de que, con pocos recursos, bien utilizados, se pueden resolver problemas muy significativos en los países en desarrollo.

La internacionalización de la acción social de Fundación SAMU

Fundación SAMU, a través de su área de Cooperación Internacional y Acción Humanitaria, organizó el 6 de mayo la jornada Es tiempo de cooperar, en la que la organización puso en marcha desde Sevilla la fase final de validación de su Estrategia de Cooperación Internacional para el Desarrollo 2024-2026.

En el encuentro, en el que participaron unas 50 personas, se consolidó la propuesta de este documento que pone el foco de atención en las personas y sus derechos, en concordancia con la Agenda 2030, y que recoge también las expectativas de vida digna de las poblaciones en los países donde la entidad coopera.
“La jornada Es tiempo de cooperar busca presentar y poner en común el documento de la Estrategia de Cooperación Internacional para el Desarrollo de Fundación SAMU para enriquecer su contenido y asegurar la implicación de la organización. En los próximos meses tendremos como resultado una hoja de ruta para su validación final. Ha sido un buen momento para profundizar en el conocimiento sobre el trabajo de cooperación de las personas de reciente incorporación al equipo de Fundación SAMU y del área de Cooperación Internacional y Acción Humanitaria”, señala la coordinadora de éste área, Roxana Pintado.

La jornada, en un formato de reflexión interna, reunió en Sevilla al equipo directivo de Fundación SAMU, encabezado por el presidente-director general, Carlos González de Escalada Álvarez, y el director general adjunto, José Antonio Trujillo; además de todas las delegadas y delegados territoriales en España, los técnicos de todas las áreas de la organización, y representantes de empresas del Grupo SAMU que son aliadas en el trabajo de cooperación internacional, como el Instituto SAMU de Investigación Científica y Escuela SAMU. También participaron, aunque a distancia, representantes de organizaciones locales de Bolivia, Burundi, Colombia y Marruecos con las que Fundación SAMU colabora.

La Estrategia de Cooperación Internacional de Fundación SAMU nace de un proceso de reflexión colectiva que tiene dos propósitos: continuar profundizando la práctica solidaria de la organización en los países en desarrollo, y poner en valor, más aún si cabe, toda la experiencia ganada por Fundación SAMU en la intervención social poniéndola al servicio de las comunidades del sur global en las que SAMU trabaja, contextualizándola y adaptándola a las condiciones locales.

“Esta estrategia se fundamenta en varios puntos. En primer lugar, el alineamiento con la Agenda 2030 y las políticas de cooperación española y europea. En segundo lugar, un análisis profundo de la realidad de los países en los que SAMU coopera, que se basa tanto en la información oficial como en las demandas expresadas por las familias y comunidades en nuestro acercamiento a ellas. En tercer lugar, una priorización sectorial coherente con los planes de desarrollo nacionales y locales y con la experiencia propia de nuestra organización. Otro punto es la adopción de enfoques transversales en todas nuestras acciones: el enfoque basado en derechos humanos, el enfoque de igualdad de género, el medioambiental y el intercultural, que garantizan un marco de actuación centrado en las personas y su bienestar sostenible. Y, por último, la integralidad de la intervención, al abordar la cooperación en el sur también a través de la Educación para el Desarrollo Sostenible y la Ciudadanía Global, generando conciencia sobre las causas de las desigualdades en el mundo en la sociedad española”, explica Roxana Pintado.

Durante la jornada se recorrió, en la misma dirección de la estrategia de SAMU, el panorama mundial y la situación de los principales sectores de intervención que se han propuesto; los países, líneas estratégicas y sectores priorizados; los principales resultados del área de Cooperación Internacional y Acción Humanitaria en 2023 y de los primeros meses de 2024; las proyecciones para el resto del año y el arranque de 2025; y los principales desafíos que tiene la organización hacia adelante. “También hubo tiempo para, a través de un divertida dinámica, identificar cómo podemos implicar más a las áreas de servicios sociales de Fundación SAMU en España en los proyectos de cooperación internacional”, continúa Pintado.

Los principales proyectos

Entre los principales proyectos de cooperación para el desarrollo que Fundación SAMU tiene en marcha destacan uno en Bolivia y tres en Marruecos. Estos proyectos se enfocan en la mejora de servicios y condiciones para personas con discapacidad y en la atención psicológica a personas que sufrieron los efectos del terremoto de Marrakech de septiembre de 2023. Además, se ha implementado un proyecto de educación para el desarrollo en Sevilla que busca sensibilizar a la población sobre el aporte positivo de las comunidades migrantes en nuestros barrios.

De estos proyectos se benefician y participan 1.723 personas (1.065 mujeres y 658 hombres). Se trata de más de 170 personas con discapacidad a las que se atiende directamente, alrededor de 280 madres, otras 300 cuidadoras, 120 profesionales de los servicios de atención a personas con discapacidad y más de 573 padres y hermanos. Además, a estos datos hay que sumar otras 100 personas afectadas por el terremoto en Marrakech (Marruecos), fundamentalmente niños y niñas, que reciben atención psicológica.

El horizonte del área de Cooperación Internacional y Acción Humanitaria de SAMU es inmenso y muy ambicioso. “En lo organizacional, pretendemos concluir con la aprobación de los documentos rectores de la actuación. Es decir, además de la Estrategia, aprobaremos los planes estratégicos de Educación para el Desarrollo y de Acción Humanitaria para el período 2024-2027, que también fueron presentados en la jornada del 6 de mayo”, señala Roxana Pintado.

“En lo geográfico, queremos consolidar la presencia en los países priorizados, delegando personal expatriado para acompañar de manera más cercana aún los proyectos de desarrollo. Y en lo financiero, tenemos una gran cartera de proyectos que esperamos encuentre respaldo en las entidades con cuyo apoyo financiero podremos ponerlos en marcha, consolidando también la relación con los actores de la cooperación española. Nuestra meta de crecimiento para este año es superior al 100% respecto a 2023”.

Desde el área de Cooperación Internacional y Acción Humanitaria de SAMU informan de que la organización tiene grandes expectativas de crecimiento y consolidación, por lo que los desafíos no son menores. “Tenemos hacia adelante el reto de adaptar los procedimientos propios a un crecimiento tan significativo de la actuación en Cooperación Internacional. Por suerte, Fundación SAMU es una organización con procedimientos muy establecidos y seguros que facilitarán esta adaptación. También nos enfrentamos al desafío de articular la intervención internacional (distinta a la de Acción Humanitaria, en la que nuestra casa es pionera y ejemplo) a la intervención social en España, para expandir la solidaridad hacia todos los sitios donde trabajamos”, indica Pintado.

Fundación SAMU pone a las personas en el centro de su acción desde 1998. Ahora toca continuar abriendo ese centro de atención hacia distintas latitudes de manera sostenida para que nadie se quede atrás.

Cuidar y empoderar a las personas que cuidan

El 31 de enero tuvo lugar en el Palacio Municipal de Tetuán el acto de lanzamiento del proyecto de fortalecimiento de los actores territoriales para mejorar el ejercicio de los cuidados y la autonomía de las personas con discapacidad más vulnerables de los barrios Jbel Dersa, Jamaa Mezouak y Sidi Talha de Tetuán, con enfoque de derechos humanos y atendiendo las necesidades de sus cuidadoras. Es una iniciativa impulsada por la Fundación SAMU y la Asociación Hanane, con el apoyo del Ayuntamiento de Sevilla.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el 15% de la población mundial vive con algún tipo de discapacidad, y el 80% de ellas reside en países en desarrollo. En Marruecos, se estima que hay más de dos millones de personas con discapacidad, de las cuales el 53% son mujeres. Estas personas se enfrentan a múltiples barreras y desafíos para acceder a sus derechos fundamentales, como la educación, la salud, el trabajo, la participación y la protección social.

En este contexto, el papel de las cuidadoras es fundamental, ya que son las principales responsables de atender las necesidades básicas y específicas de las personas con discapacidad. Sin embargo, las cuidadoras suelen carecer de formación, recursos y apoyo, lo que afecta negativamente a su salud física y mental, así como a su autonomía personal y profesional.

El proyecto pretende mejorar las capacidades y competencias de las cuidadoras mediante cursos de formación sobre discapacidad, cuidados, derechos humanos, todo ello bajo un enfoque de equidad de género. Además, se creará una red de cuidadoras que les permitirá compartir experiencias, conocimientos y recursos, y fortalecer su autoestima y liderazgo.

El proyecto también busca mejorar las habilidades y conocimientos específicos de los profesionales de la salud que brindan los servicios de atención a las personas con discapacidad mediante una formación que será impartida a través de la Escuela SAMU. Mientras, el área de Dependencia e Inclusión Social de Fundación SAMU estará a cargo de brindar asesoramiento técnico, contribuir a la elaboración de las guías didácticas que formarán parte del programa formativo y aportar en la inclusión del enfoque de género en el abordaje de la problemática.

El acto de lanzamiento contó con la participación de más de 100 personas, entre las que se encontraban Nadia Chani, vicepresidenta del Ayuntamiento de Tetuán; María José Tinoco, directora del área de Dependencia e Inclusión Social de Fundación SAMU; Souleiman Amrani, director de la Asociación Hanane; expertos nacionales e internacionales; miembros de las organizaciones de personas con discapacidad de Tetuán; cuidadoras y familiares.

Para Nadia Chani, “estos proyectos servirán para seguir dando la importancia necesaria a este colectivo en la comunidad de Tetuán, la cual se prepara con fuerza en su programa de trabajo (2023-2028) con el objetivo de mejorar las condiciones y la calidad de su vida, a través de proyectos que contribuyan a lograr la cohesión social, garantizar la dignidad de las personas con discapacidad, y lograr el desarrollo local integral”.

El nuevo proyecto se enmarca dentro del programa de cooperación internacional de Fundación SAMU, que desde hace años desarrolla proyectos de salud, educación, inclusión y desarrollo comunitario en diferentes países de África y América Latina. Fundación SAMU cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Sevilla, y el compromiso y trabajo denodado de la Asociación Hanane, una entidad local que trabaja desde hace 15 años por la mejora de las condiciones de vida de las personas con discapacidad y sus familias en Tetuán.

Con esta intervención se espera beneficiar a unas 300 personas con discapacidad y sus cuidadoras, e indirectamente a unas 1.500 personas de su entorno familiar y comunitario. Con esta iniciativa, Fundación SAMU y la Asociación Hanane pretenden contribuir a la construcción de una sociedad más inclusiva, justa y solidaria, donde las personas con discapacidad y sus cuidadoras puedan ejercer plenamente sus derechos y desarrollar todo su potencial.

Nuevo proyecto de cooperación de SAMU en Bolivia

El área de Cooperación Internacional y Acción Humanitaria de SAMU ha comenzado 2024 con la puesta en marcha de un nuevo proyecto internacional de apoyo al derecho a la vida digna y el desarrollo integral de los niños y niñas con discapacidad múltiple del Hogar San José de Bolivia durante un periodo de seis meses.

Fundación SAMU desarrolla este proyecto junto a la Fundación Alirio Henao y el apoyo del Ayuntamiento de San José de La Rinconada (Sevilla), con el cual se firmó un convenio de colaboración el 12 de enero. Gracias a este acuerdo, ambas instituciones podrán mejorar sustancialmente el servicio de terapia respiratoria con el que cuenta el Hogar San José, y que asiste a 53 niños y niñas con discapacidad.

Este centro de Bolivia brinda servicios en modalidad de internado y de Centro Día para personas con discapacidad múltiple de la ciudad de Santa Cruz y los municipios del alrededor. Los beneficiarios del internado son uno de los colectivos más vulnerables, pues se trata de menores que han sido abandonados por sus familiares, mientras que quienes asisten al Centro Día viven en sus hogares, aunque pertenecen a familias muy humildes y con escasos recursos económicos.

Para los internos, los servicios de atención integral incluyen hospedaje, alimentación, fisioterapia y terapia respiratoria, atención médica primaria, educación especial y terapia ocupacional, entre otros. Los que asisten al Centro Día reciben todas las terapias necesarias que el centro brinda.

El servicio de terapia respiratoria del Hogar San José sufre desde hace tiempo con una serie de deficiencias y dificultades. Su equipamiento es insuficiente y está obsoleto, y, además, los recursos humanos especializados con los que cuenta también son insuficientes, es decir, falta personal especializado. Por esta razón, la subvención otorgada por el Ayuntamiento de La Rinconada se destinará a la adquisición de nuevos equipos, entre el que destacan nebulizadores, aspiradores, equipo de ultrasonido, autoclave, camillas y sillas de ruedas, entre otros. Además, profesionales expertos de Fundación SAMU capacitarán al personal y a las familias del centro en atención de emergencia respiratoria a personas con discapacidad.

“Este apoyo de Fundación SAMU y el Ayuntamiento de La Rinconada es vital, pues nos va a permitir atender en momentos críticos a nuestros niños y niñas, quienes en algunos casos requieren terapia respiratoria diaria durante toda su vida. Este primer proyecto en común abre el camino de futuras colaboraciones en las que la experiencia de Fundación SAMU siga contribuyendo al desarrollo de nuestras comunidades”, señala Alirio Henao, presidente de la Fundación que lleva su nombre.

El acto de firma de convenio el 12 de enero tuvo lugar en La Rinconada y contó con la presencia de Javier Fernández, alcalde del municipio; Reyes Romero, delegada de Cooperación Internacional; y una representación de las organizaciones con las que se firmaron los convenios, entre ellos José Luis Benavente, director del área de Relaciones Institucionales de SAMU.

El periodo de colaboración entre Fundación SAMU y el Ayuntamiento de La Rinconada concluirá en junio, según lo acordado en la firma del convenio.

El área de Cooperación de SAMU inicia dos proyectos en Marruecos

El área de Cooperación Internacional y Acción Humanitaria de Fundación SAMU cierra este año, en el que la organización cumple 25 años de trabajo, con dos nuevos proyectos de intervención en Marruecos puestos en marcha con el apoyo de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo y el Ayuntamiento de Sevilla.

De la mano con la Asociación Hanan, organización local con amplia experiencia en el trabajo para el cumplimiento de los derechos de las personas con discapacidad, Fundación SAMU ha dado el pistoletazo de salida a estas dos iniciativas que, en su conjunto, contribuirán a la autonomía de más de 280 personas con discapacidad intelectual y motora, y a fortalecer las capacidades de 1.360 familiares y 120 profesionales para el cuidado y la mejora de los servicios de atención, incrementando también las capacidades de los gobiernos locales y de las ONG para brindar la atención necesaria.

“De esta manera, a la vez que promovemos su inclusión y el reconocimiento como sujetos de derechos, visibilizamos, protegemos y facilitamos el rol de más de 800 cuidadoras”, explica Lucero Hernández Zúñiga, del área de Cooperación Internacional y Acción Humanitaria.

Estos proyectos, que se centrarán en áreas rurales y urbanas de la zona de Tetuán, tendrán una duración total de 18 meses y contarán con el respaldo en la capacitación y la asesoría del personal del área de Dependencia e Inclusión Social de la Fundación SAMU, expertos en la atención de las personas con discapacidad.

“Ya hemos arrancado actividades con las primeras reuniones de coordinación y la aprobación del plan de trabajo con el conjunto de los actores para que, a partir de enero, podamos comenzar con los estudios diagnósticos para identificar las necesidades de formación de los profesionales que atienden a las familias de las personas con discapacidad, contando con las aportaciones técnicas de instituciones públicas y organizaciones tanto en Tetuán como en Andalucía”, señala Lucero Hernández.

El director de la Asociación Hanan, Soleiman Amrani, por otro lado, agradece la colaboración de SAMU. “Es un aliciente para nosotros contar con el apoyo de Fundación SAMU y con los recursos de la cooperación andaluza para apoyar a las familias de las personas con discapacidad, especialmente los niños y niñas, quienes, a su vez, presentan otras circunstancias sociales y económicas que los hacen muy vulnerables. Aún no nos hemos repuesto de las consecuencias desencadenadas por la pandemia del Covid-19, así que nos motiva el trabajo articulado que hemos emprendido con la Fundación”, destaca.

Por otro lado, después de la acción de emergencia desarrollada por SAMU en Marruecos tras el terremoto de septiembre, la organización continúa presente allí con la acción humanitaria. “Al concluir la fase de primera respuesta a la emergencia en Marrakech por el terremoto del 9 de septiembre de 2023, hemos continuado llevando ayuda a las familias afectadas que, ante la pérdida de sus hogares y sus medios de vida, continúan requiriendo apoyo humanitario”, comenta Lucero Hernández.

Con el soporte de la Diputación de Huesca, el Ayuntamiento de Cáceres y SINERGO, SAMU ha canalizado ayuda para 1.250 personas de 250 familias de la zona afectada, a quienes se les ha entregado suministros esenciales como jabón, detergente, barreños, mantas, cubiertas para viviendas temporales, aislantes para colchonetas, y chubasqueros, entre otros.

“Todo el mundo debería vivir una experiencia así”

Alba Molina Fajo y Julia Ceballos Ramírez. Enfermeras y miembros del contigente que ha participado en la Misión de Chile.

 

Las enfermeras especialistas en Pediatría Alba Molina Fajo (Jaca, Huesca, 1995) y Julia Ceballos Ramírez (Granada, 1998) formaron parte de la misión humanitaria de Fundación SAMU en Chile que se desarrolló entre junio y julio de este mismo año en Coyhaique, ciudad de la región de Aysén, al sur del país. Durante 18 jornadas consecutivas, ambas voluntarias hicieron frente al brote de virus respiratorio sincitial que ha afectado, de forma especial, a bebés menores de un año, provocando al menos siete fallecimientos en los peores días de la crisis y una saturación de camas para pacientes críticos.

Este despliegue volvió a demostrar la capacidad de respuesta y de especialización de Fundación SAMU ante la llamada de la OPS/OMS (Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud) y su vocación de ayudar a los que lo necesitan, allá donde estén.

—¿Por qué decidieron participar en la misión humanitaria de SAMU en Chile?

—Alba Molina (AM): SAMU buscaba para esta misión un perfil específico de enfermera con experiencia en cuidados críticos pediátricos y casos de bronquiolitis. Todo ello se adaptaba bien a mi experiencia profesional y personal. Siempre intento estar atenta a este tipo de oportunidades laborales y de voluntariado. Cuando me enteré de esta misión sentí que estaba lo bastante preparada para dar el paso.

—Julia Ceballos (JC): En mi caso, conozco SAMU desde que comencé a estudiar la carrera de Enfermería, e incluso me atrevería a decir que desde antes. Siempre me ha interesado mucho su escuela de emergencias, la formación que imparten y todas las labores y acciones que realizan. De hecho, aún tengo pendiente realizar su Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria. La verdad es que no me pensé mucho el participar en la misión de Chile. Desde que era pequeña he querido participar en algún proyecto de ayuda humanitaria y, en este caso, al ser con SAMU, la decisión fue fácil.

—¿Cómo supieron que SAMU estaba preparando una misión a Chile?

—AM: Una compañera que hizo el Máster de Enfermería de SAMU me lo comentó.

—JC: Lo mismo. Me enteré también a través de una compañera que realizó este mismo máster hace ya unos años.

—¿Habían participado anteriormente en alguna otra misión humanitaria?

—AM: Sí, con una ONG local pequeña en Huancayo, Perú, y con la Fundación Pablo Horstmann en Lamu, Kenia.

— JC: En mi caso, ésta ha sido la primera vez.

—¿Qué se encontraron cuando llegaron a Chile?

—AM: Encontramos una situación un poco diferente a la que esperábamos. Había niños ingresados con un diagnóstico de bronquiolitis y necesidades de cuidados críticos en un servicio de UCI de adultos con una falta de profesionales con experiencia en el manejo del paciente crítico pediátrico.

—¿En qué estado ingresaban los niños?

—JC: No todos los niños ingresaban con la necesidad de unos cuidados intensivos. Todo se iba viendo en función de la evolución del paciente. Pero sí es cierto que algunos de ellos llegaban al hospital directamente con necesidad de ventilación mecánica o con un patrón respiratorio complicado.

—¿Les recordaba la virulencia del virus sincitial a los tiempos del coronavirus en España?

—AM: Sí, en general, la virulencia y el estado en el que ingresaban los pacientes resultaba similar al que nos habíamos enfrentado en España unos meses antes en nuestra propia epidemia en invierno.

—JC: Más que a la situación de 2020 ó 2021, a mí me recordó más a la situación vivida el pasado invierno en España. Nosotras mismas en nuestra unidad vivimos una situación difícil. Hubo muchos niños ingresados por VRS (virus sincitial respiratorio), que requirió de un aumento de personal y de camas de cuidados críticos pediátricos.

—¿Cuál era el estado de alerta entre la población?

—AM: La población estaba bastante enterada de la situación de la epidemia de infección respiratoria infantil y los medios de comunicación se hacían eco constantemente de la misma, así como de la preocupación local sobre la falta de una UCI pediátrica para dar respuesta a los niños que llegaban en una situación crítica.

—JC: Las personas estaban algo angustiadas porque relacionaban esta situación con otra anterior vivida en 2017, cuando tuvieron una carga asistencial muy grande, sobre todo, de pacientes pediátricos, y en la que en más de una ocasión vivieron momentos difíciles y duros.

Recursos disponibles

—¿Cómo era el hospital en el que trabajaron?

—JC: Si tuviese que clasificarlo como normalmente hacemos aquí en España, diría que se trataba de un hospital de carácter comarcal. El centro contaba con la mayoría de los servicios esenciales. Estaba bien dotado tanto de personal como de material y equipamiento. Y, con respecto a lo que nos podemos encontrar en nuestro país, no había mucha diferencia. Lo que sí es cierto es que, en los que se refiere al área de pediatría, no contaba con todos los recursos necesarios. En este caso, no contaba con una UCI pediátrica, un proyecto que se lleva gestionando, según nos informaron, desde 2017.

—¿Con qué medios contaban? ¿Eran similares al de un hospital de España?

—AM: A nivel de medios, el hospital de Coyahique, hasta lo que nosotras humildemente pudimos conocer, estaba adecuadamente dotado. Las diferencias se evidenciaban más a nivel de recursos humanos formados de forma específica para utilizar los medios disponibles para dar unos cuidados concretos a la población pediátrica.

—¿Cómo fue el trabajo con el equipo local?

—JC: El trabajo con el equipo de allí fue muy fácil. Nos recibieron muy bien. Además, creo que nuestro equipo se adaptó muy bien a ellos, al igual que ellos a nosotros. SAMU fue a ayudar y, aunque es verdad que acabamos adaptándonos a su forma de trabajar, siempre aceptaban cualquier consejo o experiencia que les transmitíamos.

—¿Qué aprendizajes y lecciones se han traído de esta experiencia?

—AM: La colaboración fue muy satisfactoria. Nos recibieron con amabilidad y compartieron con nosotras turnos y momentos duros, aportando con ellos a la vez nuestros conocimientos y experiencias particulares.

—JC: Con esta experiencia he podido confirmar que dedicarse al ámbito sanitario es algo vocacional, pues, independientemente de los recursos que se tengan, todo el personal se involucra al cien por cien para que el paciente salga hacia delante o para que los cuidados que reciban sean siempre los más óptimos posibles.

—¿Cómo valoran la experiencia?

—JC: Ha sido muy positiva tanto a nivel profesional como personal. Creo que todo el mundo debería vivir alguna vez una experiencia así.

—¿Qué fue lo que más les impresionó o les resultó más difícil de hacer?

—AM: Para mí, quizás, la parte más difícil fue lidiar con algunas situaciones críticas en las que, en mi contexto de trabajo, estoy acostumbrada a proceder de forma protocolizada, lo que asegura una respuesta organizada y eficaz, pero, en Chile, no siempre podía actuar así, ya que el servicio de UCI pediátrica todavía estaba en proceso de desarrollo, con algunos profesionales instruidos en ese área de práctica clínica pero con muchos todavía en el proceso de formación.

—JC: Lo que más me impresionó fue el hecho de que un hospital un poco incomunicado a nivel de carreteras no contará con una unidad de cuidados críticos pediátricos y sí con otros servicios. Y lo que tal vez me costó un poco más fue el tema burocrático, dado que los pacientes con ventilación mecánica tenían que ser trasladados a un hospital que contara con unidad de críticos pediátrica y eso suponía realizar varias gestiones. Es algo que nosotras no llegábamos a manejar del todo. Pero es cierto que todo es hacerse al sistema de trabajo.

—¿Repetirían la experiencia?

—AM: Me encantaría tener la oportunidad de repetir con SAMU en próximas misiones, especialmente en proyectos de ayuda humanitaria motivada por desastres naturales, un área humanitaria en la que no he trabajado nunca y en la cual tengo un gran interés en aprender.

—JC: Repetiría sin lugar a dudas. La experiencia ha sido enriquecedora en todos los sentidos. Y trabajar con SAMU también lo ha hecho todo mucho más fácil.